miércoles, 27 de julio de 2011

viernes, 25 de febrero de 2011

viernes, 2 de enero de 2009

TACITURNO

Hoy tengo 19 años y una nube densa de dudas esta delante de mi.. Hoy disipo en esta incertidumbre q
que mi agonia pervive bajo tu sombra.
TACITURNO
Por. Moore.


CAPITULO – 1 –
VERBALIDAD – DESCANSO

ADONDE QUIERAS
Con una carga moral a cuesta.

Parida sombra de lo que soy.
Que mi imitación no es más que un insulto…
Porque él no va a dejar desplazarse.

He penetrado en el túnel oscuro del tiempo de donde quizás al otro extremo he de encontrar la luz del camino a la felicidad que solo le he tenido en efímeros instantes.

Poseedores de una diabólica habilidad para pasar desapercibidos entre esta vida y la otra..
Laav.

Cómo compaginar la aniquiladora idea de la muerte con este afán de vida..
Uv.




No podría decir que hoy nos hemos levantado más temprano que de costumbre, desde hace ya algún tiempo nos hemos acostumbrado a ello. Hoy el sol deslumbró más radiante por el horizonte de la ventana trazando destellantes y amenazadores rayos de vivos colores; traspasando nítidamente el cristal; se reflejaron sobre aquella mesa de lustre lacre; allí se conserva la intachable foto de nuestras vidas, cueros secos, canapé al otro extremo enarbolando los tricolores de nuestra más irresuelta causa. Casi una osada ilusión desvanecida, flameaba aún libre la retórica esperanza. Restos de cigarrillos, fuego que se evaporó en los mismos instantes con los cuales se formaron; se consumían con las ansias locas y vacías, vagas de repente. Restan entonces pocas cenizas a la empalizada; a la búsqueda de la indescifrable respuesta. La conciencia. Pregunta para tanto esperpento, demasiadas cosas sobre el camino de piedra y polvo que nos conduce al mismo destino. Hojas sueltas, capitulares, tapizando la totalidad del inherente pasado, sin él; no valdría la pena vivir. Tanto correr de un lado a otro, por lo cual se lucha en la vida. El inelocuente lápiz. Los sueños desvanecidos tras una falsa imagen, para ocultar la verdad de un desastre en el suelo repujado. Tu imagen, tu prestigio, tu dignidad, tu desventura y la propia paciencia para concebir un destino diferente que nos apresure a la muerte.

Ahora emerge convertido en lo que sois; eso, un gigante que os moldea a las manos caprichosas de quien maneja la plantilla. Una goma; casi nada y mucho. Míralos de un lado para otro, tártaros y entorpecidos tras el fulgurante deseo de ver el mas importante de todos sus sueños realizados, pero no..! Ellos se desvanecen en la misma prontitud, locuacidad con la cual dejas transcurrir el agua entre los dedos, sumergirse de nuevo en el ignorante anhelo que os conduce a la amarga desilusión.
Creer que resucita tras cada momento de soledad inanimada, fortalecido en tu interior, derrumbas grandes nubes de polvo que oscurecen el panorama. Zozobra en la que habéis sido embebidos.
Y piensas en el silencio, el silencio penitente de tener tu recuerdo en mi mente, tu olvido, tu desprecio. Así pusilánime van los vasallos a las huestes de sus amos. Tan negros, tan perversos, tan dosiles y serviles, tan mutilados. Tan asimilados.

Un día fueron despertados al grito de libertad. Y caudillos gloriosos lo llevaron al combate, a la victoria y a la muerte. Prefirió la libertad y encontró la condena. Y aquellas almas oscuras, hijas de todas las barbaries, cambiaron de amos. Y entregados al culto de los héroes, forjándose ídolos en la mitología salvaje de las contiendas civiles, agitándose en una paz sangrienta, como lobos enjaulados, o durmiéndose en la indiferencia, tiemblan ante la espada de rodillas. Somatizados entre supersticiones.
Sus hombros apuñalados, cuando una ráfaga de dignidad sopla sobre el corazón de las tribus oprimidas. Así, bajo el azote de esos déspotas viles, veías el marcharse de esos pueblos a la desesperación por la conquista. Porque las naciones largo tiempo despotizadas, despedazadas se esterilizan para producir amos y acaban por adoptarlos, someterse, vencerse y claudicar por su propia resistencia a vivir en vida la muerte candente de tu cruel silencio, indiferencia de pieles negras con mascaras blancas.
El servil – istmo es una palabra. RELIGION.
Volví a las filas y los ví negros, tan negros y así mis ojos los vieron a los hombres y sus bayonetas. Si este hombre llegará a caer, morir, ¿quién llevará la bandera?. A paso rápido. Marchamos. Y si este hombre llegare a caer, ¿quién llevará la bandera por él?. GLORIA EN LOS LAURELES DE LA LEY.
Lincol.
Elocuencia más persuadida.
El engaño pronto recibe consejos de venganza, con su voz garbosa.
El vicario come carroña y cena con mujeres públicas y así entra el espíritu en beatitud suprema, se identifica con uno mismo, celestial. Y jamás dejó de ver una llave más grande para ingresar al cielo.
Márquez de SALT.

Solo a dos voces. Tu negación me consume la paciencia, y mi perseverancia es ver tu arrogancia cada día cuando tu mirada distante, vacila y se pierde diáfama entre lo figurado e irreal de mi presencia…, me descubro invisible, pero resisto por mi orgullo que no es más que el seudónimo de tu maldita posesión.

Y murió, quedo enterrado en su misma fosa y era blanco como el carmiño. Mestizo – amarillo. Mulato. Zambo. Fue de todo, menos negro, menos nada.., un ser para el que hasta su propia presencia resta importancia su existencia.
Yo no voy a regresar, descansa como antes. Soy Yo, nada, no soy diferente, no conozco la sumisión, soy rebelde por naturaleza, indómito no inmortal.
Quiero decir algo. Morir mientras se lucha en esta guerra es inútil. Nadie gana. Solo apesta. Nadie esta limpio. Luchando no quiero llevar su bandera. Como usted sabrá; en estos días hay fuerza de corazón. Podría decirle que estamos listos. Dignos de ser vistos por esos ojos. No, presiento que mi persona estorba, es incomoda, no quiero estorbar ni ser una nube gris en tu ilustrada presencia. Soy polvo, ¡no percibes mi aliento?.
Y dijo: nos clavaron, desenterrados por mi amor. Mañana iremos a pelear y yo no sentiré temor. Es un gran momento. Lo sé. Estamos enfrentados a su magnitud. Son ustedes lo único que tengo. Entonces no importa mucho lo que suceda mañana. Somos hombres. Maldición!

Por mi amor. Estamos listos, pero no quiero cargar tu bandera.
Podrías hacer algo por mi si llegó a morir?
Recuerda lo que hoy has visto aquí. Del amor sus olas solariegas. Y de la discriminación señor?. Su rudo silencio. Su maldita indiferencia. Yo estuve allí, y les ví tan pulcros, tan prestigiosos y famosos, tan llenos de nombres y de frangancias que inusitados mis ojos fijaron sus ojos en mis ojos para dignificar mi presencia que es extraña.
Y se fue sin jinete y ovacionado. Son monitos. Soldados negros. Algo menos que la mierda putrefata que por demás es un martirio soportar tu hedor. Ya ves, nada escapa a tu prestigio, a la regla de tus honores, tus leyes y tus derechos.
Quemen el pueblo, abran fuego con esas antorchas. Crees que eres mejor que lo que ves?. Invades los espacios, masacras a las gentes, reconstruyes las historias, y algo siempre te devuelve la impunidad, usurpas la dignidad y tus castigos no son más que el precio que das a la audacia de tus acciones.
Nunca tendrás oportunidad, solo hay lugar para su trabajo áspero. Tienen baja la moral. Diles que regresen de nuevo a trabajar. No. Ellos quieren pelear por esta nación. Bien valndría aprovechar la ocasión para ponerles por delante, aniquilarles a todos, y no dejar cenizas de sus presencias oscuras en esta tierra.
Afinas tus labios, nunca serás nada para él. Ni el conocimiento de ti mismo arrebasa su instinto.
No es vivir, pero tampoco es morir. Me pregunte, si cavé fosas, blanquee tu piel, o hice pillaje. Cuándo?. Hable de la diferencia y la igualdad nos dejo sus tesis.
Usted sabe exactamente que se siente. Sino es un sueño, 1863, jamás volverá. ¡Gracias señor!. Muy bien marchen. A la línea de fuego apunten sus bayetas.
IDIOTISMO.
No sé, ahora no podrías decir nada, ignorar el entusiasmo del entonces, de aquellos tus memorables años. Hoy no podrías haber estado triste o pesimista, convulsivo ante la reacción despiadada; una mirada distante. Una lascivia. Cuando todo alrededor no es mas que un apresurado atar del que no os lograreis zafaros amenos que desistieseis del empeño. Pero por qué os habréis de sentir rendidos ante la situación complaciente. Abandonarlo todo y ceñirse una vez más a su tonta condición. Desbocados tras la conquista de su aspecto arrogante, su desden. Que sería a lo que cualquiera llamaría el estado en el cual ahora os encontráis, siempre vencido, siempre a su servicio, siempre humillado. Lo difieres haya en el interior infranqueable de tu adentro, a donde nadie se atreve a penetrar a menos que os abráis aquellas puerta chillona por lo enmohecido de tu silencio. Te mataran y estaréis mas aplastado que nunca, aún a pesar de que puedes levantar el paso, a duras penas lograreis concebir el sueño y exclamar aquella mueca absurda con la cual se dibuja un falso contento. Si.., hasta nuestra unidad cuesta, tu no puedes ser mi amigo porque te lo impone la condición maldita de quien lo condiciona todo.
Y las élites negras beneficiándose de las lágrimas de los miserables de su clase. Emiten proclamas y negros asimilados se diluyen entre las clases que les someten para negar a sus gentes y ser cómplices de la vileza, cómplices del olvido y son estas gentes la mano que sostiene la soga que atan al cuello de negros que repudian y se sienten molestos porque no pueden evitar ser negros.
Os habréis de estar destruidos en las impávidas lenguas sin reticencia. Tu conducta anormal, lo pondrá todo en sospecha y uno que otro dirá lo que en verdad ha de suponer que eres y tienen razón para culparte de cualquier crimen, deliberado a su verbalidad; porque solo ellos levantaran el dedo sentencioso y con él te darán la condena inaplazable de tu dignidad destruida, con su dardo envenenado, te mancilla y cada vez habrás de recoger los pedazos de cuanto quede de tu aliento difamado. Disparado. Y no existe criminal más cruel que su ambición, su sed de fama le llevará a ponerse al servicio de su enemigo. De tu actitud. No eres como ha de ser todo; figuras milimétricamente cortadas a fuerza de voluntad. Con la ley del acondicionamiento; franjas donde el pueblo cree que lo que dicta la sociedad desde el momento de tu nacimiento, ha de ser el comportamiento que te gobierne hasta que decidan poner fin a tu existencia. Hoy habréis de descubrir que no todo saldrá como se había planeado; que no seréis uno más que quema su tonto afán tras la penosa conquista de su agravio.
Y me veo reflejado en el fondo del lago putrefacto de luchar por la dignidad de mis gentes sin mis gentes, combatiendo el odio que destruye a mi gente, soportando el odio de mis gentes, la repudia de mis gentes, sin entender a mis gentes. Tan angustiados por sus prestigios. Veo rasgar su evasiva mirada para ignorar en su rostro el dolor que sentimos pero que nos resistimos a exclamar. Esa voz agónica que llevamos dentro, que nos impide respirar pero que se convierte en salsa, en merengue, en tango y bolero. Y mi cuerpo incorrupto es devorado por tu lengua, la misma que ovaciona a tu cruel torturador.
Sosteniendo en sus manos el vidrio roto de su imagen parvulativa y vulgar. Tú no harás nada que no haya sido impuesto. Pero podremos consideraros libres. Un estúpido sentimiento da para eso y mucho más. Que estas más atado que nada. Y piensas que en verdad perteneces y mides tus actos y sus consecuencias en el límite moral de sus acciones. De lo que a ti se permite que hagas. Ellos dictan de lo bueno lo que ha de estar mal.

En lo profundo de los días en los cuales por única razón volvías a la escuela. Hacer trazos y garabatos. Aprender a escribir Papá y Mamá. Después quedas a la deriva de un infortunio, azar de la suerte. Unos y muchos más por largos años. Nunca llegarías a pensar en que tendrías tantos, solo presientes que después de los veinte, todo se va más a prisa e incluso desaparece la ilusión a la que ahora llamas esperanza. Soñabais en silencio con ellos y ahora es como si nunca los hubieses mencionado, como si nunca le hubiésemos deseado, como si nunca los hubiese pedido aparecieron allí llenándote de un sin número de cosas que no terminas aún de comprender. Vivido al trauma sin piedad del que aún se ahoga en el vino y hace todo, su esfuerzo descomunal por sacar su mano flotante; lograr que se le salve; allí, en ese mismo instante y lugar, aprovechareis para veros con un peso subliminal que te llevara al fondo del mismo mar en el cual estáis siendo tragado por el lodo.

Creer que siempre hay algo por remediar tras de ti cuando no estas seguro de aquella parte que te ha correspondido, no puedes conformarte con tu situación, a la desgracia, porque de repente estáis descubierto a una batalla adversa en la cual te encuentras luchando sin entender la razón. Solo te han puesto allí, y ahora combates por defender algunos centímetros cuadrados que han de corresponderte en la tierra, cuando no estáis seguros de haber sido concluido, estaréis al acecho de aquella. Un algo tras cada cual como una sombra entorpecedora, espeluznante y borrascoso. A la deriva de ser descubiertos; que uno de tantos secretos se queden al descuido de su manipulada desintención. Pero en su misma ironía, se reirán. Cada cual se asegurará de enterrar lo suyo propio y se destino al esclarecimiento de cosas que no le conciernen; solo con lo cual habrá de vencer mas tarde a su enemigo. Sobre la faz de la tierra se ha desperdigado la semilla para que todo confabule en tu contra, para que l universo mismo intente todo por negar hasta tu propia existencia a tal punto de que podamos hacerlos añicos en las manos sucias de quien toma lo que no le pertenece en su desfachatez de derecho arbitrario.

Que necesitarías retener el tiempo necesario y preciso para ordenar los sentimientos que en el presente no fueron lo que en el pasado quise que se sucedieran en un futuro. Cuanta desdicha habréis abonado a vuestras vidas, pobre de vosotros cada vez que queréis flotar como una esponja y tragas el agua sucia y ponen sobre tus francas hojas una roza. Te marchitan.
Entonces tomaría el otro sendero, el de al lado.
Condenados por una causa. Vacía y solariega.
Me devano en pensamientos que tejo enmarañados en una noche sombría y perversa de no saber quién soy.

En aquellos tiempos desgraciados en que se sucedieron los pormenores; pero habréis de batallar sin cuartel en tu odio enceguecido por borrar de ti aquella huella de tortura en la cual te visteis mancillado, con la cual se te viste, se te envuelve, atado por el oprobio imborrable de quien se toma el derecho de perdonar o no. Estaréis a la riña sin frente, con tu rostro para aquel que no comprende que nada de cuanto sucede contigo; lo has pedido, como un baldado de agua en la misma magnitud, te salpico y de repente estáis mojado y de sobresalto en la misma oscura soledad en la que nadie estaba cerca para defendernos, te despiertas. Pero habréis de resistiros y llorar a solas cada vez que aquella aflicción os cobija. Y, el pasado vuelve al presente solo para hacerte daño.

Resistes aun contra tu propia fuerza, luchas en tu interior por librarte de la sombra amarga de los tiempos que traen a tu mente viajeros eternos acumulados y desnudos, atados y apretujados, padeciendo. Sus llantos golpean tan fuerte en mi, que mis noches no existen ya sin su clamores. Y no lo consigues; han pasado tantos años en el mismo castigo; que difícilmente lograreis que te dé descanso. Por su dureza. Vas al prelado. Por su irascibilidad. Vienes a casa. Y aún sus palabras no os otorgan el perdón.

Corrió, vino a mi, algunos pocos trozos de la burda tela llena de rosas pálidas, sucumbió a la franja por entre los hilos muñidos y delgados, casi imperceptible, oía su música, se mostraba débil y traslucido; angustiosa quizá la fe de conseguir con ello opacar completamente el resplandor, aquellos rayos que como cascadas de truenos caían luminosos sobre la arena, le conducían luego a su infinito desdeseo, una vez apagada la solicita necedad de consumirlos otra vez. Era polvo la existencia en las manos. Pusilánimes. Hasta entonces; luego le veías tomar forma de huesos, piel y una imagen concreta. Como efímero desdén, continuaba socavando cada instante, cada emisión, cada vez más miserable en esos segundos, avasallado por el dolor aplastante de lo acontecido. Le veía morir. Y allá abajo sonaban aplausos; el escenario es enorme y gritan a viva voz. Yo estuve allí, en eso que se llama vida, que no es más que el calvario otorgado a la muerte. Yo vi a negros adoptando leyes, acogiéndose a lenguas extranjeras, adorando dioses ajenos, siendo de todo, menos negros, sentirse indignos y avergonzados, besar la mano del lobo antes que exigir respeto para los de su clase, actuar en beneplácito para legitimar la aplastante crueldad del criminal para el que el poder lo es todo. ¿Pero qué es ser negro? Sino la deconstrucción de tu propia razón de ser donde no existe ningún principio.

La vida a borbotones dentro de una bolsa llamada vientre; la soledad del otro extremo nos enardecía.
Permaneció junto a aquel armario en el cual dejo caer el mentón, tan siquiera presintiendo que aquel leve movimiento necesito de la mínima voluntad de su interior; pero siempre estaba doblegado por la ultima resolución. Dio su orden y subió al estrado y todos callaron y, agacharon sus rostros y se fueron a sus casas después de haber escuchado todo lo que desde ese momento tenían que seguir haciendo. Entonces allí no estaban, había cosas que sucedían en sus ausencias. Su rostro desvanecido te llevo a la condena de lo inmoral, mientras construyes castillos de arena, sueñas y te entregas a lo que quieras. Si vivir no es más que resistirse al afán de vida por merecer aquello que apresura tu propia muerte.
Pero es verdad, la muerte no es todo cuanto mereces para justificar el aniquilamiento de las gentes.

El viejo y anacardo cuerpo de madera, aterciopelado con flores, aunque de forma distinta, no dejaba de serlo; fue quizás entonces lo que se quiso esculpir, flores, solo flores de color nácar; ámbar, color mar, tierra, café. Suelo perdido entre su ambivalencia y fluisteis saltada de un anonimato a un delicado relieve que le resalta sobre todas las cosas planas. Evocando el misterioso pasado, tratando de poner a salvo aquellas cosas dulces y sepultar en ellas las culpas. Lo inseguro. Un estropeado pecado vivo de cerca reflejando el presente muerto. Le producía las ligeras sensaciones de placer que corren como ninguna otra manifestación dentro del cuerpo, afluente de agua fría que os despierta revolucionarios de repente, comparada con el vado por donde solía un día transcurrir el enorme y caudaloso río, del cual ahora no queda menos que el breñal, al deslizar al roce suave sus manos por su contorno.
Así su vida, superficial, vacía.
Solía fluir como escarpado, como un arroyo, un riachuelo rocoso era todo en su memoria, un campo sin el verde, la casa sin bulla de los niños.
Para sucumbir luego en lo más profundo de la cañada que se levanta empedrada y rígida. Pero la noche era fría, oscura y lluviosa, y para un hombre amodorrado era preferible quedarse al silencio de su voz, sus ojos cerrados. Como hasta verse hecho en un ser complaciente. No tenía ya fuerzas, ni voluntad, ni sentimientos; era un autómata. Después de haber bajado aquellos peldaños de una tosca escalera; hallase en una prisión con el orificio en su cabeza, pretendía remendar las heridas abiertas, callar las cicatrices y perdonar. Un lecho en aquel rincón de pieles extendida como aquella luz que penetra entre las tinieblas en aquellos momentos y lugares de desesperación. Un espectro en sus insomnios. Y una risa amarga, solo eso se escapo de entre su aliento. Porque ya no era un ser de esta tierra.

Os cobijo entonces el mismo fugaz deseo de siempre con una manifestación distinta, tan a la ligera, que presagiaba el final de un esplendor celeste; rompiendo de repente las barreras del espacio, penetraba finalmente hasta perderse en el mismo mar convertido en la nulidad sistemática y estructurada de una sociedad opulenta, progresiva y tremendamente hipócrita, que pretendía desnudarse de sus propios prejuicios para reír una verdad que le resulta difícil ocultar. Demasiado grande para reanimar aquel cuerpo desnudo, el que insistía en permanecer de pie enseñando su lastimosa figura, de si con ello podría alcanzar la gran obra del universo. Cada vez frente al cristal, os reflejabais descubriéndoos con sigo mismo tanta magnitud. Gritabais asimismo la fardo de verdad que ante aquella imagen no podrías negaros así mismo la certeza de una mentira aparente.
Entonces debías bajar tu rostro, si ante el conjugas el crimen de tu existencia y conviertes en mentira la realidad de una sospecha. Pero por qué podrían prodigar sobre ti látigos en su hecho, que en verdad lo eres y no cuanto predigas en tu interior de una farsa manifestación a ellos presentada.
Estaba la huella aquella del destino, un montón de huesos imprecisos en su ubicación tangible, le daban la semblanza de un enorme héroe de polvo y de papel. Vencido ante su primera batalla, a fuerza de resistir, no podía sentir dolor. Entonces la imagen decía todo lo contrario de quien la porta, una apariencia engañosa, pero los demás se empecinaron en culparlo por su aspecto, mas no en el interior de un regalo pequeño que ha sido empacado en una caja inmensa. Se había convertido en un mástil de hojas y carta. Ha iniciado con prisa, hoy se sabe que habréis de robar algo. ¿Algo? La verdad podría ser ese todo. Que de pertenecer a la vida, ahora la encontrabais con dueños. Sin que la prisa urgente de una vida por nada, antelada a la paciencia nos apresure en el camino que nos lleve hasta la montaña. Y moriréis en insignificancia.
Si la noche es tranquila y serena, y lenta los conduce por la misma senda sin que presione, ahora ha de ser igual. Escuchamos al viento sutil correr por entre los arrabales, con enormes árboles, abajo el río comienza su interminable camino y seguimos aun pensando que en él habrán de navegar los hijos de quien os prolifere como pétalos lanzados al viento, donde solo él sabrá a que pozo los estrella.
Pero alguien lo grita, os detesta en su propia genialidad del ser perfecto, pero pronto el mismo destino os golpeara en la otra mejilla y sabrá entonces de aquel dolor inflingido. Queda tan poco tiempo, que tu mismo momento ha comenzado a desaparecer. Hoy tú mismo habrías de dejar de ser a la práctica establecida en la misma capacidad de razonamiento del que dijo todo. Habrá una ley universal en su semejante norma exclusivista y contradictoria, donde solo los fuertes habrán de caer en las mismas zarpas que dejan para cazar en el camino. ¡.Porque hoy el ser humano es más humano Un poco menos animal.
Después habréis de cumplir con vuestro designio. Así como mueren los desdichados, para quienes la felicidad no ha dejado de ser más que la fuga inmediata al sufrimiento que padecéis instantemente, por la otra adquisición de lujo. Y de las otras vidas ambulantes qué?.
Pero nada supera al amor traumatizado; hacerlo es la tragedia momentánea; después llegarán otras tragedias. Para quienes deban ocultar sus rostros bajo el silencio maldito por la sociedad poco comprensible. Forjados bajo las manos; si su imagen no vende nada, no dice nada, tampoco sus ojos habrían de decirlo; menos aun si las palabras callan. Si ahora el mundo lo ha dicho todo, si ha de ignorarlo todo. Descubriréis a tu lado un león bostezante.

ESCEPTICO.
Si él ha dejado caer su bandera, y la voz de sus amigos fue la voz protestante, en su contra, porque ellos lo miraron de otro color; entonces jamás fueron sus amigos. Y se quedaron para existir diferenciando los colores; para vivir entre colores. Y no es que existan, los pintan cada vez que sientan la necesidad de que algo se vea diferente.
Allí en el mundo en el que vivimos,
Demasiado frió en su bruma de odio,
Sangre, miseria, hipocresía, mentira, muerte de la más cruel.
Ha vuelto casi inadvertido, la postigo, pasiva la mirada tras de si, flameante el rostro de TADJANA. Enseñando con la misma lujuriosidad del entonces, su cuerpo sediento, el día en el cual se plasmó su retrato hablado, preciso sus rasgos, mas la creo, pero jamás nació tal cual la idealizo en su instinto. Y él entre intespectivo, azoto la puerta y se quedo detenido en la nave de esa y su cuerpo solo dejaba ver la luz de su costado y aquel no tenía rostro ante esa. Anodino, quieto en su expresión nocturnal, contenida en la misma fiebre, diáspora africana que inconscientemente todos amabais. Así diluida y diminuta; como una perla con la cual puedes andar seguro de su valor, pero que aún te resistes a desprenderte de ella. Por su atmósfera traslucida, calamar que con sus ojos embelesa. Creyéndoos haber pensado en aquella, desde entonces permaneció flameante como las cometas al viento, que por su vaivén lisonjero, jamás tendréis a vuestros brazos. A su lado, tal cual como una estrella, así fugaz, amado he ignorado en las mismas despiadadas ansias con la cual os deseáis. Apasionados todos por su misma luz. Crees que solo tu re has detenido en ella; pero olvidados a tantos otros ruegos y, no solo en la paciencia os habréis de encontraros sufriendo, si cautos como tú están impacientes a la espera de las mismas tragedias, que os rozareis con ellos y en sus mismos ojos dilatados estaréis incapaz de leer aquel vestigio de horror con el cual podrías llegar a la razón de tu conciencia, bajo el manto sagrado de una doble personalidad en juego.
PEYORATIVA…

Valor aplicado a los objetos

Abandónala entonces, sino ha de ser solo tuya la ilusión.
Una estrella en el cielo, ha de ser un hombre en la tierra, Ahora os descubriréis palideciendo por querer saber cual es la tuya. Haya; ha dejado de iluminar porque desde entonces estaréis muerto. Desde hoy. Jamás debisteis siquiera mirarla. A la vida e esta sombra funesta. A tu clavo al pecho, a esa zarpa de demonio ahorcándote a esa zanja que como surco cruza tu cuerpo. Nadar en contra; es el significado a o dejarse arrastrar por su fuerza.
Debía robar cosas a la vida, al destino; aquel tiempo vulgar y deshonesto, el mismo que nos da tanta impaciencia, por su poca piedad os transforma día a día. En aquel momento en el cual habrías de pasar saciados de las más lívidas historias que morían con el intenso sol africano, en el denso lago del mar mediterráneo. Sin que haya habido congruencia en aquella liosa imaginación del navegante de los espacios, como torpe marinero que ha olvidado sus canaletes después de partir río arriba.
No era nada perfecto, tampoco lo fue el lienzo abstracto de la Anaconda.
Pensar que fue un agotador enero. Nuevamente el verano enfurecido, tenso, contra la corriente de aquel paisaje del horizonte que se pierde sobre las aguas, los rayos titilantes, góticos de luz en las pequeñas olas flotantes que llegan con el suave viento tempranero. Sintiendo como si los amasemos todo de momento, nacer de nuevo y de repente; de igual manera le odiásemos. Nada imaginable por los duros de corazón. Restados al placer de poseerla.
Ahora…Amaneció siendo domingo; Salvador Dalí. Te digo, la madrugada se convirtió en el frió amanecer de siempre, lloviznaba casi tan insignificante, que podría decirse que no era más que un pequeño roció. No era normal; después llovió en aquella tempestad que prosigue a las tormentas, a las noches de terror y duelo duro en el asombro. Vimos estupefactos un diluvio exagerado en la totalidad del verano. Continuaba su carrera desolada y vertiginosa por entre los vástagos humanos y él retrocedía vivamente su rostro para no helarse en su frió, para no quemarse en su hoguera de odio. Descendiendo por un estrecho, no tenía ya fuerzas y avanzaba apto para muchas cosas; tenía abierto el umbral de su corazón. Si allí, a pesar de su problema en cuestión, guardo silencio profundo y se quedo a la más completa inamovilidad. Si atroz su desesperación. El también como usted, ama; no puede dejarle que se crea el mas miserable de los hombres, el mas desgraciado. No va a dejar que se muera. No va a dejar usted que se mate, verdad?... Me entiende?. Como lo sabrá esta asombrado. Ni siquiera sabe si le escucha o no. Soterrado en la duda. Verdaderamente ve su luz de espectro, cuando su tenue franja se filtra por entre la ventana y el rincón donde vive; que mira su fría palidez e invade de miedo sus frentes. Que además ha visto usted los espíritus perturbados. Véales a ellos. Nunca ha visto usted cosa semejante?. Que estáis como un monumento dando tu hiel, extravasada en las mismas noches trágicas que lo preceden antes de aquel final. Y, sois el hombre regenerado, a un instante de esa funesta perspectiva de vida miserable y hambriento he de repasar los caminos donde la fatalidad os empujara y la desesperación les lleve un suicidio. Ardiente. Es que a nadie le basta?. Ellos han pagado ya por mi condición. Nadie se precipito por entonces a las calles nocturnales de los amores acaecidos por la torpeza. Dices del ejemplar momento para tenerlo todo para un Sol ser; las calles vacías, no del todo, necesariamente habría de ser nada; una vez en la vida las calles estaban vacías, detestadas por el bullicio.
Finalizo abril que fue promisorio. Mayo nos encontró con las manos vacías, a pensar de aquella alegría que pretendimos sentir, fue una muestra rápida con la cual quedamos en el desencanto. Fue solo eso, una diligente intención de la noche; mas no interesa, ahora no importa si se hecha o no de menos, estáis acostumbrados a aquellos desenlaces repetidos que adivinas en lo que habrá de terminar la comedia. Qué podrías decir?. A las tribulaciones. Y al final cuando descubras que no despertare más; preguntaré por su razón. Y él le gritará a mi oído difamaciones pestilentes porque sabe que no podré hablar con ellos.

A pesar de aquel entusiasmo que pretendimos sentir; no fue mas que solo eso; una presunción hueca en la pretensión; no importa si ha de constituir algún motivo importante en vuestras vidas, que nada bastará para sacarte de aquella sequedad en la cual fuisteis embebido.
Dormimos aún a la ilusión. No se podría negar, se hizo todo cuanto estuvo al alcance de unas manos abiertas.
Lo demás fue la desidia y el cansancio con el cual nos han dejado los chicos, hoy que los descubres ya casi unos hombres sin haber preparado nada para ellos; y no era suficiente verlos a todos convertidos en una sola maquina de piezas frágiles; con número, serial pegado a sus frentes, como si procedieran todos de un accidente injustamente repetitivo, se les veía deambular como si mil de ellos hubieran sido lanzados el mismo día de tormentas a las calles. Arrastrados. Persuadidos. Humillados.
Fue gloria de olvido por todos los que murieron a esos tiempos, con las tribulaciones y sus lágrimas por un día posiblemente mejor, porque creyeron estar dando todo por algo que no llega. Unos momentos después; cesara la tristeza del que muere infame bajo el látigo. Pasaran al olvido. Por todos aquellos que habrían de comenzar a abrir sus ojos al mismo infortunio del destino y no por eso; habrían de estar restados al derecho de existir o de pagar con sus vidas la misma cuota de indiferencia, sin que primero se les aplastase ya en el vientre.
Marcados muchos antes de nacer al desconcierto y vives ya porque necesitas hacerlo, aunque desconozcas su causa; solo duras y de hecho lo haces porque vives inexplicablemente. Y nada más.
El día no estuvo en su emersión total, débil se había recuperado radiante. Un hombre no puede flotar mucho tiempo en esa melancolía que hacen vivir los espíritus vulgares en su interior. Con una originalidad que no es nada aparente, te matan las almas superiores. Como una nube de fuego que arrecia las ciudades malditas. Pero él debe de habituarse a los ataques más violentos, a los choques más rudos, aprender a sonreír a los más terribles. Y, ahora tildado de vengativo después de haber escapado de aquella fatalidad sorda y ciega.
El debe pagar algo que insisten en cobrarle. Y él nos dejo ese abismo. A pesar de que su apariencia ostentosa y viril no era menos que la de un pueril mancebo. Tenía tanta pulcritud, que apestaba, su hablar y su estúpida manía de hacerlo, cual magistral, lo convirtió en cada notoriedad. Y era rey, era señor y fue amo y cogió el poder y siguió siendo. A hurtadillas. Con sus improperios.
La gente odiaba vivir rodeada de formalismo y casi intrínsicamente se entrelazaba en el mismo deslumbramiento y modalidad de derribar unos con su punzón a otros. Con su triunfo, gigantes desmelenados. Vetustos. Espectáculo a diario siempre conmovedor para los que asisten. Entonces se quedo para cruzar sus brazos y considerar aquel lugar en el cual vienen a fundirse en el abismo hirviente que agita al mundo en su torbellino de indiferencia, de polvo y de poder. Es un pobre sonriente por hacerse perecible. Estáis a su ruido estrepidante. No!. Es que esos hombres que merecen atenuación de pena, es como si estuviesen malditos.
Esa subyugante necesidad de permanecer suspendidos en el aire, una vana osadía por la cual habría de pagar muy caro en su insulto. Millones más ruidosas, apasionadas, en ese mar vasto, con sus olas espumantes siempre contra las rocas en choque.
Si algún día habría de descender desde tan alto, solo para mezclarse con el lodo.

Ahora daría Santander, ineludible valor a un día que fue lo que su apariencia no semejaba? Pero aún así, se habrá de aparentar porque jamáis podréis estar descartados. Con cuanto nos pertenece.
Pero permanencia allí como una indubia, todo por una inmensa nube negra que vino arrastrada por el oriente. Trato de sostenerse al mezclarse con el soplo consagrado del primogénito. Se abocinaba un tempestuoso y huracanado invierno; la tierra voló. “ALGUNA”. Arremolinada por entre la borrasca, por los caminos de herradura, hierba y madera seca que conducen a la misma dignidad y miseria. A los mismos estrechos caminos por los cuales habréis de ver perdidos a los seres transeúntes de la noche. Pero él nos ausculta ya para ignorar. Y te pudren muchos siglos.
El diablo dibujado, cual supremo rey en su trono, hecho a base de cualquier cosa, erguido a las espaldas ajenas, de los cuerpos exprimidos por su piedad. Astillados a palos las costillas por su misericordia, rompiendo las venas, esgrimía una herida enorme en la piel, golpeaba con su paso impetuoso sobre la llaga, hierba lozana del camino, sacada de la entretención; sumergida en la magia de la hermética caja contenida en el agua, tan azul y profunda, que es indescriptible, por su aliento de oprobio.
Activo.
MARGINADOR.

Qué más podrías decir? Habrías de estar allí, para mirar solo sus orillas. La que es el universo donde los seres piensan con la cabeza, se enamoran con el corazón, y creen permanecer siempre con los pies a la tierra. La cabeza erguida, siempre mirando sobre sus hombros los astros. De adonde procedéis; ya que os ignoráis a vuestro origen.
La cual un gigante la sacude cada vez que lo desea, las casa de cartón, pronto entre el huracán vuelan. Los tronos aun erguidos en lo alto. Sucedidos de vidas tras vidas. Intactos.
Que habrías de estar pagando una deuda en la encarnación de otras vidas; ellos dicen siempre estupideces para saciar su instinto; para vulneralizarnos. A la espera del perfeccionamiento de un alma condenados, esmerados hasta la inconsciencia por conseguirlo a tal. Ha de ser entonces el alma la que sufra cada vez que a su cuerpo renace un nuevo conflicto. Cuando eres desollado vivo. Para todo sueño hay un despertar y precisamente es a este, una pesadilla a la que por primera vez abres los ojos. De mala ley, porque aquella luz del día no entraba en tu cueva.
Pero, qué es esto? Y siempre estuvisteis a oscuras, y no conscientes a la Ley distinta. Un devaneo de seso.
Todas estas cosas que no son nada, por qué habríais de soportarlos, vosotros en el estado que mantenéis. Os estaréis olvidados de todo y reiniciando una nueva purificación de salsa que te impide reaccionar y a cambio bailas la danza y te mueres en su artificio? Así lo habrías de creer hasta el entonces. Y si en algo difieres; que importa, estaréis sometidos a la razón que otros tantos discuten por la lógica renuente de que siempre ha de llover de arriba, en la misma posesión de su mundo organizado. Hoy cada cosa tiene un nombre. Hoy estaréis para creer esto. Y para dejar que te implante, que te impongan, que te dicten, que te ordenen. Y qué haces después con los demás? Dar ordenes, dictar e implantar; pero en tu casa porque ese gigante de quien quieres vengarte, se te convirtió en un imposible y te cobras con otros, los tuyos, la ironía del destino; la desfachatez del amo de la tierra, como si fuesen ellos los culpables de tu falta de valor. De tu coraje y de la hombría que no llevas consigo; porque proliferas a los niños; castigas a la mujer y censuras al sistema del que no criticas el que te haya hecho torpe e irracional más que antes; como nunca. Te da miedo! Clamas como bestia, les odias tanto que lavas sus pies y les besas a diario porque temes perderles. Te gusta su castigo que hiede. Porque les amas como a amos.
Y, Dios, tu corazón aun latente. Suplicare. Dile que te escuche; que te pinte.
Soplan sobre las aguas despedidas en el espacio, en el cristal de nubes grises, tan oscuro y denso que hace pensar en que no hay una inteligencia mas distante que aquella que os esta encegueciendo. Que estáis solo al universo, entre tu mundo y lo que de él piensas; mas no soportado al momento de cuanto pueda otro discernir en su mente imbuida en cualquier ente. Porque tus amigos te inclinan al mismo trono; ante el mismo rey. Y creías que esa solamente historia o especulaciones del pasado.
Alienando y borrando a los cimarrones, abandonados a la perversidad voluntaria del león rugiendo de nuestro lado. Maqueados a la cobardía de ceder en todo, estremecidos por las olas; golpeados por le mar contra los peñascos. Inamovibles, pasivos, incapaces de protesta, atemorizados por el yugo. Hoy pegado de tu mano.
A los muñecos, además de darles carne y huesos, les ha regalado lagrimas eternas de sal mezclada al cobre; corazones cimentados a los sentimientos justificados. Fingir sus pasiones tras un lívido débil, demasiado manto a su precaria intimidad. Beber a sorbo sus instintos reprimidos. Por la razón. Una causa hiriente. Pero aún así, de momento podréis estar a la cabeza vencido; rostro y perfil les soplo el encanto. Les masturbo el apasionamiento, poca paciencia de algunos, otros poseídos, totalitarios en el derecho exclamativo y ruborizarte con el que se puede anular. A los demás. Demasiada mente, denso concupiscentes; dotados de nada, vacíos con los dedos entrelazados a la disposición de quien habrá de obrar y no lo hacen porque van a la urnas a elegir lideres que nada tienen que ver con ellos. En cambio! Justo entonces, querendón intransmutable de paz. Siempre alimento la injusticia. Siempre mintiendo. Además estabais provistos de anhelos para todas aquellas cosas en las cuales os descubriréis a letargo desprovistos. A cuenta gotas tu felicidad recibida, siempre tras cualquier conquista. ¡Y es que hay tantos en el mundo gritando por lo mismo; que debe de haber un oído muy amplio para que todos logren ser escuchados un poco antes de que mueran. Porque te llevan el derecho a la tumba. Con lo distante, a nuestra escasa familiaridad en todo, existencial por lo remoto. Quedados al fin para vivir de vulgar manera, para servir sentirías la necesidad de desencadenaros de aquellos valores inexistentes, inaplazables que han de condenarte por cualquier pecado inmemorial. Pero somos débiles si suplico porque no aprendí más. Hacer todo cuanto os plazca; sin permitir a nadie el apoderarse de nuestras voluntades. Sin un fin. Sin justificar nuestro hecho en su causa. Lo importante era dar cualquier lección. ¡Y otros de los tuyos dignificando tu forma de vivir; esculpiendo sobre piedras; acercándote a la morgue. Que sientas frió.
Un día cualquiera el gigante decidía, lo fácil era cuál de trágico habría de terminar todo, pasivo, tormentoso, esa era su propia cuestión; más que un capricho, su deseosa voluntad de llevar a cabo cualquier percance. ¡Qué se cobra? Qué pudo genializar esta creación para que los hombres sufran y qué se espera de ellos y les pones a arañar el suelo y le devuelves el poder siempre a los mismos. Esperas que ambas partes puedan reaccionar sobre sus condiciones y rendirse sobre sus bases contrarías?
La historia de cada uno parecía haber sido sellada en candentes hierros con antelación. Hasta la propia muerte de los nobles, plebeyos opulentos, exagerados, extravagantes egocéntrico. Al visionario poderoso. Demasiado oro y diamantes sobre el espejo en el cual día a día os reflejáis. Morir así! Que indistinto habría de ser si la sola agonía es ya un accidente al sufrimiento de un infortunio. A la falta de amor.
Sois excéntricos. No a todos les permites sonreír plácidamente y les torturas largamente. A otros demasiados sonrientes le obligas a despedirse demasiado pronto.
Tener que padecer ha de ser lo más triste. Después de haberlo estado preparando todo, surcos sobre los cuales habrían de plantarse las semillas, he incipientes no verlas jamás germinar, menos habría motivo de esperar por algún fruto.
Morir así... Qué gloria daría.
El sol tenso como el más rígido de los monarcas, llovió sobre él, el poder del altísimo se opaco en la misma masa y sombra que confunde a los canallas. Queríamos vivir, pero desconocíamos la manera de hacerlo. Vivir, tan solo vivir. Porque ya como nunca mis preguntas jamás obtuvieron respuestas.
A la deuda eterna del plebeyo. A los adoquines.
Los amigo aparecieron por entre supinas, sin prestigios, las marionetas caminaban por entre bambalinas. NAIR. Con aquella invitación al borde de los labios, llegaron un día de esos, una mujer cualquiera, si ha de permitirse tal desafió y designio para una mujer sin trascendencia alguna, que le hace indistinta; sin que siquiera en ella se hayan detenido alguna vez las miradas. Se mantenía el día en su empeño, oculto. No era copioso, pero entonces precisadle hablar y prepararnos, asegurarnos de que repentinamente nos abordaría el invierno, que llegaría tal cual como había sido hace algún tiempo atrás, frío e indeleble; que seriamos los mismos tristes y melancólicos transeúntes de una avenida cualquiera; con su peste a cuestas, paralizados miraríamos como desfilan los orangutanes, que llegarían a nuestro interior hasta hacer crujir los huesos.
Aunque inundados los suelos, parecía florecer sobre ellos de alguna forma la vegetación. Siempre había flores. Todo más verde de lo que hasta el entonces se había mirado. Infranqueable. Buscaba aquel punto que configuraría la unión del día y de la noche; sobre e manto, permanecer allí, a la posibilidad de que en algún momento la tierra se estacionaría y dejaría ya de girar. Trazar entonces aquel limite constante, más no imaginario con el cual se ha de idealizar todo. Permanecer entre aquellas dos luces.
Llegamos temprano a buscarte.
Sacudíais uno al otro aquellos circulados globos y pequeños de agua; los veía deslizarse apresurados sobre la piel humedecida; su traje amenazaba ya en convertirse en una sola pieza adherida a su cuerpo, para delinear de cualquier manera una piel escueta. Corrían presurosos por cualquier lugar, arrepentíais si ese sentimiento fugaz cobijo alguna ilusa esperanza y en decepción cayo mortalmente apesarado. El no haber detenido las fugases miradas en contemplarte. En respuesta, solo una manifestación tangible.
ANULADOR.

Otros sucumbían en aquella brisa glacial, convertidos por la imaginación en copos de nieve. Hechos del frió electrizante.
Te hemos llamado dos o quizá tres veces. Si, pudo haber sido; lo siento. El teléfono nunca sirvió en su momento.
No fue a él a quién acudimos. No sé para que haya de estar aquella puerta delante de ti, si cada vez que se toca a ella, no habrías de querer abrirla; para cuando decidas hacerlo, no encontraras quién quiera penetrar por ella. Huyes. Siempre. Pudieron se tres o tal vez cuatro veces que sentí necesidad de correr. Pudo haber sonado al infinito y en mi no existían aquellos ruidos. Solo había difusión – pausa.
Afirmaba uno de tantos sin la duda mínima que previniese de aquellos labios apretujados. El que desde entonces tomará un nombre relativo. No es un suceso relevante; mas se ha hecho presente. 123. Teresa exclamo!. He resuelto pasar inadvertido. Musito ensombrecido por las primeras nieblas de la noche cosida a la solapa su levita de honor. Un penacho gigante y negro lanzado a los cielos. ¿Vives oculto?. No, te ocultan. Ya después nadie quiere salir del anonimato.
No puede ser posible!. No era más que un sueño, ahora una casual coincidencia. Fantasmal.
¿Te han dejado vencido las cosas de ayer?. Siempre lo hemos estado, a la pasividad de lo que acontezca. Que tardíos sois todos. Aspiráis poder amar y has perdido la respiración de momento. Tan solo ahora lo percibes; que podrías decir que jamás nos hemos separado, más nunca nos hemos conocido; siempre mirados así unos a otros como simples cosas sin contiendas; no hay motivo ni explicación existente. Que han pasado tantas manos ominosas entre las nuestras, que a duras penas podréis recordad el último apretón, con el cual estaréis despojados. Allí párvula nuestro secreto, en ellos conjugados os habréis de sentir de ella separado cada vez que conseguíais alguna tonta ilusión por sostenerla, trasmitir todo cuanto sientes. Pero te abandonan. No culpas a nadie…
Se libero demasiado pronto, que descubres que todo ha quedado aún sin concluir mientras las palabras balbucientes forman locas burbujas en el paladar coartado. Consideras jamás haber terminado nada. Sin conocer el interior nuestro, estallados aun cuando menos lo habéis estado esperando. Irremisiblemente. Después de aquel caos funesto, no habrá mucho por hacer. Hartos finalmente de hacer las mismas cosas, ya no habrá nada por experimentar a nuestro alrededor. Hablaréis deliberadamente de la desgracia, dirás de los últimos caminos cosas maravillosas; de la esencia sabes que todo terminará en el mismo caos. Y lo evitamos como tontos, caer, pero finalmente vamos a lo que siempre fuimos. Como si una vez más regresara a ese punto de partida. Ahora no sabrías precisar un deseo repentino del mañana. Qué podrías esperar con la atmósfera espesa a tu alrededor, mientras todos hacen alarde de su condición, tu como un estropajo a tu destino crucificado; con sus férvidas manipulaciones. Cada vez en sus palabras se aseguraran de dar en el tino. Tu solo en silencio tomarás la gota amarga con la cual descubres el ataque no programado día tras día y le soportas con el coraje de los mismos años. “Supuesto” en el cual has caído preso.
Levanta tu dignidad.! Te dice: pero la sociedad ha hecho ya demasiado.
Tampoco ha de ser cualquier cosa que la humanidad abrupta permita.
Hemos muerto o simplemente hemos sido abandonados al suelo, lanzados en el mundo de los litófagos. Tesoros acumulados tras de nobles generaciones, si el caudal permite el refinamiento. Cuando estas circunspecto en cada cantidad que representas. Un mísero transeúnte con un pecado moral a sus hombros. Erudición universal, has fragmentado mi alienado corazón, sentimientos convertidos en exceso de confusión.
Ahora no podrías entender nada. Los inteligentes por su estrecho, no dejan ver. Lánguidos a la desesperación, penetráis en aquel túnel de donde quizás nunca saldréis al otro extremo; por los mas altos; ámbitos en la dispersión reaccionaria cuando cada cual considera de justa aplicación sus conveniencias. Fosilizados. Predicadores absurdos que pronto habrán de vender aquel orgullo, con su dignidad funesta. Si la hipocresía es toda su verbalizad y costumbre. La conjugación, tu aserrín, y solo estáis para mirarles hablar y solo hablar. Hasta que consiguen hacerte un carente de ti mismo, metido en sus cosas, ya no habrá espacio para las propias. Enmascarados tras de los omnipotentes. “Hay muertos por todas partes. Sin embargo; os habréis de descubriros a su verdad, atónitos. Y, la desesperanza va más allá de la opresión que recibes.

Presagiados y precisados en el descubrimiento de códigos secretos; para se los autócratas y dictadores del espacio.

11
Apatía de su vulgar dominación; de su vulgar orgullo de derecho, de mortal potente. De su atavismo de posesión. Del humano de camándula de golpe en pecho.
Los artistas negros son el paradigma Norteamericano de la personalidad vivida, Latina y ardiente, en lo vibrante de la dramática afirmación de si mismo y de la magnitud espiritual que no es sino esencia. ¿Por qué retrógrados pretenden mantenerlos alejados? Marginados de la realidad de una existencia palpitante. Sigue alienación temblorosa, pasiva inanición que te lleva al estado convulsivo hasta conseguir tu deceso. Pero habréis absorbido su vicio letal; el constante desafió a su autoridad. Sus malditas reglas marginales; cancelantes a los cuales constantemente habréis de estar expuestos como velero sobre las olas fuertes del mar de sangre que ellos alimentan; hasta dejarte encadenado en la misma senda de retiro por la cual Dios es quien gobierna tu destino y aceptaréis el que diez milenios mas, sigas limpiando la mugre que dejan a cada uno de sus pasos porque solo tu eres quien decide lo que quieres hacer de tu vida. Porque no tienes mente luminaria; que lo único que ansias es el poder. Que no tienes a tu cargo nombre de congregaciones ni nada que por el mundo lleve tu nombre; ni tu escudo. De simple hecho; no has hecho nada. Que ni siquiera sabes que sucedió contigo; porqué has de saber lo que sucedió con los demás. En simple palabra, no eres nada. Te toco el pedazo añejo del pastel. Tras de si te han creado a un horroroso aspecto. Solo inspiran soledad y zozobra, angustia eterna de tener que soportales. Martirio penitente de andar de rodillas, postrados como perros a su única frialdad permisiva. Quizás porque nuestra mente despierta, la que dan por anulada; no podrá animarse mas bajo el agua, ha de presentarse. Sal pues del lodo putrefacto al que habéis sido arrojados; no esperéis, ya que jamás lanzaran la cuerda, al contrario, buscaran presurosos el lazo para atarlo a tu cuello y así acertar un solo golpe de cuchillada en tu garganta. Perforaran tus sesos sin piedad. Porque Dios dice: El animal devora a su presa y terminará por devorarse a si mismo.
¿Y, qué es el ser? Si para ellos no hay valor distinto que el su propia sangre.
Y, qué es su sangre? Si por sus venas ya no corre sino veneno.
Y, sus manos el detonador de esos mares correntosos de su sevicia -de su crimen - de su sangre ahorcada. De sus manos que matan. De su mirar despiadado. Del que nos cree pendejos.
Pero les miraréis reír y algunas veces podrán contemplarte con los ojos de ángel, en su interior marcado seguirán pensando en lo poco; que no eres mucho para merecer demasiado y nunca su infamia será suficiente para hacerte conocer su poder arrogante en el cual estaréis torturado. Nunca llegará su cancelación. ¿Y Dios y él no se pelean el hambre?.
Pelear por él. Que ridícula excusa. Y Dios él pobre negro aprendió a dar de beber de la misma sangre en su nombre; de esa hiel que escarmentó, porque él como todo, cambio. Para mal o para bien. Y es que nadie soporta la irrealidad; el que los demás no entiendan que hemos declarado nuestros derechos para ser un ser humanos, para ser un hombre sobre esta tierra y que esos derechos nos pertenecen por los caminos que sean necesarios.
MALCOM X.
Porque ese criminal radical lo ignora.
Y, no pedíamos ni siquiera ser ricos.
¡Pero porqué aun estamos inmersos en esa indescifrable incapacidad!
QUINCY JONES.
Pero te necesito si con él apaciguo a viejos lobos voraces que me espían. Y con él comparto esta caverna.
Pero la suerte no es de muchos.
Pero no es bastardo. Es mentira. Los racistas no existen. Solo que los negros los crean en su misma imaginación de conflicto, con su mal paranoico de aspecto convincente. A la manipulación de conveniencia, para muchas cosas. Se descubren que están mas limitados que el agua retenida en su podredumbre; que sino tiembla, jamás podrán derramarse sobre las orillas que le contienen. Pobre vida; tratando de sobrenadar en un mar de mierda.
La infinidad lo detesta, odia que se hable de cosas desagradables y escabrosas. Pero hoy descubres que es tu pellejo el que esta al borde del precipicio. Que la piedra esta en el zapato que tu calzas. Que es tu destino el que se ha puesto en juego, que es tu moralidad constantemente en tela de juicio, abolido a tu desempeño. Dejado al azar del destino. ¿Quién precede de mentalidad más egoísta y cruel?
Y considera su prejuicio como una digna verdad.

12
Rebelarse al conformismo tenaz en su concupiscencia y la respecta bi 1 ¡dad, burguesía a la que han considerado habrán de ser sometidos y vosotros devotos con ese aspecto debéis venerarles a diario. Inicuos de verdad. Por que mirarles con tanta importancia. Sino son mas que arrogantes mortales que pronto también se pudrirán. Como ayer, hoy es igual. Se pudrirán. No son nada.. Qué creen ellos qué son?. No podrán mordernos a todos. Asolapados y te toca escalar peldaños sin fines. Para todos.
El anular, no les permitirá descartar el que somos excelentes, a pesar de su oposición, que es la falta de oportunidad con la que nos tratan; que seguimos cantando para alegrarles aquel rincón amargo; que estáis en esa fiesta viendo el espectáculo de estas marionetas en las que nos convertimos para divertirte. Ya ven como aun seguimos flotantes en su lodo de odio, ya ven como estamos resistidos a la cadena perpetua. Después de 500 años viviendo entre mezquinos.
Les esta venciendo el miedo y resolverán cambiar todo, lo modificaran cada vez que el enano se les crece, pero pronto se acabaran las ultimas alternativas. Han llevado la vida a sus extremos, han explorado todos los limites lejanos de lo posible. Y no diremos nada, entonces quizá a nuestros hijos se les haya condenado a ese delito de no nacer porque ya no hay lugar aquí para ellos.
Un escape reaccionario hacia una abstracción y un racionalismo falso.
- CAMILLE PAGLIA. - N. SUESCUN.-
Táctica plagiaría.
Vividos a vuestras vidas y es como si ella en verdad no os perteneciera; le alimentas, le lustras, te esmeras porque cada vez sea mejor. Mas sin embargo otro la despedaza, le corroen sin contención alguna. Es intrépido en su habilidad, hemos soportado la tiranía de la erudición catastral. La proliferación va mas allá de la mano barata que se arroja cada día.
Sin saber que hacer consigo mismo; comprendía el resultado de una amarga temporada. Entonces deseos que cubren; celos feroces induciendo a pensar que habríais de haber renunciado a tal tipo de amor.
El sol volvió a verse implacable, era entonces aquel febrero
martipicience, provisto de un algo cualquiera, cada vez iba mas lejos en la luminosidad que esparcía sobre la superficie del mar; así ese fondo oscuro adquiría un resplandor nunca antes visto. Un aura junto a un corazón consagrado que festeja el que un día todo cambie. Aquella atracción que duro largamente, se ahogaba en la experimentación lenta, cada vez en una fantasía no concluida. Cada mañana despertaría a la prueba de una soledad que enteramente le había absorbido; inconsciente cruzaba las manos alrededor de la cabeza, mientras que por aquel orificio hecho desde entonces, penetraba un hilo de luz deficiente; un reflejo lánguido. Así deja traslucir una sonrisa triste. Le había descubierto nuevamente junto a la arena febril y espumosa del lúgubre riachuelo de siempre. Cuanto daría por poder volver. Se ha perdido en aquel camino largo a la orilla del mar mientras las olas soplan. Junto a su cuerpo... Se dijo al verse abandonado en un mundo demasiado triste y solo. Tan solo y triste que aquellas voces del silencio lo eran el todo. Y ya sobre la arena no se hacían huellas. Aprendió a caminar sin que nadie notara su presencia.
Atenuado, un día de estos, seguía. Después le veía fluir dotada de un extraño atractivo, romántico, le hacia nuevamente estremecer. En ellas quedaban las sensaciones mientras parecían mesurarse en tan diminutas cosas con vida, le dejaban tendido y agotado.
Estas cosas entorpecían. Porque el mar iba y venia sin saberse de dónde.
Los rasgos de los amantes sorprenden por su parecido, ansiados de poder llegar a ser exactamente la perfección diametral y conseguir con ello salir del encasillamiento de los innobles actos. A ellos sujetos. Con su audacia interior, con su exterior cada vez mas tímido. Desnudo hasta la configuración que ni siquiera ellos habían logrado comprender plenamente.
Prosigue aun muriendo melancólica la trompeta.
TRES DAY SUCKER.
TOMMY MEDLEY.

Pelear por él y en nombre de Dios. Es como si el monopolio nos arrebatase el derecho de pronunciar su nombre. Llamarle de tantas formas al referirnos a la misma persona.

13
A quién hacemos culpable de la genialidad con la cual el hombre ha de saladar la maldad. Es como vivir sin pensar en la muerte y sus formas.
Penetra intexpectivamente.
Lo he perdido de nuevo, pero habré de comenzar en otros tiempos.
En aquel panorama vulgar, simple, lleno de falsedad, envidia.
Perforados hasta la inconsciencia, el pellejo deliberado y castigado sin apelación; a su tribunal. Cada vez una más; y fueron tantas otras veces.
Pragmática.
Este no es un libro de arte: es un libro de pasión.
No es un libro de belleza: es un libro de dolor.
El alma de un libro es la sinceridad. Este lo es.
La verdad es cauterio y es cicuta. La vida es fango y es lágrimas. Por su soledad insaciable.
Mi libro es libro de verdad y de vida.
Yo se de los corazones quemados por ese hierro, y se de los labios ardidos por ese tósigo.
Yo se del lodo ungido por las plantas de los peregrinos inconsolables del mal.
Y ese espanto de la vida ha quedado impreso en mis libros, como el espanto del dolor en el lienzo de la mujer piadosa, que salió al encuentro del martirio en la colina sagrada.
Libro soberbio Libro desolado Libro triste.
Su soberbia no pide ser imitada. Su tristeza no quiere ser consolada. Su inmensa dilación no teme ser superada. Árido como el desierto. Sus costumbres. Amargo como la raíz del lináloe, áspero como la hoja del cactos. Así es él. Libro de afirmaciones, no de emociones. El amor aparece en él como es siempre la vida: fatal e irredimible. La mujer cruza por la intemperie de esas páginas como pasa siempre por la existencia de los hombres: inconsciente y trágica. Flor de lascivia y desventura. Para desafiar los pudores coligados a fuerza de martillo. El dolor que aquí aparece va hacía las almas capases de comprenderlo.
Amargo como la vida, desolado como el espanto, hosco como la lucha surge este libro.
Libro blasfemo, libro maldito, libro impío. Así le dirán. Aparecen como yo a la proscripción, son flores de batalla y derrota. Ignorados al sol del triunfo. Se han abierto a plena noche en su tristeza opulenta. Tengo el alma demasiado altiva para ensayar cualquier forma de adulación. No soy lisonjero. Hay que escribir libros de conciencia si es que existe y de agresión necesaria, de energía y de lucha para estas generaciones débiles y voluptuosas; indiferentes a la libertad, sometidos por piedad, acostumbrados a vivir en el yugo eterno del martirio. Pasivas y pueriles, obsesionadas por la fe, vencidas por el amor, humillados por la vida.
Abandonado a la parodia.
- VARGAS VILLA.- IBIS -
Pero la victoria será de quienes tengan seguridad en si mismos y soporten luchando hasta el final.
El sistema, las creencias y la filosófica verdad promulgada durante siglos. Un ser superior existe.
Quedaréis pues acostumbrados a los estúpidos rostros de yeso. Siempre. Los rostros sincréticos. No quitaréis el pañuelo blanco de vuestros ojos hasta que tu inapetencia sea lo suficiente para ello. Mientras se simula la búsqueda insaciable de un doble propósito; las esperanzas de: " BONGO."
Sumidas, encarnadas, los sentimientos hechos flecos en la prontitud del que promulga la evidencia, la justicia y la razón. Lógica moral. Del ser un advenedizo en el mundo. Especie de litófago.
Si pudiesen quitarte el sol, hace mucho lo hubiesen hecho, a cambio te lo dan penitente.

14
Ahogabanse en la intensión por derrocar un régimen con su propósito destructor definido; de posición contraría a la promulgación de un idealismo dilatado y pulcro en la posición de su indulgencia. La oportunidad de poder tocar en los bares Neoyorquinos.
El racismo se destapa en todas sus facetas. Para vivir con vuestra lucha; el mundo los creas pero debes aprender a batallar contra ellos, tragarlos en tu organismo para piedra. Con ello llega entonces la conflagración en otro tipo de traición aplicada en todas sus formas a manera de hacer que todo se muestre del lado contrario. Insinuadas una loca apariencia, en lo más obstinado de su probidad. Con los arrogantes acontecimientos que condenan la vida de unos extraños infractores. Por la superstición enfermiza. Elegante para ellos. Quinientos años de servidumbre. Andrajosos. Esclavos liberados que no saben como atraer hacia ellos la atención. Ahora se expanden por tus reacciones. Viene entonces. Los comparativos por una regla de supremacía al encontrarse sobrepuestos al mal trato del cual eternamente quieren verte amarrado. Tus ilusiones diluidas en él.
SOUL BLUF.
Los demás merecen el anonimato?. Merecen ser tratados así?.
Todo el tiempo, los minutos y las horas, corrían ya sin la importancia que solía darle en otros tiempos. Apología "
En los aquelares del destino. Estáis encajado en el mar, a una roca, en las mismas aguas que terminarán por tragaros, y llevados aun mas al fondo del infinito del mismo infierno en el cual estáis todos vosotros revueltos por el lodo de su hipocresía, de su ética. A la vulgar vida de burgués. A la vida de lutiva; muerte. Hemos presentido que algo os ha de acontecer. ..!No es nada que pueda tener importancia. Las tasas de café se levantan humeantes en momentos coincidenciales; frente a rostros cóncavos e inciertos. Los robot. Las miradas en cambio si permanecen perdidas, como idas de esta dimensión, en otras galaxias fantásticas. Edificadas en el avance sus caras anodinas, indescifrables, de los inquisidores que flotan en el aire. La nostalgia, dolor de un sentimiento de conciencia equivoco. Se resisten a marcharse, alguien espera por ellas. Párvulo en el ambiente una sospecha. El lo es, culpable. El vapor escapa ya ilustrado en su maravilla por miles formas indecibles. Aquella neblina liviana; lívida apabullando unas pasiones que subsisten odiosas y retardadas, en medio de aquel sentimiento triste. Morbosas, sin escrúpulos ante la expugnación tan indescriptible y osada. Culpabilidad sutil que habéis aprendido desde niño. Sois inaccesibles. Lleváis tanto tiempo haciendo lo mismo, que difícilmente hoy tendrías tiempo de respirar aquel aire disfrazado de su aliento que penetra en tu ventana y es de ti descifrarlos. ¡Pero! Habréis de callar ante todo cuanto intentéis decir, aprenderéis a conocer, que siempre tus palabras deberán de detenerse en el mismo lugar, un poco antes de que puedan salir de tu momento al mundo exterior y, os reirás de manera irónica en tu interior, como si te sintieses satisfecho ante lo que jamás has de pronunciar. Para decir. Me las trague yo mismo.
! Pero como matan los salvajes y deplorables, humillantes, bajas y absurdas. ¡Y, con ese aspecto que no le va!.. Quizás entonces tenéis poco entendimiento, e ignores a los disidentes. ¿A ciencia cierta os preguntaréis de que manera?. Para qué estar perpetuados en un dolor estéril. Diríais...
Solamente; no revuelvas el puñal en la herida. No os lamentéis por nada que todo es una pertinente mentira. Entonces no os perteneceréis a esa mueca absurda, con la cual reflejas una lejana felicidad. Todo es lucha. Todo es muerte. Todo es tristeza.
Todo había estado siempre allí, la música, el alféizar, los cuadros rotos, las estatuas de yeso; el gato, los perros las marionetas de papel y hojas con sus dibujos abstractos sobre el piso. En el buró su fotografía, nuestro pasado derramado en pétalos, árbol salpicado por su veneno. ! Aun más, no os sonriáis triunfantes. Puesto que la vida no se termina aun. Se continúa...
Un advenedizo en el mundo de los litófagos.
Tal tipo de persuasión no existe. Solitaria opresión. Sonrío mísero; miraba reducido por una esfinge, al momento cercano a vuestro suplicio, ese mutismo exorbitante, necesitado de una sensibilidad exquisita. Simulo; v-No era mucho cuanto podrías conocer de 169. Permanecía retraído con su mente llena de cavilaciones, por lo demás burdas e incipientes, detenido ante las miradas que repentinamente se cruzan sospechosa y sin acierto. En el vacío descubrió en aquellos ojos revoltosos, tristes, un algo que quizás podría considerarse amor indignado por lo sucesivo; le dejaba a la postre de una misericordia. Lejos de una intensión utilitaria, necesitados de un sentimiento; a esa simbología que os suele describir.
Todos vosotros sois, siempre lo habréis sido, deudos para saber todo cuanto os pasa; lo que ha de aconteceros en la profundidad de un alba gris y humedad. Habrá huecos para vomitar la peste, para saber otras cosas;

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Existiréis para ignorarlo todo.
Vosotros estáis todos en desapruebo, condenados a la maldita ansiedad del que va tras de si como si en verdad os tuvieseis padeciendo y fuera todo cuanto deseases en ese mismo instante, como si le odiases pero que en verdad quisieras sentirle latir junto a tu pecho, cerca, latente, pero es un error asequible. Habréis de perpetrar por su razón.
No os precisaréis de ignorar aquellos rostros; lo duro, lo aparente. Por ellos no heredéis la desdicha del pasado, la mente aun no despeja la duda; de que estéis presos de una inaudita ilusión.
Podremos retener vuestras formas si decidierais cantar o reír con vosotros habrá un espíritu distinto para cada uno de ustedes, libre por su sembiante0; tómale y aprende en ella en el estado en el cual le habéis atrapado.
Todos ansiados de poder transgredir los convencionalismos, los tabúes eróticos y acceder al reino de lo prohibido; hoy quizás podréis ya deciros, pero aún sois tan débil de enfrentarlos, que estáis a la practica, a la postre oculta de quien se considera perfecto, a los ojos del que puede blasfemar en contra, de algún desagravio, por tu pecado para herirte.
Que te habréis convertido en simple agresor de lo oculto, para pasar al justificador resplandeciente al cual temes ponerte en claro; al temor malvado de la verdad predicable. Atemorizados por la contienda de sus lenguas de medusa; cuando lo racional no enseña otra cosa que el filtreo de similares y caducos moldes de barro. Pero.. ¿Quién se atreve a discernir? Piltrafas.
Agresores. Estrafalarios. Poca imaginación para liberar los pensamientos que han de provocar los delirios, todo aquello tan tenebroso y absurdo; hoy al saber que por su culpa misma os predicáis a la misma posesión, promulgas, practicáis, y os mantenéis en las tinieblas de una noche sin fin en la mañana en la cual podréis discurrir sin los ojos que os revelen. Y apareceréis enmascarados, aun débiles, con el dominio extraordinario de una falsa personalidad.
MILÁN KUNDERA.
ANARQUISMO.
Lo que una vez fue y estaréis impacientes porque se suceda de nuevo. Allí aunque difícilmente manifiesto. Aquí se forman los adversos, nada va; nada viene. Siempre habrá de existir algo a lo que deberéis temer en verdad de enfrentarlo; al padecimiento de vivir a la intensidad perpetua de un milagro, de aquel que besa en lo escalofriante de su propio espectro y se sonríe para decir que allí aun tienes esperanzas; que te dice que pronto tú también descansarás.
Ante una humanidad embutida de perjuicios. Dolor de abrazar por principios. Basta tu dignidad, si ella se descomplementa si hoy para los demás ya no existe.
Cuando el amor en respuesta es algo mas que el hielo abrazado a su bao mortal.
Del látigo que os gobierna y azota contra el frontispicio. Os conservaréis en su extremada sapiencia, miopía por bandera; la frente erguida, un mástil frágil en su interior. Ese, aquel maldito dolor no importa. Callaréis para los normales, soportaréis en tu interior cada derrotero, cada bala a tu escudo hecha. Difícilmente le consideraréis paradójico, resentido y fatal aquel tu silencio. No aceptaréis seres distintos, y a tal punto desquiciado social a todo aquel que rompa con un patrón manipulador en lo diestro de tu obra y os quedéis limitados a la palabra que podréis gritar; porque estáis del lado del que reflexiona a cada sensibilidad escrita.
Puesto que dentro de ti, ni siquiera se conoce; cuánto ha de significar libertad.
Vosotros entonces en verdad os habréis convertido en distintos; y obtendréis el derechos a ser vistos como tal.
" SUBJETIVO. " Seres extraños.
Tu manera es esa, de vivir el mundo entre la atrocidad ignorada; a los rostros alaridos por un extraño desconcierto.
Terminaréis por convertiros en exactos productos manufacturados a serie y como tal; debéis de merecer el deambular somnolienta en igual cantidad. Ya que no aceptáis posibilidad alguna; no reclaméis por nada. Y habrá de existir precisamente la igualdad; cuando se habla de una manera conjunta en términos de proclama. Pero no lo sois. Puesto que hoy habréis de abandonarte y dejar tu ser. Esperaréis paciente al cambio,

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existiréis para ignorarlo todo.
Vosotros estáis todos en desapruebo, condenados a la maldita ansiedad del que va tras de si como si en verdad os tuvieseis padeciendo y fuera todo cuanto deseases en ese mismo instante, como si le odiases pero que en verdad quisieras sentirle latir junto a tu pecho, cerca, latente, pero es un error asequible. Habréis de perpetrar por su razón.
No os precisaréis de ignorar aquellos rostros; lo duro, lo aparente. Por ellos no heredéis la desdicha del pasado, la mente aun no despeja la duda; de que estéis preso de una inaudita ilusión.
Podremos retener vuestras formas si decidierais cantar o reír con vosotros habrá un espíritu distinto para cada uno de ustedes, libre por su sembiante0; tómale y aprende en ella en el estado en el cual le habéis atrapado.
Todos ansiados de poder transgredir los convensionalismos, los tabúes eróticos y acceder al reino de lo prohibido; hoy quizás podréis ya deciros, pero aún sois tan débil de enfrentarlos, que estáis a la practica, a la postre oculta de quien se considera perfecto, a los ojos del que puede blasfemar en contra, de algún desagravio, por tu pecado para herirte.
Que te habréis convertido en simple agresor de lo oculto, para pasar al justificador resplandeciente al cual temes ponerte en claro; al temor malvado de la verdad predicable. Atemorizados por la contienda de sus lenguas de medusa; cuando lo racional no enseña otra cosa que el filetreo de similares y caducos moldes de barro. Pero.. Quién se atreve a discernir?. Piltrafas.
Agresores. Estrafalarios. Poca imaginación para liberar los pensamientos que han de provocar los delirios, todo aquello tan tenebroso y absurdo; hoy al saber que por su culpa misma os predicáis a la misma posesión, promulgas, practicáis, y os mantenéis en las tinieblas de una noche sin fin en la mañana en la cual podréis discurrir sin los ojos que os revelen. Y apareceréis enmascarado, aun débil, con el dominio extraordinario de una falsa personalidad.
MILÁN KUNDERA.
ANARQUISMO.
Lo que una vez fue y estaréis impacientes porque se suceda de nuevo. Allí aunque difícilmente manifiesto. Aquí se forman los adversos, nada va; nada viene. Siempre habrá de existir algo a lo que deberéis temer en verdad de enfrentarlo; al padecimiento de vivir a la intensidad perpetua de un milagro, de aquel que besa en lo escalofriante de su propio espectro y se sonríe para decir que
allí aun tienes esperanzas; que te dice que pronto tu también descansarás.
Ante una humanidad embutida de perjuicios. Dolor de abrazar por principios. Basta tu dignidad, si ella se descomplementa si hoy para los demás ya no existe.
Cuando el amor en respuesta es algo mas que el hielo abrazado a su bao mortal.
Del látigo que os gobierna y azota contra el frontispicio. Os conservaréis en su extremada sapiencia, miopía por bandera; la frente erguida, un mástil frágil en su interior. Ese, aquel maldito dolor no importa. Callaréis para los normales, soportaréis en tu interior cada derrotero, cada bala a tu escudo hecha. Difícilmente le consideraréis paradójico, resentido y fatal aquel tu silencio. No aceptaréis seres distintos, y a tal punto desquiciado social a todo aquel que rompa con un patrón manipulador en lo diestro de tu obra y os quedéis limitados a la palabra que podréis gritar; porque estáis del lado del que reflexiona a cada sensibilidad escrita.
Puesto que dentro de ti, nisiquiera se conoce; cuánto ha de significar libertad.
Vosotros entonces en verdad os habréis convertido en distintos; y obtendréis el derechos a ser vistos como tal.
" SUBJETIVO. " Seres extraños.
Tu manera es esa, de vivir el mundo entre la atrocidad ignorada; a los rostros alaridos por un extraño desconcierto.
Terminaréis por convertiros en exactos productos manufacturados a serie y como tal; debéis de merecer el deambular somnolienta en igual cantidad. Ya que no aceptáis posibilidad alguna; no reclaméis por nada. Y habrá de existir precisamente la igualdad; cuando se habla de una manera conjunta en términos de proclama. Pero no lo sois. Puesto que hoy habréis de abandonarte y dejar tu ser. Esperaréis paciente al cambio,

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si ante él te arrodillas y comulgas y das de a punta pie al volverte sobre ti. !Que exhibición. Que dualidad. Con su rostro severo, su mirada desafiando; se para en el postigo para anunciar; la elaboración; memorial de brutalidad encarnada en dos palabras. Dos letras.
Dados a La persecución social; tiene un todo de espantoso y macabro.
Perdón, señor..! Usted, comprende que Dios ama - Pero mata. Y se conjuga a diario con su absolución.
!Oiga usted, señor PRESIDENTE.
No es usted la clase de persona que divide en cúmulos de clase?; dotadas de privilegios, con derechos selectivos, favorece al menester; distraídos a los distantes de su clase y color; que se hace el retraído en dibujos animados cada vez que la verdad sale a flote?.
Pero otros se dedican a reunirlos.
Sr. HAYAKAWA.
Mientras su proyecto crece en la selección meticulosa. La intensión llana, vulgar y cobarde os abrasa. A cuantos os merodean. Por su pulcritud.
Su antítesis del egoísmo, habrá de tener un fin. Como veraL Se están acumulando fuerzas para ir desplazando su doctrina.
Y un día también usted será desplazado. Convertido en el mismo bebedizo con el cual ha de helar la sangre de sus víctimas. No habrá entonces loabilidad alguna para sus pecados; usted los creo y no espere bajo ellos encontrarse redimido.
Porque usted tiene la manía de examinarlo todo con absoluta esencia y siempre termina declarando la guerra. Mientras tanto discierne abatido, y lento de entre los poseedores de intachable figura; de entre bambalinas. No temáis a la verdad de un reclamo!.
Por su salvación.
Que os habréis confabulado de intachable manera en tu santidad de ser y tu esfinge descolla como una cúspide mas; de cuanto hoy te ha correspondido en el destino. Hoy habrá para ti una aureola.
Pero sepa usted; que todo en ella ha sido cuidadosamente creado.
Lo ha dejado un día secretamente mirarle a la cara, en la presunción de que todos lo ignorasen. Entenderá entonces la razón.
Sus pobladas cejas cubrían el contorno de sus ojos, sus pestañas centellantes; todo encendido bajo sus párpados.
Se convirtió a su mirar en la virtud, transcripción perfecta de la melodía de flauta dulce.
Pero él se inmolo en su sobriedad; se fue de largo; puesto que ya poco le importaban, dejo solo sus medidas. Y no fue mas que un sesgo en el vientre libre de esa mujer.
Se sintió quizás demasiado bordada para reaccionar luego; siempre hubo de estar al tanto; pero le halagaba más que nada sentirse amado en la misma turbación incógnita con la cual te engallardas.
Alegre por tus victorias. Observada con deleite, convertida en detalle meticuloso. Una deidad ante sus ojos; por su virginidad, aun le cubre el manto.
Tonto!.
Te has quedado de nuevo embebido; un día de estos te prohibiré el que le mires.
Le encadeno a una aventura desesperado. En esa voz de caudillaje.
Lo dijo mientras cariñosamente golpeaba sus mejillas. No podría evitar sentirla; tampoco habrías de negar el que te condujese sin piedad al avatar de un camino. Y ese vientre rozaba su pecho.
Sin un solo daño.
Sus inesperadas comparaciones no os han de ocasionar asombro alguno; es su pericia constante e ilusa forma por la cual no has de enseñar expresión alguna de agravio; al contrario, os reiréis para convertiros en admisibles y fáciles. Lamer de la miel sobre ti derretida, de su mano. Déjalos derruir. Os descubriréis sin admiración mas tajante que el propio corte de resuello ante la determinación que habrías de haber escuchado si fuese en aquel momento distinto cuando dijo: hoy prepárate porque cortaré tu cabeza. Y,te quedaste temiendo desde entonces; encontraron con ella. La sombra maldita con la cual os veis a diarios enterrados. Que os sigue a

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instantes. A pasos cortos.
Sentirse demasiado atemorizada; tan de cerca que el negarse que aquello le estuviese proporcionando gota ultima de placer pacientemente esperada; era la tonta resolución con la cual solíamos fraguarnos de cualquier manía para ocultar un sentimiento ante nuestra única oportunidad de valencia a esa lascivia de vida entre sus brazas. Siempre veíamos ese camino para huir e insistíamos en seguir en aquel laberinto. Encontrados en la frontera de una decisión prestante. Permanecíamos en silencio.. Justificadas y por su razón aniquilante resultaba meritoria.
El lo elude sonriente. Y le dio la espalda.
Todo cuanto anhelabais, solíamos verlo fugarse de entre las manos para después lamentar lo que no hubimos vivido. Distantes de su condición, pero apegados a sus normas. 169, poseía una mas de sus razones para desertar; no para detenerse al ruego de una situación repetitiva con la cual deberéis aceptar la convivencia en un conflicto creado para destruirte y por el cual no as de mostrarte como victimario, ya que no eres ningún santo ni ángel dicho. No seréis agresor.
TomWa la determinación que por siglos os condenaría a la extrema desesperación de un ser de otros mundos cuando defiendes tus convicciones, derribadas por aquel que no esta en tu situación; y aun se atreve a resollar sobre tu pellejo; a decirte como has de comportarte. Aquel que podría sumergirte en lo mas profundo de un letargo de sueños azarosos. A la propia entretención de una fantasía. Hiedra.
Lo sabia.. Aquel leve terremoto a su alcance no proporcionaría la mas mínima conquista de su admiración; al contrario cada vez seria decadente y triste. !Ves su rostro como adquiere palidez lánguida de lombrices. Desde entonces nada habría de inmutarle en su propio estado de mortandad.
Tiro algunas cosas por la borda; se abrigo bajo la gruesa chaqueta marrón de cuero; las ultimas estrofas que cobijo en aquel calor restante de su cuerpo y cruzo de prisa aquella ultima avenida. Frió; corrió. Como si todo cuanto aconteció hubo de darle una enorme cantidad de desconcierto; el hallarse mirando el horizonte destruido, era una basta franja ya sin la perspectiva que solía darle antes. Condenándolo a la decisión golpista M infortunio. Absurdo, alguien ama, pero debéis ignorarlo todo, cerrar la entrada a cualquier vulgar pretexto. Puedes amar y os niegan amar. Sientes temor a cualquier dosis de engaño.
Que os negaréis transportado a otro plano de la existencia aceptarlo.
Desde entonces habréis de ser impreciso, fechas, datos que conlleven a alguna relación con todo aquello que quieras olvidar; nombres conmemorativos; fiestas.
Olvidado en el tiempo de una misma contingencia, la determinación resolutiva. Que tu mundo se hizo a tu sombra perturbado, a una honestidad tirada por el suelo.
Abatidos por la forma corriente en la cual nos encajan a la parcialidad de piezas y, quizás otras razones habrían de colocarlos a la deriva del designio acorralado. Porque aquel hilo de luz ya no pasa por el agujero del muro hecho frente a tus ojos.
Cada vez adquiría más grados de nulidad que ningún otro modelo. !Demasiado negra.. Su suerte.! Desesperados algunos se abalanzaban.
Ahora poseía una condición a cada una de sus situaciones; lo hiciera o no, poco habría de importar a los demás; a la presión de una comprensión obligada, aceptar tu poca capacidad, las situaciones comunes y corrientes, dejarlo todo al transcurso voluntario y conformaron con cada escacencia por la mutabilidad; hasta que se acabe todo.
A tu incapacidad de reacción decorada de un lado; poco valor del otro, cuando sueles reíros por el yugo que os esta aplastando; pero sois madera, felices como torpes, robles e inmerecidos, ardiendo de una mano piadosa.
Condenados por su opinión antípoda a un régimen castrante que te esta coartando todos los frentes; que te deja sin camino, sin opción, que te limita el respirar, que te delimita de cualquier acceso. Que te condena a su prejuicio.
Ellos no se regocijaran hasta no veros convertidos en chatarra. Instintivamente era precisable aprender a no resistirse a cualquier contingencia, a cualquier acometida de su yugo.
]amas deberéis intentar ir mas allá de su área restringidas. Para ti se hizo aquello. Lejos de todos cuanto puedan negarse a las pequeñas manifestaciones que dejamos discurrir sin reparo mínimo en su dominio. Burda burguesía. Lo niegan; no es cierto. Lo predican. En medio de la maldad de su reino.. Sentías como os ibas deteriorando lentamente al paso de los años, tu interior; la afrenta mas pasiva y dolorosa de una tortura violenta. Poco os restaba para completar el camino que os llevará a la pudrición perfecta. Simple aserrín. Después has de sucumbir ante el ilustre aspecto de una llama que dejara de ser.

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Si. Todo habría de terminar en la colonización del desperdicio; del suelo al cual as de volver con tu pacotilla. Que habría de importar la vida; si todos os conduciréis por el mismo camino de una trocha final. Tanto agobio; tanta introspección; cruel condena; señalados por los evangelizadores del engaño y de la ventura, martirizados, solo avaricia y llanto junto al manantial de los arruinados. El pecado- intuir su hierro candente, convertido en lo irreal, tus conmociones proseguían.. Locuaz, efímero; falaz en su consternación; pagas una condena a tu dolor de conciencia; una herida; el puñal en el pecho esgrimía su llaga y la sangre es demasiado poca para subyugar la apetencia del asesino que cada vez ha de verter mas de esta tinta roja sobre el hielo de sus pies. Pero aun sin embargo; sobre el piso se derrama. Y mancha. Es un mundo virtual. Y su sed es insaciable y él me sentencia.
Políticamente vuestras vidas habrán de verse aforadas de muchos sucesos.
La maldita infracción hacia su rutinaria existencia cada vez que de alguna manera había la necesidad de crear la culpa, para condenar un algo.
Y él con su maldito aire de autoridad, de ser infinitamente superior. Qué os pasa a todos; porqué tras de un ser con su aire de tanto ingenio?. Por qué gritar a tus oídos palabras asquerosas, cuál es su razón, que le da este derecho?. Porqué juega con la gente como simple adoquines- ALMODOVAR.
Terminaba por entremezclar a unos con otros. Y, todos mentían.
extendía la mano golpeadora sobre su cabeza sentenciada; mientras se promulgaba a su delito, su verdad; el lío debería inhibirse.
Por qué tiene que asestar a tus mejillas cada vez que a él se le antoja.
" LAS CALÉNDULAS EN SU SOFISMA DISTRACTOR "
No habréis de retozar con su mismo fuego; puesto que él mal destinado a ti será padecer en sus llamas. Despertado de un conflicto fugaz que hizo su totalitario empeño. De las leves heridas. Yacía. Aun era verdad, a la necesidad postrados.
Dividido a la verdad tangente.
Aquella razón jamas se dio.
Pero hoy os habrías de liberar del maldito vacío del dolor dejado, de ese remordimiento; sin ella en vuestras manos se hace polvo la vida.
!Cómo se mata.
En medio de sus sentimientos moralistas.
Mezquina obsesión. Un veredicto.
Vuelvo a estaros frente al sistema social negligente. Del burgués que se agita en su consternación. Detalles. Fieles al mundo capitalista que nos atropella bajo los rieles del tren que pasa lisonjeros cada mañana y su chillido de kilómetros en una brisa con su ruido de esperanzas. Y en ese correo no hay nada. Esos rieles. Aquella paz silenciosa sobre la cual cunde y cunde su paso.
Quizás mas aun a una prolongada traición reaccionaria; mentidos por tus derecho de defecto al cónico túnel del espanto donde la luz divina del poderoso es quien gobierna los bajos instinto.
!Que deleite de movimiento..
Una verdadera pasión sostenerla sin estar encadenados a cualquier desgracia, antes de que puedan envolver nuestro cuerpo.
Os diviertes en el juego de la vida.
Hasta el atardecer en el cual sus pasos sucumbieron en la misma prisa que lleva la muerte de la tarde al entregar su mensaje antes de que la noche nos envuelva con su manto, toca en esa puerta carcomida por el olvido, chillona, seca y vieja de vueltas solares. Borracha en los sueños; firme y vibrante, hasta conseguir presagiar su exaltacion; le dice: usted se ha liberado de la farsa con la cual se mueven las canoas sobre las batiente o el titiritero maromeando sobre los hilos de su adoquín.
He venido para otorgar el indulto a cada delirio; aunque te dejen el corazón hecho trizas; no le mires en el mismo acontecimiento enfatizado de su vociferación. Ámalo cada vez que puedas, en aquella misma cantidad de aborrecimiento servido. Ámela. Por DiosL Y olvida luego su después.
Recalca a tal punto su entonces..
No revolváis el puñal en la herida hecha llaga.
Ellos harán de ti cuanto os plazca.
A la indescifrable pregunta, al por qué unos consideraban tener en sus manos, además del poder, el derecho
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a desmembrar a los seres por tiempos febriles y humanos. Y pobres atacados por pobres y pobres odiados entre pobres y ricos adorados por ricos y los débiles entre las manos del provechoso. Que ahora mas que nunca, debían de apoderarse del fundamento para edificar sus causas; conseguir que la reclamación lograse ser contundente. Les veías ir y venir en aquella misma desesperación. -En la noche, en el día.
Todo fue una mera excusa del noble empeño que os convierte en víctima del ocultismo. Una oscuridad dominante que por su dominio, no tardara en restarnos a la refulgencia del día que locamente buscáis. Y, es engaño lo que no este a su apruebo. El que se elimine en serie; es la normalidad de un acontecimiento social.
Explicación que comprendía ostentar la fuerza destructora para sepultar su monarquía con toda la fuerza del pueblo para derrumbar cualquier modelo de opresión; diezmar y manejar a los seres humanos como cervatillos a los que se puede dar cacería, persecución de perros.
Situación con la cual hemos de aprender a convivir conformes ante la generalización de sus conceptos; su único derecho a merecerlo todo. El negro no merece nada. Pero estoy con la cabeza tan llena de aberrantes que esto a duras penas se podrá considerar algún estado de innomia, estupidez o una locura severa. Una persecución figurada por nosotros hecha. Y veis sus ojos.
Pero allí estaba el ruin; e inesperadamente lanzaba sus aullidos perturbantes que ensordecían a cada momento. Resistidos con una fuerza descomunal a su poder; agilidad con la cual de alguna manera siempre se escapa ileso; ante las batallas microscópicas por derrocarla. Aparentemente en su fobia oculta.
Pero habréis visto el castañear de los empalustrados a la falleba?. Que como mala yerba, no se sabe cuándo ni cómo crecen. Sin virtud. A los pisos.
Solo suposición.
Hipótesis no fundamentada.
Cada cual habrá de querer justificar su palabra, y convertirá en temible todo aquello para lo cual no esta en capacidad de dar respuesta. Necesariamente para todas cuanto precisen de ella; soluciones en la tierra para los hombre de la tierra, aun en la tierra.
Viejas heridas talladas en tu corazón vuelven a abrirse como surcos viejos en la piel. Apasionado consumidor innata de la vida a grandes sorbos. ( ? BAZOFIA
Os embarga.
Entonces ni aquella noche; hubisteis de mirar a las estrellas, aquellas que siempre darían los motivos. Y os preguntaréis si os pasa a ti solamente, qué si pasará mañana a todos?.
Aun acallados a la prórroga del gran acontecimiento de tu destino; algo que llegará cambiándolo todo de repente, del instante único; del que de seguro no ha de manifestaron en este siglo; tal vez ni en esta existencia; quizás habría la necesidad de poseer otra verdad con la cual no se suscitara ninguna agonía lejana en tu interior y aquella desdicha jamas habrá de tocar tu puerta. Porque no debes anhelar nada que no sea para ti. Y él es grande y da a cada cual lo que merece. Discupale si se olvido de ti.
Cuando en verdad todos piensan que vosotros estáis bien y sois quizás mas infeliz que nunca. Cuando unas cuantas monedas tocan la palma de tus manos y has comprado con ello, la zozobra de la paz que buscas. En la misma dosis de valor en un mundo que nos mira por lo que se ve colgar de nuestros cuellos.
Ha de padecer desde entonces su mas letal enfermedad. El trampa; la agónica realidad de una hipnosis en la que se nos emplaza a decir lo contrario; cuando crees poseer la fuerza de mantener tus principios y aun así; se te lava el cerebro. Pero Ecate. Te descubría, así atados a las eslavas. De una pesadilla que aun os esta atormentando impidiendo despertar de una amarga incertidumbre. Y él se vendió, no por ti, sino que se le dio la gana, y aun así se quedo del lado del que a todos les avala.
De saber si tenéis aun las pupilas de vuestros ojos atadas a hilos de fatalidad. Pero pronto os llegará el acercamiento al purgatorio espacioso.
Aquel miércoles; la tarde en la que apareció aquella mujer; todas las cosas hubieron de cambiar de alguna manera en el contorno monótono. No estaba allí por coincidencia. La relación?. Solía suscitarse en épocas con la cuales por simple equivocación, alguien podía tocar a tu puerta y pedir que salieras de aquella casa he invitarte a un paseo veraniego de los que no se regresa nunca; como si fueras a ganimides en una nave de segundos y de regreso por aquel mismo camino, se te obligará retornar cantando sobre el polvo del cosmos. Lanzarte una supuesta mirada acompañada de frases averiguativas por un individuo en verdad ya conocido.
Había hecho su reclamación cimentada en la necesidad de estar a la franquicia y vanguardia prestante. Venus

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había aparecido con la mera intensión de conseguir el derecho de pintar, dibujar aquel jardín de geranios colgante en balcones del interior de nuestra casa.
El aguacero de aquel día lento le había hecho trizas de repente en la misma inesperada forma con la cual suele sorprendernos una tempestad repentina y borrar los colores del antifaz y así, unos labios encarnados y provocadores, son simples lápidas que se mueven ya con sus grietas solariegas que solían consolidar aquel estado seco, a la humedad de un pueblo simulado. Podría ser algo demasiado ridículo a la carencia de una persuasión digna. El haberse sentido ligado de una vez por todas a ellos. Los mismo fulgurantes rayos y sus estruendos, veías destellar en sus ojos el sol perlado en una nube atribuida como borrasca que ante él se cruza en mitad de una lluvia, y descubrir aquel pestañear; es de una vez por todas, el brillo fijo ante un rostro. Vulgar en su actitud; con la avidez desesperante que no fijaba fecha distinta a la ya pactada; con la palabra en los labios, con sus mejillas sonrosadas; sin que se entrecruce a su regazo voluntarios y... Llegar a lo sucesivo.
Pero como habría de negarselo; ya anonadado sentía el transcurrir despiadado del devoramiento fugaz de su aliento. Aquella simple intensión de dibujar, se habría de convertir en la rutinaria concurrencia de aquellos miércoles, envuelta en su peculiar instinto; hasta propiciar aquel acercamiento a la satisfacción de una arrogancia que desde ya padecía. Alejarlo con su presencia.
De todo empeño por concluir la única obra que cada vez le acercaba y alejaba de un final; de un verbo dicho consigo mismo en un día en que lo poco suele suceder y vale para muchos y aquello que dejes ha de significar demasiado. Faena a la cual le dedicaba precisamente aquel instante. Pero llego ella como aquellas cosas que de alguna manera han de significar algo a la existencia.
Hablaba cautelosamente mientras solía tomar el te y menudamente comenzaba por relatar las imprecisas fechas de revoluciones. Hablaba así.... Manuel Seguía. Hubo explosión en septiembre.. Mataron a cuatro. Seguía. Toda la extravagancia; era la carencia misma de lo exquisito y lo elegante venia de mas con lo cual los pordioseros solían pasearse por las avenidas de París.
1935. Dijo. Guadalupe Salcedo.
Marco la época del lúe. Tiempo del paradigma.
Usaba con delicia todas aquellas denominaciones de significados secretos en un lenguaje por lo demás atractivo. O el -Tae- va. Con la cual solía designarse a la pulcra fealdad. Pero incipiente en todas sus connotaciones, salía de una cavidad a la cual les daba poca importancia con esmerado cuidado.
Louvre. Para los imperdonables a quienes les dio el mismo linaje destacado y enterró ubicado en preferencia a grupos reducidos a los ubicuos.
Marcaba aquel sorbo relamido; que dejaba la congoja misma de un hueco oyente y calmado que se queda a la distancia de dos tiempos, mundos de paciencia y del pasado. Y sus diatriaktronaban en sus dientes. Negabase por el entonces en el reflejo de un cristal, la semblanza y perfil de aquellos que no irán con una vida sórdida a cualquier parte. De mezquinos y homicidas que no verán palidecer los rostros; si se fragua alguna desalentadora ilusión por su conclusión salvaje.
Y el secuestro. Amordazado.
! Algo mordaz.
Vagan como locos e inconscientes los torpes enamorados; fieles a su verbalidad predicable; atrapados en esa ilusión; normalidad del que cumple su designio y se jacta de lo contrario cada vez que se descubre sin alternativa alterado; sin pensamiento distinto. Fuera de la paciencia con su enseñanza execra) en la cual habrías de identificarlos. Lo ignoro. Desaparecido de repente en su lujuriosa pasión con la cual inspiro sus carnes desleídas y macilentas. Innecesario apresurarse en decir que jamas os amarían. Tampoco le condenaría al rechazo inmediato del que no percibe su aliento, y habla a los labios ajenos de quien le escucha cada vez que consigue esto quemar un deseo. Callo y se dedico absolutamente a la contemplación de la majestuosa laguna verde que se hizo en aquella tela aceitosa. Por la cual pasa un cuerpo a través del umbral de una puerta en nieve, y se ve en las alucinaciones traspasar las murallas. Sus labios aparecían estaciados en aquel bebedizo que se derramaba para provocar luego un ligero orgasmo. Aun sostenían trozos de manzanas rojas; pero eran tragados. Así!. Vivos. Sintió el roce tibio de su cuerpo; creyó unirlo a la pasión desenfrenada, para lanzar su clamor ardiente. Y de entre sus brazos mirarle perderse por las baldosas de una tina, como tragada por el agua de desague en la alberca. Seguía allí protegida gotereando agua yerta sobre sus cuerpos desnudos; cubiertos de sudor, sábanas de calor y de sexo en la espuma ardorosa de la manía. Solo la voz en el corazón cesaba a el placer. Le veía y no estaba y se ahogaba en el mismo aire comprimido de un fervor subyugado por la seducción.
Su cuerpo tostado prometía, pronto descubrió que llegaría el otoño de sus años y esas cosas del entonces lozanas, ya no serían la razón que una vez hubieron sido y son hoy las cenizas de su tiempo. Se acaba.

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Turem despertó para recibir sus actos, la escenificación de las biografías canceladas.
JOSUÉ Describió. 1887. Todos os habéis estado debatiendo por la preciada joya. Se abarcaba a un grito en el rincón para simular una palabra dicha sin contemplación. En verdad podría haber sido una oral. Abigarrada. 1769. Og Zxe. Replica del original de yeso, que desciende de la moneda autentica, realeza, monárquico que por primera vez se instauro en el castillo rosa.
1547. Castigados y rescatados de la demolición. Servidos en lotes nuevos donde el sol no brilla para todos. La revolución del EoD. Mereció la ubicación del sol y conseguía con ello el único destello capaz de pasar por el orificio que conducido accionaria la puerta enorme del camino a la ventura.
Equivoca en cuanto a nombre y lideres llevados al fusilamiento lideres como el tesoro encontrado; en todo lo absurdo de una identidad revuelta.
Se vio aparecer aun limpiando salpicaduras de tintas en sus manos. Afligido; abandono aquel cuarto continuo al cual no habréis de tener acceso.
Ella solo hablaba; disfrutaba en la conquista de cada uno de sus efectos. Un extraño sentido trasmitían las huella sobre el lienzo. Se dejaba semejante a la voluntad de una claridad que pasaba al envés voluptuosa de los tiempos por el árbol enorme del patio y sus hojas. Así alguien se apropkba del lado incógnito de una silueta enorme, que se ve del otro extremo su debilidad y del otro un ser fuerte, (inculme). Descomunal; inafligible, rígido, un ser lleno de valentía. Un gigante imbatible.
Se miraron sus contornos; aquel movimiento vacilante en el que quito inquirir con cada una de sus posturas lo que paso a paso le desmantelaba y le iba dejando tal cual y volvía y se vestía de ella para salir por un momento a fuera. Todos os cubríais en reticencia. una oposición distinta de amor en su interior, le advirtió el que pronto se convertiría en su obra.
E.GALEANO
Sus pechos se empinaban enaltecidos y formaban la curvatura decadentes que hacían destellar los pezones bajo el canesú blanco cada vez que empiezas a descender la colina con sus picos de nieve, mientras el calor hace derretir un riachuelo hecho de su leche. Sus hombros enaltecidos, se aferraban con sus largos brazos envueltos en un cuello. Voluptuosidad de su trasero y cada vez se acurrucaba delicada y rítmicamente simulaba perder un pétalo de sus labios y él sentía una eyección que penetraba. En el vaivén rítmico del mar que se va y las olas que vienen. Mordía los labios. Ruego de quietud sin fuerzas al momento de darle las ultimas pinceladas que violentaban por sus trazos aquel germen.
Líneas arquitectonicas y hermosas, en la pérdida inaudita del que descubre la fisonomía del amor y su conciencia que se dilata mientras fingimos sujetarlo en las manos como mariposas; le relato un leve simulo de indiferencia. Cansado. Pensaba, en el derecho perdido, otorgado a la satisfacción de moler la búsqueda. Desencasillados totalmente, veían que aquellos encuentros no eran mas que situaciones coincidenciales propiciadas a entera voluntad, sin que ninguna conciencia que pudiese retenerlos iba a intervenir en ellas; que les dejaba a la deriva de algo inexpresado; un suceso por la condición de quien debe hablar primero. Y nadie ha de interponerse.
Todos cubrían en si un aspecto del otro. La apariencia. Ella había obtenido su permiso para penetrar en aquel jardín intrínseco de aquella casa y sus bosquejos fueron lo suficiente tardíos en cuanto se precisaban a el tiempo otorgado al arte propio de infundir y lograr algo maestro cuando de plasmar los bosques verdes se trata. Siempre estaban así, y en ellos se podría albergar alguna tonta imaginación y agregarle al vuelo de un pájaro dos proyectiles en sus alas y muchas mariposas con antenas de cañón y millones de abejas provistas de armas extractor de néctar saguinolento de los hombres. Y vaciar el mar en un vaso y los peces como a los hombres; gusanos arrastrantes arrancarles las patas. Hacer los ríos en el aire y dejar las cúspide inversas a las montañas.` El obtenía el delineado de su vientre sumido y recto y los montes erguidos y virginales de sus vellos emanan el almíbar miel ya dibujados tras del canesú claro.
Detenidos a considerarlo por vez primera, pensaba en el tiempo a medida que se hacían correcciones. La pasión disminuía, terminaba un poco antes de comenzar los trabajos a la fijación de la intensión, junto al lugar recóndito al cual recurría para precisar de algo guardado en la razón, cada vez que de ello precisaba y regresaba; podría decirse con la mente despejada.
Ella se despojo del suéter un día mientras fumaba; suspendida por la bruma. Le brindaba entonces la oportunidad de poder corregir aquella parte que de ella pudo no haber tenido jamas; simplemente llegada en su fantasmagoría. Solo dejo escapar un leve sonido; se quedo cómoda mientras le indicaba en el gesticular de sus brazos; que debería caminar descalza.

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He de pensar que estáis bien?. Supuso.
En el espejismo se había convertido en una de sus principales virtudes.
Después libero el cabello ensortijado y jugueteo con él mientras sus dedos penetraban lentos al cruce de unas piernas. Encendió una hoguera.
He tomado de ti. Dijo. Todo cuanto he necesitado sin que al menos lo sospecharas. Sonrío cariñosamente mientras fijaba la mirada en el humo vaporoso. En aquellas mismas argollitas doradas.
Te lo he confesado hoy en la última tarde en la cual he decidido no regresar.
Entonces en el sillón. El aun lustraba sus manos con infinita paciencia. No había desconcierto de que alguna forma hipotética se suscitase. Ante aquellos hechos que inevitablemente no revelaban nada, ya no podrían borrarse. Le alcanzo el vaso, para verle beber su agua contenida. Táctico un algo iluminaba apacible en los corredores perfumados de las miradas que se abandonaban tras del cristal. Persecución, delirio. Descripción abierta de su interior, sin ademán; se detuvo solo a examinarlo en la misma cercanía con la cual beso sus labios al rostro sin decir una palabra; con el mismo silencio que le cubrió después. Cuando aun falta algo para que de la voz se de un todo y aparezca en la garganta; y amamos sin palabras. Y siempre al final se dice Adiós.
3
Cada cual había depositado su cuota, por primera vez. Ella se había atrevido conquistar su propio deseo. Ahora sabían de su existencia y nada podría convertirse en la humillante condición de quien debe plantear siempre primero.
Lo precisan los comunes; los vulgares ante el dolor punzante de tener que escribir el epitafio de sus vidas.
Te amoL Y, aun no sé si podré continuar rememorandolo... He de esperar a un amargo despertar y descubriréis que estáis abandonado en la inmensidad de cualquier ente.
Las comunes desvirtualizaciones habían pasado a otro plano de la existencia de los incapaces. Sin el fetiche. De alguna manera serán irreprochables.
El le enseño lo que de ella había hurtado, la hermosura de un paisaje inspirado en la mujer y el mar y ese velo negro en sus ojos le dono el toque de misterio; lo que pudo haberla hecho difícilmente descifrable. Tanto convencionalismo, dada la antítesis. Preciso para justificar un comportamiento, recriminar; desvirtuando meramente en el transcurso de los acontecimientos en los cuales le anotan la designación degradante e incorrecta sin considerar más a fondo la razón por la cual todo>, pudo suscitarse.
" Para atar, era necesario tener liberadas las manos ".
Estaba inalcanzable. Detenerse para los demás demasiado lejos de la mente. No era necesario ponerlos al tanto quizás de todo cuanto acontezca en vuestro intinerario, no existía razón de hacerlo. Menos aun ante los implacables; los de vida perfecta; para quienes los vividos sobre sus vidas, no son mas que vestigio de vagabundería; absorbidos por su propio desperdicio de no hacer nada por si mismo. Impregnados por ese vicio. Alguien había reclamado el derecho absoluto sobre su existencia; su alma, su cuerpo lo vestía, alimentaba y la consideraba de su mera tenencia; bajo el fogaje de las llamas de lenguas sin reticencia; lo diezman, atormentan, le acaban desmeritado; le desmerecen por el sacrificio perpetuo de mantenerla sucia. De no ser como ellos.
Amor ficticio, en cortos segundos se esfuma el devaneo cercano a una sociedad de cerebro decadente.
No hubo tiempo para moldear los hechos, tal cual lo había esperado ante la escena épica de la desgracia. Todo allí se había ocasionado sin ese interés ambicionado, premeditado, contagiado codicia, sin el protocolo vulgar de la gran victoria.
Pero pronto persistían en las incuestionables e insostenibles causas de las cuales no se ha de hablar.
Pocos tienen la razón para señalar; no es necesario debatir sobre ello. " La verdad no se restringe. Menos aun de manera desconsiderada se ha de promulgar sobre un derecho ajeno. Ha de adherirse a una batalla de razones aparentes". Afección.
Habían decidido hacer mención de ellas frente a los sentimientos que acaecían, tan solo cuando los labios se abrieran al neto albedrío.
Un deseo callado por su peculiaridad; prestos a la atención de quien busca amar.
La corriente funesta de un frío eclipsante volvía a aparecer; no había nadie en el instante en el cual se espera. Relatar en su recorrido por la mente los momentos; las noches en que navega algún viejo pasajero haciendo mas fácil cualquier soledad suicida, seguida tras de otras.
Por el castigo de amar; el derecho de tu vida; de todo cuanto has de callar en un derecho amordazada por la herida de su voz retumbante. Por su dote popular y corriente, dispuesta para todos cuantos os desplazáis por las grandes avenidas. Para quienes debéis solo soñar y hacer de ello tu mundo sin sonido.

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Allí es precisamente donde os descubres mas ligados a cualquier final por tu propio nacimiento, a una maldita condena; eternamente marcado por un genocidio de conquista vulgar. Allí, cuando tu no tienes palabra, cuando tienes todo y jamas has pedido nada; pero estas sindicado; presunto a un destino que aun no entiendes.
A toda personalidad.
Declino la mirada, innecesario hablar; deponer las armas, era bajar sus brazos de gloria; sus manos de virtud ante el mundo clásico que no habéis de habitar, menos merecer y os absorbe de manera insólita.
Dejad entonces que los demás dispongan; vosotros os quedaréis detenidos ante cosas sutilmente efímeras. Ilusos a su hipocresía, pocas veces les veréis tocar los contornos de una certeza predicable. Sublimes e inhumanos, no esperéis estar absuelto de alguna condena por ellos impuesta.
Repleto de cadáveres; racismo sangriento; penuria, la implacable ley del ruin.
A los hijos de Eva.
Sus crímenes inescrupulosos. Lo disfruta.. Acción aplaudible en su poder sin limites. Eficaz. Carta blanca. Valido. Heroico. Etc. El solo hecho de querer amarlo; es al idilio, a la absurda confidencia. Atrocidad el que una vez mas hayas dejado de serio. Lo sois?. Estáis culpable sin apelación. Artificios..
Nadie ha de hundir el rostro entre las manos, a la credibilidad de que un ser distinto nos condenado a una situación de inferioridad; solo porque lo imponen. Para derrumbar.
Pero mereceréis tu castigo inaplazable. BAZOFIA.
Sepulcral para los hombres de la nada. Ellos para juzgar cada centímetro de conducta; para esgrimir en tu conciencia; para construirte heridas en la piel, para crear delitos de pudor; por su sensibilidad y alma de moral para negarte espacio; ética para condenarte a cualquier sufrimiento. Con sus valores de juicio pícaro, no hacen mas que restar lo poco que queda de mansedumbre. ! Mienten...
Pero hoy descubriréis que jamas os dejaréis poseer por la fuerza mayor que implican. Que no les permitiréis ingresar en aquel mundo tuyo mientras estáis contigo mismo. No importáis al mundo, no hay demasiado amor para regalar. No les otorgaréis el derecho a sepultaron con la sangre hirviente. Con un dolor regalado que debes llevar siempre a cuesta por demás a ti concedido.
Despiadado el día ha dejado de lucir ante la mortal mirada de sus ojos. Para verles arrastrarse como serpientes. De noche no son mas que simples avichuchos; ratas que viven de la sangre; mientras a tu paladar cualquier dicción es burbuja; luego le dejas descender pasiva por el tubo de tu garganta. Sin convulsiones obsesivas. Pero premia la apariencia sin dejar al descubierto el trozo atroz del pasado de instantes sin sentirnos absolutamente dueños y por ello martirizados. Permítete jugar un solo segundo a nuestra condición.
NICOLÁS BAUTISTA RODRÍGUEZ " GOLCONDA "
DOMINGO LAIN
MANUEL CRISTÓBAL PÉREZ DIEGO CRISTÓBAL
GUADALUPE SALCEDO
Esta vida que no os pertenece, juega como loca en las malvadas lenguas. " MARTA TRAVA "
El mundo se disputa en las garras de un fantasma; con ojos de verdad y de falsedad. Siempre ha de existir su irreverente condición de orgullo de ser superior. Absolutos, absueltos para desdeñar en calidad de astutos el ridículo que suponen ajeno; esparcir lo contraproducente a su propia descarga. Convertir en inapelable todas sus conveniencias. Su tramitología, su comercio deliberado de influencias.
Alguien ha iniciado la marcha en dirección opuesta. Y, por qué habrían de intentar detenerlo?.
Perpetuo en la cólera tortuosa del lenguaje. La gran comedia afable del movimiento. Rostros de bondad a la postre de los matones - inescrupulosos. -
ENOFRE.

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sucedió; quedamos al deseo indeterminado e inaplazable de un sueño que se ha tomado demasiado tiempo en realizarse. Y así imágenes de su nemotemia no eran recuerdos fotográficos ya de su memoria. No fue mas que el cruce paulatino de la luz hasta la oscuridad eterna del mutismo, al frío desencanto triste de un cuarto vacío y de sus cuatro paredes. Timador.
Sorprendidos en cónicos estados. La geométrica figura fue un label, panel confuso y diametral que no fijaba un solo punto entre el transcurrir de una cosa a la permanencia constante de lo excesivo a la simple semejanza de no ser una mera y tenaz coincidencia del pasado en este presente absurdo que nos gobierna y lleva a la omisión. Vividos para eludir las afecciones; abandonados al baile de las marionetas. Por las cúpula elíptica. Le pisotean juguetones con cada uno de sus muñecos de papel. Al jadeo; deleite de mantenerlos marginados. Desconsiderados al lograrles un atractivo aprecio. No vales cuanto hay en tus manos; de las palabras que flotan. Sin veredicto y alternativa. La evidencia no se improvisa, no es como las clases.
No estas depresivo. Se diría demasiado conflictivo; resentido de la sociedad, cada vez que ella te golpea y debas ignorarlo para no merecer tal designio y darle la vuelta ó quedarte y seguir siendo golpeado. Torpe complejo del ignorante. No adherible al primer torrente que te arrastra. Y todos lo saben, pero es preciso callar ahora y siempre. Y, vas apesadumbrado porque la historia te ligo a cadenas de humillación. Sabes que aunque en menor intensidad de un país a otro; en todos se paractica. Pero indiscutiblemente la hay.
Harán todo de su alcance, abusaran de su poder para evitar que pienses con tu cabeza.
Lo habéis estado observando de aquella manera y os justifico el valor con el cual os habéis enfrentado a todos ellos; no sois —
héroe de puñal; estrella de la imaginación en el pecho; quien lucha por la justicia?. Héroe de animados. Cuando la educación esta en permanente tendencia a la condición de los adinerados, quienes la dejaron para su feudo. Hay artículos de lujo contencioso.
Pero no es verdad. Es solo su convicción fatalista. De negro amargado; que no ha podido olvidar a pesar de todo el pasto que se le tira. En ese estado de alucinada lúcides no solo ven los monstruos de sus propios sueños; sino que también le ve a ella atribulada por la fatalidad de su destino. Con aquella dolencia letal que ha de perseguirla de todos modos, hasta el ultimo rincón de la tierra.
GAGO.
Tu sabes que la negatividad va mas allá de la frustración de tu pueblo, de un hombre. Que vive saltando murallas en pistas de las cuales desconoce su dimensión. O le dará a los sueños un palacio azul sobre el mar?. Dime..
Y aun la identidad de las personas, la conciencia del propio ser, hasta hundirlo en una especie de idiotez. Concupiscente y a la perversión. Una invasión inaudita.
No es difícil entender nuestra defensa mancillada. Vivir así.. Un día cualquiera, habría de apestarle. Ese instante, elemental segundo en el cual lo harán todo.
No podéis sentir de lejos, si no es vuestra carne que os
cobija. Si no es vuestra opresión la que te esta engañando.
Si es personal, si es ajena, tampoco habrá de tener valor alguno. Se ha convertido ahora en cosas de cobardes. No soy yo quien os deba responder.
Abandonarlo todo; a tal extremo. El deshonor es consecuente de sobrellevar. Y tu poca condición por tus coterráneos sometidos a la excesiva obediencia.
Qué si hacemos esto o lo otro; será qué podrá significar algo para ellos?. Recuperar nuestra dignidad. Será que se apiada?.
Que infortunio al dejaros escapar y sobre ti estallan ametrallantes. Que valor por vuestra vida; si vos proclamáis paz, derechos humanos; heredáis burlas, mentiras escritas en promesas.
ESCARLATAS -
Vendéis armas. Dejas de ver odio e ira al descubrir que todos los seres son iguales. No los soportas. Quieres la tierra solo para ti. Los obligas al hacinamiento. Y te duele saber que no piensan como tu; pequeño hombrecito.!
Padecen, tienen sentimientos y reaccionan al dolor. Lo sabéis.
Hay lágrimas para cada centímetro de polvo; un lugar para vivir en el planeta.
Y quién diría... Los animales se cobran entre ellos por vivir. Mírales una vez mas y quítales la venda de sus ojos.

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Arroja el látigo de tu mano. !Grítales...
Si pudieran expulsarte de ella; os pensáis que lo dudarían?. Egoístas. Crueles y perversos con el color de la muerte por escudo.
Llevados a la manipulación excesiva. una maquina para interpretar gestos; sus placeres a los cuales debéis acudir a la prontitud que demanden. Correr, rendirte, con tu ideal de servil; para mantenerlo complacido. Es extraordinario, él baila, todos lo saben, se sonríe cada vez que se lo permiten, canta siempre y nunca esta triste. Hoy comprendo; ríe para ellos, se ríe de ellos, de la vida, de sus propias cosas, en silencio muere a su propia existencia cada vez que le complace en su ultimo delirio.
Aplaza tus angustias; tus aspiraciones y mira con vehemencia al vil monarca. Y, baila en esa lujuriosa campaña de la vida y todos sus sueños se encaminan al poder... sobrevivir.
Hacedor de felicidad. Si no has de hacer parte de una vida de pensamientos, la forma distinta con la cual has de decirlo todo; eres ajeno.
Si puedes caminar sobre tus pies; sin estar sujeto a sus reglas; eres al universo; mas no al juguete moldeable de sus intensiones.
Pero te someterán...! A palo y hambre. Siempre te gritaran sus favores. Pero te llevan al frontispicio. Lo toman y dejan cuando a se les da la gana. Y, dice que es tu amigo; pero hace marañas en la noche, teje telarañas en tu frente, y en tu pecho alberga cosas obscenas; te escribe designio, te denomina, te compara y de ves en cuando dice que añora no verte.
Convertidos en locos; acefalas. Lo tuyo no vale.
Lanzados al mar, lugar de donde jamas serás rescatado$. Es su hostilidad ya no hay derecho a deliberar en medio de ella.
Difícil considerar la proximidad cuando nada facilita tal encuentro. Menos aceptable la evidencia promulgada por los sucesos que realmente acontecen. Por su dominio reiterado, castigados. Lo censuran todo. Te callan. No harás simulacro que a ellos no convenga. No haréis nada que ellos no aprueben.
Y, vas con tu energúmeno cuerpo a una vejez descabellada, llena de recuerdos. Y sois paciente mientras los días pasan, él los va transformando en segundos; y estas siempre atrás. No respira ya con el tiempo sino con la brisa fúnebre de los héroes del pasado y tu morada es la preparatoria del mismo funeral del siempre. Y con ellos te levantas y te acuestas; con tu protesta sin palabra, con tu decir que nadie escucha.
El verano de febrero fue erótico y la sagacidad con la cual volvía a infligir fue escarcha. Timpaneaba en el ambiente el humo contenido por el ruido campanearte del agua que caía en la alberca. Frivolidad de un ayer. Dales a los transeúntes de la calle 10. Su amor debido. A qué limite irás, si después de tanto transcurso aun sigues indiferente al sufrimiento de los hombres oprimidos, borrados. Metidos en los campos de concentración, torturados. Y les veis a los demás con esa vida fingida, como si ignoraran las dolencias del mundo.
169, emergía en alegría.
Espontaneidad reflejada en rostro cobrizo. Lava enorme de un volcán en erupción que irradia su calor. Aprendidos por su reacción en todos los gestos adquiridos. Hoy es bueno, mañana ... La condición admisible para que los demás estén dichosos.
Es extraño, todos con la misma capacidad para encontrar una resignación a nuestro estado cansado. Monótona patria en la que aprendiste primero a arrodillarse.
Y, ese hombre es tan extraño, que con el paso del tiempo solo se ha hecho a su soledad. Vivió del silencio y de la indiferencia.
Todos presentían su partida. La mañana en que lo dijo, se vio la montaña esperar por él. E inclinado se quedo despierto hasta encontrar el amanecer del jueves porque los otros días los dejo para que fueran lo que son. En silencio; casi en ese mismo instante lo comprendieron; nada le detendría. Lo saben?. El se marchará de este mundo.
1 Maldita sea.. !Vaya el momento.. No pertenece a esta basura de desdicha. No es justo que un ser viva de tal manera. Angustiado en ese dolor inagotable. Día a día, noche a noche. Con tanta mierda en los sesos. Por qué ahora os habéis descubierto. Adonde iras?.
De querer hablar, os lo habría dicho; hoy quizás encuentre un lugar.
Adonde quieras que vayas; siempre los descubriréis.
Un algo importante te hará desistir del mas prestante de los tontos sueños. Hallaréis reglas que en nada te ayudan esparcidas a lo largo y ancho del universo. Siempre están allí con esa sombra de aciago, opulenta.

27
El hielo del cristal se desleía, las gotas descendían a través de él, con la misma impávidez de siempre. Afuera había tumultos en las vías; la radio suena una ultima canción. " Y tu y yo jamas vamos a casa."
"Alguien ama sin prejuicios moralistas". Sin conveniencias. Pero el vuelve a poner sus manos, su pie sobre nuestra partitura mas sublime; quiere enseñarnos que una vez mas, él tiene el poder, que puede arrebatarnos esta ansiedad en cualquier momento. Que es él quien lo sabe todo, quién descubre tu deseo. Que es de él de quien se debe hablar y no de ti. Que eres mas que una simple y llana teoría.
La única muestra capaz de vivificar la impresión, que revelara el interior de la vida interna.
Angustiosas se cruzaron simultaneas las imágenes, hasta perderse en el vació. Que se había construido en su benevolencia.
" Es vuestra vida. " Porqué siempre a la espera de un milagro. Un metodo porque ya todo fue escrito.
De cuando no se piensa en nada. Y, los años se van en la misma espera, porque de vez en cuando o de una vez por todas abras aquella tu puerta.
Las iniquidades no se callan. Probidad del destino, atrapados por sus garras.
El tren aun no parte. Si supieras en verdad de lo mucho que lo estoy necesitando. No me restarías de esa calma que necesito.
!Te acuerdas del carnaval de Agosto?.
Como olvidarlo.. satinados, de berot y pretinas doradas.
Ese noche habían flores, rojas, algunas azules, es dulce, tu lo eras.
Los despojos caminan por las sendas; sobre las hojas encrespadas que caen de los árboles al suelo. Igual la bruma de las mañanas.
Los trapos volaron al infinito de los escrúpulos. Y él se entrelazo a ese colmo de carne.
Creías morir de vivir si alguna vez tuviésemos que dejar lo que hasta entonces fuimos; convertidos por la fuerza en un algo sin identidad. En lo que no somos y vistes para cubrir la carne porque ya desnudo andas de dignidad. Fue real; hoy quizás más que nunca; lo habréis motivado.
De muy cerca escuchas, su voz, sientes su aliento.
Era tan real sentir que la sensación inesperada de felicidad y desdicha fuese a considerarse un polvo fugaz entre lo inestable del proceder existente.. Una conspiración que aviva en los demás la misma ocasión, una proclama. Pero se aplaca. Se atrasó, se cambia por un pensamiento a grandes pasos y sabes que al final la misma huella atinara allí para reclamarte el hecho de ignorarlo.
Donde estabas R Aquel día en que sus ojos se abrieron y aquella os sujetos en sus brazos?.
Para encontrar los ojos a los ojos; desvanecerse en la misma evocación. La expectativa refulgía en el verde prado y dejar su impresión sobre el suelo. Abatidos divisaban las luces que se perdían en el infinito de su mismo afán. Un túnel del que no estas seguro de encontrar alguna puerta de salida y eres zurumbático en su interior, escuchas gritos ensordecedores, ves nubes hecha imágenes que te torturan. Y el esplendor es distante he ignoras cual lejos esta de ti. Hasta dudar de su realidad.
El término que te atormenta. Vas a oscuras.
Solfear una canción; simulará entonces. Se descuidará en cuanto en verdad hoy puedas merecer.
DULCE ET DECORUM EST PRO PATRIA MORI ELI, ELI, LAMMA SABACTHANI.
DONEC ERIS FELIX, MULTOS NUMERABIS AMIGOS DIEU ET MON DROIT.
DIVIDE ET VINCES
DIVIDE UT REGNES.
EGO SUM QUI SUM.
Si hoy no podremos continuar, habremos de pensar que aquí
están nuestras manos, mirados a los ojos, gritar con los labios en silencio. Aquí estamos. Tómalos pero no les hagas daño,
es todo cuanto queda. Te perdono las viejas mentiras
que a veces me redimen y me hacen olvidar.

28
Una loca fantasía, ironía de un día pensar que todo cambiara.
Que caro cuesta amar...
Y, la soledad no es lo triste,
es el olvido al que esta nos conduce.
Tal vez si hubiese mas amor. Ya no se hablaría de su incógnita.
El amor hecho fue todo cuanto nos quedo. Después con su violencia en la genialidad, quedaba una intensión propiamente dicha; carente de sentido.
Circunstanciales momentos a pesar de la guerra infame.
Hoy te persistes al deseo de un suplicio; a la condena constante a la soledad, mientras descubras que afuera, no hay aun nada para ti; nada en el mundo basto.
Obsesión de una absurda y eterna espera.
Únicos en su excepción, aberrantes y especial en cada uno de sus géneros.
Los idólatras; al narcisistas de siempre.
La vida pudo haber sido hermosa sin la apestable existencia de todos cuanto la hacen invivible. Quienes eran ellos?. Si otros se atormentan con vuestra presencia.
Con la abnegación altruista ilógico en su fisonomía. Atacados como a objetos en los cuales puede descargar su represión. Te queda la alternativa de advertir leyes que dejan indignos en condiciones a los esclavos del pasado. Tumba de la cual no escapa un solo soplo de su aliento de justicia.
Ley maravillosa de la tierra.
Conmemorar con frenesí a los de su estirpe; erguida a fuerza de cualquier crimen. Los levanta. Y muchos siglos no le son suficientes para apaciguar su ambición. Para condenar a los mismos. Entonces él usa su invención. Hace el despliegue de grandes fuerzas de poder; para mover a las masas. Trae a colación sus excusas. Decíais de las almas culpables. Purgar su condena. Entonces sé que de mis deudas aquél se encarga. Consolida las masas en contra.
Cruel descubrir como se cambian cada vez nuestras prioridades, las que nunca han tenido tal relevante. Ellos proclaman la familia. Desconocen tu unificación. Consideran sus necesidades. Te encarcelan a tus caprichos de inferior. Lo tuyo es inalterable. Lo de ellos es siempre importante.
Cruel sensación nos desborda al limite de la demencia.
Lo hacen todo; arriesgan demasiado; hacen espesa la hiel; lo modifican y transforman en amargo lo dulce que habríais de beber siempre extravasado. Pero descubriréis el afirmar de que nada es cierto, de que existan los racistas solapados.
Su guerra; nuestra única propiedad.
Defenderos se habrá de convertir en delito pugnable por la regla de asechanza divina del que no tiene otro valor; el que justamente le ha otorgado. Intenso dolor de ser llevados a la orca, seguir depellejados y vivos. Con ese dolor de conciencia te lleva, te trae.
Y Dios apareció en esos labios como ultimo consuelo y se entregaba a su devoción, a su larga espera en sus oraciones.
Los insomnios fueron siempre distintos uno del otro, oscuros he inesperados, llegaban atosigados del poder inexistente en vuestras manos.
Una pena mas en la memoria, seguía reposando en las propias hojas sueltas de papel que ha terminado por llenar de desperdicios tarros de comida y tu resolución.
Simple vida sin atractivos. Acumulativa. En este ideario.
Y, es que usted, no los conoce.
Como si se pudiera hablar desde los días en los cuales con tu sometimiento se consagra.
Como un abecedario aparecían combinados los signos secretos. Cada vez la llama los consumía sin descubrirlo al rostro; aparecían las aguas y veías como eras tirado en aquel cieno de evasiones. Descubierto por casualidad al insomnes experto. Con esa inexorable evolución hacia una manifestación mas critica. El olvido.

29
El teatro se abrió en su espectáculo rutinario y monótono en un día cualquiera del mes de enero; terrorismo práctico, guerra, miseria y muerte. Sangre diluida de una historia para concientizar a los hombres. A manera de destrucción, se divertía en el arco del cual os veis impulsados. La inyectan en las venas.
Vividos de hacer publica la desgracia. Armas.
Sin derecho a nada, seguía bajo el peso atómico y destructor de la mano blanca. Sagrada bendición, una hostia mas a tu paladar, pero él un día te redimirá de tu dolor, para consagrar el pecado a la discriminación aplicada. Ya sin coraje, no se postrara mas delante del supremo señor. Y se dirá así, lo mucho de su abuso. Y, él ocupará el altar de su Dios inventado.
EL MUNDO NO HA SIDO CREADO
POR NINGÚN DIOS.
NI POR NINGÚN HOMBRE.
ES FUEGO ETERNAMENTE VIVO QUE SE APAGA O SE ENCIENDE DE ACUERDO A MEDIDA. HERACILITO.
Con su rostro acongojado, perfumaran la capilla de los ricos.
Nada desdice a la practica tan decorosa de su dominación. Pero hay derecho a la vida artificial, a la roca y a pedir perdón; a burlarse de ello; a negar la religión a negarlo todo; e incluso a ser comunista y practicar el artificio de la nulidad y de vivir como burgués. Resultado de un hechizo aferrado a un sentimiento de propiedad. Exprimir al máximo el cuerpo aquel que aun puede dar un sumo salubre y sostenerte a la condición de sobriedad a la fuerza para que cortes caña. Aun mas, puedes ser un asesino; terminar una vida en la misma ingestión de un extraño bebedizo; puedes seguir mintiendo; predicar todo lo contradictorio a tu verdadera convicción deliberada por la conveniencia.
Sin ninguna sensación de burlesco en su interior; deja escapar su veleidad sin que se forme nada feo en su interior. Se masturba como cualquier hombre y ya no hace del acto de la verdad un pecado por el cual ha de pedir perdón.
Millones para la redención de la mentira y el acceso rápido a la cúspide del que todo ha de merecer en la gloria y de alabanza. Conseguir su absolución. Y una sociedad de raza; es justamente la palabra a esa vulgar mentira.
El cigarrillo ha empezado a desaparecer, comienza a considerarlo fatídico. Apestando. No se llega al triunfo sino venciendo mil dificultades.
Dios lo ha dispuesto todo.
El hombre es malo.
En el teatro antiguo se anunciaba así el final de la representación. Dijo ella en su lecho de muerte. Perdona sus muchas faltas. Su mancha dispersa.
Hoy murió él, termino por evaporarse en humo, abandono aquel cuerpo de aserrín y propicio su ultimo favor; ser absorbido hasta la saciedad en la sevicia de su vicio. Vulgar episodio que a diario se reincide a las carnes. Aquel cuerpo que tantas veces soñó; después le vio tendido en la mente, destrozado sobre la loza blanca y fría, sobre su vientre una horda herida; su figura ya no emitía calor y la luz aquella de sus ojos, se habían extinguido para siempre, sin rostro, sin aliento. Sin orgullo por demás. Allí lamentamos lo que pudo haber sido; lo que no fue. Lamentados a la misma absolución de una maldad que nos amarro a la conciencia de un sentimiento sin remedio. Predicados a la ley casta en la dignidad aparente de la que nos vemos merecidos; adheridos a la conducta de la moral, sois agresor oculto. Ya nadie cree en sus palabras.
Lo que jamas obtuvimos uno del otro. Sin alma para sentir dolor; hoy por la verdad; ya no tienes conciencia y no habrías de viajar con ella. Circunstancialmente medido a la cláusula, a su intemperie de todo cuanto gira a nuestro alrededor.
Esto tiene demasiado de vulgar y pecaminoso.
Resistidos por primera vez a la verdad de todo cuanto aparece como en un acto de magia. Pero eleva tus palabras al cielo.

30
Lerdo problema ; genialidad de los abicucos. Ha despertado sus instinto carnales y funestos por su institucionalización establecida; orden y disciplina para unos cuantos.
Rostros consternados en la paciencia para la escena lúgubre de su existencia. Un instante después, todo terminará luego; seguida de una noche glacial y lluviosa en un lugar del universo.
Pero no todo ha de convertirse en la lógica condición de que todo ha de existir en el mismo limite permitido, en el mismo orden del que no hacen parte, de quienes siempre han de cargar con el infortunio.
María la flor cadenciosa, se paseaba sobre la arena y el sol dorado; la brisa jugueteaba en los colores hermosos de su cuerpo, tras de si; el universo, único manto infinito; radiante en el firmamento de los viajeros del espacio; de constelaciones; en el sideral azul, el espejo del océano compacto y claro.
No es lo que se cree; pero derrumba aun murallas, desencadena batallas, cualquier cosa a pesar de su apariencia decadente, libera guerras cuando nada de lo que posees ha de ponerte en la cercanía de tenerlo y, de repente no entiendes por qué apareces dotado de cualquier mierda.
De cualquier valor; te vez un extraño, un ser de otras galaxias.
Con valor y fuerza enorme para saltar sus barracas, abrir trincheras electrizándoos; en el mundo mismo y sin embargo aparece para unos cuantos dividido en porciones, después de haberío estado desatando. De entre las manos brotaran las blancas plumas que le cubrirán por siempre.
Sin merecer la inmortalidad que le perpetuó; en el mismo episodio del siglo; ya le ha obtenido. Ya que no hizo nada por merecerla. Se la han dado en honor a su causa avasalladora.
Un rito consumir cualquier placer.
Estuvo aquí, y con el paso del tiempo perecería que nunca antes él piso la tierra.
Pero en un momento cualquiera; sentimos el estruendo de su marcha... Solo lo sabe él, de si volverá o no. Divertido, el mundo vivía enmascarado, no era entonces el momento de quitarle el disfraz. Estaba para soportar su enorme túnica oscura de sombra así lo ansiamos.
"- ALEJANDRO DUMAS "
Seguir mintiéndoos unos a otros.
Cuanto tiempo invertido en la destrucción fraguada contra vosotros mismos. Odios ancestrales os esta dividiendo por la inapetencia de tener que aceptarnos.
Lúdico dictamen de poner a cada cual en lo que se ajuste a su medida.
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Ella hoy tiene un amante; aun sin embargo pensamos que nadie ha de amarnos mas de lo permitido. Y, a quién ha de importar. Dejara de sentirse culpable y desleal, comprende de una vez por todas que es su decisión y no por ellos habrías de conducirla a una torpeza exagerada. A ellos poco les importan los coloquiales héroes.
Se dice de aquéllos que dan consejos que deberían seguir ellos mismos.
Habréis de premeditar las consecuencias; pero descubres que aun tienes voluntad y solo ella podrá dictar. Nada que sea supuesto y correcto para los demás.
Lo bueno para algunos, no ha de surtir igual efecto en otros.
Penitente por el uso. Acervo, en su concepción, se ha permitido la agonía.
El tiene sus amantes y a quién ha de importar, él es él; ella es solo eso. Aunque se sienta desleal, hoy a descubierto que posees la voluntad, condición de predecir las emociones; solo lo ha de saber ella. Complejos. Axioma que aplica a la naturaleza el filósofo . De aquel que no descubre cosas nuevas y hace suyas la ideas ya conocidas. En otros términos. El odio, la emulación, todo se borra con el fin.
Le satisface poseer el elixir por el que están a la sentencia, indignación de perecer.
El que se haya dejado desmadejada al publico en la perdida de su dignidad, es poca la vulgaridad en sus lenguas promulgadas. O no?. A quién ha de importar. El es él, ella es solo eso. Entonces dejadlo así. Remediar en uso banal del que posee la rectitud.

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Sois contradictorio para todos; pero solo vosotros entendéis el lenguaje de quienes estáis padeciendo el mismo dolor por vuestras descripciónes a tu mente indescifrable. Bien. A tu dolor a tu propia carne. Aquí hechas.
El discutir sobre alguna doctrina en especial no será mas que el paso libidinoso entre este y otro estado de vida, por demás ya establecido. En esta dimensión serán quienes hablen siempre. Ellos trataran de persuadirte. Al placer arraigado. Sucinto. Lo veraz!. El te hará subvertir.
Adiós a los amantes, a los adoradores de riquezas, idólatras del engaño, rostros de porcelana por doquier, arrojaron a punta pies al niño que divulgo viejas acusaciones.
THOMAS CHATTERTON.
Por demás, otros lo consideran resignante; quizás confortable para muchos, doblegados al estar allí. A pesar de todo; ellos también creen tener la razón de su existencia. Lucha de su propia guerra meritoria. Tratarán de confundirte; ellos lo evidenciarían.
Vulgar falacia.
Les hace inmensamente felices tu frustración.
El te destruirá; te llevara a sus pies redimido; te descubrirás enterrado en la pocera del olvido, tu cabeza al aire a una contienda sin cuartel. Pero noL
Es solo una paranoia que vos estas padeciendo. Solo falacia, una persecución social inexistente. Inaguantable para ti en sus negaciones; por su subconsciente a nuestra defensiva.
Ahora sois quien os discrimináis así mismos.
Es extraño... Lleváis todo al extremo.
Ayer pude haber estado allí y no estuve. Viví y fue como estar muerto. Desperté y aun sigo álgido.
Hay excepciones y reglas; esas mismas nos cobija a ti y a mi. tu convicción te lleva al escaso dominio. Su asfixiante convencionalismo; su urda manía de amar.
Obstinados en propiciar. Jactancioso en su convicción. Un todo facineroso.
Los momentos y situaciones difíciles necesariamente habrían de evitarse, así se hallan sumergido con ella grandes ideales. La ley del mas fuerte continuaba a flote.
jamás una conducta diferente.
Por qué habrías de intentar cambiar la tuya?. Y, aun mas aceptar que sois vosotros quienes debéis de ceder a su beneficio.
Quien con un dedo puede tapar el sol, si los demás ante los rayos quemándoos se ocultan.
Fue real; lo habéis sentido, les habréis mirado a los rostros, y habréis descubierto en ellos, aquella locuacidad en su existencia.
La cobardía os persigue.
jugar a su cláusula. Sometido como a un perro. Primero él, después?. Andar desnudos si así os place, ya que su moral; no da lugar al desprecio; por el rechazo tangente; por su miedo infligido, en la mirada vacía que recibes, por la distancia que median; el sorbo amargo que bebes.
Por qué creer en su ley, cuando de ella no recibes nada.. Cuánto de nosotros estáis placidos por ellas.
Delirio mortal por y de quien siempre nos hacen daño; pero demasiado valeroso, que ya veisL No podéis producirlo, pero te quedaras para padecer persecución.
Quédate pues con las manos ligadas.
No les digas nada, no les hieras con tus enojos, con tu manera insoportable. Déjales que te azotan. Y bebe y come con ellos.
Todos viviendo nuestras propias quimeras, siempre irreales en su culto predicado. Con la seguridad de que no habrá escudriñamiento alguno dentro de lo que habita en tu memoria. En el maldito reservado al que te veis expuesto hasta la muerte y, aun mas, sufrir al morir; si un día a nadie ha de importar que perezcas en la misma

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obra de magia en sus manos o en la hoguera. Pero escriben versos y de los mas hermosos... Y aparece y desaparece en el artificio de su puño fácil. En que aprueba y desaprueba las leyes.
Gritan junto a vos, se sirven de vos. Y vos sois arrojados por ellos.
Mueren los judíos sin tierra en la tierra.
Si os pudieran expulsar del planeta. Crees que lo dudarían?.
Y, no hay plaga mas extensa que la nuestra. Esperando porque los demas hagan y favorecernos.
Liberar su toque de misterio, no ha de inclinar ante aquel brillo candente cada vez que se te pida hablar. Lo único a lo cual atribuirán respeto merecido, son a sus vidas.
Será lo primero que viajara cuándo la muerte nazca a la vida. ! Y, la vida es tan atractiva... Y la soportas; callas por ella.
Cada vez que hablas, es como si no existieras para él. Simplemente da la vuelta y, tu te quedas con el verbo. Y tu no tienes agallas para ser y efectuar otro objeto.
-HEDONISTA‑
Ascesis de Guerrero.
Llegaron entonces con la concepción del mundo. Los bohemios. Con las mil escenas de su creación en la cual somos sus actores principales, bien desempeñado en el talento de la servidumbre. Como estúpido pareces buscar la saliva de su arrogancia.
Parásitos de clases. Qué es clase?. Visoños expoliados.
Rodeados por el miedo en su carnaval de difuntos voraces que os hostigan unos a otros.
Tendencia que deja a las nuevas generaciones ante el desconcierto de un mundo que siglo a siglo, en su batalla no supera su conflicto, que matan, seguirán llegando sin que para ellos se haya hecho algo peculiar. " Con huecos no pasan " CARLOS CASTAÑEDA.
Si el comportamiento es grotesco. Irrevocable en su conflicto. Pero es necesario. En la vida eternamente es indispensable devolver lo que no nos pertenece, para entrar en acción junto a los visionarios. Ante esa Águila hay que estar entero. Uno con huecos no pasa.
Atraído por su enorme acción, su capacidad de soportar a la intemperie, su coraje de acero y su mascar de conflictos.
Sois demasiado torpe, metido en estúpidas cosas inexplicables. Resentido por demás.
Es increíble, no lo han olvidado; laberíntico por hechos leves de una común aventura; de la que no es mas que mero agio.
Detenido añejo en lo anticuado. Verídico descubrir que aquel paso le dejo en el mismo abismo de antes. Pobre negro!. Aun anhelante de azote.
Cuánto buscáis es poder?. No. Yo conozco de ese pensar en connotación - de la típica conducta de resistencia. De ese camino desolado, largo y arduo. Que además comprendo de su norma - de sus reglas. Prepárese entonces para recibirlo.
De alguna manera seguimos con las manos vacías, de pie a las puertas de un porvenir desolado, hermético. No se puede pensar al otro lado sin perder la forma humana, sin abandonar este mantel.
INUSITADO.
Tu Dios; ha abandonado a sus súbditos.
Aceptados a Roma que os gobierna con principios de inquisición. Exasperados en nuestra resistencia, angustiados de saber que cada vez somos mas; que por sus adversidades, aun estamos vivos. Millares de postrados para atender al rey del dominio. El abominable.
A la humillación y al atropello, quién habrá de pagar su precio.
La emancipación llegó a finales de 1775, después de que con ellos se hizo cuanto les dio el apetito, de cuando el hombre se creyó con derecho de manipular la libertad de los seres humanos, a su albeldrio y así otorgarla en su misma estúpida credibilidad de prevaleciente. Hoy lo liarán, y quizás no veréis tu cuello pender de la soga,

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pero habrán lacerado tu corazón con el candente hierro de su marca.
Ilusos al desdeñar en calidad de astutos. Perpetuo su rayo constante que invade, instigados, marchito te conduces por el umbral oscuro de tu sueño y de su espanto. Callan para la verdad, para la única mentira, derecho del que no solo es y por la cual no tiene facultad de serlo.
Como piezas de desecho.
Y, él ya no tiene otro interés. Sin adversarios dice: No somos nada.
La vida es guerra, es lucha. La paz es una anomalía.
El prejuicio perceptivo, no suspende la sensatez.
Es como si allí no hubiera nada en común. Y cada vez sellara una etapa de la vida.
Ascéticos - Solo oyes versiones, trozos de verdad. Ser libres es una ilusión.
Pero no venderéis vuestra voluntad si es esa por la cual habéis estado siendo agredido.
De vosotros obtendréis largas horas de trabajo, agotamiento eterno, pero vuestia voluntad no dejara caer ante

él nuestra bandera que lidera tu fortaleza rasgada.

Cuanta nostalgia pudieron haber declarado a vuestras vidas por ser mirados como sois. Exceptuados en su favoritismo.
No hizo mucho calor el verano pasado, en febrero el pañuelo no se desempeñó con aquella eficacia con la cual solía destacarse en los duros tiempos de enero, previos a la finalización de una era; a los que por primera vez vieron llover sobre sus cuerpos candentes. Negado a su propio dolor merecido; a los clandestinos del color por bandera, del gélido rostro y aposento que suele tornarse en arco iris. Persistía preso de una fugaz exaltación; un sueño de plomo parecía apoderarse lentamente; descubría la insignificante luz de tinieblas, un fantasma penetraba en aquella misma oscuridad portando en sus manos enormes lanzas para hundir en su cuerpo, las nubes en cúmulos amenazándoos, proseguían su ronda. Veíais sacudir sus tirantes alas de ángel; cada vez desvelado, le veía perdurar en su intensión de asesinarte tan pronto como cerrase los ojos. Aquel trabajo activo, continuabase monótono e implacable durante aquellos nueve años de prisión en sus celdas; con sus garras prestas a rasgarle la piel. Después le descubría simular en su sonrisa, la afabilidad de cuando se inclinan para hablar en voz baja y gritarle al oído la fatalidad que os ha de empujar por el precipicio al cual os habéis estado preparando sin que nosotros mismos lo supiéramos; del festín que se ha organizado a nuestras espaldas; de la ventana que aparece abierta brindándote la oportunidad de escapar por ella, caer a su despeñadero.
El no suspende el juicio, solo se limita a la descripción de los trances intencionales.
Sus ojos indecibles de terror infundado; no discurrían en su destello sanguinolento; con sus fauces de tragar con ansias; deslizose nuevamente entre la sombra de nuestro cuarto. Convulsivo erais encontrado con los ojos dilatados y perdidos en el castigo funesto de padecer su terror. El verdugo regresaba para hacer crujir las paredes por su tempestad; sonriendo desdeñoso, volvía para partir sin compasión tus entrañas y extraer de tu interior, el corazón y soportar la sublime ferocidad de su cargo. Porque no encontró tu alma.
Preso de vuestros delirios inatribuibles. Puesto que no tenía nada que probarles; por primera vez sabias que erais quien estabais padeciendo; que no podías derramarlo todo en la búsqueda de su entendimiento; de cuanto erais capaz de resolver en medio de su repugnancia. Habían extraído la voz de tu garganta y pisoteado tu entendimiento, sentimientos enmohecidos, ya no eran la significancia de antes, ya no había lógica lívida de amor. No era necesario entonces tratar de perdurar en aquella existencia simple. Porque un alguien te condeno a una vida, a una existencia que no entiendes. Y, vas por ese mundo sin comprender su razón. A la i espera de que algo mejor que la muerte llegue concluyendo esa afabilidad.
El lunes llovió al amanecer, fue hermoso haber sido sorprendido con la madrugada y el alba, el chasquear de gotas que rompen aquel pavimento.
Reacciono en la súbita paciencia de dos lágrimas en los ojos que se deslizaban a la soledad espectral, cubrían los espantos aquel precipicio; la brisa helada hacia bambalinas aquellas cortinas de pálidos colores que cubrían los cristales y sus rosas eran pequeños demonios que escapaban fogosos de sus hilos.
Les veía navegar en el naufragio eterno de un sueño. Aquella figura infundía el temor mas cruel por tocarle. Tan sin voz en su expresión, los martirizados por su nubilidad vacilaban heridos por el vértigo y, pronto alcanzaban algún respiro y se lanzaban al vacío sin penas. Porque no bastaba un ruego; millones de oraciones con las cuales pagar una ración de amor.

35la misma burda existencia de los lagartos.
Sabes que si ese fantasma se sentara tan solo por unos instantes a hablar contigo; descubriría que podrían un día muy cercano ser amigos; que puedes volver a fiar en él y olvidar a pesar de todo; aunque sabe con certeza lo que piensas de cada situación; y eso te hace advertir que se ha puesto a cada resguardo a la defensiva de tu ataque aunque ya no quieras mas guerra sino un poco de su compasión; pero él prefiere no darse por mal evidenciado y él cree por las dudas que tu quieres desplazarlo, que vas a tomar su vida de fantasma y que él se quedará sin nadie a quien aterrorizar. Que piensas impedirle el paso entre tu, y aquella claridad de tu cuarto. ]amasL Tiene temor de dejar el latigo.
Pero como evitarlo, él se cruza por cualquier extremidad, a través de los cristales.
Todo este tiempo te he estado amando en infinita locura.
He de enmascararme tras de ti. Láurea.
No soy fiel, si tu verdadero nombre al decirlo ha de despertar convertido en pecado; algo imperdonables.
( Dedicado a mi amigo MARCO URBANO ).
No hay muchas cosas sutiles en la vida de un hombre. Simplemente permanecemos en el plano inferior de nuestra actitud para que la vida viva en ese estado de inconsciencia. Demasiados sensibles, frágiles y cobardes. Pero vos lo sabéis mas que yo; que estáis allí, cerca a cualquier sitio seguro desde donde pueda yo mirarte sin que nadie se cerciore. El nunca se miro en sus canallas. Es de ti de quien quieren que hable, pero ya ves que no lo haré; es precisamente por su prohibición. De nuestras pequeñas cosas, de las pocas diferencias de los dos a pesar de vivir en un mundo tan enorme; al que te lanzan a su profundidad, en el que todos simularan su sonrisa tonta.
Sois ahora víctima de una infame calumnia, pero eso no ha de consternaron, si estas ante el hecho despiadado de sus lenguas que se mueven como tentáculos. Siempre lo harán.
Menos convertiros por su culpa en un hecho relevante. Voz habéis estado amando al aluvión, a la libertad encadenada, dejad entonces sus ataduras, a su propio placer por demás ya inspirado.
Os estáis amando y estáis mas que merecidos de ese sentimiento siempre a vosotros negado. Con mi hastío.
Las callenas y azucenas cada viernes en la mañana regresaban intensamente llenas del aroma, eran azules, algunas eran rojas; se precisaban en el tiempo, al lugar que se había creado para ellas. Fue lo más alto; quizás hermoso y apreciado que podría haber existido en aquel rincón que lo conformaran desde el entonces; cuatro extremos y un incomunicado por nocturnal y sus vampiros a la luz y el aire.
Alto y digno. Todo lo demás andaría por el suelo, vuestra propia moral; los dolores de conciencia; el pecado ante el cual habéis de sucumbir; pero dejad que te proporcionen toda la angustia y desesperación, por ello sentiros congratulados; pero no lo conviertas en un sentimiento ofuscado y retribuible a cualquier venganza cimentada en esa negación, de nada valdrá mancharse las manos con tal inmundicia.
Os preguntaréis por qué; y seguro os dirá; que poco queda de aquel ayer. Que importa descubrirlos hoy igual que en el entonces; déjalos que se sacien y no procuréis ningún tortuoso final a sus vidas, respétalos. No hagas mas heridas que ya bastante tenemos.
Si las cosas de valor han de estar siempre arriba, desde allí podrán esparcir su suave fragancia e inundar de vida un embebido y roído cuerpo que se ha hecho de aire, flotante en el ambiente nauseabundo de la pausa; a quienes los instantes suelen transportaron por ocho días, quizás mas a un destino. De aplazamientos. El sochantre de aquella vez; habría de dejaron con vosotros; el más cálido de los recuerdos que con el tiempo hubieronse convertido en la consecuente y comprometedora realidad de las costumbres. Desde entonces amaba aquellas flores. Su sensibilidad daba para eso y mucho más. Tal vez podrían amar en secreto y no por eso, vuestra misión se detendría a descubriros en su debilidad y mofaras de ella. Simples objetos en los cuales derramará la última sapiencia de su instinto. Los pétalos que mueran, marcaran tristes el paso de las horas e irán pronosticando el final al que se acerca, a las barreras a las cuales ya tu no volverás. Melancólica se marchitaba el aliento de permanecer siempre radiantes de color, poder encontrarte así eternamente. Pero todo acaba. Siempre hubieron de ser, las flores siempre vivas. Detener su agonía, y no despertar cada vez que ellas regresaban vivas al que fuese el enlutado aposento. Ya sin

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respiro cogerlas y darlas a su pedestal y revivir.
Así se dilataba, como si la escoria del mundo le contaminase coartado al bao de vida que nos daba. Extasis sorprendente, tus ojos a la luz de los cristales para mirar aquel paisaje se volvían brillosos.
Al pasar de los días, solo será un vestigio de un lugar en el cual hubo tormenta; junto al cual ardía una llama, M que quizás hoy no queda mas que las cenizas en su testimonio.
Para perderte en un nuevo plan en la búsqueda insaciable de aquello que de ti aun esta tan distante, de algo de lo que no estas seguro de si mañana alcanzaras. Hoy reflexionas que es ya un poco tarde para ya no regresar y te laves en el lavabo mas cercano los ojos. Piensas que estas inerme. Porqué vas a despertar, sino hay noción de tu otra existencia. Porque marche a esta prisión.
Tu música. Y os quedáis tan solo para verlos a todos irse demasiado lejos y te paras con el abatimiento de una partida. !Que soledad, mañana. Todo cuanto importo a tu vida, se ha marchado nuevamente lejos. Ella.
Ya no volverás a perder. Dices. Porque ya es bastante; es porque acaso entonces, ya no jugaras mas al mismo amor y desamor?. ! Vaya manera de quererte.
Tu luchando con tu benevolencia.
Con el orgullo de una raza. Cerraras aquel camino al que una vez le construiste una puerta grande y que iba directo a tu ser, y por la cual no volverás a ver penetrar a nadie.
Poco por anotar a tu diario; el mundo estará sumergido en su rutinario momento. Piensas si ella, tu o el hijo que espera, mientras fumas en ese devaneo; se ha hecho un poco tarde y regresas al lecho solo para mirarles mancharse; quedados para sentir solo temor y cerrar lo accesible de algún sentimiento. Si volverán abrazandote. No sabes cómo escapar de la sombra.
Tendrás que sonreír, que ha de importar si dentro de ti aun estas melancólico, sin nada. De que vale vivir de tristeza. Esperabas poder oír algún ruego y fue mayor su coraje a la espera de que por ti al fin vendría a buscarte. No hubieron mas cartas durante los siguientes veinte años.
Será grande.
Aun me recuerdas.
Si un día con o sin ella nos marchamos.
No volveréis para estar reunidos junto a aquellos; porque hoy un algo egoísta lo arrebato de nuestras manos cuando mas le estábamos amando. Como si vivieras a un mundo diferente siempre de frustraciones; todas dolorosa. Y ya no sabes ni porqué vives ni porquién esperas. Todos auguran prosperidad; o esa excelente condición mas allá de la realidad que vives por lo cual es demasiado tu suerte.
Y te lo niegan.
Cómo sepultó un pueblo bajo el barro.
Creyó entonces por primera vez que no era necesario detenerse a considerar el día de mañana, ya que todos pasaran a ser el momento mismo en el cual existan. Pasajeros de un tren que se desliza por los ferrocarriles que llevan un rumbo desconocido; pero que a fuera el paisaje se hace monótono y te hace pensar que aun estas en la estación; que nada se ha movido aunque tengas conciencia de que hace ya muchos años que te montaste en los wagones del tiempo.
Todos habían comenzado en un día indeterminado de la vida a ser exactamente eso, la diametral figura de un algo indecible por lo extenso de su complicidad. Rehuir internamente de un mundo al cual estaba ya sujeto; esa ilegalidad de tener que soportar tanta turgencia sobre los hombros aun a pesar de que no podría confabularse con ninguna situación. Caminar; estar a solas, huir, solo vivir para huir. Desmedro proporcionado a vuestro agotado afán.
Pronto terminaba un episodio en la decadencia. En torno del mundo misterioso e incomprensible. Agregabais un mes mas al calendario y pronto os descubrías sin valor del que gozabas antes para hacerlo; con el cual corrías y agitabas las fechas de tu propia comitiva; ya nadie vendrá al convite y solo esperas a prisa por arrancar hasta el ultimo papel de los que fueron trescientos sesenta y cinco días de cenizas. Ya no había aquella resolución inmediata para determinar que hacer. Abandonado a todo lo deliberado que dejaron a despensas de vuestras manos y no dudabais en tomarlo y saciarte en el apetito de aquella misma estúpida, absurda oportunidad del que cena a la sospecha de que ya no habrá un mañana. Un acto en el que todos estamos actos.
Creías dominar tus instinto y ser feliz con tus pasiones.
No erais vulgar juguete recriminado por lo que hicieras con tu vida
o dejaras de hacer con ella. No estabais loco y lo eras; un tipo de mundo al que no pocos caen. La locura era el raciocinio de los cobardes y de allí no saldrías a menos que te convirtieras en un patán y osado, algo atrevido

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a sus conciencias. Lo decían, la usabas para concebir tu desvergüenza; para rehuir a tus responsabilidades. Decían que tenías miedo. Pero no de hombre. Era un miedo de niño, si; tu vida, tu turbación, era eso, un miedo de niño, porque ellos te tomaban, te destrozaban, y tu quedabas como una masa revuelta sobre el piso, lleno de su odio, de su desprecio. Entonces si era un miedo de niño, porque de grande sentías las pisadas que no te dejaban concebir el sueño y debías debatirte porque nadie pregunto por la razon sino que te castigo el hecho. Gloria de rendición al haberos retirado por fuerza mayor de nuestra intensión de conquista. De su transformación de antes. Los veis con su xenofobia; como perros y perras rabiosas. Violentándote.
Y debes ser tu quien emparenté la fuerza descomunal por sanarte de su guerra virulenta.
Un simple deseo siempre os acompaño.
No dejo de ser aquel modelo que jamas funciono.
Mientras el mundo gira, vosotros os quedaréis distante de todo.
169, vivía a pesar de su inestable proceder.
Y cómo evitarlo, tan latente y sinuoso.
Lluvia ácida que humedecía todas partes.
La casa olía a excretas humanas; en las noches de tormenta, el agua se revolvía con las lágrimas y trapos podridos.
Nuevamente ella aparecía para torturar metida en su estilo latino, sus largos rizos terminaban en el derrier de su cuerpo, convertidos en llamas. Piel canela, lo es todo bajo su traje. Con la sensualidad al borde de los labios, frescos y húmedos, incitadores invitando al beso. Conserva aun la tersura de su piel, mientras llevaba en sus manos siempre un pañuelo rojo, para apaciguar aquel calor derrotados de verano, mantecoso y para espantar las moscas en su faena. Un aspecto diferente la dotaba de ternura juvenil que la hacia apetecible. Su extraño atractivo le exhibía espectacular. Deslizo las manos por el contorno de su cuello, encontró a su paso, un cuerpo fresco que intensamente enardecían. Grande por un pecho desnudo, las montañas de sus senos virginales, su sangre hervía en el semen, oprimianle perennes y delicados, cual manzana roja se presentaban a la palabra. Clava tus dientes en ellos y fracciona con fuerza el trozo fresco de la fruta. formaban las cordilleras y sus picos de nieve, volcán que se derrite. Rígidos acrópolis son el final de los túneles del tiempo y el amor. La misma osada manía de penetrar en ella hasta el infinito como potro salvaje, desbocado, allí sudoroso cada vez que como siempre la hacia suya en esa imaginación estelar. Las venas dilatadas dejaban el sudor brilloso correr junto al aliento precipitado sin una palabra. Solo un quejido aplastaba la agonía final ya derramado en su organismo./ Allí, encontró en su cuerpo, en cualquier parte. Aquellos dedos resbalándose como gotas de aceite cosquillosas en la separación y unión de dos mundos. Urgando todos sus orificios.
Hubose adueñado.
Los ritmos entonces, fluían inexorables ante las vibraciones incitadoras. Jazz. Franquicia, aferrados aun mas al mismo episodio de hacerlo como si fuera la vez final; o quizá la primera, olvidados de aquel aparecido que habría de censurar el que aun permaneciéramos abrazados. Por la presión enorme divagaba en las afueras. En ese impulso.
Aquel sonido despertó en zozobra, estremecido en su índole. Por las bocinas. fluía de nuestra imaginación a cuestas.
Con su fantástica elegancia se perfilaba en retiro, hasta deshacerse sin ostentación de entre bambalinas, bajabas el cartelón, las cortinas del teatro.
Efectivamente precede de la absoluta nada, tanto de la nada se origino la vida, tanto de la nada lo sentimos.
Amados en el amor de cualquier manera.
RECUÉRDELE
No hacia mucho tiempo las cosas que habían llegado a tener un verdadero significado habían dejado ya el lugar que antes ocuparan, sin honda de agravio en el rostro, solo su entrecejo se fruncio para expresar aquel
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desaliento y dar resignación al enorme espacio que se había provocado en el mundo. Si llegaron a significar el motivo, habían pasado a ser solo eso, la razón. El que perteneciera al pasado, no era necesario recordarse con lo que podríamos considerar la esperanzadora idea de verle regresar en un momento dado para retomar las cosas abandonadas y vivir de la mera idealizacion de su presencia cuando en verdad los recuerdos amenazan mas en herir que en dar aquella satisfacción de gozo por un hecho y sus precedentes. Sufrimiento dilatado que toma demasiado tiempo en diluirse. Suspiro profundo un aire de libertad. Por la cotidianidad acaecido en la misma rutinaria miseria del que siempre sueña, con lo cual sabes que la muerte es algo mas específico y le das poca importancia, nunca le veneras. Alguna veces mientras sueles oírle tocar en las dimensiones de tu propio, en tu aposento para llevarse consigo algo que hay allí dentro. La muerte es cruel; la guerra es triste maquinaria dando tributos de vida no sé a quién. Porqué fallece la gente, por qué existen asesinos, por qué el odio puede mas al amor, porqué la vida ya no importa. Porqué estas a una condena inaplazable?.
Y, porqué de los sin respuesta.?
Virginia había muerto, no era símbolo y para pocos fue el motivo de causas. Pero, sin ella no quedaba mucho por concluir. Aquella mujer se fue así. Sencillamente, más fácil de lo que alguna vez alguien se haya imaginado su propia desaparición. Sin un adiós alegre. Sin un vaticinio. Aunque todos estamos a esta guerra de gen-nenes expuestos.
Un trágico accidente le dejo a la deriva marginado y de su presencia para siempre, cuando entonces considero empezaba el otoño de sus vidas. Despertando al caos; una catástrofe de la cual jamas se repondría. Su esperanza legítima diluía un aspecto, un acto tan solemne le quedo después. Sin capacidad de reanimar los movimientos expresivos de su cuerpo, en desatino; algo para lo cual no fue programado. Lloraba con sus ojos bajos, despertó en él un sentimiento que de ordinario solía presentarse en escenas de hipócrita frivolidad. En esa combinación irreal del suplicio y de la farsa. Pero en él era indiscutible.
Tenía que saberlo, la muerte danza a tu alrededor y no tienes derecho a saber el por qué; pero le veis zapatear como loca, siempre en el patio de tu casa.
Cuestionarle, es delito de testarudez. ]amas nadie te respondería con las palabras que quizás darían aclararían tus interrogantes. Para comprenderla, has de esperar porque a ti te susurre también al oído. Desde entonces, vivir sin estar sujeto al pasado, era negarse la evidencia que sobre él pudo haberse originado una verdad de la cual solo quedaban vagos recuerdos que amenazan por desaparecer en aquel lapso que marca la misma bruma de un amanecer de invierno, ante el espacio eminente de las cosas nuevas que desplazan a lo existente en la memoria. Y, el pasado castiga al presente.
Como olvidar a Virginia?. Ayer mas que hoy. Siempre ella estaría en cualquier lugar. Porque la mente humana acumula recuerdos de por vida.
Como negarse el que no lograse borrar la imagen, la luz que transcurrió frente a su mirar, no como una estela fugaz; si como a un astro tangible al cual en el tacto de los dedos dejaron vivificada la muestra tangible de aquel calor humano que en los largos inviernos solía abrigarnos con sus brazos. Debería callar, convertido en iluso y por demás solo le queda ocultar su pena, dolor de un tiempo de gloria. Esa ocasión del presente por el cual nos estamos debatiendo y día tras día vemos enlutado aquel porvenir porque sois débil de sobrevivir al caos. De nuestras manos se va. Pero, mientras ella vuelva a sonreír, no podrás considerarlo palurdo a tu memoria. A pesar de aquellas márgenes punteadas en el rostro, debía ser potente; cubierto con la máscara del hierro, hacerce fuerte; caminar con carácter endeble de rigidez para fingir su consternación. Aquel otro yo de cada uno de ustedes que permanece postergado.
Del descompuesto quedaban solo las estatuas sin brillo en sus ojos.
Vivir del pasado no era nada significante, retener de él, era aprender a vivir en la magnitud de una cierta tragedia; una ciencia misteriosa. Al senil. No sé; algo te decía que habías nacido con ese hecho repetitivo de desgracia; anexado a la misma fatalidad que te dio la vida por demás.
Consagrada a la labor cotidiana, sencilla mujer al trabajo abnegado de verse envejecer con paciencia. Siempre lucho en la pretensión de conceder un soplo de aliento a quienes poco les resta para expirar. Un día en el que preciso del vigor para conservar la suya propia; ya no las tenía, se había esfumado con la brisa de la desventura que lo envolvía todo con su negra sombra. Y, era verano. Aún caían hojas secas de los árboles sobre el césped restante.
Su cuerpo tristemente esparcido en la vía, junto al parque por el cual solía andar cada tarde de regreso a casa. Veinte años desde entonces. Lo considero hoy; podría haberlo cruzado con los ojos vedados.
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Una mañana al despertar; la felicidad diaria se presento confusa en costumbres de olvido; dejo la taza de café sobre la mesa de noche sin que lo hubiese hecho nunca antes, las puertas que en las mañanas soban abrirse dandole la entrada de luz a un nuevo día; jamas se abrieron. Ella fitzgeral; sonó estruendosa en su garganta hechando de menos aquella voz acompasada junto al fonógrafo convertidas en un solo hilo de melodía de otros tiempos. Y le abrazo a la fotografía colgada en el retrete. Cuantos años?. Dijó: Y camino lentamente en su aguante. Mormuro levemente. Se han pasado.
Hoy los detesto. Y miró con los ojos de angustia en ese espejo unas líneas que iban y venían en todas las direcciones por su rostro, en aquel recorrido frío que se hace de los rincones y, algo allí le decía que no regresaría, en aquella misma lánguida mirada se sonrió al descubrir el cuadro de lleana. Aquella de la pesadilla funesta con su estampa en su sonambulismo cotidiano. Aun bajo el sol de los campos. Nunca volvió. Se fue al Africa de misionera, le vio bailar el halls, y alejabase al paso con su disco bajo el brazo. Poco antes, había mirado aquel empalustrado al que siempre se opuso el que siempre estuviese allí. Colectando polvo y telarañas. Sus recuerdos de repente derramados en el lecho, una vez mas frente al espejo con su semblante impregnado de eterna ternura porque de entre sus cosas extrajo la cajita musical con su espejo de transfondo. Lo vistió. Liquido las ultimas imágenes y decidió guardar las que a ella siempre le gustaron.
Burdo danzando con su sentenciosa bendición.
Atados a un genocidio de conquista. Ella estaba allí burlándose. Tan transparente se sentó en su cama haciendole compañía y le ayudo a traer los recuerdos mas dispersos, y le castigo porque hablo con ella sin que nadie le escuchara y no pudo decir nada; ni siquiera hacer una señal porque la muerte le había prohibido todo aviso. Es por eso que esfumo aquellos dos hilos de lagrimas que aparecieron en su rostro con esa prisa desmedida de sus manos; y miraba tan fijamente al vatio como inquiriendo por un ultimo deseo o porque le permitiese llevarse consigo aquello que la muerte estaba sujetando. Un sentenar de planes que debía abandonar ahoramismo. Y sus ojos ya no eran sus ojos, su boca ya no era su boca y su voz no era ya su voz. Y su corazón. Y no me quito mirar como antes. Solo adivino la primavera de mis años marchitandose. Mas que triste, solo y sin poder hablar de mis cosas. Qué se yo. Ya no era su corazón.
Veleidad. Como un obstáculo insalvable. Como en ese estado de insuficiencia mental. Por sus sortilegio. Allí junto a aquel contraste de luces y tinieblas. Se marcho sin molestar a nadie.
Un trozo de escena en el que recorres la casa para precisar de un orden sin la sospecha de un algo que se agita, que su voz calla pero que esta allí dentro de ti, sin poderlo exhalar; has sentido letalidad. Porque frente a ti se presentaron trozos de la muerte que debías elegir. Un alguien se va a ese viaje de absurda manera. Sangre derramada. Cuanto queda en la ultima justificación.
Proporciona personificada la repugnancia de todos aquellos que una vez pudieron verle y difícilmente aceptaran hoy descubrirla fraccionada en piezas irreconocibles.
Del tal crueldad, no podría jurar. Su veneno, ha hecho por vez primera su efecto. En tanto los siglos pasan. Quien podría decirnos la manera en la cual habríamos de desaparecer para quedar flotando en el mundo del que ya no tendrá voz. En el silencio imperdonable del final al cual estáis destinados todos. Imperceptible a la incertidumbre que rodea a un cuerpo aun no muerto y sobre el cual ya se ha lanzado tierra de sepultura. Única evidencia a la cual no habría de considerarse al acto de su conciencia un pecado. Ovación, el telón empieza a descender y le ves como artista hacer su reverencia a ese publico que le clama y le pide ansioso. Actúa!. Por favor una vez más; muere mientras te lanzamos claveles y rosas. Llora mientras reímos. Porque tu dicha es Cambien nuestra.
Comenzaba entonces, la búsqueda insaciable de un origen. Alguien nos toma la vida sin importar el momento. Hora en la cual la hace suya. Canta.
Para aclarar cosas que jamas fueron puestas en plena claridad. Fueron entonces farsa; motivos que suelen suscitarse mucho tiempo después, al descubrir que hemos pasado a otra existencia rehuyendo hablar de lo que en esta nos azota. Sentimos pena, remordimiento. Incesante bullía en el foso de su pensamiento penitente. Combatido en su interior se quedo arrojado al detrimento del tiempo.
Siempre cubrió las penurias que como moscas merodeaban el espacio en aquella misma posición inmodificable. El pasquín.
El solo esperaba devolver una reputación que de hecho la madre había labrado para los dos. En aquel mundo exigente en su traumatismo al extremo se debatían por sobrevivir en él.
Pueril y asfixiante. Proseguía.
El no lo ignoraba; motivo. Razón que agotaba todas las fuerzas apiladas en el transcurso de unos siglos, sacrificio

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de un empeño; su condición, la conquista. Lo sabía, pero continuaba martilleando sobre este yunque. Pequeñas cantidades de dinero ahorradas, fueron desapareciendo en la insuficiencia del ingerir insostituible de un organismo que camina y al que debéis alimentar para no descubrirlo jadeante y no dudéis en ponerlo a disposición de alguien.
Los presentimientos barrunto de un ayer, convertidos en el presentimiento rendido del mañana diáfano. Un fardo, ante el esfuerzo inculme con el cual habían sido depositadas.
169, no podría convertirse en la misma finalidad del residuo, atriles, desecho de cuartiles, con la convicción de espina en el corazón del pueblo. Resultante de las prácticas sociales en la cual quedan condenados por el sistema. Al cual fueron sometidos los próceres del pasado sin recompensa alguna. Solo con su mancha al dorso. Debía hacerlo todo por liberarse del yugo y sentencia destinada por su clase aplastante, de los episodios congregados, cinismo de una situación que llevaba uno a uno a los mismos acontecimientos. Lanzarse al rescate de la perdida de nuestro valores humanos a pesar de nuestra poca identidad dada.
Con él se derribaran barreras construida en sangre por encima de nuestras cabezas.
No quemarse en la llama ardiente de un fuego instaurado, razón del desequilibrio del estado, en el cual nos veis absorbidos de pie a corona. Segundo a segundo.
Asimilables a quienes siempre habrán de verse subordinados al vencimiento.
Lo sabia. Pronto todo será una utopía irrealizable.
EDUARDO GALEANO.
Decía. Sino puedes pelear por la verdad te veras ajustado a lo factible. Os conocéis a la finalidad de un desenlace al cual sois llevados a rastras; cuando todo es porquería. Por mas que os resistáis en dejaros estibar allí; os descubriréis perniciosos, aplicados por la fuerza a una alternativa que quizás jamas ha de llegar. Liberado en otro tipo de paz y de ventura. Cajón del cual ya no saldrás después de haber sido arrojado en él ya desmembrado. Guardados para la ilusión de unos hijos venideros, ellos de seguro convertirán en realidad aquellos sueños frustrados de nuestro presente. Pero ya veis; ellos llegan y, qué os dais a cambio?.
Mas servidumbre. Mas miseria. Canciones - Siempre canciones. Y los poemas para consolar sus almas álgidas. Veías flotar la lucha de la inteligencia encarnada contra la materia. Golpear la tierra sin agotamiento.
Una semilla plantada en terrenos infértiles, no daría fruto. Pero habíamos logrado lo excepcional; sobrevivir a pesar de las adversidades. Con ese soplo de aliento, hay vida en tu interior maltratado. Y suficientes plumas para fabricar disfraces.
Los incapaces, conceptos racistas en la verbalidad de una negativa. ..!Quienes son ellos.?
Tu rostro no vende.
Las mismas puertas señaladas a la condición inadmisible. Pero hoy se dirá; que padecéis del mal letal. Los complejos.
justifica entonces tu comportamiento, de años fermentados. Tu no te has transformado de un instante a otro. Y porqué has de quedarte a esa batalla de superación?. Porqué no medias la razón.
Tratad entonces de mirar a tu alrededor y diréis de todo lo que habéis allí encontrado. Por doquier que vayáis; diríais entonces que no miento, lo habéis padecido, mas lo habéis convertido en un hecho sin precedente. De que existen, ya no cabe duda.
Desecho de su poder de pensamiento.
Arrogancia a la cual debéis atributos; de lo contrario os veréis odiados. Por tu soledad calificable. Divinizados por su indiscutibilidad.
La subordinación nos dejo la sumisión, al descaro del soborno. Por demás, víctimas de lacras del gobierno clientelista, funcional e inoperante. Aparente en su transparencia; cuando a el negro se le destinó a otros fines. Por su fuerza, por su berraquera, con ese cuero de llevar sol y perrero y de carga nunca lo veis palidecido; porque es fuerte, nunca le veis enfermo porque él no siente, porque es un animal de labranza. Un buey.
Otorgados a la mediocridad, sin intelecto por un defecto al momento de la creación. Un engranaje del que no constituye la cúspide de la burocracia, una célula de su cuerpo lo hizo apático al dolor. A la ignorancia de quien no le conoce o jamas les ha visto. Ineptos a la eternidad de un sarcasmo de exclusión. Un triángulo de clases bien marcado. Porque le asustas.
Poco inmóviles y caducos. Encubrir su vacuidad con el afán desinteresado de contemplarlo todo en el desdén de su ironía. Con Su fachada de oropel.
Resquebrajada sin embargo. En pleno siglo XX.
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Inmutarles es la instauración del estado. La regla que la ley aparenta todo de forma verídica. El hombre blanco finge, y nunca descarta la menor ocasión de hacerte conocer tu condición. Porque a ti, nada te va; nada te viene.
(Daimon Mexicana, S.A.)
Porqué lo malo es negro. Y el cree somos su esencia.
Tratadlo como a bestia.
Y, ya que la fuerza no esta a la altura de su adversario,
recurre a la astucia. Te escenifica como a micos. Espía, lo desmenuza en cada paso que da. Pero no se atreve a mostrarse. Ya en la oscuridad; clava el puñal en su yaga. Azota la puerta de su ventana al verle pasar. Pero lo tuyo es delirio. Mera especulación de tu parte, porque tu siempre vas actuando a la defensiva. Porque estas tatuado. Te cobras algo que irremediablemente paso; por lo cual una sociedad nueva no puede hacer nada. Y te deja para payaso. Quiere que le diviertas. Porque es esa la supremacía que quiere para ti. Batir récord de animales. De gacelas.
Inconcebible, sin condición política. Sin poder económico.
Grandes aventuras seguidas de héroes blancos, corsarios a la practica insignificante por largos siglos, continua entonces a la eternidad en tu ordenanza de barbarie. Acaba con los indios. Róbalos a la tierra. Extiéndete.
Uno más...Yacía sin rostro en el ultimo de sus aspectos. Ya solo quedarían aquéllos párpados contenidos en la misma forma; sórdidas de quien una vez los abrió. Al teatro libre de sus manos ya sin pronunciación. Solo, allí pintado de blanco. Agobiado por la deshonra. Las cosas y sus adoquines junto a las flores amarillas, las cenizas de aquel pueblo solitario, mudo y de polvo en el aire. Se sentía su desolación muchos kilómetros antes de entrar en él. Ya no había un lugar reservado para substraerse de su presencia.
Y por eso entonces comúnmente visito los cementerios de los Judíos que sepultó. Los indígenas que extinguió. etc. Este pequeño hombrecito destructor de todos los tiempos. !Que con su basura atómica no sabe que hacer. Vendérsela a los pobres subdesarrollados.
WILHELM REICH.
Al morir Armenio, tras largos años de espera, incapaz de haber determinado algo distinto con su propio ser; le madrugo la noche en la espera inaudita del que fanatiza en afirmar que habrá para los de su clase un día mejor. Como si el cruce del tren por su territorio trajera la inmediata civilización y no el hambre que arrastran los rieles. Esa esperanza de sacrilegio. No pudo mas que despedirse sin garantizar a los suyos un futuro solvente con el cual siempre soñó. Desde el momento en el cual sobre la pizarra del bosque, escribió sus nombres y alguien le expidió unos números torcidos. Quería tener un resguardo con la gente aun no destruida de su pueblo, para cuidar a lo débiles enfermos. Comprometiéndose a la derrota que al igual después de muchos años aun no conseguía solventar su idea, y cada vez dormía poco para reunir mas monedas y comprar aquel pedazo de un bosque en el que ambos se rajaban. Toda su vida de trabajo sin merecer nada a cambio por los esfuerzos. Aumentar la fortuna de los blancos. No tenían apariencia. Era la heroica resistencia de su ideal. Si de volver a Africa se tratara, ya habría construido un barco muy grande y le habría tendido algunas mantas para que el viento le arropase. Pero ya no sabía donde estaba el mar y se vio a oscuras perdido entre montones de tierra, entre gigantes con pastos verdes como las aguas de su mar. Fueron verdes en las mañanas y al entrar la tarde azules como el mismo cielo. Y nunca mas volvió a ver su mar. Paso por allí, y sintió su brisa y le amaba. Le echaba tanto de menos, que comparaba sus aguas con aquel liquido salubre de sus ojos, y ese era el mar con su ruido en el caracol. Con su orgullo, sabia que por ello, le cortará la cabeza.
El constituía la cuarta generación de aquellos mismos hombres llamados de color. Despectivo sin un poder real,
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igual de falaz y engañoso; en la misma prolífica batalla de la injusticia seguida. Intimidación sin que haya supresión en ellos, por lo cual, habría de ser cauteloso al caminar. Y debías de carcajear y no conducirte en aquel azar a una decisión estúpida. Solo sonreírle, así te quemes por dentro, porque innecesariamente podrías atraer sobre ti, poderosas enemistades, por causa de sus modales desconsiderados, por su inoponible aceptación. De él que esta embebido de ínfulas. Pero con formidable resolución, os elevaréis por encima de todo aquello, seguiréis viviendo y multiplicando, aunque tropieces muy a tu pesar; con el mundo hostil y una y mil veces mas tengas la necesidad de levantarte y de volver a sonreír. No te hagas de un lado, síL Sigue sonriente. Vuelve a hablarles a ellos, de lo que les gusta que les hables; diles todo lo que les adule; pero no le digas jamas la verdad que se merecen. Tu cállateL Primero tus estúpidas ambiciones. Miénteles mientras sigas avanzando en medio de aquella niebla gris, en medio de aquella oscuridad. Pero en tu adentro, no abandones tus principios. Entonces comprenderéis que el verdadero amor, es el que a ti te sale y que no pueden comprarlo, porque para merecercelo, debes de fingirlos; son tus amigos porque les mientes.
Pero sigue en aquella meta fija, la causa a la cual estamos empeñados en llegar. Y, qué importa si los demás no te comprenden, no eres sutil a su engaño. A nuestra situación. Cuando nada de ti se improvisa; porque a ellos lo que mas les importa, es la clase.
Subordinada.
Porqué habrías de declinar ante los infortunios y convertir en derrota aquellos ataques repentinos a los cuales siempre estaremos expuestos?.
Recordar cuando en el entonces se utilizaron en la guerra que no les mereció mas que su propio honor de derrota al regresar vivos de alguna parte. Liderando una conquista, para que en aquella misma lucha, se olvidara de sus combates4
De un lado, escépticos y místicos, del otro lado, guerreros y suicidas. De ambos lados, fanáticos.
La religión trabaja su temperamento y recrea su personalidad a la condena perpetua de su propia angustia de merecer perdón. Ya que no se puede devolver una piedra con otra; irlas entonces acumulando en tu rancho. Impresionable y soberbio. Por su patria o por su Dios, pero indomables.
Raza herida de neurosis estéril del sacrificio, de la locura consiente y de la lucha. Generosos visionarios; amorosos de todas las quimeras.
De Dios, de la libertad y de la gloria. Habrían pasado dejando sus huellas de sueños y de sangre. De un lado blanco, todo blanco como el armiño. Del otro lado rojo como la púrpura y en el centro negro, todo negro, como el túnel del tormento de Ipolito. Que ya no emerge en la búsqueda de una luz, como cuando le azoraWn las tinieblas. Y ya nadie le espera para oírle cantar sus descubrimientos. Así, la historia de su raza, encerrada entre el poema místico y el poemaI£Ico, y el germen mórbido de ambas neurosis se Disputan. Como las alas de una mariposa prisionera, quedo su inconsciencia desgarrada. Llenó el mundo con su desgracia y luego él le lleno de sus negaciones, con el rumor de sus protestas, le golpeo con la exaltación dolorosa de sus dedos. Abandono aquel transformismo. Para sufrir en silencio.
Su rebeldía ingénita, su temperamento luchador, su tendencia al combate, sus atavismos guerreros, aparecieron entonces, exuberantes, poderosos. Para cantar, para correr e ir por la de oro en nombre del que nada le interesa que sea por su bandera. De si hirió o no su intimidad - su juicio mal tratado.
El no se cuido de ella. Empuño su lanza y fue contra la legión negra. Cayó vencido.
El también, como el héroe honorario, había tenido que inclinarse, para arrancar de su talón el dardo envenenado.
Todo es fábula y amor en la gloria de su casa entre su duelo incansable de su fortuna. Su arrogancia indómita de su condición. Su virtud que anida en las ruinas. Turbias.
El encanto de los besos furtivos, en las carnes desnudas. Las apreciaciones políticas de 169, tenían para él la seducción de ser un eco rejuvenecido de su propia voz.
La confirmación de sus juicios sobre la política tempestuosa y movediza de las democracias latinas. Generaliza. Y él pensaba con añoranza, con su cariño, en sus almas nobles, tan desinteresados, tan altos, tan fuertes en sus combates por el arte, ricos en desesperación, trágicas y marchitas ignorados. Porqué no llegar hasta la esfinge?. Por qué no afrontar la mirada del monstruo?.
—Exacerbandolo.
Irreductible como las muertes, suspensión a las conveniencias humanas.
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Milagro y magia. Su plañidera.
Cómo desentrañar ese sentimiento aderezado de manera insidiosa. Sonámbulos por un universo de pesadumbre. En la sinopsis. Batallas, hasta el momento solo te han dado causas y derechos ajenos.
"GOLPEADOS DE LA SOCIEDAD"
Pero el negro sigue siendo discriminado. Y se convierte en delirio paranoico ante el aberrante acecho del mismo criminal que os satura; reo a la pena de muerte al no repugnar el subyugante martirio del desprecio y eliminación, al no reclamar. Entonces... Trata de subsistir si puedes. Hacerlo. El pronto te preguntará...
Quién eres, y en verdad; que podrías decir, si hasta entonces no hay nada que te merezca. Educación, propiedad de los mas selecto. ! Pero es mentiras. No. La educación no es ente de clases. Convertidos en objetos dignos de represión. Pero con igual manía, lo repugnan. Y hoy te has convertido en la víctima que clama clemencia.
Puedes elegir; darte por vencido o no. Es tu decisión. La solución?. Seguir buscando. Sois demasiados hombres de bríos, fuerza y pujando para doblegarte ante el reaccionario que te lleva al maldito reclusorio. Por que llorar a solas?. Mientras podemos demostrar que aun podemos seguir resistiéndolos de frente.
Al menos uno de los dos ha de obtener lo que desea del otro. impresión errónea, habéis de quedar asustados al nuevo comienzo por la reforma. Te dirán... Te será mas fácil sino te resistes, haz de lado una omisión ó viejas y estúpidas evidencias. Tus convicciones a nadie interesan. No ves que ni a los tuyos logras llevar a la sublimación con este gesto. Y a cambio recibirás un mar turbulento para que navegues en él en tu barco de papel. ! Haz tu vida...GOLDA MELLER.
Es a tal con su ambición; que lo contamina todo. No le importa si mata, solo va por el dinero.
Inconformes con lo que os corresponde. Delirantes de castillos, ambiciosos e inadaptados por la advertencia. Lo quieren todo para ellos. Tu no sabes. Solo comprendes lo que ellos quieren entiendas.
Nada para los demás en este mundo tan extenso.
Erase una vez. 1
Igual se dilata el suelo húmedo, hidratado de penuria; pena, enajenado. Se apelmaza y después es impenetrable en el fango que hace al agusanarse. No había vacuidad; sin intensiones ante su presencia poco meritoria.
El vive de eso; de propiciar sufrimiento. De hacer armas para matar a la gente.
Sois demasiado duros al hablar de un pecado que no lo es. Debéis avergonzarte por tal infamia a los señoríos hecha, por tal aberración. Caer en su zarpa; es naufragar en la pudrición de sus desaires; en su verborrea de niño burgués. Fétido en lo lerdo de su creencia. Os conseguías la novedad en la reticencia de vuestro rostro.
jóvenes apremiantes. Mentes brillantes a la deriva de un prosaico, hostil, deliberado, de un mundo escabroso por su escoria. De que vale sino te dejan. No faltos de ideas amplias y futuristas, que proporcionarían progreso. Desdichado. Ellos son mayoría. Se destino acometido por las tramas; a difamarles. Ogro, le quiere desollar, llevarlo a esa divagación perpetua, hasta que aprenda a soportar todas las exigencias. Con ello comprendía aceptar llevar una vida toda de privaciones. Pero yo soy el que usted vendió, entregó y descalifico. Soy el que le sirve de escabel a su fortuna. Soy al que usted dejo con su persistencia en esa sed angustiosa que solo se termina en la tumba, cuando perdura señor en su impaciencia fogosa de otorgar pesar. Hasta verlos a la postración del valor agotados. A sus pies. En su fastidio. He llegado a su lado para morir arrodillado. Podrá señor, ostentar ahora su dominio ante este mi dolor?. Es decir: voy a la ausencia de la vida y por consiguiente ya no le veré mas. Me alejaré de su lado como el barco que navega en altamar sin brújulas y mayores conocimientos del mar que es su sangre aderezada.
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He venido porque quiero decirle adiós. Porque he descendido de aquella platea que se llama suplicio. Porque la soga que ato a mi cuello no resistió con ni¡ peso. Fui una pluma anudada en los extremos y allí se quedo usted con las ganas de verme partido el cuello en dos. Pero mereció dos aplausos de mi parte porque a mi no me vino hada ni se apareció virgen alguna en el largo caminar. Ya ve usted tal infortunio.!
Pero ya veo. Usted prefiere seguir con sus secretos voluptuosos. Que de nada equivalen a mis manos diáf"n s. Entonces yo soy su dueño y usted es mi esclavo. Con la humildad de usted que es Cristiano. Entienda que Dios y solamente en sus manos, esta el don supremo de cancelar vidas porque fue su hereje.. Pero no vaya usted por favor, a comparar un estado con otro. Entonces mas bien; déjenos esperar y confiar.
Para instruir necesita dinero, como el que jamas tendrá para alcanzar la mas elemental de las victorias. Seguías atosigado por su inclemente rigor. Persuadidos; su única intensión; depositarlos en un mortero y con el látigo de su soberbia. Normas y leyes, miserear hasta extraer cada gota del liquido sanguinolento de tus venas.
Tenebrismo político. De los exodamientos.
Rostro desencajado frente a los vándalos.
Para quienes; León Tolstoi. Parecía haber afirmado certeramente, que los únicos adecuados para adaptarse a una forma periclitada de vida, quizá para alguna que otra tribu de Africa central, de donde por supuesto, venimos. Aislados del mundo entero.
Pero en ningún caso para los Rusos, que hasta entonces se consideraban especiales. Que fueron serviles de ellos mismos.
La aristocracia terrateniente.
Cuando Alejandro II decidió- con bastante retraso, liberar a los campesinos rusos de la servidumbre. "Que en tales casos era llevada a una esclavitud excesiva".
Mano de obra barata, ante la necesidad constante en el presente por una actividad laboral. Ante la carencia de igualdad en el desempeño, que siempre se dota del favoritismo; de trámites de influencias para asegurar que esa misma sociedad reinante, sea quien posea los derechos totalitarios y legendariamente a ellos permitidos. En el presente, esta vigilia, ha transcurrido en cañaduzales y tabaqueros. Y nunca hubo razón distinta, hasta el entonces; solo importaba estar vivo para pretender saborear en los labios las insípidas frases inmerecidas, despreciables por el significado y trato que suele dárseles. Algunos jamas las sujetaron en el mismo poder de su mutismo. Ese vigor acrecentado debía de transmitirse en genéticas informaciones para garantizar que de igual manera aquellos productos resultantes continuaran llevando el mismo patrón de comportamiento por el cual el negro no es dueño de ninguna innovación y todo se convierta en la incapacidad del que se ha apropiado. Indivisible con el derecho de inspirar todo. El hombre lúcido. Con coraje y valentía. Y valeroso ante las tempestades del movimiento huracanado. Arrazador por el que posee el ingenio. Permanecer puros e impedidos en medio de la sociedad casta. Recatada en sus manía. Sin olvidar que la única alternativa de sobrevivencia es prepararnos para la batalla sin cuartel a la cual estábamos derramados. Evitar caer en el embaucamiento distractor y perderse en el engaño de una absurda oferta.Despojados de la pasión. Para que las miradas de antipatía, no te derroten. Nuestros depredadores se especializan en la dramatización de su aspecto y su rostro conquista la humildad de una virgen. Una anciana que al verte dar la espalda descargará el fusil que tiene bajo las naguas.
Apresado en su solapado corazón, como el gato adormece a sus víctimas con la cola.
Una víbora; que inyectará su veneno. Aferrimos a su restricción. Se debe padecer hambruna para poder hablar de ella. A ti no te pasa igual. La muerte no te apesta. Llévalos a la escuela ha instruirlos en reglas. Conducta sumisa, de la mas falsa. Promesa marginal de la evolución.
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Por un estado al azar del destino lícito. La misma inclinación ante el amo del dinero. Sin fin alguno. Por el cual suelen quejarse en la misma genialidad de su creación. Cada vez que los manipulan.
Funestos acontecimientos les dejo al borde del infortunio. Un enorme cráter para dividir dos mundos.
El gobernador no podría negarlo. Lleva dos sangres en sus venas, así su vida se incline por la virreynal.
Le fue benévolo, ordeno sus convicciones. Y sus facciones son alegorías incluidos de ojos azules a los que denominan la perfección hecha en rasgos de mutabilis, su proyección.
Cuando la evolución precede y se acondiciona a unos campos. Uno de los dos debía de apoderarse. Y el hombre evoluciono - pero no en su guerra. Siguieron las invasiones; ya no por color de piel. Así mismo se extinguen. Como lo hacemos igual.
Que tonta es la bejigerajicia. 1 Que manera de querer.
Se había iniciado el tránsito hacia la historia con los cuales los no estrategas quedaban a la deriva.
Nunca preparados a las armas verdaderas. Siempre con el convencimiento erróneo de que pronto alguien tomaría en uso su sentimiento de dolor y recapacitaría, porque la constitución así lo dice. Da igualdad. Pero de qué clase?..
De que no habrá mas explotación desmesurada del hombre, que se garantizaran condiciones dignas de sobrevivencia. Que la nación surgió gracias a ellos.
Venida de los propios inspiradores.
Porque el hombre es el momento actual desde algún punto de partida. Y en eso basa su superioridad.
Te diseminó en cloacas.
Siempre habían excepciones y éramos justamente eso para ellos.
Re-diseñaban sus estrategia. Muñecos al espectáculo ridículo de la vida. Ante la degradación de nuestra cualidad debíamos ignorar para no vernos lúgubres frente al enjuiciamiento desmeritorio y sin apelación del pobre negro.
Sus bromas uestilo diferente de adularte.
Satírico métolo de respetarnos; vitalicio en su facultad sobre protectora. Implacable. Difíciles de abarcar.. Animal de anomalías raras.
Si debes festejar el que tu rutina y cada músculo que te constituya ha de ser en él paladín de otorgamientos. Cicatrices hechas con el hierro candente, al libre torrente de la plasma. Distintivo a su situación.
El señor Gobernador les sepultó. Delimito cada espacio, cada lugar, destruyo cada selva. No dejo lugar para la incubación de los dueños del espacio humano. De los mas desafortunados. Les vendió a ellos mismos la tierra. Porque jamas desaparecieron los feudos. Poco a poco le fue transformando los plantíos y reemplazándoles ndoles por latas las manos. Una estrategia les llamó. Por su injusta había punteado la vida y el futuro de nuevas generaciones. Los mismos acontecimientos; los mismos resultados tardíos para una sociedad sin decoro.
Paupérrima. Ironizado en todos sus sentidos. Sin la subsistencia.
Situación perpleja del que nada puede hacer. Cumbre máxima de su desfachatez; su potencia tenebrosa. Al pobre carácter de su reactividad. Al negro absurdo que no dice nada. Que se muere de miedo. Por temor a la muerte; pero le matan, en ese racismo cruel, despiadado y canalla. El se calla en ese delirio de espera. En ese rincón de olvido. Compite políticamente aun a sabiendas de que perderá; pero le interesa mostrarse; así. Le arrastre la maquinaría.
Se fue a los Palenques; a la cimarronera. Porque cuando él trabaja duro, trabaja como negro. Sois resentido; porque el único dolor que no cuenta es el tuyo. Al que se le puede aplicar cualquier denominación. Tan sólo a ti perpetuamente te corresponde perdonar–
El prudente se retira de la presencia de aquella fuerza tenebrosa y en continuo ascenso; en su rigor limitado a ciertas sensaciones no podrá tocarle en la misma prontitud de su arbitrariedad de Ióbb go. Constitución
Le
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negligente para regir el acontecer de la naturaleza del hombre; un delito inmensurable. insensurado. ilimitado. Pero así no abandoné de manera final y asquerosa a los disidentes; ellos quisieron irse por su cuenta. el propósito de una expugnación. No todo ¡la de quedar a merced del enemigo. Por qué hemos de ser siempre los vencidos?. Los aplastados.
Ha de impedirse este avance de años contenidos.
De tal manera, en la fingida retirada; habéis de estar preparándolo todo para combatirlos hasta lograr el viraje necesario de una esfera. Sin que él intervenga para en su final como suele hacerlo.
No ha de ser propiedad privada de.. Nadie.
No digas nada... Lo he sentido en carne propia.
La trama suele ser maravillosa; es lo mejor con lo cual pudo beneficiarlos en la bondad de su resolución, cada vez que algo se hace interesante, mientras estamos a la expectativa de un terminable.
Aquí... en Colombia, existe la mas descaradas de las discriminaciones cubiertas. Menguada en la verbalidad publica. Porque ellos la consideran necesariamente eficaz. Lo que esta bien a sus conceptos de pecadores de golpe al pecho y de patada al rabo.
Aquí... Todo es falsedad. Rodeados de clasismo. Nos entregan la condición de seres inferiores. Aunque niegues sentirlo; lo sientes.
Y él es lo que dice que es.
Si de repente afirma que los primeros genes de vida llegaron en un meteorito; así tendréis que creerlo.
A la exclamativa de si alguna vez nos atrevemos a dar un salto y dejamos de ser aquel trapo mugriento de sus manos, diligente a todo cuanto ellos consideren de su única admisibilidad. Para lo que percaten de su única facultad al estar allí.
Porque ya no estamos para limpiar su mugre. Entonces todo es extraño; porque aun creen no hemos sido exorcizados a la falta competencia.
A fin de alcanzar su admiración.
El cual no verá mas allá de su propia epidermis.
Negro tenías que ser!.. El lo dijo para lisiarte - al fin y al cabo; negro tenías que ser!. Sino la cagas a la salida, lo haces a la entrada, pero ya veis para él siempre tu eres el objeto digno de reprochable. Te haces la víctima... Ahora eres tu quien hace el racismo; ahora eres tu quien condena. Tan solo porque te le has escapado, de su condición de moldearte como a barras de hierro. Porque tu fe y ese silencio, no podían durar tanto.
Se dirá por f!tichista, rana saltarina; excéntrico, copión.! Tras de negro y marica.!
NUNCA CONSOLIDE
TU FILOSOFÍA CON LA REALIDAD
DE TU SOMBRA.
JAMÁS DESATE LOS NUDOS DE LA LANA QUE TEJES..
Si se opone a su régimen y no es el que la sociedad espera que sea si ha aprendido de ellos, a golpearlos con sus mismas tácticas. Su rechazo. Ya no les considera de su única evidencia. Toda su palabra evangelizando. Y al amarillo. Le dio por fortuna. Sólo le queda corromper su arrogancia. Confabulado en una misma mierda. Se dirá que reaccionan ya mas por instinto que por su propio sentido deliberado al mirarse al espejo y golpear repetidas veces sobre su pecho por cierto ya endurecido. Y ver aquellas arrugas descolgarse en años que no hizo mas que sentirse y hacer infortunios. Pero vosotros debéis de perseverar.
Se queda para mirarles de nuevo al rostro en aquella vivificante ansiedad del que mañana despertará con la seguridad de que allí no habrá nada para él. Un juego de casualidad que simultáneamente les favoreció a todos. En el que has llevado la peor parte.
Virginia se reanimo caracterizada siempre por sus ideales, como una mujer de precisas determinaciones, fuerte en los asuntos que considerase de su inmediata intervención futurista. Precisas decisiones que pudieron haberle costado desgracias al haberse dejado vencer por el remordimiento a su alrededor infundado. De si lo hago o no.

Aquellos motivos de contienda, le habían obligado a sacar del seno paterno a 169, cuando apenas era un niño.

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Reconfortada en el valor femenino para enfrentarse a la verdad de un mundo de más hostil que les había estado absorbiendo la sangre en el sudor ante el cual debía combatir. Allí los antepasados consideraban de menester guardar las tradiciones. De carácter impuesto ante el rechazo inminente a la transformación que el blanco les proporcionaba. En el mismo curso del domado; iban recibiendo otros modelos, patrones de aceptación de algo que no nos pertenecía. No era la excusa de marginación- represión a nuestros derechos de integración inmediata al medio. Deseosos la comunidad quería seguir en el anonimato de fuga; pero pronto no podría dar ya testimonio alguno de su existencia si se resistía en permanecer al margen. Desaparecidos de la faz de la tierra uno a uno bajo el blanco del fusil. Lograrles los mejores campos. En la mente de los hombres del entonces, solo quedaban los recuerdos del chico aquel que corría de un lado a otro, en la captura de mariposas gigantes. Temerosos de que una prisa constante lo llevara ansioso a consumirse en la escoria. Aparecían sus sueños en premoniciones. La fuerza de necesidad de vida e ilusión que poseía Virginia, le habían ganado el cariño de todo su pueblo. De aquellos que quizás anhelantes, quisieron combatir la circunstancia deprimente que de alguna manera se les proporciono y, con el paso del tiempo, nunca lo hicieron. Siempre se vieron ligados. Amor.? Razón que no deja mas que el hecho. Poca fuerza cuando nos aferramos a una guerra descarnada. En la que nadie usa la palabra para designar los sentimientos adversos. La penuria que le impedía continuar le reanimaba aun mas de forma extraña. Con la esperanza de conquistar muchos sueños. No podía ausentarse de su mundo; de aquel que giraba y al que perteneció siempre. A él. Nadie le restaría espacio; al cual otros acceden. Podía romper miles y miles de papeles, en millones de trozos cada vez que sus reformas se hacían publicas. En aquellos eventos en los cuales pensamos que no somos demasiado poco, como lo dicen; que aun mas, el mundo esta lleno de padecimientos y de miseria. Que consolidamos nuestra situación con las penurias ajenas. Y olvidamos nuestros principios y consideramos haber alcanzado personalmente todo cuanto hemos anhelado. Porque hoy aprendimos a justificar nuestra guerra con el olvido que se aplica a otros pueblos. Esto y nada; nos olvidamos. Se acentúa Lino en una etapa infértil, rígida- endurecida y conformista de nuestro origen noble. frígida por la cual el negro burgués, no hará nada por su hermano. Porque como el blanco, se apodero también de aquella indiferencia con la cual entre ellos se tratan, como se matan. Ya no es algo que nos concierna y el a toda costa enfrascarnos al mismo dilema de la vida porque liemos olvidado ese mismo tránsito. Y el judío es Judío a donde vaya, con el negro es igual. Y qué importa.? Pero lo sabes en tu interior y te vas al barrio alto y contratas una muchacha para tu servicio y le haces trabajar a la coima 16 horas diarias y le pagas menos de lo que te fumas en cigarrillos. Vividos ya a una situación egoísta en la personificación del mismo estilo de vida del burgués blanco. Ya no somos hermanos. LOS MAMERTOS.
dolor muy vivo y súbito. Virginia se reanimaba en sus sueños análogos, dándoles el valor necesario de las cosas tangentes antes de que pudiesen esfumarse, y nada sobre la vía le distanciaría tanto del camino a su verdadera lucha de raza. Cómo ignorar que aquel niño que abrazaba; llevaba también en sus venas el mensaje de sus sangres. Pero no le liberaría de ella; sino de aquella sal de los viajeros del mar, de aquella ruta que vieron cruzar tantos de ellos encadenados a las tormentas, accionados en el desperdicio; capturados como a perros rabiosos y maltratados como a fieras; seres inhumanos, subastados como prendas, transportados como a míseros, traídos, idos e irrespetados en sus sentimientos; fue como llegar al país de los marcianos. Fue tiempo pasado. Y no fueron historias de otros tiempos; no fueron barcos de piratas - fueron galeones. Y cómo callar a la viva voz de este episodio?. Y ya él no intervino para subsanar; sino para embebernos en ese mismo néctar de melancolía. Y mi hijo a quién le importo?. Y a quién le importo su resurrección?. Evidentemente así fue, y por el tiempo nada dejaría desmemoriar aquella ofensa. Porque este es el infierno. Y de hecho no sé si existe el cielo allá arriba. O que un Dios queda verdaderamente.

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Para verlos doblegados a la injusticias. Cómo si esperará porque una mente maligna decida arrepentirse después de muchos crímenes.
Como si finalmente se graduara en la Universidad del derecho por la vida. O aprendiera por si solo lo que debe de saber. Sería fantástico concebir tal tipo de cambio. Sacándolos del infligido mutismo; una ceguedad lenta; de años inmóvil e incapaces de ver la luz. Quiso rescatarlo. El volvería. Mas no ilustrado, conocedor de aquel secreto por el cual te llaman ignorante. No poseía para él valuarte alguno; quedó a la expensa de la apatía. Fue fuerte en su adentro y no le dejaría corroer. Ni lo dispondría al apetito insaciable de los salvadores de almas. Sentir dolor, era lo mínimo por lo cual debíamos decidiros. No había razón para albergar tal conmoción.
Las palabras solían ser la totalidad del hecho. Pronto llegaría la consumación de un acto en la misma ineficacia del que los comete en singular razón plagiada. De su episodio programado. Porque yo he de responder tal cual él quiere.
Al detenerse había sombra tras de ti; por todas partes, ya no saldrías huyendo; al contrario, enfrentarás aquel monstruos y su luz tenebrosa. Dogma. De su os, la azada flechando. Enfrentar la osadía. De ambos extremos habían espadas.
Del que se va a la cama y vuelve a compungir con su pulcra vanidad de ser peculiar.
Sus comienzos fue todo cuanto quiso enseñarle.
Pero había tanto daño, una enfermedad tan extendida que traspasaba cualquier limite. Tejida en ácido. Antes de que cualquier palabra surtiera a su bien efecto; ya le arruinan los comerciales.
Las marcas. Cual difícil cenicienta se halla al remedio inoportuno para regresarlos en coche e ir a los Castillos. A la realidad y colmarlos al reparo todos sus años de afección innecesarios, y bailar en aquel salón enorme. Duros años diluidos, consumados en la callosidad de sus manos forzadas. Aferrado al delito de una nación que perniciosamente nos desecha.
Una parte de esta, la cual habría de heredar su hijo. Un modelo, que pronto pasará desapercibido por su conducta de intachable inadaptado, fútil para quienes su situación de verdad es otra. Porque como él mismo, aun desconoce su origen. frente a los nuevos diseños con respuestas programadas. Estaría siempre fuera. De donde venimos?.
Nadie dijo riada. El solo cavo su tumba, sacaron sus restos y dejaron abierta la puerta de esa fosa a la cual pensaban regresarle.
Veía con tristeza su profesión de enfermera amenazada por el olvido de no combatir por ponerla de nuevo en ejecución.
En los resguardos solía atender de la comunidad, de las labores a su alcance. Los enfermos que se fueron aumentado día tras dia. Los que envejecieron sin remedio. Y se fueron`hmuriendo en el ultimo soplo.
Poseía en sus manos una oportunidad de darle un nombre al hijo que traería al mundo. Los demás solo portarían códigos. Dolor de una partida. De esta patria mezquina. Pronto él también abriría sus ojos al donaire. Trinidad le había ofrecido la oportunidad de salir a explorar nuevos horizontes.
Acordarse del entonces; medida a su capacidad. No todo estaba hecho para todos. Alguién tiene tXe que quedarse. Tu no puedes leer y no debes aprender a Hacerlo. Tu no debes coger los libros; aprende a maniobrar la pala; el machete. Su fervor mas grande. Demostrar la capacidad de realizar y atender por obligación la demanda de una convulsionada nación que se exterminaba entre la ambición y sus hijos.
Al borde de su propio holocausto, aprendió a cerrar heridas y ver la muerte encarnada en la ansiedad del poder y del blanco de sus propias balas.
Una antesala que invitaba a penetrar en el recóndito lívido y fantasmal del espectáculo en el cual te encuentras frente a alguien con una herida sangrienta, te clama luches por su vida. Y le ves de nuevo como escudo a las balas en defensa de algo que jamas te ha pertenecido. UN BUSCADOR DE HORIZONTES... Buscando curar la excoriación de sus propios dardos, flechas que se disparan de sus arcos indistintamente. Dinamita estallando en sus cabezas. El hombre alimenta la muerte. No permite que sanen sus llagas.

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Pero habla ridículamente de la paz. Y pinta palomas - e ingenia asesinos. Decora de corazones las avenidas y riega flores de miseria por doquier.
Trinidad lo fue todo en amarguras. Un pequeño pueblo abrazado a la intensión aniquiladora; fundado a la orilla de un rió. Por sus callejuelas no quedaban mas que las huellas plasmadas de sus manos hirsutas en protesta sobre muros pintados por el polvo que arrastran los vientos. Del correr como locos por sus callejones empedrados. Solo restaba el púrpura en la mancha roja de la propia y agónica debutante; cuando todo lo que nos cubre; es una enorme mácula sobre la impecable prenda blanca.
Y esa voz de soprano, junto a la del tenor; cantando el alarido de despedida.
Paredones de barro y de papel fachadas a las cuales le adornaban cuerpos atropellados. Quedo el tachón, pausa y polvareda que se arremolina con la brisa lúgubre que llega rozando el rió en el verano presagiando la aflicción de unos corazones al horizonte vestido de gris espeso.
Difícilmente las piraguas se divisan bamboleándose al cruzar por la bruma sobre las olas furiosas que se levantan en el rió.
Queriendo llevarse el pasado y borrarlo con su nube parca.
Trinidad mereció entonces una justa denominación.
Pueblo de mala muerte y estirpe de guerrilleros. Vándalos desechos de gallinazos.
Fin helénicas. Aves de rapiña merodeando un cadáver. Le llamaron desde entonces. A fin; de hecho sus idos sin honor.
Reducto de combatientes, corral de cerdos. Transcurrían mutilados en el espectro sus vivos que la liberaron. Como una luz centelleado que se para enfrente, a la cual quedan confundidos por sus rayos fulminantes. Esos lánguidos esqueletos aun con vida.
Fue un pequeño estado algodonero. Su comercio navego los parajes extensos y verde de sus orillas del rió que le dio un día vida, nombre y fama. El le vio desaparecer también confundido; llevándole a ese paisaje mortificado. Al paraje deshabitado a donde las almas corren en busca de refugio. Al encuentro de otras voces menos agitadas. Y revelan al fondo una luz tan distante que saben que alcanzarla no les llevará a nada. Están solas. A su alrededor descubren que son ellos mismos y sus rostros son formas atroces que abaten. Y desde entonces ya nadie levanto la mirada, ya nadie quiere ver a los ojos de los hombres porque les lastiman a sus almas. Porque el tren jamas partió. Solo escuchas su alboroto en el rincón de sus recuerdos. Que pudo ser célebre. Mas no. Hoy solo queda la ubicación y aquella marcha tétrica de sus foráneos que le atraparon en la tierra prometida para no dejarle irse. Allí donde cada cual deposito sus excretas. Donde se acrecentaron monedas de oro junto a los techos de cartón. Y donde no hay siquiera apariencia. Le abandonaron allí a la peste tirada ya en canalla enfermedad. Dejada desnuda bajo la magnitud del dominio extranjero; perforados mas allá de cualquier manto. Por su petróleo. Y a tientas porta esa mueca de terror que a ustedes tanto aterroriza.
Sus placas colgadas del pecho. "EL EXTRANJERO MANDA" El monasterio Francés, que aun persiste por sus columnas bálticas, mural existencial y de cieno. Monjas misionera impartían sus enseñanzas. Instruían en el arte de la enfermería y las costuras a las adolescentes que llegaban voluntarias a sus puertas en la búsqueda de algo digno. Con el animo de querer salvar un día la vida de un ser humano que son ellos mismos. Aferrados a la esperanza de estar con menos huecos que llenar. Aceptaban entonces con abnegación esa túnica para cubrir el engaño y despertar la magia. Buscando un comienzo distinto. Que de haber obtenido ante; habrían luchado con un algo en sus manos por la sobrevivencia de sus seres amados. Ya resignadas en la virtud suprema de la muerte que os arranca al padecimiento un grito de agonía atroz. Un abrazo para los guerreros en el aspecto gélido de su renuncia. Cuerpo de padres y de hermanos, sacrificados, mutilados por liderazgo partidista. Vistos como simples opositores; asquerosos luchadores.
Lo habían perdido todo. Porque sus alas fueron rotas. Lo había aceptado como mujer huérfana que fue. Eso la dotó del empuje, a su revelación inaudible y aplastante de su interior maltratado. De la fresca brisa que nos estremece cada vez al llegar la noche, cuando el perecimiento se pasea por sus corredores y él enfrentas.

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Los tiempos no solían madurar, o transcurrir sin dejar sus huellas fijas sobre alguna superficie. Al contrario, generación tras generación; nunca deleitaba el sabor dulce de la fruta esquiva en su gesto. Para él siempre estuvo verde. Aunque ya por los tiempos no tuviese su cuerpo la misma movilidad de antes.
Pensar en el misterio trágico, no era vuestra voluntad, conquistados al genocidio de un domador, sometidos por salvajes; resistidos por nuestra voluntad y derecho. Anexados a un carácter de dureza infligida. Cómo esperáis que os comportéis ahora; si siempre de ti ha llegado el reproche.
Por su hostigamiento desmedido. No es el momento de pedir que se depongan las banderas; si por ella han de estar flameante.
La guardia.
En cualquier momento, el mismo fantasma arremetía. En cualquier instante vendrá disfrazado de cualquier objeto.
Eliminar ese temor paulatino, consecuente y contemplarlo todo de manera tal que solo su índole podían percibir el dolor que llevaban por dentro; y su rostro enmascarado en la sonrisa desdeñosa del cinismo; solo tendrá opción de dar marcha atrás.
No sublime e irónica la ferocidad; mantén tu honor, has que este se ponga a salvo.
El negro tiene sentimientos; padece dolor. No es solo el frío quien condena a la fiebre helada. UN SER HUMANO COMO CUALQUIERA.
Paso lógico. Astucia de criminales. Fugitivos; sociedad de azote y ordenada; en su intensión consumada por su profundo pensamiento; se va.. Ya no regresa. En el mundo solo hay misterio; solo hay leyendas.
Fue su único requisito, aceptar ir después a las trincheras acantonadas, a los enormes huecos cavados en la tierra; a batallones en las montañas y riberas, a las fosas de la tierra. En los bosques; vivir la persecución desmedida para diezmar a los predicadores de ideologías poco combinadas con el sistema; para los pocos creyentes; para quienes hacen resistencia a los expansionistas, a quienes ahora llaman rebeldes sin causa de la nación. Pero aquel partido se olvidaba en medio de su palabra; que aquellos seres también tienen vida. Solo ella conocía su verdadero limite. Su desdicha permanecer al lado del enemigo. Servirle al enemigo, salvar al enemigo. Amarlo como a los amigos. Todo tenía un valor, pero el destino egoísta parecía revolcarle; involucrarlo en sus mismos principios; sentir la caricia del déspota sordamente, cuando el quiere tomar y desmenuzar. Pero debía recuperarse; ser fuerte ante aquella turbación y procurarse una paz. Disimular en la misma perspicacia de la ignominia. Indubitablemente; el destino cobraba sin apelación su cuota de sensibilidad y de alguna forma desarmados, nos enfrenta a la cruda realidad junto al verdugo. Otras marchaban a los campos agrícolas para cumplir allí las labores de cosechas, la economía se podría en los campos abandonados, eran llevados allí para mantenerla viva. Nadie entendía nada, solo se hablaba de guerra; de sus bajas. Solo de sus lloros inconsolables. De los campos abandonados. De masacres.
La guerra era preferible al temor de tener que continuar soportando la mueca descarnada en reformas que ponen en peligro a los mismos desventajados de siglos. Inabarcable por decenios.
Afectado ese reducto de seres quizá por la naturaleza; recibió el menosprecio faltante del blanco. Un triunfo que se consolido en él. Tiempo. Pero la insaciable ambicíon de aquellos, preciso necesaria la separación en cúmulos de clases.
Usados como tacos de munición, disparados contra muros.
Los militares respetarían su honor, su honra de mujer. Lo escribió en su primera carta.
Casi impacientes les esperaban aquella tarde en la estación del tren ya sin telarañas que les llevaría a Crabo norte. El ruido de la guerra acompaña por largo tiempo y ya no hay tranquilidad; solo noches de gritos. Los heridos, cada vez mas en aumento; perdidas desastrosas; habían traumatizado por completo la normalidad del estado. Ella escribía después aquello que mas tarde se vio coi-no epopeyas. Nadie sabia nada en verdad, solo se hablaba de pugna. Los demás solo predicaban sus obligaciones de unos para el con el Buro. Solo se hablaba de rebeldes que irían a la orca de no someterse a la leyes que gobernaran a un estado recién instaurado; de otro lado fraccionado por cúmulos fascistas aprobados a su traición burocrática. De otro extremo solidario - encarcelado y los dos reprimían el hablar. Y la única finalidad se haya en esa razón subsistente. El maldito poder.

51 FASCISTAS
El viaje fue largo. Escribió sobre el pañuelo que oculto por algún tiempo, antes de que con él necesitara cancelar una herida.
Seguido.
Ahora comprendo cuánto puedes valer cuando te consideran humano. Broquel que ha de ir por delante; quienes han de caer primero. El destino decide. En los wagones del tren se ven muchos rostros en lejanía; sin un mañana menos amargo. Se viene a la guerra sin planes del futuro porque muy difícilmente saldrás de ella ileso. Podrías escapar y ser cobarde de por vida o morir y ser héroe por algunos segundos. Ahora necesitan al negro a un derecho de exclusividad por su fuerza; a ese derroche de salvedad. Allí también reprimido. Para defender una país; para hacer la batalla de cuartel en el que el negro no ocupará ningún mando.
Ley que promulga sus deberes pero olvida sus derechos. Convertido en el pecho de sus propias batallas liberadas. Contra las guerrillas. Los opositores del robo. Los mandan por delante; desafiando la emboscada. No existía color en sus manos cuando muertos; entonces no poseían distingo alguno. Cuando deben aferrarse a las metrallas.
Luego sus razones. Acumular bultos de arma y construir trincheras. Ellos siempre mienten. Solo sois utilizado; debéis empezar por lo iras bajo, para ti todo ha de convertirse en resolución tardía. Para ti todo es una prueba.
Confundidos cada vez de que contigo practiquen la ley de la selectividad. Porque tu estas allí para pagar por todo y él te escogió como sinónimo de todo lo adverso. Lo de su irreprochable cualidad. !Que genial ha sido. Pronto se descubrían con valor suficiente para olvidar sus promesas. Se burlan en la racionalidad en la cual suelen afirmar estupideces. Reducidos a la inclemencia y piedad por alguien. La lucha se fragua con muchas razones y aun sin ellas; ha cobrado su cuota de honor, de vida y de gloria. El sigue tan insensible, igual, tan indistinto. Aun mas a sabiendas de la solución; sigue usurpando a la plebe. Que quiere se le considere un monarca urgido de su autocracia. El Monasterio prospero y logro ser importante en su tiempo, después, el mismo paso de la ola borrascosa; lo condeno al mas despiadado y eterno de las omisiones. Y quedo como esas construcciones donde el ruido del misterio habita y sientes su secreto implacable de sus tiempos. OLIGARQUíA
Silencio fugaz en el que se sumerge a la cotidianidad de una vida impróspera e inmutable por su apariencia. !..NEGRO COBARDE. Como a tal. Buenos para nada.
Destinados para cocineras; a la atención, al servicio; a los trapos, a la mugre e hijos.
Su cualidad apetrechada en su piel; coi-no su espina dorsal. El no olvida su deber.
Aspirar ir mas allá, es como un sueño iluso que se a propia de cualquier tonto que añora la élite. O simplemente envidias algo que no tienes. He ignoras la forma de despertar y prosigues alimentándolo en su manía porque tu no sabes como llegar a librarte de esta inspiración. Omitido para siempre, convertido en el argumento imposible con el cual se le ha de sustentar íntegramente. Aislado con sus recuerdos. Tu vida es una rueda que gira en torno a los abismos. De aquel grupo de ágiles mujeres; provenía Virginia; dotada de la fuerza tangible de su espíritu guerrero. No pudo negarse al encuentro amargo y desolado; insipiete que dejan los rutinarios acontecimientos de su discriminación. Un hombre no visto como ser; en el ejercicio de su profesión totalmente derogado. Pluralidad de la fuerza destructora que les acompaña.
Pronto se fundarían casas destinadas al cuidado de sobrevivientes mutilados por la guerra cruel; sabia que no faltaba demasiado tiempo para entregarse enteramente al servicio de aquellos desdichados. Reducto de casos fortuitos. Avanzaban entre la opulencia de un país que al contrario no sabía como liberarse de ellos. -lÍ Batalla tras batalla; todas tras la conquista de la justicia y la verdad. ..Pero cuál justicia.? De qué derecho de habla.? De mafia. Quedaba aun suficiente espacio entre las cosas insondables de los extranjeros. Ellos mandan aquí y en cualquier

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parte.
El día en el cual Virginia abandono el convento; no pudo mas que llevar con ella; los sonidos sordos de la dinamita. Los recuerdos de tormenta en medio del grito ahogado que escapaba de entre las gargantas de los heridos; la sevicia con la cual los mismos hijos de la nación laceraban con sus lanzas a quienes llamaban sus enemigos una y otra ves sepultaban sus puñales sobre los cuerpos abatiéndoles alguna señal de vida. Los ritos de sepulcro de cadáveres por docenas seguidos en el cual el combatiente ha de cargar con los muertos de su ejército hasta su ultima morada, con valor antes de que su cuerpo sea como emplastado en el odio de quien lo encuentre, y le patee y le descuartice. Su sangre derramada sobre su espalda.
Se parara en él y allí, significara su dominio; beberá de su sangre y ya no tendrá miedo de enfrentar al rival. Ante él déspota con el cual aun después de exánime, siguen hundiendo las lanzas en su vientre. Como animal sobre su presa.
No menos coraje para beber de sus heridas y despertar enloquecidos en la furia que clama la venganza. Sórdido espectáculo en el cual alguien pide que se detenga y el arremete contra cualquier cosa, en sus ojos inundados por el llanto. Pero el asesino esta entorpecido; neurótico; pronto como maniático ha de echar a rodar el cuerpo en pedazos y estallara en dinamita su espléndida carcajada de valentía. Por la patria.
Y soy negro y estoy aquí sin vergüenza; con mi orgullo, con mi dignidad. Sin cadáveres que purgar; sin finales desastrosos procurados. Estoy aquí por mi amor y con mi amor. Con una conciencia que es un designio que me libera de esa salvedad. Proporcionado gratuitamente a su cargo de moral aplastante. Recordar aquel día; detenidas á frente a la escotilla del lugar; sus ojos perplejos miraban el horror de la escena del despoblado lúgubre que resta en la música siniestra del fondo indecible de algo que se ve ya no tiene vida. Inundada por un río aullador, el escenario, y todo vuela en el mismo viento funesto de la muerte que arrastra y que solo suena y deja desgracia. Nada había quedado. No había latidos en un corazón palpitante. Y le condeno a vivir por siglos a las sombras de la noche. Rostros lánguidos y comprimidos por el dolor se veían pasar por esas aceras encadenadas al sol; y solo sus miradas daban esa sospecha de tantos interrogantes; día a día por esas plazas buscando los suyos, reclamando sus cuerpos y era para ellas como volver de un lugar nada distinto a donde había igual cantidad de tristeza. Al tanto el barco que navegaba las aguas del río se acercaba a sus orillas. Como si esos barcos viniesen cargados de hombres sin sus piernas; sin sus manos. Allí junto a la orilla de aquellos que se abrazan a la esperanza. De una madre por querer abrazar un cuerpo sea cualquier su estado. De mirar su ultimo rostro. Ya no volvían los agusanados. Las madres si sus hijos huérfanos de guerra. Y descender del barco era abrazarse al sueño de aquellos que no despertaron. junto a los acantonamientos largas hileras preguntando por su suerte. Si usted le conoció.? Creo me hablo una vez de usted en sus cartas. Cuál fue su suerte. Es usted Virginia.?
Deambulantes del entonces ya sin algarabías, mas viejos, mas doblados a sus espaldas. Y veían a los demás junto a la Ermita arrodillados clamar por sus almas. Veías del otro extremo el temblar de sus labios en la oración piadosa con la cual se ha de pedir el milagro; de ver regresar a quienes se han marchado.
Irse a cualquier lugar, como un ajeno; allí, nadie ha de querer levantar su rostro mohíno por la ceniza que resta del que solía tener aliento de voz. Qué puedes decirle a aquel que le reconforte; qué palabras puedes agregar que les haga olvidar su melancolía.
No era fácil decidirse ante el escenario sombrío. No era pantomima promisoria. Era terror; mortificadas al asombro, sus lágrimas caían en la maldición acompañadas.
Terminaron por penetrar por aquel portal y vestir entonces para siempre ese manto con el cual se vieron una vez partir y ahora de nuevo se abría para invitarlos a su interior de regreso.
Decididas a la clandestinidad eterna del mundo exterior.
La vida del pueblo, sus masacres totalitarias; apropiaciones en la practica de su moral; de su sentido religioso y de familia. Con los únicos valores que importan; figuras abstracta que puedan enseñarte algo de ellos que no existe; pero lo muestran tan real, que se dirá que su creencia es algo tangible por su aspecto de marsupial. Despojados del techo en el decreto que les fragmenta la espalda. Venganzas y odio a la deriva del atropello; voluntad del gobernador de turno.
Pero sois aun cobardes.
Nada quedo a las siguiente cinco décadas de la contienda.

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Para Virginia, algunas cosas solían haberse convertido en demasiado fáciles. Si su cuota ya había sido cancelada. Cuando aun se piensa que has de seguir pagando por cada gota de aire que pretendas merecer, y lo tuyo es nada. Te hacen creer que tu no eres mas que nada. Hay quienes han soportado mayores miserias. Y debes de pagar un caro precio a la mas mínima intensión de ser feliz.
Piedad a su dedicación.
Ella solo pensaba en aquella felicidad factible en aquel paso de los años. Examinado cada incertidumbre. Después del tiempo militar, por relación del amigo en vida de su padre. Quien desapareció en la penumbra, en garras del justiciero que va julepeando con un listado llamando a rendir cuentas y sin que diga algo en favor de si; ya ha dado su veredicto. Matarle.
El decidirá a cuántos asciende tu delito.
Por el entonces inspector de Santa Julia, le había enviado una carta en la cual le expresaba el aprecio y le brindaba su ayuda incondicional junto a otras jóvenes que quisieran unírsele. El le dio el abrigo fraternal del padre sustituto para que ella continuara enfrente, sin que se atara a las riendas sueltas del molino de viento en el cual te esparcen como un trozo de papel; arrastrados por el vendaval.
Aquel día le espero en la estación polvorienta del tren en el recorrido hacia el interior que este iniciaba en las costas de Porvenir. En confirmación a la carta así expresa. Solicitaba para su comunidad su contribución.
Desde aquel lugar trabajaría con su pueblo. Les daría por entonces la satisfacción de estar unidos a los de su clase y a ellos de mirarle como a una mujer triunfadora y de orgullo. Que había luchado por vencer aquel flagelo que de manera aliada con algún demonio, llego para exterminar su gente.
No habría escasez en los suministros regulares de lo necesario y la problemática enmascarada de lo poco que se pueda destinar a estos lugares de mala muerte. A estos fosos a orillas de aquel río.
En la carta le contaba también; que algunas naciones se habían solidarizado contribuyendo con mucha ayuda al territorio. Querían extenderse en el auxilio a sus gobiernos en especial a las poblaciones diezmadas. Formar equipos de voluntarias era inicialmente el objetivo. Remediar algo que pudo evitarse.
Que nada seria nacionalmente establecido. Y omitió los trámites. Para no correr el riesgo de perder las contribuciones brindadas en hinconosos manejos en los cuales se desvían cambian irremediablemente de propósitos lo pactado. En incógnita se asegurarían de que todo llegara a su destino en estrategias ya organizadas. Habrán ilustrados médicos; gentiles hombres que traerán su atención al cruel mundial de la humanizacíon del hombre por el hombre. Estarán a la defensa de los pueblos mundialmente abandonados. Erradicar centros infecciosos que postran la vida en su lecho de desnutrición y de muerte. Ayuda para la estirpe de los latofagos.
Mientras ella danza. Sin impedimentos mas grandes que su propio afán de voluntad; sin que para todo medien las condiciones, que por demás ameriten largos años en su diligencia. Ella menos que nadie era la mujer perfecta.
Además en la cruzada se aprenderían el arte de cultivar la existencia. En sus venas llevaba sangre de negros, de indios. Con su amor inquebrantable hacia su pueblo, no podría detenerse al verle derruido en el mismo ciclón triste con el cual se agita el polvo la esperanza y los sueños de la humanidad. Con su instinto. Y la estancia en "Beavier". Ella tan sola y ellos queriéndole tanto. También le redactaba apartes de los últimos decretos de la concertación final en la cual se dejaba libre su traición macabra -Danza del término- de restauración; pero primero le enseñaba el misterio de los recursos por lo cual debíamos entender su franquicia.
Someternos a la espera ordenada de las prioridades de una larga fila, de la que cada vez se hace tarde alcanzar las ventanillas. Dejaba su abatimiento a la conducta del que cae y se levanta para sosegarse. Al estar frente a los núcleos de malaria. De líos que azotaban la región en sus ahondanada conmoción, en su penuria.
Que por epidemias desastrosas en otras regiones; agradecía el que se unificaran fuerzas al tanto ellos utilizaban las pocas que les restaban para doblegar otras prioridades.
Pobres hombres.

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Ahora debatidos a duelo.
Agradecía también; el que se hiciera uso alternativo de subsistencia. De que entre la comunidad se fomentaran técnicas de desarrollo y de las excelentes experiencias que él aseguraba se obtendrían se fueran dejando como método de comunicación y de enseñanzas a tribus cercanas.
De explicar a otros el acto de morir en el olvido de los gobiernos centralistas.
Con ese coraje enorme que siempre alberga a los héroes salvajes, que siempre han de llegar a un fin y su cuerpo se debatirá como animal mutante, hasta volverse inmune a cada enemigo y su ataque.
Solo pensó en su disposición.
Resumió en un esbozo.
Doloroso meterse al sacri4do-del pellejo putrefacto.
Miseria del padecimiento.
Todo tipo de relación; fue basura desde ahora. Se suspendería así el lazo de unión entre el oeste y el este y por lo menos cada tres meses, se albergaría la ilusión de ver algún pájaro de metal sobrevolar el azul de aquellos parajes.
Añadamos entonces a los episodios.
Y quedaron luego, ignorados bajo cualquier desproporción.
No hablo de otros, de cosas que prefirió omitir.
Solo hacia especial elocuencia a la tramitología; víctima propia de los gobiernos lerdos y lumpen. Demagogo y por demás falaces y vulgares; y por demás ladrones.
Dejaba precaver aquella necesidad de separación.
Temía ya en ultimas, ante tal desconsideración, que por aquel tratamiento, se uniera el movimiento divergente saliendo hacia poco de una gran crisis. Se apartara- DISIDENTE-.
Alejado un poco de sus ideas independista.
Que por aquel derecho cuestionable que se hizo del estado. No esperaría ya respuesta
Con esto se aclara la razón de nuestra diligente y acelerada necesidad de elaborar del proceso a una separación definitiva de la arteria que desangra y des-oxigena. Abarraganados. Amancebados.
En fin!. Todos sabemos que es lo mejor.
De una vez desprenderse y luchar con valor por sacar adelante una nación joven.
Por sus notas de patriotismo consolidado, sentía rota el alma a que esto se llevara a cabo, de alguna manera lo añoraba; pero repudiaba la paciencia ya insostenible.
Por su condición de aguante.
Esperaba al despedirse que ella no fuera a sentir la mas mínima aversión que como fantasma solían penetrar a la almas, limpias, a esos espíritus que suelen volverse un absurdo y han de olvidar su mas grandes anhelo. No quería verle rebelde a cualquier precio de lucha separatista, desahuciados por ideología. Un criminal a la espera de orden del pez gordo. Del que vive arriba y se confabula con cualquier sistema. Tu cabeza se convierte en el libro inspirado de su odio roto, ya te lava el cerebro; pero departe. De por demás.
Le decía de las desdichas del ser. De las cosas como hasta el entonces las había estado planeando.
Acorazada ya por el mundo hostil y sanguinario en su pobreza. Solo esperaba que se detuviera por unos segundos a pensar en el favor que en nombre de todos le estaban pidiendo. Le envío al anochecer la foto sonriente y un centenar de seres a su lado. Finalizo con un beso con un temor cercano. En letras mas grandes, muchos dejaron su huella de barro sobre el papel. Lo reconoces?. Le dejo. Perpleja. Te necesitamosL Escribió en su lengua y tres hojas verdes lo simbolizan. Después aparecían deletreados algunos versículos de la biblia Etíope. Sentir que rostros misteriosos ensombrecen sus habilidosas manos. Pero la vanidad les hizo sucumbir bajo el golpe de su resolución. Distantes. Culpados por un delito al nacer. Hoy se borra aquella mitología de los negros griegos. Y lenta transcurría una brisa, al tanto se descubría aquel horizonte oscurecido ya en el atardecer de aquel verano insistente; en el mismo trauma de unas gotas gruesas y dehiscientes que han escapado de su ojos. Débiles... Por esto. Sociedad de Apariencias. Ahora les merecía menos aprecio y no habría ningún motivo por el cual tendría que dar gracias.

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Dibujo las rutas.
"Un genio de la divinidad ha de tener su primera idea." Y este su quimera.
1
Y por que has de pedir perdón, ellos jamas se inclinan ante las heridas que provocan.
Ah!. Pero habréis de verlo todo como un hecho atribuible a Dios, mas no al anticristo que habita en la tierra. A ese mago de voluntades sin magnitud en la maldad.
Os habéis preguntado si esta vida es el morir a otra dimensión y morir en ella, es el rescate a nuestra propia existencia. Entonces... No hay cielo por esperar; si aquí estáis pagando una condena y, ya veis como nacen a la tierra cada vez mas hombres. Que a ella la inquietan, que no hay prisión universal para cargar un delito del que no eres su origen; sino mas su justificante.
Del que quizá no conozcas su explicación.
Y te enseñan el arte del error que ellos no registran. De mirarlo todo desde ese ángulo en que ellos no proporcionan mas espacio del que tu deliberadamente tomes. Por encima de lo que sea.
Pero debemos ímpetu a su devoción. Si una vez también tuvimos un reino. " Lo demás no puede convertirse en un prospecto halagador." SEFARDÍ - CEÑIRSE.
Si cada vez al infierno lo quieren mas fascinante y, estas hasta el cuello y, haz de pagar por cada centímetro de tu vida, el reflejo de un alguien posterior. Por tu sombra.
Estos lugares donde la pobreza lo hace todo.
Pero de qué.? Sirve la vida..
Es allí a donde no vendrán, es allí a donde debéis de ir a ocultaron todos. Seguros.
No vendrán!.
Entonces para que tanto de aquello, si no posees nada de lo otro.
Escuchad sus gritos.
Aquel hombre le abrazo e hizo de ella una hija. Dos años desde entonces paso su vida entre el boniato y el monte de su pueblo. Con dedicación y es4nero; entregada a las cosas a ella destinadas. Al rescate de todos a cuantos dieron por fallecidos, enterrados bajo las gruesas capas de los tiempos.
Iban por los camino en la inclemencia de parajes verdes y azules que componen las selvas del oriente ya espeso. Rezago de tribus que lo habitan, se escuchaba crujir caudales. Trozos de mapas en los que se les a pintado, a un lugar perverso.
Robados al descaro sus riquezas. Por su mera intensión meticulosa de hacerlo todo.
Los cerebros castrados. Te habrías de convertir en la víctima evidente de su probidad. Rectitud de una providencia que os gobierna. Omnipotente. Sagaz, que pretende sujetarte a su albedrío de sus manos en la mera concepción de la voluntad y de fuerza de potestad. Tu orgullo y dignidad, es nada; no vales nada.. Te cobran la tierra.
Entre el derecho absoluto de la sociedad aparente; de quien va y viene con su aspecto y reza misericordioso; mientras dejan empotrado a la puerta; su antifaz endemoniado. Como si escaparan por aquel túnel de magia. Y se dan golpes de pecho. Comulgan.
Debían en el manto de su egoísmo, un antifaz de hierro; pero hermoso. Toda la maldad encarnada en ese filtro de papel.
Es mas desolado por su fe de tortura al tenerles y vivirles tan de cerca. Sometidos a su motivo anulativo; fingidos y llevados a la locura mortal. Y predican la palabra y creéis en la palabra y te conjugan el verbo en un único tiempo y la palabra No; te suena por todas parte. Y se creen tu te debes a ellos. Sino les miras; sino les hablas; sino les sirves.
Que influencia de conducta por sus normas estúpidas de encaminar a la felicidad. Sin sentido. Su moral

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masturbada.
Sus modales desconsiderados; antagónicos y petriches.
Por un sentimientos hiriente, como redes que te atrapan y te vencen impidiéndote ser. Para cosas especificas a nuestra altura. Ellos pueblan el mundo.
Con destreza lo retenía todo.
Dudan de si puedes o no hacerlo. Nos la crean.
Personalidad de titubeos, de incompetente.
Aislados del perezoso. Incógnito por demás. Triunfadores luego, toman la dimensión astral de unas cuantas estrellas; como doctrina aplicable; táctica precisa y del borrador experto.
A una luz candente. Te opaca.
Marino fue su accidentada coincidencia, suerte para él haberla hallado después de que camino lejos de Provincia.
Desgracia, pronto vino a su destino. Lo presentían, breve le perderían.
Solo fueron sus miradas tropezadas por segundos en el instinto de aquel con el cual se puede adivinar que momentáneamente te encontraras a la soga del amor maniatado.
Quizás un arco ha disparado sus flechas en cualquier dirección y de repente has sido alcanzado por tal llama. Y te ves arder en su fuego; herido torpemente.
Reacción tardía para cuando ya esa enfermedad que como el cáncer plaga el cuerpo en el ensimismamiento. Porque al tanto tu duermes esto crece a tal magnitud que ya no escapas y te hace su prisionero. Irrumpe en su vida. En todo lo que esto le significo.
Recompensa de la acometida repentina a la cual todos estabais aventurados.
Dejaba su agotamiento si alguna vez pretendes de nuevo comenzar.
Su cuerpo expedía la aroma de la selva virgen. Despertaron los padecimientos irrefrenables, escoltados por ese gemido que solo transciende en el cordón ahogante del delirio en el que la dicha es plena en otra circunstancia. Y mueres partida. De repente cesa todo, y después el amor con el cual hasta entonces habías conocido sus cosas, hoy era otra expresión matutina. Con lo cual había construido su mundo dignificante de existencia. Nunca antes lo miro tan de cerca, tan inmenso. Nunca había hecho un análisis tan cuantitativo, y sustancioso, y tan profundo del universo. Siempre a ese mundo superfluo. Imprevisible. A las risas locas de Lucero ‑
Cada vez que salía del bar. Miraba, y la vida en su continuidad decía: Se hace una seducción. A cualquier precio. A cualquier dignidad. Esa seducción que condena la vida... Es efímera. Descubierta de repente a una fuerza mayor e igual en su dimensión chocante pero daba un algo indescifrable por el cual estabas plagado.
Condenado a esa mísera sequedad de no vivir sin saciar tu sed. Viole sin la libertad amada y rehuía a cualquier amenaza que habría de poner en peligro aquel amor. Y aquel amor; fue su secuestro, su tortura; fue su devoción; fue su delirio.
En ese aspecto vergonzoso, lo denigro. Sin que se pudiera adivinar sus imágenes de terror. En su silencio, sentía miedo de sentirlo, pero no vivía liberada de su asombro. Le vio tan de cerca y no quiso dejar de mirarlo.
Y ese tipo de amor envolvente; no podía ser una condición para sosegar aquella pena que ahora le quemaba como hoguera. Y ardía en esa prisa del corazón; en ese vacío angustioso. fuerza material de vida; allí todo era eso.
Indistinta en apreciaciones que añadieran algún alivio distinto y le rescataran de ese caudal incontenible en el cual había caído haciéndole perder la razón. De la cual precisaba exactamente para continuar en esa marcha transtornante que es la vida sin tregua, sin paz; llena de esperanzas zozobrantes. Jamas lo había determinado de manera tan importante como le vio en un principio, en el tiempo; en su añoranza por su sortilegio como escapada de un hechizo. Creyó adivinar de cerca

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a un ángel; y fue algo menos que eso; un misterio rondándole la vida desde siempre.
Mojado y cubierto de limaduras de hierro que a viva voz le gritaba aquello que él consideraba justo y necesario para ella; lo mas prestante en sus requerimientos humanos. ! Bañare de plumas...
Déjate arrastrar por el amor. En su voz de fuego le dijo:
En su lengua pulpulienta. Salivosa y ágil. Al amor. Pero no percibió nada; de eso que te lleva al disfrute con engaños y allí lloras.
Además no previo lo que lentamente se hacia inevitable. Ya no fue de ella; y fue otro quien tomo por vez primera. Sin que ninguna voluntad mayor se opusiera.
Avasallando como fugas.
Que ya después nada mitiga esas ansias. Esos placeres.
No era necesario detenerse a contemplar la filantropía en las manecillas de un reloj.
Voluntad de un?.
Si nunca el tiempo nos dice nada, aunque se es él, quien a ha de precisarlo todo; y él mismo no existe, si para él no quedas y, de repente estamos puestos al deslinde de una desgracia; pero hemos de salir triunfantes a cada una de sus pruebas. Así finalmente terminemos por acceder a cualquier destino. Y, sea quizás esta la ultima confirmación ante la cual hemos de caer irremediablemente condenados en la misma paga, justificación y pugna de un pecado. A una condición de redención.
Sin él no es nada la existencia. Y tienes que creer porque vivirás a una vida de la cual ya no tendrás noción y le llevas limpia. Y, que importa si jamas sabremos de lo que hemos sido. Si regresemos sin mácula. Si él era todo. Comprendía que en esa clase de amor no puede haber cabida para el amor. Y. él le castigo en rrtrampasu prueba. Le hizo sucumbir en su trampa de delirio y ya no fue lo que solía haber sido.
s
el otoño, poco antes de empezar septiembre, viajo en su ultimo recorrido en búsqueda de todo aquello que pudiera llenar esa aflicción y salvarlo, todo le conducía a la misma soledad a la misma necedad que suele cegarnos al llegar a la suma esencia del todo que hagas por ocultar otra. Por evadirte a un pensamiento martilleado.
Aun sentía aquel precipicio y escabeles y cuestiones cualquier cantidad la azoraban siempre y todo le conducía a la misma infranqueable necesidad de verle como una única solución; cuando no hay mas respuestas. Repentinamente como solían marcar aquellos sucesos momentáneos del alma.
Allí habían concluido sus sueños de viaje por el resto de un mundo desconocido, menos misterioso que aquel al cual decidió vencerse para enfrentarse a la guerra mas larga de la vida. Lo anhelaba, estudiar, conseguir los conocimientos de precisables cada vez que se encara a una batalla; en esa lucha de verbos y de tácticas extrategicas de los hombres.
No para obtener medallas; ni para ser gente. Solo pensaba en aquel pueblo al cual pertenecía y este era su mayor titulo. Evitar que se les desollará vivos; necesitaban quien hablara a viva voz por ellos. Culpabilidad de un sueño frustrado en la demencia de una hostilidad encarnada de aspiración demasiado grande y un algo que le arrebata lo que lleva por dentro. Cuando se ha de aprender a manejar los mismos códigos con los cuales ha de derrocarseles.
El llegó para entorpecerlo todo; para clavar su lanza en esa herida; para sacarlo de ese camino de su empeño. Pero así lo había decidido un alguien y era por demás oponerse a esa voluntad.
Pronto se marcharía con los Holandeses y dentro de pocos años; todo pudo haber sido distinto. Quizá. Nadie lo supo.
Lo pensaba al navegar de regreso en el mismo barco; en el mismo río. Tendría entonces aquellas bases sobre las cuales podría fundamentar su protesta, sus recuerdos; su reclamación y no ser una inepto ante notables porque había recorrido muchas veces el mismo camino.
Sonreía mientras lo rumiaba en aquel divagar, en ese rincón recóndito de nuestras indimensiones. A esa puerta que guarda el amor. Para aprender a hablar en su misma lengua de ironía y de sarcasmo. Se cruzaban aquellos versos albergados con ese misterio.
Sabia que regresaría encarnado ya para alimentar sus aspiraciones en un alguien con quien una vez soñó y poco sentía su mover lento entre su vientre y siempre le despertaba y siempre llevaba en ese navío. Nunca imagino esa traición inmediata a sus ideales; y ahora solo debía conformarse con una leve retirada. Lo vio entonces como una alternativa para los dos. Un algo que le agregaba un motivo mas.
Y aprendió de la necesidad en la pluralidad de una conquista.
Y sintió como si ese ser al moverse; estuviese peleando para los dos; por todos. Y vio las masas unidas en sus espejismos, en esos campos ribereños y fueron tantos a esa orilla del río; que supo que ocho millones de ellos;

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aniquilaran. Porque les vio pintados a las orillas bordeandole con sus pañuelos al aire y gritándole. No te rindas!. No imagino un palacio al lado de un príncipe azul que en sus sueños no hubo. Sus cuentos de niña fueron otros. Porque las historietas mas cercanas siempre fueron el hambre y la rendición de la conquista. La paz inexistente. Pero si a cambio, casi perfecto; miraba a su pueblo dotado de aquella alegría que se le había restado; seguida del mismo rayo luminoso de sus rostros, sin huella de odio y de rechazo.
Pronto despertó en tristeza, preocupada con lágrimas en los ojos mirando hacia el cielo con inquietud; en busca de respuesta, allí mismo inclino un sermón. Porqué?. Sintió un dolor desgarrador en su vientre. Y rememoró el alivio que se siente al mirara ese azul inmenso del mar que se refleja en el espejo flotante con sus nubes.
%o se había detenido en la edificación de su inmortalidad."
A veces el amor aparece para endulzar y borrar el odio. Y él obstinado lo corroe y lo convierte en manipulador persistente hasta castigarnos con su vana ilusión; os veis arrastrados por su tonto engaño. Y así como te da, te quita. Nada es gratuito. Y a unos les cuesta mas encontrarlo que a otros. Y al final; solo el tiempo lo sabrá si nos descubre menos cansados para abrasarle.
Hasta en el entonces parecía que nada cambiarla la importancia que había dado a sus ansias; se veían en­caminados hacia el triunfo.
Se marcho con el hombre al cual estaba amando y decidió abandonar sus pasos, los que un día había emprendido. Un día sin preguntas, sin importar el final al que ha de llevarle un nuevo camino. Sin mediar algún fracaso. Porque él con su aspecto rígido, amenazante; siguió a esa joven, recién despojada de sus trajes; de su habito. Aun con su aspecto aterrador pero bello. Como al verdugo pintado de púrpura fuerte con su látigo.
Por amor irrefutable había llegado allí hasta claro de Luna, que se descubría verde y exorbitante, lejos de la sórdidas amurallada; entre la selva y los ríos, junto al rumor de una cañada que en las mañanas parecía estar oculta bajo la bruma, donde sucumben los superhombres al escuchar el crepitar de las aguas al descender de las montañas. A veces azul clara, al atardecer rosada. El la conquisto en esa persecución de cerca que suele hacérselo a su presa como el ave en constante vigilia de su víctima. Que a pesar de su huida, o la mas mínima resistencia es capturada y devorada en el laberinto. Aunque saltó los muros; siempre tropezó con uno distinto; y ya no hubieron fuerzas para continuar saltando. A pesar de su angustia. Por mas que se refugio en ese convento; él la encontró precisa a sus necesidades. Así el verdugo atrapa su botín y la llevo a las mazmorras, a la cámara de las torturas y allí le partió y puso un papel sobre su boca. El ultimo reducto de hombres que sobrevivían entre costumbres. Aceptado su propia renuncia. Marino le había conquistado para ellos. Graznido de pájaros nocturnos, se va simplificando la vida. Los presentimientos barrunto de hoy, son la certeza del mañana.
NUNCA TRAICIONE LA REVOLUCIÓN
Por qué era malo amar?. Que así merecía que le encerrasen; que sabia ella o qué era, por qué se había sentido desfalleciendo, moribunda, al tacto de los labios de barón.
Ella que fue indomable; no se arrepentía, no se humillo, no prometió enmienda. El carácter irreductible de su ancestro se mostraron en ella. Con si¡ orgullo, inmutable, sorda a todas las debilidades, alianza de su yo interno, a todas las fantasías; ignoro aquella infamia.
Se habían manchado ya con la debilidad del ruego y, allí apareció aquella palabra envilecedora.
El oía solo el rumor de su candor, codicia de aquel pecho para reclinar en él su cabeza llena de sueños. Ella solo escucha su pasado, que como un espectro blanco le murmuraba al oído palabras de dolor y se absolvía en esa beatitud suprema de la vida.
Los ojos en los ojos, las manos en las manos, sabían la ilusión, almas arrulladas con sus canciones divinas. La posesión no vale lo que esta misteriosa comunión de la quimera, fecundación del alma por el alma, estremecimiento voluptuoso de adoración inagotable... Es la ventura que pasa la línea rosada de una aurora cuyo día es siniestro. Es el viaje hacia el amor, la peregrinación hacia ese país ardiente. El mismo gemido eterno saliendo de la arcilla miserable. Velando siempre la cúpula carnal, y siempre sorprendiéndola y siempre castigándola, siempre condenándola al hombre, al deseo a la fecundidad. Y a ese conjuro. La arcilla hierve el lodo, y en el calor de ese fango brota el hombre.

59 IBIS.
No tardo en descubrir la melancolía; sus historias, cada una en los labios de los ya marcados y decrépito alucinantes. Entonces encontró que del otro lado, solo había cambiado un pueblo triste por otro. Y vio que la misma suerte de los de allá, no era distinta a los de aquí.
Enfrentados al mismo desastre.
Atados al destino de un infortunio.
Una vez mas atribuidos acéfalo en uso.
Pero nadie hizo nada..
Todos esparcidos en esa misma ruin vida.
Necesitaba ser amada y en Marino había descubierto el otro tipo de amor real; por el cual se habían roto las barreras.
Después de todo; nació para luchar y todo cuanto obtuvo fue en pago a ese mismo coraje.
Cuando se nos mide en proporciones admisibles y te acostumbras a mirar la miseria mas de cerca. ,3uficiente; demasiado justo; ha de merecer por lo que es.
Súbitamente al viento caótico de los non-nativos. Descrita como síntoma de situaciones que suelen ser como la muerte hierática, distante, misteriosa con su halo siniestro; es efímera he inalcanzable. Desbocados acudientes tras ella. Lo recibió como el mayor de los premios. A cada uno le toca. Vivir desde que nace con su epitafio. Su propia vida crecida en la contienda y de repente en la cima de sus realizaciones; prefirió descender de ella sin la respuesta valedera e ignorarse a un sentimiento.
Dilatados sus ojos; dabale de pensamientos al destino.
Lo amaba allí al sentir en su vientre rnovirilientos. Y nada mas pudo justificar tal insolencia hecha así misma. Quería hacer callar la escoria; cualquier cosa amenazante por lastimar a la criatura que vivía en su vientre. Ahora precisaba de mucho mas valor para derrumbar los viejos muros a los que de seguro jamas pensó su hijo encontraría. Monótona desgracia.
Bella - Clorinda. Guerrera - Herminia. Hechicera - Arillida.
No hizo del amor terilpestad. Lo abandono simplemente todo por seguir al amante por bosques y cañadas. Despreciando lo demás en aras de una pasión delirante. Debutar él le flirteo. Y que te llevan al engaño con alegría... Pensaba en el viaje... Con el regreso. Volvería para decirles, que ella estaba en defensa, con el nombre de su gente. Que podría debatir; ya no habrían palabras enmanteladas.
Engaños. Ridiculizantes. Sabía en ese rincón, donde se siente tul miedo muy grande que tan solo la muerte podría agotar sus fuerzas; cuando ella ya esta dentro de la cama, para darnos ejemplo; para vernos desnudos.
Siempre enseñándonos el tensor que le debemos.
Sé esperar porque llegue en su momento. Que al final vas a él por un camino de flores y que se sale por un camino de lágrimas... Porque de pequeños habías escuchado decir que te partían. Y tu siempre teniendo mucho miedo de morir partida. Por un lugar en el mundo. Morir partida. Una tumba en la tierra. Lo haría por sobre todas las cosas; por sobre la misma voluntad del asesino; lo merecía, lo haría. Y, te quedas con todas tus cosas en aras de lo inconsecuente. Estaba decidido por todos. ...Pero Marino se atravesó en esa misma abertura, él allí con sus labios sonrientes su vida y, a veces no comprendía si lo amaba por ser lo que era o le odiaba por haberse convertido en lo que es. Presentado como un arroyo de agua dulce de la que no pudo negarse a dejar de beber. No quería redimir sus ilusiones y convertirlos a la culpabilidad cimentada de un pequeño que era solo la muestra

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de todo lo distinto que había sentido.
Allí en ese rincón en el que sientes un miedo muy grande; donde se fermentan viejos afanes.
Allí con el vientre mullido le sentía cada vez mas grande. Era apenas una verdad y no le estaría exigiendo nada sin incriminarse en el dolor egoísta. Adueñarse del poco espacio que será un día en la memoria, líder de los que fueron esclavos.
" Dominados en la voluntad."
Reducidos por la fuerza. Torturados sin piedad por el verdugo. Albur seguido de la ingenuidad de una conciencia. Nadie sabía de su auto estima, y proseguían en su hazaña y, no había redención a sus manos. Era pena pensar en el sistema autoestructurador, acondicionado en el descaro, la falta de respeto para dejarlo sin nada. Tirado en la fracción de justicia a los ojos de los niños negros.
Eliminación innegable. Lo que se veía como un utópico. No se convertiría en la claudicación de su misión.
Sujeto a la inconsciencia provista; no cesaría a lo inaccesible a lo inconcebible; fue su propósito imborrable. Del mundo tangible. En el fondo sabia que no estaba vencida y mas que nunca; comprendía de la inocente existencia de un aliado. El que fue el asombro del que parecía empezar a clarear su significado, el que se hubiera convertido en una situación tan espontanear le dibujaba en el rostro la satisfacción, la coronación de una batalla aun no librada lo anegaba todo. Se condujo silenciosa desatando en la memoria la bandera del triunfo y le veía flameante y ella apostada allí con ese mismo viento.
Aquella creación le lanzo de nuevo al reto, las razones adheridas a viejos principios; a la piel fueron entonces lo que una vez domino la vida y conquista de cada cual que sintiese orgullo de ser negro; de llevar sangre de esclavos. Si ellos defendían sus ideales, era mas que necesario sustentar los nuestros.
Entre los labios se murmura del amor y nadie precisaba su significado. Un monstruo encadenado a nuestros instinto.
Ignorando las magnitudes de su destrucción. Por amor: la esclavitud, la servidumbre. Por Cristo él hizo lo que quiso y jamás se arrepintió. Ni su suerte cambio para nada.
Sacrificio en las cosas que se desean. Y siempre tan distantes, siempre tan imposibles y cabales. Para desarmarnos luego. Allí como imbécil rendidos a sus garras.
Sin una sola verdad a su favor, sin una sola respuesta en su contra. Confabulados en un solo pensamiento absorto, sin cabida; sin otras verdades, sin mas escape; sin otra justificación.
Despertaba en el silencio roto por los movimientos que de su adentro provenían. No le angustiaban, él se alimentaba de su esperanza. Solventada y desdichada, feliz y sumergida en su dédalo del cual algunas veces no quiso escapar. Para seguir siendo niño. Para no meterse en la vida material.
Un fantasma condenable al que absolvía en cualquier instante. El amor, una partícula diminuta con mayores consecuencias que los de una bomba atómica. Desastre. Cataclismo que embelesa a los héroes y por el suelen verse vencidos a las batallas sin darse aun a la contienda. En el cercado que se hace de las tierras trazadas por hilos de metal estaban la multitud de hombres que no dejaban en claro la posición que adoptarían frente a todas las nuevas reformas que día tras día aparecían y como pan del desayuno; se predicaban y tragaban en esa mezcla desagradable del alimento. Mirados como a ese clan social; a los mancos, a los que están trunco; a los de ranchos de mala muerte; aturdidos por una descomposición de estado. Por su perdida de moral; ahora ya no tenían humanidad. Yo les había descarnado. Y se fueron a la montañas con sus ranchos para que la naturaleza les rematase. En desacuerdo, de si merecían o no. Se habla y nadie ve su faz augusta. Se habla de la compasión, y no es ella sino la cobardía quien pone la otra mejilla al bofetón. Se habla de caridad, y asoma la filantropía, que es la explotación de la piedad. Se habla de honradez, y aparece el Dolo, hecho prócer por el éxito. Y en este carnaval de gentes virtuosas que nos asorda, no falta sino una cosa. La virtud. Y es porque la virtud no es el estado natural del hombre. Qué haría ese cordero angelizado entre los cerdos del mundo?. La vida es lucha. Renunciar a luchar, es renunciar a vivir. Mas vil que la mutilación del sexo, es la mutilación de la garra poderosa. Quedar inhábil para defenderse, es la derrota. De la virtud no existe sino el vocablo. Sed mansos, grita el lobo a las ovejas. Sed humildes, grita el amo a los siervos. El no temía. Impuso el silencio y se extralimito. Y detuvo la ley, la religión y la sociedad a la puerta de su casa.



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Qué podía importarle a él?.
El sabía bien de donde vienen esos pueblos de raza heteróclitica y confusa. Sabía que extraños atavismos obran sobre ellos. Qué desgraciados vicios de educación líainformado ese estado sociológico actual, del cual quieren hacerles ver cándidamente orgullosos.
Esa raza quietista y estancada, dispersas y barbarizadas, sufrió un día la conquistas de pueblos que venían de otros mundos y él nunca les mirocon otro sentido; con otra apariencia distinta a la del desprecio y hoy además de esa condena predicada en su contra, le mira con recelos. Nuevas ligaduras al cuello, nuevos mitos y enlaces sobre la conciencia, nuevos dioses y nuevos amos; eso sufrió la raza domeñada y negra. Y al pie de la cruz clavada blanca a sus espaldas. Sangre de galeotes y de esclavos. Y se perpetuó la tradición y el maltrato con su humillación y el acoso constante porque se le alabe, vanaglorie y él sólo da desprecio.
Y ahí, el silencio de las selvas milenarias, sobre lechos de hojas. Con su pigmento. El rudo cataclismo que rompió aquella faja de tierra los aisló luego, y quedaron allí, enclavados, con sus dioses deformes, sus teogonías absurdas. Con sus abismos hechos cráter. Ante su opulencia salvaje. Y no fue el culto de lo bello, sino el culto de lo triste, ese culto que ya agobiaba a la humanidad con sus ídolos trágicos y su moral impracticable, el que tomó posesión de aquellas almas, y pobló con sus leyendas medrosas, sus mitos torturados, su angustia inconsolable, la riente imaginación de aquellos seres.
Un día fueron despertados al grito de libertad. Y caudillos y gloriosos lo llevaron al combate, a la victoria y a la muerte.
Tomaban forma de gigantes en los pantanos. Considerados exentos de la sociedad, todo habría de atribuirse a la voluntad del poder divino y dejar precisamente tal acontecimiento al desenlace de su voluntad paciente. A rumbo cualquiera como hasta el entonces, seguido a la consideración de su gran obra. Cuando son los hombres quienes castigan y matan en su nombre; arraigados a principios de ético; desencadenan desgracias en la misma fanática reacción del racista; que ama a Dios, pero odia los negros. Que lo detesta en la misma farsa del que no odia a los negros; pero pone barreras; que lo delimita todo; pero aun así; todo ha de ser el milagro esperado de misericordia de un ser superior.
Sienten el dolor y lo dan. Te lo proporcionan de manera gratuita. Y es allí donde se aprende el gusto de la sangre, de una necesidad de venganza y de no dejarse sobrellevar por su mar de egoísmo; a la necesidad de reclamar la tierra para quienes la habitamos.
Qué es raza feroz. Apática y servil.
Fanática y cruel. Sanguinaria y brutal. No tiene altares para la piedad. Y a esa raza así privilegiada, añadid sus vicios, el despotismo oprobioso, oculto a los monjes. La cruz y la espada. Dios y el rey. Su bruma intelectual, enervantes y destructores. Lo veréis, de ti solo querrán hacer harinas; pero ha de quedar toda en el propósito del perdón que debéis profesar; esperar por algún estúpido acontecimiento.
Finalmente se conquistara derecho de palos y armas para el mundo entero.
No descenderá de su púlpito amenos que intentemos derribarlo. Sus políticas destructivas, desplazamiento participativo. Por su característica reaccionaria.
No es verdad.! El solo quiere gobernar al universo.
Despectivo en todas sus connotaciones - determinaciones. Os habréis apreciado y el mundo no podrá decir nada; cada ves que te veis como grandes sombras proyectadas a ese muro de espanto, para débiles. Ella solo se hacía ilusiones sobre su pueblo, sobre su raza, sobre el medio social en el que vivían. Conocía bien esa democracia de animalidad. Pues sois vos precisamente quien lo estáis padeciendo y nadie puede interpretar tu sentir, tampoco darle una razón aparente a ellos, ni siquiera justificarlos con hechos teatrales ya que tu condición es única. A los ojos enrojecidos. !Si.. Los blancos matan.
Los indios sufren su destierro. Y quienes han de cambiar han de ser otros. Reinserción vagabunda. Nueva forma libre de creer, por su avanzada en el siglo, con las mismas condiciones desalentadoras; una llanura en donde difícilmente encontraréis agua para calmar la sed. Pero soy quien generalizo y tantos de ellos han muerto y porqué aun sigue con vida ese tipo de pensamiento. Quién lo heredo?. Sois tonto y nuestra condición que importa. No ellos y sus principios obsoletos. Siempre aceptarlo todo de

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buena manera en la misma ridícula reacción del que jamas siente hambre.
Programados. Tu debes de dar la paz que otros te quitan. Porque la guerra es doliente. Marcha en silencio y espera porque te visiten en la noche. De ti se dirá mañana que fuiste un gran ser. " Ya muerto por encapuchados ". De nada vale seguir ocultos entre la maraña de los bosques; si la verdad aparente, es la lava que corre hirviente mas no manifiesta sobre sus pellejos. Y, sabe la verdad.
Pero..ya ves.. Ven a sus urbes. Pueblala y llénala de miseria, fastídiales; crea el conflicto, ellos conocen la solución. Necesidad del anarquismo, hasta derrocar el totalitarismo en el cual vivimos; sometidos por un amigo poderoso; una forma de monarquía sucesiva. Alguien que te sonríe y cada vez en tu giro te da de porrazos a la cabeza. Invento el silencio con su espada veloz y de plomo.
Estáis a la superficie disponible de un ácido derramado por cualquier parte.
Ya veis como se reafirman en sus historias adaptadas a cada ápoca, su poder ancestral sobre la tierra; provenientes de significaciones inspiradas en sus antepasados violentos. Mercaderes sanguinarios. Dentro de las formas descriptibles y abrupta de su ser. Que en nada les hace ver como seres mayormente evolucionados. Pero ya veis... Sus conceptos racistas promulgados a viva vos. Que vos sois menos inteligente que ellos. Ejemplariedad. Favoritismo por su genialidad relevante. " Su biblia." Sus invasiones. " Sus armas." Pero también esta su medicina y sus grandes inventos. 1 Que de nada sirven. Si su ser no tiene esencia. Y no esta apto para dar. Al contrario, vos cada vez mas en esa condición de bárbaro. Ellos asolan territorios en su carrera expansionista. Caníbales depredadores de carne humana.
-Domeñados por su virtud implacable.- Su selectividad abigarrada.
Absolutos dueños. Un Dios blanco por venerar, santos blancos, Egipcio blancos; todo estrictamente Blanco. Solidificados en sus tontas concepciones de estar al trono condenados.
Olvidar al verdugo del pasado, luchar porque esa condena de vida tan vulgar y miserable tengan su precio. Ya se han roto las cadenas. Aunque la muerte nos sorprenda como siempre suele ser para salvaguardar la insufrible levedad del mundo.
Qué importaba si destruyen, lo hacen cada vez que como aserrín sois tirado a la ardorosa falsedad de una democracia. Ellos son radicales en su condición, porqué no serio en las nuestras?. Por qué ser quienes siempre agachamos a su reverencia la cabeza y no ser ellos quienes decidan cambiar su conducta?. Quienes son?. Irreflexivos Quizás un ser con instinto robotizados?.
Dejad que rueden vuestras cabezas si ellas justifican nuestra alianza de libertad y de vida, será el pacto de coalición y lucha. Descubriréis el fluir enardecido de la sangre; entonces comprenderéis que todo en vosotros se ha llenado de cólera por dolor a una represión soportados.
Y aun hay beligerancia de emancipación en el mundo. No hay precio a la vida. No a al abuso cotidiano con el cual se ha significado en el tiempo la necesidad de existencia. Aquel que puede hablar mas fuerte que los demás y hace de aquella nuestra debilidad herramienta útil para doblegar a sus serviles. Para mancillarles.
Y los negros siempre sometidos, de cerca para subordinarse a la falta de trabajo digno; en las excepciones con las cuales se han amañado. A los Rostros luminosos.
Y, él ministro?. Es el problema de Etnología y de Sociología de estos pueblos latinos. Aun mas abigarrado en el mundo exteriotipado; donde al igual se simula.
No ser intimidados al terror que siembran a tu espalda.
Ellos no descartaran la posibilidad de condenarte, a la alambrada electrizante privados de cualquier meta. De que valdría si al final, siempre intentaran medirte. Siempre al final te matan, te llevan a una muerte mas tortuosa y lenta en su agonía.
Ilimitable. Nadie ha de permanecer inmóvil ante la poca reactividad de un genio que de hecho ha resultado ser producto de un dibujo sobre lo sucio de un papel animado. Y su verbalidad circundante.
Soportarlos en el enorme pilar de los constantes yugos donde han de aplastar tu cabeza. Todos apostados y plagados a su religión dotada de santos blancos. Demostrándonos su grandeza.
Inextrincable; seguidos de latigazos a los hombres que proceden como de un sonambulismo atroz. Aberrante una mano de hierro alimentada del dolor ajeno. Pero ha de saber que con el calor, ha de fundirse. Esa sociedad seguía sosegada, empecinada en trances por ocupar de buena gana el lugar que se le había dado.
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Con sus gérmenes a cuestas. A su lejana herencia, de dejarles trabajar en lo profundo de su ser, de dejarse construir moral de la que ellos carecen. Miedo a ser expulsados de la cápsula terráquea desaforada. Erótica. Esa ideología aplastante no ha de continuar como una futurista idea y borrar así un sueño de alcanzar la libertad y la igualdad a toda la humanidad. Sed tolerantes, grita el sacerdote, anatematizando los hereje. No delate, grita el criminal al cómplice. Sed caritativo, grita el explotador a los cándidos. Se habla de piedad, y asoma la hipocresía.
Al margen de las demás guerras. A la línea de los mismos férreos principios de igualdad.
Despejar esa nube gris y de polvo que nos cubre. Y habremos sobrevivido a los siglos restantes. Antes de que la explosión catastrófica convierta al universo en simples partículas. Y sea quien además disfruto en verdad este mundo y vosotros todos borrados con lo que fue penas; con lo que se hizo de nosotros conflictos. Es nuestro deber detenerlos y asegurar la paz universal. Esa misma aceptación de unos a otros. Porqué esta guerra.? Solo por el poder y el dominio del hombre por el hombre. Como los demonios. 130, había pasado una buena cantidad de sus años buscando oro. Se lo llevaron los gringos.
El se quedo con el levante conforme de los hombros, con su indiferencia en la cual se ha de significar el desconcierto; destino fugaz al cual rehuyo encontrarse. Por sus labios y el humo de su frente en su rostro dibujado.
112. No estaba para fatigarse mas la vida; también se había convertido en anciano y al igual; su padre paso un siglo metido en la nostalgia de aquellos días con los cuales cualquier escape se fraguaba en barrizales. Eran entonces aquellos días de 1800. Los negros esclavos donados a la causa, iban a los paramos, encabezaban la marcha de las escuadras libertadoras. Y en qué les ha merecido por recompensa; proliferando emancipación por una causa que hasta el entonces les tenía la soga atada a sus cuellos. En esa condición de abolición de la propiedad del hombre por el hombre, ofrendaron sus vidas. Y de qué valió. Si la libertad, derecho de un hombre; no se compra, no se paga. Y ellos ayudaron con sus vidas a la libertad de muchas naciones como esta. Malagradecida con quienes ofrecieron su pecho a las lanzas.
Comprensible solo en aquellos días perversos en que les arrastraba despedazandoles por los mismos rumbos. Y no es mucho lo que pides; porque tu no vas por el mundo pisando cabezas; solo exiges el respeto mínimo que merece todo ser hurnano; porque ellos no deben justificar las inequidades de esta vida tras tu espalda. No mereces un menosprecio en su ridícula ironía.
Ellos debían merecerla. Buscarla, conseguirla, ganarla de sus manos. Arrancarla de su boca.
Fue el significado aliado a una base de lucha conjunta. Por un mismo arquetipo dispuestos a dar sus vidas y a cambio obtener respeto a las futuras descendencias; ya que tu en este presente no habéis obtenido sino lágrimas de sangre.
Pero él volvió a darle la espalda; comprobable doscientos años después. Tan pronto como pudo; le oprimió al pecho; le aíslo reprimido a los suburbios, castigado le traiciono en sus principios y con su mueca atroz, derramo el siniestro sobre su descendencia. Negro - sinónimo de cualquier - estúpido símbolo por ellos atribuidos. Socavando el honor.
Aterrorizados buscabais cualquier pronostico de clase; como llevado a los extremos sin conseguir que ellos rehusaran a consumar una vez mas aquel crimen corpulento y voluntarioso de sus manos inconscientes por la sevicia. Y me compromete a ni¡ en su delito al tanto que su marginación en mi no es distinta. " Es mi idea errónea de mirar la verdad que para ellos no conviene." En fin 1. Así estuvieron varios siglos y seguirán a la rutina. Perseguidos por ese afán ansioso de violencia venido gratis por él. Fiel sustituto del demonio. Hasta que esa intuición felina del hombre de la selva olfateo algo por demás anormal, sabia que algo estaba ocurriendo y soltó el rumor. Cansado a la locura de tantos siglos de casualidades y desolación dejada en cada uno de sus pasos. Le convirtió en su rastro de estudio, en su fotografía e ignorado exploro los confines de su misterio al tanto por el cuál seguían vivos. Y le vendió nuevos trajes y dejó su enfermedad. Que lleváis mucho tiempo en asechanza, que de ti ya no se espera nada. Borro tus plumas y te dio sombrero de paño. Porque le gusto tu tradición de paja.
Felices a una situación ya adaptados. Difícil de profesar que te atrevas a desatar algún torbellino. Pero pisaran tu cabeza y te resistiréis a creerlo. Y cuantos siglos mas habréis de esperar porque ya no suceda lo mismo?. Porque mejore como los buenos que se convierten en Santos.

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Y estáis pisoteado y aun aguantas creerlo. Y estáis muerto y aun resistidos a admitirlo.
Solo quiso encontrar un día el lugar al cual podría marcharse. Reuniría a todos los hombres dispersos e iniciaría con ellos la larga marcha que ya no les pondría jamas de regreso a un destino diferente, preferible a cualquier catástrofe de seguir en sus cercanías. Hallar un espacio en el cual los rostros recogieran el jubilo que poseyeron en otras latitudes, en otros tiempos. Lejos de cualquier manipulación hecha por el hombre, de todo lo enfermo. Con los despojados, los lanzados a la ruda competencia. Allí seguros verían el crecer de una descendencia libre. Sin menos precio; sin méritos a su desvergüenza. Envueltos en el negro polvo que de ellos se esparcía; sombra fúnebre obscurece todo, solo palabras de detrimento. Y la tristeza es repetible como sus palabras que le identifican porque nunca desaparece. Gestos perceptibles para cualquiera que no pertenezca a la diáfana burguesía. Populista para cualquiera que se enorgullezca de ser negro. Y un sofisma mortal no le arranque una expresión triste. Tratando de cegar con aquel manto el hueco herido de tu garganta. Para no derribarlos. Sonreír entonces. Sabes que no les produces ya miedo sino lastima. Desde entonces te miraran con la honda nostalgia con que se añora a los difuntos. No ha de saber que estas sufriendo mucho. Te dejara tan conmovido que la próxima vez ya no arrojara tierra sobre ti, tajante, ahora caerán piedras. Porque él no quiere tu hables de lo que a tu corazón impaciente y casi necesariamente te ordena que no menciones la discriminación; porque es ridículo y él mas que nadie tiene la solución y no la da; solo ahora te coarta para que le hables de lo que él quiere tu hables. Pero no le menciones la discriminación en su porción descarnada. Calla entonces sus suplicios y él te seguirá condenando a ese ejercicio penoso de ejercer en el anonimato. Mientras no le ofendas y le remuevas la conciencia. Fue así como emprendieron aquella travesía, para desmantelar un lugar opuesto.
Al blanco le duele se le diga la verdad, se le grite su perversidad y él tratara de zafarse y si el acoso es demasiado te manda matar como a rata. Pero le encanta darte a conocer tu posición y no escatima ningún recurso mientras pueda derogarte con sus burlas. MALCON X. Ellos no estarán de acuerdo, pero vos sabéis que lo que digo es cierto. Porque siguen como siempre. Y yo solo te pido fuerzas para soportar su indiferencia. Su frío helante. Complejos - por ellos a esta razón atribuible. Para subsanar esta descripción de ruptura. Un imperio sin súbditos. Alejados de la persecución y de la mano hueste. Un lugar al cual podría llegar el residuo de los años; fuerza restada en lo que quedan. Cerros de ceniza, troncos de roble que solían arder fogosos en los plantíos azucareros; con la esperanza de conseguir en lo arduo de su labor; la redención, el perdón por su enorme crimen, ese pecado del cual no entiendes su significado. El rivaliza si eres mejor. Envidia tu coraje.
El ser negros era la contemplación a una transgresión por la cual debías de pagar con lágrimas de plasma. Y, no lo entendéis de tal manera y te enfrascas en otra lucha. Es contrincante desdeñoso en la que siempre estaréis perdido. Y se mofan si vives de tu orgullo; porque es lo único que no pueden arrancar de ti. Tu honestidad, tu altivez.
A la orilla del río, mientras las líneas férreas se extendía; el sol rayaba radiante, exorbitante en aquella magnitud tan inmensa de su luz sobre las llanuras. A lo lejos, el bosque con los ciprés encrespados; la brisa traía aroma de mastranto y el cielo azul se diluía en la misma intensidad del azul marino con sus espaldas tras de él. La espada y la cruz. Se disipaba el campo mientras las aves jugueteaban en el espacio y cualquier jilguero entonaba su melodía en la rama de un árbol. Y allí golpeaba el Dorado; seguía intenso, resplandeciente en su calor sofocante pero hermoso; mientras se empinaban en las nubes; se sujetaban en las manos pequeños ramos de alelíes; seguidas de su aroma; transportados en aquella sensación de un extraño encanto al cual estáis atolondrado sin saber por qué y con el mirar de la tierra os sentías en una indecible condición apaciguado; y os sonreiréis en aquella paz y autonomía infinita. Una isla de fantasía para vivir en rectitud. Sin despertar al espíritu alucinado de una cruel desventura; a la vaguedad del ocaso, desatino y desconcierto de la misma gesta irreprochable; ante sus miradas intolerables; siempre ante el blanco dominante de la expiración acuñada a esta piedra se hiela. Despertabas en el mismo sollozo silencioso de una madrugada fría. Sin poder dormir, porque en ti; algo se reclama.Y ese tu yo, ya no existe porque el odio lo pábulo. Impoluta. Pensabais vagamente en todo cuanto ha provocado la modernidad convertida en el reducto del mundo condenado. Sórdido por fuerza mayor. Aprobación de todos los gobiernos del mundo.

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A pesar de la agudeza de sus uñas, no era el arma precisa para rasgar ningún muro.
Se dejaba perplejo caer sobre ese colchón de hojas y no puedes ya prescindir de tus principios. Desde ahora y siempre nunca lo intente. Se veía reflejarse en el caño de aguas negras sin oxígeno, su aire condonado, donde la morriña nos deja sin la figura sincrética de un aliento; una palidez fugaz no reflejada y por ella os sentíais confundidos. En cuyo fondo se formaron los monstruos de la impiedad. Y, en el invierno es mas atroz aquel olor evaporando que se mete por los escasos orificios de tu vivienda, segundo a segundo, ese mismo aire de putrefacción. Y allí vives como hombre pobre, sin poder económico hasta que la muerte se acuerda de ti y, después qué; qué paso con esa tu vida insignificante. Cuál fue el valor a tu padecimiento. A qué final llegaste. Eso lo sabe quien te puso a prueba.
En el que el hombre te aplasto por ser hombre.
Pordiosero en su misericordia. Se podría pensar en la manera cruel e inhumana en la cual observáis gusanos andando sobre la piel, y os consideráis demasiados vitalicio para darles cabida y con ello veréis que llega tu exterminio y esos gusanos te cercenan. Vos no podéis hacer absolutamente nada, solo sientes dolor y te resignas a ser perforarado lentamente sin miga de pan. Por voluntad de un supremo. De un Dios misericordioso. Muy potente.
Le envenenan. El es diligente en tu suplicio. Lo discernía en el chasquear monótono del tabaco; hojas toscas que degluta; su lengua les envolvía cuidadosa en la saliva y maullaba con palabras espesas y, los mitos y motivos impugnables seguían la baba bajante y agrio por su garganta.
Puerilidad sofocantes para quienes sufren la urgencia del beber constante de la hiel; todo proseguía en similitud; absorto por la vida activa y simulada en continuo movimiento; sin que nada le hubiese llevado al vicio; maldecía por el dolor de unos puños contenidos; si su misma condena, fue el origen de algo importante para él inexplicable. Qué pasa.? Porqué ese destino?. Y este es el infierno, y lo que tienes es porque lo mereces y, entonces en ti; encarnaron todos los asesinos de otros siglos y en ti se están redimiendo a la perfección de sus almas perdidas en otras vidas. Y, el destino?. Qué es; si sabes que la vida en cierto modo no es nada.
Dedos que ya no se cierran como antes para golpear sobre los esteros.
Sobre las palmas de moriche. Nisiquiera para percutir sobre su tambor que era toda la alegría sobre la cual daba su descarga de su adentro represado. Continua en la imaginación fastuosa de SU imperio.
Se fue por entre la selva virgen. Ya nada quedaba, nunca hubo nada; era un comenzar, necesario; como tantas veces en las cuales debió recuperarse para volver a despertar al agotamiento; al yerto desaliento preparados en aras de metal para ser derribados y de nuevo buscar fuerzas he ir a levantarse por vez primera. El lo había hecho. Olvidarse de si mismo.
Herido se fugo por entre lo denso; por entre los collados; en los embrollos de una impresión fatalista. De los alrededores, se escapo de donde la nulidad eterna existe y por el final de las cosas, mata. Ja muerte les hallaría. Sin que la mas mínima imagen de su crueldad, se hiciera ausente. Para devolverle un alivio al suministrarselas.
ESCARAMUZA
Y, los interminables no han pasado..
El se considera perfecto. Y tu el acomplejado. Necesito cantar el pregón a las aguas he ir caminando hasta penetrar en ellas. Navegar los siete ríos y sus olas empinadas con el aire, marchar las siete noches y sus lunas. Desanudar árboles enmarañados. Pronto estaría en el paraíso con el cual tanto espero encontrarse; un lugar recóndito. El refugio distante al precio de un acto, liberados de los lirones. Por el expectante que aplaude a la inhuma escena. Y hasta no ver el derramar de la sangre de los negros no estaréis complacido de una faena en la que claváis tu espada, así en el corazón hasta partirlo y pides de tu víctima; la cabeza, las orejas. Novillo al ruedo.! Y sentí un lloro ahogado en la profundidad de su garganta. Y, menos mal que estaban allí las flores muy rojas, confundidas con la tristeza, tragándose como a los

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perdigones su pena, quería estrujar la melancolía, quería sacarla para que no estuviese ni un minuto mas corriendo por las venas, de allí adentro, con tus cosas.
Y menos mal que estaban allí las flores y le hacia mirara las estrellas. La Colometa.
Todo salía como de aquellas olas que le vaciaban y esponjoso le dejaban delante, siempre de negro, a coletazos con sus ojos.
Dividía los mundos los caudales; el ímpetu del jaguar; tiento un río con sus olas y su extraño remolino fingido en su pasividad.
Los hombres hablaban con la selva, se confundían por ella. Un mundo que les marco en su semblante. Y, lo consiguieron. Seres indescifrables y extraños.
Morirse de viejos. No de jóvenes por voluntad ajena. Aunque ella te encuentra porque por lejos que vayas; de ella no te escapas. Siempre te encuentran.
Soñó aquel entonces, que allí se levantaría una población enorme. Nadie hablaba de otra cosa; salvación vivida de la mínima farsa; su divino descaro fue la concreta utilización de su forma de someterlo y de alcanzar para ellos el pecado. Los curas. Si el infierno mismo es este hollín de vida que nubla el. mirar y el motivo de su conciencia os hace caer irremediablemente en el hoyo del sepulcro. Quedaron los arrayanes, los cipreses taladrando el firmamento, anegaban con su sombra hasta lo mas profundo de aquel desolado suelo. La platanera y sus hojas con el viento yendo y viniendo, el cacaotal colmado; la lagunilla y sus peces de color, y el sembrado de tabaco; el rancho dorado de Nama con sus jardines de flores adornados por el sapo paseador que allí croaba. La tarde con su sol colorado en el occidente, ardiente como brasas. El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia. De un sol que en las tardes se bañaba de la sangre de guerreros.
" Profunda perversión moral."
Todo cínicamente permitido. La realidad de una flemática advertencia.
Todo lo que alcanzaron las prodigiosas manos de Namaria. Si la lagartija no hubiera soltado su excremento sobre la porción de tierra, para quedar eternamente impregnados de su interior sucio. La casa de troncos de Celeste, no se habría caído por los helechos colgantes. El coral; la escalera de trepadoras rodaron por entre las piedras blancas que del río adornaban la ruta.
Los maraqueros, los cocos, las gotas de cristal de la mañana perfilaban los bordes de las hojas corazón centelleantes de rayos luminosos.
La pepa de pan, las palmas de mil pesos y el árbol embrujado en el que el león; Aniceto Cuevas dormía.
Provenían del ultimo abandono, de la ultima aflicción al ser de allí lanzados; arrojados en su ultima usanza al deber de una competencia desigual.
Pero estabais aprendido a batallar contra los golpes rudos y repentinos a los cuales eres expuesto. Y se exonera con facilidad.
Por su maldito contagio ahora os desconocéis así mismos.
Permitió la huella el reflejo del sol dibujar sus rayos sobre las gotas del sereno, lento el campo se desvestía por el arco iris adornado, allí colado por entre el bosque espeso.
Bajo las estrellas, se inclino y hundió su bastón al suelo; para producir en él; la consagración y dejar testimonio y pacto de que pronto nos quedaríamos para siempre. Sin bendiciones.
Murmuro un susurro a la luna las palabras de su lengua; el lamento de su voz sonó en el coro del corazón y mil de ellas fueron una sola proclama. Porque él le dio por vivienda la morgue y las funerarias. Y escuche un lloro tan adentro, tan ahogado y las palabras amarradas se atascaron en la garganta. Y, menos mal siempre hubieron flores de Colometa en el jarrón para decirme que debía mirar a las estrellas. El no lo reconsideraría en su identidad. Nada le haría cambiar su condición de ser. Derechos inalienables. En la oscuridad de aquellos campos; pronto la luz dio paso a la existencia, hasta conseguir la entrada renuente de una claridad triunfal. Sus rasgos iluminados en el esplendor del mismo infinito de nuestras vivencias. Habían descubierto la ausencia del piafar de la conquista atroz. Ombu crecía a los rayos delicados, bondadoso

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bajo la tierra soterrada entre frondas secas. Nuestro árbol símbolo habría sus enormes gajos al amanecer y se empino en el espacio apoyado en la inmensidad de su gran tallo.
Pronto fue el imperio a sus brazos alzados al inmenso.
Virginia llego para hacerles abandonar su empecinada condición de renuncia, de permanecer en ese olvido tan maravilloso que de alguna forma los dejaba a distancia de un mundo que día a día había cambiado. Que sois en verdad algo mas que carne y huesos que somos humanos sobre los cuales pendía la salvación de nuestro mundo.
Huían al dolor, el sinónimo del hombre blanco; destrucción. Un reconocimiento a su guerra. Porque no constituyes aquel petriche de sus dichos. Y él lo atribuyo a la cobardía. Cuando te niegas a hacer lo mas rudo. Su sinónimo- que eres bueno- para lo peor. Impulsandote a lo mas torpe para que de ti se digan cosas buenas. Y te ama en ese amor embelesado hasta matarte.
Pero poco quedaba demasiado por hacer, era demasiado tarde, habían ya muchas llagas en la piel y los seres tienen el interior destruido y por fuera solo les resta el valor para terminar viviendo en la probidad de que alguien responderá por ellos, cuando su corazón ha sido en varias ocasiones perforado por el hierro candente. Es poco lo que queda.
Cuando el destello del mas fuerte; es la sombra que ordena y a su alrededor habrán de girar todas las cosas magras. Porque solo aquella luz de estrella celeste castiga y te conduce por el mismo túnel de sus tinieblas. Porque él es la vaca que mas caga. Porque se siente dueño absoluto. PERDÓN...
"BLANCO-NEGRO"
Un siglo después...
Allí; donde la razón es tan ilusoria; atados al destierro por el poco poder, a su impasibidad.
De donde pocos han de salvarse de la escoria que harán de ellos. Escarcha solo os cubrirán en la misma gelida reacción dispersa. Y cual magna y extensa suele ser tu salvedad en la rutinaridad.
Te he amado en igual silencio y con la misma agonía a la cual os habéis condenado; te he admirado en tu dominio, en tu magnifico odio de contienda y en aquel mismo mutismo he gritado tu nombre. Con lágrimas en el rostro he significado tu existencia. Comprendido a la creencia de tu absurdo. Absoluta verdad. Te he amado y sin embargo hoy lo he comprendido.
Y os habéis visto cumplir tu santa voluntad.
Quizás entonces mañana lo seré.
Si nadie hasta hoy lo ha sido.
Que poco podréis dar; lamentable suceso en el cual hemos de llevarnos la peor parte; por nuestro destino señalado con candente barras de hierros.
Solo una sonrisa en la parodia, aquel sarcasmo al despertar angustiado a la misma sociedad torpe que hace al hombre vituperarse. Llenarse de gloria y le lleva a la penitencia.
Pero podremos resistir la urgencia.
Aunque seáis obligado a morder el polvo de tus manos, no abandonaréis vuestros principios, nuestra certeza de la libertad.
No les pediré perdón si estáis a la espera de que ello suceda. Si he de nadar aun mas contra tu corriente, solo por vernos a tus pies redimidos. Eso jamas. Si tu condena va mas allá de mi penitencia de hambre; he de padecerle, porque no comeré ya mas de tu mano. Porque no soy tu perro, animal al cual alimentas y das de látigo. Ahora no os condenaréis a deciros de que manera hemos de finalizar con nuestras biografías. Subestimados. "NO RESISTO A LOS COBARDES"
Como si sus ojos despertaran ante aquellos colorados suelos, le enseñaba una lánguida silueta en el simple aspecto de un inesperado momento. Con vehemencia le llevo a contemplar las tierras Australianas; suspiro ante aquel nefasto, infamia de la vida. Siempre el terruño del olvido socavando hasta la ultima gota de sudor.

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Africa me enseño a amara América.
Su imagen tornada en una grande y exorbitante tonalidad que viajaba ya en las visiones hasta lograr sumergirlo en la esfera de colores que empezaban a girar en su cabeza.
Fue transportado por entonces a las brisas veraniegas de lkwo, en lo mas cálido del mar; la cima de los pescadores danzantes; con fuerza extendían sus redes, navegaban las canoas que en su vaivén simulaban convertidas en papeles flotantes sobre sus aguas. Al atardecer regresaban con las mayas enjoyadas a su azar, lentas a casa. En la plaza polvorienta, el olor penetrando, mientras pasaba la vida de los cocoteros Africanos. Las reinas del chontaduro apostadas; los telares de Kenya, los camioneros.
Un centenar de hombres blancos cercaban las playas que en un tiempo no fueron privadas; y filgurriaban con sus cosas de metal. De pie frente a la calle de arena, convertida pronto en la plaza del despueble seco por donde caminan los creadores del día y solitaria. La noche llegaba con la arena del destierro que borra cualquier pisada.
Los torpes aviones inundaban al amanecer como aves cenicientas y gigantes el espacio del cielo de Kenya. Flotaban sobre el otro extremo, el mar; apresurarados sobre las aguas y se dejaban venir por el espacio y volvían a levantar su vuelo.
Y ese cordón amarillento de 11LI1113110S iban y venían con sus ojos. Acompasados descubría la tierra como un simple cuero tendido secándose al sol.
Y habían tantas flores; sin ser prometidas; ya había descendido de entre las nubes para detenerse en la mancha que formaban las Crótalo.
Tras la miel al caer, su aliento palpó los labios a la sed confusa y desazón tormentosa a causa de lo ficticio. Estábamos en guerra, siempre un estallido tras otro.
La similitud de sus mundos, de sus vidas lo traía transcrito en todos los pensamientos fugaces; oníricas verdades ocultas tras del horizonte. Algo de él se evaporaba.
Buscaba ese lugar al que pensaba ir para respirar profundo sin un aire sórdido, sin estar encadenado al recuerdo lamentable. Y Ana; tan negra que fue su madre se marchó. Y que como caprichos el pensamiento suele rescatar del pasado y traerlos a estos tiempos; a este túnel de otra dimensión.
Dentro, allí en ese rincón de cosas; instinto que corrompen y llevan al insignificante aspecto, a la destrucción. Se descubrió al surgir un cuerpo tendido en esa arena; a lo lejos la brisa del sinfín.
Solo la pena de un desastre de mayor proporción por nuestros tiempos; desdichados hasta la inconsciencia. Esta ocasión que no os pertenece, esta vida que no vivo, este desatino enlutado al que padezco. Es muerte vil. Ha roído a paso lento la vida demasiado acre y morir es su consagración al acto de alcanzarlo y de repente se fue sin nada. Nada de aquí ha de pertenecernos a menos que fuera por legado divino, pero aquel no dejo mas que la penuria; la magnificencia de su obra no pudo ser otra distinta, incomprendida, a su pesar, a los autócratas, sin oposición; exceso de autoridad. Gobernados como a cautivos.
Si habría de existir el bien y el mal. Desafortunados entonces, aquellos que son lo que un día no quisieron haber sido, dichoso aquel que encaje como una pieza a su propio rompecabezas.
Sus ojos divinamente luminosos en su expresión.
Si todo cuanto se odia ha de serio. Divinidad. Se perdía luego en el ruido ahogado de sus propios pasos, en la búsqueda urgente de llegar hasta aquel final, a la inmensidad en la cual caminas sin conocer destino, sin tener a donde se ha de ir. Veinte años atrás; descubrió que estaba demasiado comprometida con su causa; todo cuanto era, lo era ahora Ombu él. En la plaza, sobre la tarima. Se subió a hablar a un centenar de ellos bajo las sombrillas del sol protegidos y su sombra era tan pequeñita; que por debajo podía ver sus miradas entrelazadas en la misma interrogación; sin ir a la extrema caídos por el espasmo al suelo, arrepentidos.
El río Nabogam, en los sueños se presentaba apacible y cálido, realidad adversa. Imponente y desbastador, llevaba sus aguas al mar, arrojando en él, el desperdicio que a su paso hallaba. En él se dibujaban retorcidas las figuras de unos negros navegantes. Seguían jugueteando a las olas; se mezcla por el verdugo que les movía repentina y bruscamente.
Siempre pensaba en sus orillas, en el llegar de aquel momento; que como un nudo arrasador, amenazaba poner fin a la pequeña embarcación.

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Trozo de palos; flores por testimonio de víctimas. Las cruces giraban entre la espuma de sus cuerpos a un fondo envueltos por el pantano.
Aunque en su testamento no figuren muchas cosas a vuestro favor, nadie podrá evitar que contempléis la desgracia del sepelio.
La triste maravilla de una marcha, allí junto a las costas del Nabogam. Cordón de lucidas esmeraldas en las cuales se veían correr tristemente. Saña. Por su acoso.
Despertó entonces..
Decidió regresar e ir con los amigos que a fuera le esperaban, ya no se marcharían de prisa. Sintió por algún instante la coyuntura de su cuello tensa, sin fuerza en el dominio sobre ella.
Alguien le podría desprender de su tronco. Entonces ignoraba de si en verdad se pertenecía así mismo. Que poca lidia para que los demás dispusieran de todo.
Diole un balandronado movimiento y sintió que aun le tenía a pesar de la resistencia, después de creerle perdida. Pero en su interior, fatigaba el revelar de lo básico de un cuerpo fardo batido por un abanico de papel.
Incondicional ha de ser, aunque lo intentes, ya no por alcanzarlo, siempre les veréis igual y las barreras necesariamente existirán ya en aquella división en la cual se marca un piso del otro. Un muro silencioso para dividir los mundos; al que golpearás tus flaquezas y te quedes al tiempo preso ya de un cansancio.
Sin por demás a la existencia de cosas que han de permanecer inmodificables; dejarlas como están. O ser fugitivo de su sistema.
Nada a de pasar. Entonces espera al ejército de combate que preparo para derribar este tipo de gobierno enfermo. Le sedujo la conciencia.
Algo le hinco en su recóndito salturiento, musito al espejo la canción sin que ya nada le haya cambiado.
Por qué vender la virtud de aquella lealtad. Dijo. Lo abordo absorto en las márgenes que en su frente se formaron. No lo termina de comprender. Se decía para sí.
Que le tome y determine.
Ponderado en la totalidad del prejuicio. Y de repente un necio temor te hizo pensar que ya es inevitable y estas acusado. Sin apelación. A es te juicio de hombre.
Que después de vivir un cuarto de siglo en este pensamiento termines por aceptar otra alternativa de vida, otra opción como de turno y no a tu real necesidad.
El negro no ira mas allá de donde la sociedad se lo permita. Hay derechos exclusivos.
Infame. Azafranado en su extremo.
Sólo repudia a tu condición, marginar es lo que cualquier vulgar haría y solo por su designio se te ha reprochado desfavorablemente.
" SE TE ENVIDIA LA FAMA " EN LUGAR DE ADMIRARLA -
Se te niega porque fuiste mierda y olvidarla es dejar de sería porque él te quiere como te conoció. Vino a los labios su nombre. Inclino el semblante, como siempre a todo lo que sucede en su contra, con terrible malestar, sus ojos entonces se refugiaron en las pupilas, hasta quedar a la oscuridad dueño de tinieblas.
No podría; se vio burlón así mismo, en suma de detrimento en ese valor por una común mentira en su exterior practicada. Fingida fatalidad de vivir una vida ajena y tratarlos por igual; para conquistarla en su misma oculta indiferencia manejada con magistral destreza. ..Fingir.! Solo le resta fingir.
Presunción. Sin sus epopeyas. Con las nuestras. No has de sentir nada si sobre la piel te quedan escombros de su desprecio; de llevarte a la clandestinidad perenne, a la ausencia de tu rostro.
Nada es mas mortificante. Que tu vida que es no es tuya. Jamas has perdido nada, tampoco habrás de darles todo hoy.
!Espera.. Pronto tu también descansaras. Y vivir la vida en la misma represión; es estar liberados de su conducta para muchos, haber aprendido su forma necesaria de castigo; es devolverle con su misma táctica lo que merece y tomar lo que para pocos no esta

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permitidos.
GOETE
En totalidad del que puede darte lo que crea adecuado para ti.
Cuánto resistiréis. La modificación de tu conducta?. Aprendidos a su verbo de sistema.
.... Mas que una carga... La sociedad lo ha constituido en un imprescindible.
Moral... Cuida tu moral, mientras te descuartiza con la Saga suya.
Ser Africano. No ha de abjurar pago de conquista por su gota de dolor impuesta. EDDAS, $--r tu no le es suficiente-ser él es un delito de semejanza inapropiada. Comprenderte le costará porque no te importa darte. Para qué.
A donde quieras los hay.
Aunque no lo acepten, lo son..
Bajo cualquier explicación. No miras por su culpa, ni redimáis en ellos la falta de su ley al futuro que nos despedaza.
Sin la palidez de cadáveres. Perdónalos sus faltas; quizá él reconsidere tu litigio.
Despertó él sol y volvió a verse por los restantes días el firmamento despejado, con ese azul profundo como un mar en el aire contenido al cristal mirado al espejo y por las tarde el sol mas rojo que la púrpura se esparcía la esencia de un letargo sin nombre diluido. La denominación no perceptible; sin designio.
Hipótesis absurda. Solo que en las orillas de había un azul de plata y fuego consumía el poco oxígeno. Débiles al no refutar nada; a la existenci1 de sus xibiles.
Para él es como la infusión vaporosa de flores y hojas, a los demás, el escape de los cuerpos putrefactos. Quizás el aroma de un te Chino, ó algo semejante a la magia; empezó a fugarse mezclada por un cúmulo ambivalente de nubosidad, una casualidad delictiva.
La castidad. A tus puertas abiertas. Fue necesariamente mundano seguido de un atardecer claro. 169, pretendía llegar al recóndito de las cosas, de no existir el bosque de ceibas, los árboles formando un cordón denso y oscuro. Esa si era una herencia, el no poder penetrar en el mas allá de lo indescifrable, en las cornisas que se han de fijar por encima de los hombros. Y solo los de aspecto pálidos,'endurecidos y amargos; suelen aterrorizarse en el misterio que a ellos también confunde.
Explorar un mundo distante, sin tan siquiera haber aprendido a comprender el nuestro. Qué locura]. Qué fatalidad!. La humedad lo convirtió en escarcha, escapaban en pequeñas partículas trasparentes, no tardarían en verse como copos de algodón y será necesario suficiente tiempo antes de verles caer en brevedad. La lluvia en este verano; estrellada al pavimento. Por la presión que despiertan sus ruidos fatales; han sido borrados por un ciclón.
Provocan el que comiencen a golpear las hojas de los árboles del espacio. Y caminemos empapados y desnudos al uso. Simplemente despojados de todo cuanto venga de mas; presagiando el final cercano. Pero que aun no estamos en sus manos. Sin saber luego, por qué aquellas cosas que agotan, está allí se lanza en la retirada, descabellada contienda que se termina luego en unos cuantos metros de agotamiento. Que fácil resulta decir. !NO..
Termina por convencerse, han sido solo cosas, las que jamas toleraremos que regresen.
No ha de ser el obstáculo eterno. Qué quieren que entendamos, sí a esto mismo tienen las cabezas rotas.
A tal. Ni ha de ser evidencia perdurable por la cual resistes el peso de su castigo. Y vayas a un confesionario a purgar penitencia. En febrero termino por morir a última hora a la intensidad del occidente encarnado, se sumergió en el mar y hasta allí naufrago a la incomprensión y oscuridad de unos cuantos.
Obstaculizados. Enfrentados al reto del presente, del futuro que se encumbra como palmeras, de los frutos que se niegan caer al suelo y ha de ir en busca de ellos; cada vez mas altos. Para que con el paso de los años se crea así mismo que siempre Ío intento como sedante júbilo. Y dijo que escribieran sobre sus tumbas la manifestación de nuestro amor; como estandarte a la condición de la pobreza. Para que quienes leyeran

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comprendieran la devoción de nuestro amor. Tejido a su monumento así como los humildes se marchan sin honor de banderas. Y deben espacir flores sobre sus vidas para hacerles menos dolorosos los caminos por donde andan. Aquel mundo que existía sin pretender considerarlo en un solo instante de su esencial importancia; un lugar al cual no se le podía llamar deliberadamente de propiedad de... Absoluta de nadie. Y, era necesario luchar para habitarlo. "PORQUE TE RECUERDO" Quedaron cantidades alarmantes de reaccionarios esparcidos por las calles. El en inabarcable avaricia se apodera de la misma materia gelatinosa, de la carne adherida a huesos. Subyugarlo, pisarlo, esclavizarlo y hacer de él un simple mequetrefe, un solo mecanismo sin sentido, desechable. Una simple recompensa a esa afable labor de cuatrocientos años de tu ausencia.
TU NO ENTIENDES...
No 5t W.ÁZ CUA~ S£ TkA UDÓLOPI,
Afanado seguirás sobreviviendo y después de esto; consumiendo su basura. Desperdicios dejados a tu alcance. La vida termina entonces, donde finaliza la batalla, y aquella guerra concluye, donde se acaban los cuerpos. Entonces solo eso podrá exterminarlos.
Al trabajo torpe a los invariables, sin cansancio, sin dolor. Lerdos.
Los negros no son seres humanos.
Simple degeneración con la cual ha de compararse todo lo absurdo del universo.
Blanco. Limpio. Pureza. Ángeles. Virgen.
Negro. desventurado. Melancólico. Irritado. Triste.
Su conflagración; conjugada a su epitomando, pero te lanzan fuera.
Tras las reformas les llega el fortalecimiento a los bLI1-OCI,]SiSt,]5.
...Pero no es verdad.. Los racistas no existen.
Tras de negro y... RUANDA BAJO LA GUERRA MAS CRUEL.
Los sofisma de la misma genialidad de su creación. Tu mismo te discriminas, tu mismo te eliminas. Y te miro a rostro y no sé porque me sigues hablando.
Hemos pasado largos años revolviendo lo amargo con lo poco dulce de nuestro alcance, con los inesperados, pero ni aun en el mas difícil de los tiempos y de este afán, consideramos de necesaria urgencia, negarnos el derecho a sonreír entre los que somos negros.
La pisada de un gigante. Y vuelves junto al destino a bofetearme del otro lado de la cara.
Un pasado añejo servido en nuestras copas nuevas. Y tenéis tanto miedo por la guerra. Por su evidencia.
No fue necesario confesarlo, nos hemos pasado la vida siempre saneándole a ella, en absurdas promesas esforzados y aun qué tenemos?. Pero habrá de sonreír para nosotros?. Y qué podremos hacer por ella.? Acostumbrarnos.
Hasta el entonces considero que jamas lo haría. No habría de dar gracias por esto. Por la prueba que no pasamos. Pero si era necesario guardarte siempre ese rostro escuálido y afable sin que la degeneración tocase a esos puntos débiles en los cuales se esfuman los semblantes y, haz de considerarlo todo voluntad de Dios y soportar con valor el destino miserable al cual él te ha enviado; en la misma reconsideración con la cual nos enseñan a justificar todo; cuando no ha de darse otro
tipo de respuesta. TEN FE. Y DECIR SU NOMBRE TE HARÁ
SENTIR MEJOR..
Cuando la conducta de algunos es necesariamente aceptable. Justificable al vil. Mantenida para los desposeídos, los del grito del silencio. Los de techos de papel- a los que la suerte despide. Se eximirán de percibir, ignoraran otro entendimientodistinto al suyo. No padecerán nada que no les concierna. Y vosotros en ese inconsciente; con el cual nos han dotado. Lo que importa; es cuál inminente es en la misma moralidad de sus conciencias y así lo practican. Con afasia lo predican. A las peñas el agua suele siempre corroer, serena, vence a los rudos, a los fardos.

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La tierra cederá espacio al mar y lentamente todo se hará des ella.
Cosas de tipos que pasan, las mas sencillas y nobles con el irrefutable orgullo que suele esto conceder. Para quien predica el crimen.
Y asegura para sus hijos bienestar a costa de la sangre de otros.
Para quienes torturan como en juego el dolor ajeno.
Ahora en este paso de los días que nos cambia a pesar de la insistencia de unos a permanecer intactos. Que tardía suele ser la evolución en este tipo de reacciones.
Nada de ostentaciones, maromeando en una vanidad vulgar. Con una actitud, necesarios de ese cambio de conducta inmediata. Necesitados de una urgente renovadora y vivaz, capaz de eximir al mundo del manto de sangre que la cubre. Por culpa de la Divinidad que lo anegó todo sobre la tierra. En el diluvio. Por el gobierno de los blancos y su máxima mutilante. El vértigo se apodera. Con ese auge. Por su mundo de apariencias, su astucia. En la misma capacidad con la cual se convierten en inventores; intenciosa manera de remediar el mal. Y finalmente todos vais a la guerra de calles heridos, de blancos. Contraproducente. Y cuenta sus epopeyas de héroes sobre los Chinos. El se queda a veces apagado, poseído de ese espíritu falto de codicia, ante los romances de Adelina y José; consagrados a su historia de delirios; hermoso poema que nos enseña la magnitud de su corazón. A él que habrán de importarle sus forzadas relaciones en las cuales se entrecruza su piedad, calumnia y farsa y la dignidad en el amor puro de los mestizos.
Es de escena. Comprender como llegó a suceder después. Es la misma manipulación de la certeza de que mañana estaré con vida. No es nada mas que un hombre y creen que han puesto un feudal sobre la tierra.
Pero ha sentido que algo se esta muriendo, sin conocer explicación, pretende ampararlo y se detienen en el mismo punto de inicio. Una resignación, un culto al karma, a la sublevación que en ellos no produce la misma repercusión. Un culto a la rebeldía; para idolatrar, no hemos nacido para rendirla. Vendrá de manera resoluta los pliegues en los cuales se te concede el poder supremo, entenderás entonces porque siempre suelen condenar a los mismos. Y tu bandera flameante. Cuando la batalla así lo requiera, por la causa brindar tu cuerpo, las manos heridas y sin escudo nuestro cuerpo se convertirá en un puñado de tierra en donde habrán de empotrar (s balas de su odio expoliado. La desventura de una materia inerte separada de la razón de ser.
Nos rechazaran por obscenos, porque anda¡- como aquella tierra, es haberse despojado del manto verde que le acaricia y ser poseído por el arbitraje de una conducta. Osadía..
Convertir todo en espectacular. Son ellos quienes se lanzan e imponen sus púas. Lo demás, meras excentricidades del que todo lo redunda; al que nada le va. Burdas. Nos queda la discreción. Esos conceptos generalizados. Que a tu oído siempre van. Se han conocido hoy, él, 120. Lo tuvo visto en todas las facetas, sigiloso le miro al descuido por todos los ángulos que conforman la apariencia que es la confirmación a su escuálida estreches. Todo resumido en una línea que él había construido; partió de un simple punto, figura que iba desde la cabeza sin sentidos hasta ocasionar las precipitaciones que culminan en unos pies calzados por el pudor, por dentro acallados y sucios. Testigos, con su tocado a la inmundicia, los imperdonados episodios que están bajo la ruborización; ocultos. El lo ha inquirido con su mirada; concluyo. Ha comprendido que es difícilmente indescifrable. Guardaba la mitología de las medusas y estrellas de mar y su interior magistral.
Con el semblante; las flechas de indio, pelo tapando sus orejas, que de permanecer al descubierto han de ser dos enormes aletas de ballena, metido en su mera intensión de recoger todo lo disperso. A él, le configuraba saber, que siempre traería sorpresas. Había nacido un día después para el cual no significaban las fechas, un común suceso que lo dejo a la deriva de la transmutación. 1930, no significo al universo nada.
Parecía no ser tosco por su semblante. Si así lo fuere, tampoco se mostraba héroe, los demás, se vanagloriaban de todo cuánto no poseían, valientes y ligeros, rudos de ficción.

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Dibujadas las caras huecas y temerosas fue la realidad sobre natural y extraordinaria del relato macabro de un acaecido. Satisfechos de ser eso, apariencia. Lealtad de traición, con sus expresiones perversas. Simple parodia; revestidos de un aire de dignidad; su voluntad prevaleciente como de costumbre.
En nulidad. Los nudillos de sus manos abultados, en sus brazos se descubrían pronunciadas las venas. Perdidas luego bajo la carne espesa, sangre azul, pecho inflado, cuello menudo bajo el mentón que descansa en su abdomen.
Los pómulos salían a la vista brillosos, llenos y llameantes,sepultando los pequeños agujeros por los cuales se tragaba la luz. Salpicadas manchas en la piel le daban la imagen de un tigre último, contenido en el desdén de su mirar al ataque, a veces vacilante pero calculador; llevaba en su fisonomía reflejo de extraños asaltos.
En su ancha mano se perdía el bocado; pardiez!. Arena de maíz del tamaño de una loza. Caía devorando su presa, la frisaba y espolvorizaba en milésimas en su fauce amenazadora. Tentativa del lobo sagaz. Por animal a su rastro detectado y le daría ese trato vulgar hasta picarle con su feúco amor. A ese gran hombre de manos quemadas.
Es aceptable perdonar. Quedan al descubierto unos dientes diminutos y desafiantes por el filo con el cual segó la masa atrincherada. Después su recticulosa boca expedía el aliento digesto de su vientre y dejaba libre su menuda lengua, lamía los labios que comprendían la carnosidad similar a los dedos de la mano de un hinchado.
No tampoco por lo que oyó de sus idóneas luchas o sus enigmáticos e intrincados gestos que comprendían su osada conquista de persecución, lo podría tildar de horripilante y malvado; era malo y necesario exceptuarse por su condición de obrar con largueza cuando se hace importante aplicar mano dura y tiene cabida a cualquier margen extralimitado. Estaba presente en esa misma ausencia. Con su talante; le da semejanza de un pánico real; que bajo el antifaz, es solo una ilusión acontecida. También esta condenado a morir y nada de lo de su poder le detendrá a esa partida inevitable del destino sobre la tierra; no le impedirá pudrirse también.
Dentro de si parece guardar todo el amor indispensable para desmoronar una montaña al abrazarla.
Y vosotros debéis tener la largueza de absolverles siempre. !Ah si, ese tipo puede que sea Madapolan. Los bribones del teatro lo escenifican. El enigma de la verdad tergiversada, la mentira en la que los hombres ponen su necrofilia al oculto. Encontrando el placer a través del suplicio.
Las cuales no encresparán al orgullo; una mano que les tienta; rehuyen interpretando sarcásticas y desentonadas melodías; hasta conseguir el desenlace de sus temores.
Ejecutan y cada vez es mayor la cantidad de cadáveres nuevos, para saciar su naturaleza. Y siempre hay una canción. Después de cada homicidio.
De los que echan la mujer por delante.
Fue soldado?.
Si.. Delibera con facilidad.
Sencillo dicta la sentencia.
Capaz de deponerle de encontrarla en delitos deshonrosos. La reputación vale un resto. Una manía de estas es mas que la señal de una nube fuliginosa que se ha alojado sobre vuestra cabeza.
Que de no remediarse a tiempo, jamas será igual; siempre será mas ancha y este tamaño es mas que suficiente para descifrar lo que se avecina. Una grande ofensa.
Lo escabroso. Antes de arremeter con su puñal, se detiene a pensarlo siete veces con el arma en la mano, propenso.
La izquierda va al corazón y aun sin embargo abre la herida y se asegura de revolverlo en el mismo hoyo con sevicia. Menudas arterias.
De consumirlo, será con los ojos cerrados al espanto; evitara a toda costa salpicar el traje y mirara con orgullo a los orificios del agonizante.
!Que triste espectáculo suelen presentar los moribundos; su rostro palidece y todo gira a su alrededor, poco antes de subirse en aquella nave de luz galáctica. Su sangre queda un poco caliente.
Genial enseñanza de aprender a exterminar.
Con su aspecto lujurioso. Seguía a pesar de los gritos angustiados clavando su navaja en el vientre sin contemplación.
Me estas matando. Fausto.!
Le grito con el último resuello.No tenía mucho que decir; y menos por qué escucharle; para qué le iba a explicar todo cuanto estaba

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sucediendo; a fin de cuentas era meramente razones de cuentas atrasadas, venganzas. Y además no reclamaría nada. Porque el que las hace no siempre las paga. Algunos pagan sin hacerlas. La idea que del mundo él tenía y nadie podría quitarle.
Ensogado le escucho decir una vez a su primer víctima una oración y este descargo el ultimo empellón sobre las sienes.
Alguien pide misericordia a la hora de partir viendo esa sangre derramarse.
Era notoriamente ridículo. Frente a lo cual, no dejara mas que discurrir una sórdida sonrisa. Mueca de burla y desprecio.
Como logran ser tan insensatos?. Y le den a la vida este precio.
El no soporta que Vertedero, el acaudalado; conocido en los memorables años por la huella dejada a su paso. Le haya dicho a su rilujer; al momento de jinetear su caballo.
Mira Estrella; me voy para el pueblo; bien sea que lo haga mañana, a como sea que lo haga quizás hoy!; a como he de marcharme tal vez en este momento.
Por qué tanta prisa?.
Desconsolada le indago la mujer. Tácita.
Resistidos ante un aire absorto; pronto enseño su gesto sutil y dramático; dejose seducir arrastrado como si lo amase de repente con una fuerza implacable por la loza resbaladiza como una brisa perdida que juguetea entre las palmeras y el amanecer de las cortinas los envuelve empapados.
Pronto le rodeo con los brazos y no pudo contenerse en aquella acción placentera cuando le alcanzo esa zonas. Cuerpos extendidos; besabanlo enajenándole los labios, su pechos desnudo desencadenaron toda la pasión y ella como si estuviese buscando algo; sus manos sigilosas se deslizaban por un alrededor y otro presurosas. Al fin algo quedo entre los dedos y se sintió contenta de haberle hallado. Le tomo y suavemente lo llevo a ese roce de los labios entre besos y mordiscos a tientas degluia un liquido fluyendo.
Se quedaron inclinados en el gemido y un sudor inagotable del manantial, y después les llego ese cansancio entrelazados a la pasividad retozaban aire y una vez mas volvían a anudarse coi-no serpientes en esa pasión y presión de fuerza emprendida`por los cuerpos en guerra; despertando furia del placer carnal vehemente. Lloro en el desconsuelo; en su esencia de lágrimas, como en esa escena vulgar de la perdición, se resistía a separarse de aquel que solo era eso; ya por una fragancia suprahumana; repudiable y menesteroso y de repente sucio, cuando lo inunda el agotamiento. Y allí se aplaude agobiado.
En su instinto le odiaba y una vez mas; lo consideraba el final de un sacrificio con el cual ya no condenaría sus ansias a las mismas manos sin un limite indeseado. Cuando deben simular y gritar algo que no se siente y los sentimientos juegan en ese idilio de aparentar un placer furtivo. A tal el decreto.
Las palabras temblaban en la voz, mientras maquinaba todo. Ruborizaba su cutis pálido en el espejo, ya desleía aquella mueca de burla; allí le hacia sepultable esa imagen en que los ojos adquirían brillo inconfundible y la fragancia lavaba ese cuerpo cubierto de besos libidinosos. El pasional fundía en su ebullición.
Insistiendo. !No te vayas. Mire.. Usted se va a tardar por otros lados; en otras cosas, con otras viejas. No me deje. Lléveme con usted. Impulsiva sollozaba y golpeaba sin fuerzas sobre el pecho del varón en esa su franca señal de protesta y volvía a intimidarlo en su apetito. Convertida en esencia y tragedia; sabia que él jamas se vencería ante ninguno de sus ruegos, casi un ardí; tendía las cartas de su naipe sobre la cama. El resistido en su determinación; no considero aquellas pretensiones femeninas y le templo una y muchas veces sobre el lecho hasta su propio agotarniento, aunque Estrella no mostrara cansancio alguno y al contrario se descubriera a su apetito insaciable. Ella mas que nadie lo sabía y jugaba con aquella su condición machista de destinar solo lo que ha de ser un hecho. Ventaja por la cual su ego jamas se vería doblegado a voluntad distinta. Fue quizá un arma de doble filo. Pronto su insistir no conquistó nada y él se marchó. Quiso darle a entender su inquebrantable voluntad.
Así ella lo espero y nunca hubo táctica mejor; que jugar su mismo juego; darle a saber que él siempre conseguía lo que quería. Ella así lo había estado manejando. Siempre funcionaba. Mientras se sintiera jefe.

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Y él solo creía en su posición.
A veces solía ignorarla en las misma impávidas situaciones con la cual se cruza un vacío a ciegas; seguros si, de que allí ha de existir un orificio por el cual penetras y sales de él sin rozar sus extremos y, de que no hemos de revertir nuestra porfía, solo porque tomamos y dejamos cuando así lo plazca.
Porque tomamos y dejamos cada vez que se nos da la gana.
A tantos malos tratos para consigo misma; ella edifico su aventura; poco le importaba ya que él lo descubriera todo. Le era grato pensar en aquella eventualidad con la cual esperaba ganar su indiferencia. No habitaban rarezas si su mayor dolor ya era algo semejante a la debilidad soportarlo día a día y sus noches. Lo ignoraban quizás uno al otro de todos sus aconteceres; o simplemente lo convenían con esa situación dependiente de querer aun a pesar de todo pasar inadvertidos y preferían callarlo.
Limite a limite al cual habrían de llegar cada uno a su momento. Alguien habría de descubrir aquella luz del día y salir de aquel oscuro rincón en el que todos permanecen ocultos sin herirse.
Pero alguien se lanza al esclarecimiento de una sospecha y, no evita hacerlo un rumor para alimentar esa sed de pesquisa. Esa sospecha en la probidad de su lengua astuta; propia presunción de su pulcro; allí denigra.
El sólo propicia el honor y deshonor de levantar su dedo sentencioso y se queda para condenarlos todos. Extenderá su látigo a la inmoralidad que a otros cobija. De alguna manera, pone a salvo su pasado, sus delitos. Las impúdicas mentiras de segundos y le pondrá en un sitio con la deliberada certeza y desfachatez de que allí donde le ha mancillado la dignidad esta bien para que more en su desvergüenza. Lo hará.
En su estado de delirio sofocante el culi—ne. Vertedero dudo por algunos instantes de los rumores que desde algún lugar habían sido soplados en su oído. Sospechas, lo musito y lo metió allí en la citatoria) persecución de un esclarecimiento cercano.
Debía confirmarlo y hasta no conseguirlo no hallaría esa calma y paciencia tan importante en esas duras situaciones. De lo contrario poco importaría ya, si alcanzaba o no antiguos reposos. La postrada paciencia de soportar cualquier golpe perverso que ha tocado a tantas puertas y se resiste irse de la tuya.
Acorralado a la que podría ser una diáfana mentira. Ocultando sus extralimites, viviendo de su acción con otros. Clarificar, hacer la excavación, llegar a la profundidad de sus raíces en medio de un consuelo rebuscado, figurativo malestar cuando a algo ha de atribuírsele su origen para ocultar la causa real. Aun mas atribulado que nunca; no negara ese caballero mancillado, su ultima distinción. Porque dejarle sin clemencia ante la calcinante evidencia. Se paseaba en las cercanías; justo veáis aquella chimenea que ardía con su constante humo de fatalidad. Un engaño que inspira algo descabellado. Un bufón caído; aun mas por su aplícabilidad.
Si todo llegase a la fortificación de tal pecado y de hecho, qué haría?. Lo pensó en si, mordió el polvo de su orgullo y lo vio arrojado por los aires y fingió con su revolver hacerle trizas. Se decidió a una locura cualquiera. Antes de que todo esto lo exterminará, en la madrugada se marcho. Estrella lo miro con la luz que resta de la noche, lo poco de la luna al amanecer; en dos extremos el sol va rayando el firmamento; como iba subiendo por la montaña al lomo de bestia, con armes dorados que destellaban su lánguida luz por entre el ramal; cada vez se agudizaba mas su figura por entre los matorrales. Como candelilla sorpresiva por entre las hojas marchitas. Después; una sombra enorme lo siguió dibujado hasta lo alto de la colina. Su jeta de lobo abierta; se vio volar y descender a un frívolo silencio ya no visto por la mañana. 4A malaya. Se dijo aquella mujer sonriente. Por lo pronto, levanto sus hombros y recogió el tendido impregnado de otras sudoraciones con el mismo desinterés en el cuas les dejo caer al cesto y ya no abordo mas el asunto. Se apresto a seguir en lo trazado. Con el galanteo de su trasero; abrió las piernas y fruncido a los dientes mordidos; guiño la mirada. Desgraciado). Murmuro en susurro airado mientras volvía a repasar por agua, jabón y cepillo el cuerpo. Y los dedos de su mano, ágiles desplegaban algún vago y agradable recuerdo entre doloroso y humillante. Pero se resistió a que este perdurase por largo rato en su memoria. A la pared postrada; tuvo la pasión enervante que en algún momento había vivido. Execrable. El jodido se cuclillo por entre el niataje ya en un sitio distante, se aseguro discreto de poder divisarlo todo sin ser sorprendido y motejó cada segundo asegurándose de acercarse a tal precisión a su objetivo con la ayuda

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de su catalejos francés se quedo a la espera.
En el acto sin pestañear; el hombre se golpeaba una mano con la otra, cubría con la lengua los labios contenidos por fuerza en un ultimo beso. Las caricias simbólicas de aquel amor fugaz; volvían a la realidad de aquella imagen que Estrella le daba.
Era apasionada en ese sexo y sus carnes jóvenes y tersas; le congraciaban y vivía digno con las cosas entre ellos promulgados.
En su pensamiento absorto, no preciso jamas la intensión de compartirlo con otro. El oía solo el rumor de su pasión, codicia de aquel pecho justo para reclinar en él su cabeza cargada de insomnios.
Ella solo escuchaba su pasado en ese presente turbulento, que como espectro blanco le murmuraba al oído palabras de dolor y se absorbían en esa beatitud suprema de la vida buscando la escapada.
Los ojos y las manos en el alma subían la ilusión arrulladas con sus canciones divinas.
La posesión no vale lo que esta misteriosa comunión de la quimera, fecundación del espíritu y la arcilla por el espíritu, el dolor por el dolor, la agonía en la agonía; una tristeza a veces esquiva; estremecimiento voluptuoso de adoración inagotable.. Es la ventura, desventura, que pasa la línea rosada de una aurora y otra vez aquella esfera de luz ha oscurecido estos los restantes días en cuyo alo solo esta el siniestro.
Es el viaje hacia el amor, al desamor, la peregrinación a ese país ardiente, esfumo. El mismo gemido eterno saliendo de la arcilla miserable. Velando siempre la cúpula carnal, el mismo efluvio escapando y siempre sorprendiéndola y siempre castigándola, siempre condenándola al hombre al deseo a la fecundidad. Y a ese conjuro. La arcilla hierve el lodo, y del calor de ese fango brota el hombre.
IBIS.
Graznido de pájaros nocturnos, se va simplificando la vida. Los presentimientos barrunto de hoy, son las certeza del mañana. No es cosa de abuelos ni rezago de nuestro pasado. Misógino. Una nosogenia se contuvo. Se quedo en la flexión de unos dedos inéditos que se estiraban y traqueaban al dolor ahogado de aquel monte, al silencio de un espionaje. Pensaba necesariamente en desistir y algo le retenía para no apresurarse demasiado. Miserable en aquella ejecución; pero mas ridículo aun, pasar por aquel azote de la vida del cual estaba seguro no quedaría con un solo hueso bueno. Destruido por bocas voraces y sus lenguas de medusa enredandolo todo como higuerones. Como cauchos. El tiempo transcurría en la misma lentitud de una estúpida espera. Flotaba.
El día paso en su primera fase. Y la ansiedad del infortunio choco con la oscuridad de un nuevo aspecto. Miro los quehaceres burdos en los que pasaba el diario triste de su vida, en la ausencia propiciada al cuerpo joven que había roído la soledad de la noche. Ella a solas en esa beatitud, con su virtud divina; él al matutino de un anochecer sin por demás sin pegar los ojos. Le sorprendió de nuevo la tarde, le sobrevino la noche enmantelandolo todo con su abrigo de sombras. En la mañana le congelo el sereno. Descubrió aquel resplandor de su mujer en el cristal; lozana bajo la inocencia, le vio diosa, presa de lentes que le captaban a tal que le parecía tocarle. Quiso regresar de ese viaje infructuoso. Le vio perderse por entre pétalos de rosas que sujetaba e iba depositando en la cesta. Y de regreso ya de su penitencia, afortunado en SU fidelidad comprobada, esperando unirse en un beso cálido a la mujer que amaba e ir colindante por el camino que le veía alejarse mientras alzaba flores de regreso. Una efigie surgió de su veda entre la pureza desdoblado como gigante expandió todos sus músculos. El lo dejó a relación en aquel anuario donde se registra la llegada de los amigos cercanos, de los actos sacros y al mal sueño de sus transnochos. Metido en sus cortos de pescar, nítido se veía en su camisa de jaguar, la de ir a la capilla los domingo. Lo imagino de atuendo completo, así tal cual él se vestía para aquel acto sublime, con sus botas del cuero que él mismo se tomó el empeño de labrar. Es hermosa; elaborada la maldita. Lo supo. Consternado; la vida seguía. Pronto con su acre sospecha desnuda. El decía para su adentro. Estrella no es mas que un acerbo de cosas para su existencia. No habría otra vez una causa a su favor; ni siquiera podría hablar para explicarle como solía decirle siempre cada vez que algo en ellos resultaba mal. Con su misma mojigatería; su solapamiento. Se prometió que esta vez no le convencería, no aceptaría ninguna excusa. Solo de un tajo vería caer su cuello en trozos y rodante como cabeza de serpientes por el polvo de su desgracia herida de ojos a la 4111.Jerte abiertos y sangrienta. Aserto su puñal desenfundando un vástago con

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cólera. Estaba dispuesto a no dejarse dese n fu rruña r; no iba a ser cabrón de nadie. Aguachento que callo en dos tramos partidos y lechosos por su mácula.
Un mamotreto de insignificancias, eso es ella, es un montón de pérfida belleza. Dueña de una falaz encarnación. Le maldijo. Pero en el interior; pobre él, aun metido en su manía de idolatrar al asombro. Al pecado ovacionado a tal.
Es una fiera... !
Delineada ya por entre los claveles sujetos; vocablos hirientes del corazón roto le vedas como vena destilar su hiel. No se salvaran... Ya lo varan los dos!. Dijo.
Incipientes. En sus proverbios enmudecieron sin hacer mas explicación. Luego llegó esa búsqueda silenciosa a su esfuerzo angustiado por mantener la calma; solo quería aullar. Por un sentimiento padecía de esos dolores, la resedad a la opresión que le contenía oprimiendo en suma fuerza cualquier voluntad al desenlace del impulso. Toda resistencia despertó con ímpetu la cólera y no pudo mas. Como un hito que se elevo, se escucho gritar en la mezcla de sollozos allí en su escondite.
El, quería mirar el final de su estereotipada patraña; su propio tormento de contemplar cualquier burla en su ausencia. Quería verlo todo, quería sentirse al tal seguridad así esto fuese un insulto, no perdería el mas mínimo movimiento de los dos. Quizás cualquier cosa sería poco para comparar tal alevosía.
Descubramos a un ser pericón que le esta merodeando demasiado cerca. Salto la muralla. Le sujeto con fuerzas por el talle y escurrió las manos por las caderas y frotaba manso los órganos sobre lo protuberante de su trasero. La mujer en contorsión flácida de gimnasta de circo se le enrosco; y sus labios lanzaban el baos del ansia de un delirio ya afanado y envolvente para derribar a su víctima; sus manos intervenían presurosas, presionadas con pasión al cuello de aquel hombre que lentamente iba rasgando cada una de sus prendas; consumados por el deleite.
Inclinada y danzando, le alzo sobre su talle y le sostuvo a la altura de una penetración ardiente.
Entregada a los placeres subyugántes de la vida. Posterior al aperitivo final derramado en el que existe la vehemencia. Fueron descubiertos en una esfera cuatro veces mas pequeña que el cuerpo de sus habitantes. En un mundo diáfano. Esa diáspora.
Le oprimía los pechos con fortaleza y sus gruesos labios, exprimían el lates jugoso de su pezón.
Pensaba en el mismo cuello que como el gigante él también deleitaba. Y allí en el lecho, descubrió la sensación de una ultima fuga difundida.
Sentía morderle sin ninguna contemplación, parecía mirar su devoración en un solo bocado. En aquel jardín de rosas, las siluetas desnudas chapaleaban copulantes por el amor liberado y poco matutino; en el que en verdad se desenlaza el demonio oculto de unas pasiones reprimidas. Envueltos al follaje de las hojas secas; sus cuerpos magros giraban a la asechanza, atados a la húmeda carne y del saluriento sudor. Su lengua de reptil, desató su cabello; él le introducía lentamente en cada espacio articulando su viril y candente miembro. Su lengua le deglutía musculosa y tibia la miel en sus espaldas; la punta de sus dedos; punzantes palpitaciones registraba la electricidad, derretidos como lanzas, ese lates arqueaba los arcos de su cuerpo suave; y las flechas se metían en los miembros tensos e infrágiles por decenios para hacerle lanzar un quejido de extremo en el mismo placer convertido. Por el sexo; gemía. Latía en el orificio de sus oídos; recóndito lugar de los corazones palpitantes; las venas fervor la sangre acelerada en el cuerpo; su corazón a casi salir, emitía su voz urgente de mares benéficos; lamidos a la insaciable sed. Con suma insistencia; él se aferraba a su piel y ella se agitaba mientras los dientes mordían delicadamente el clítoris y sus dedos ágiles, maestros sepultados hacían explorativa de placer. Lágrimas discurrían por tanta delicia y felicidad. Consumación desordenada que vehementemente nos pone a la contienda de hacerle mientras haya vida; indecible por su magnitud a no mas y cada vez mas entre sus brazos; sentía morirse también en el mismo amor furtivo. El alma; ese espíritu por el que estáis condenados; separida cada vez de un extasis pendiente; tu alma te abandona en el orgasmo.
Vertedero descubrió aquel cabello suelto, lo vio cogido por dedos extraños empinarse y ser tirado sin piedad, y que aun mas, esto no hubiese dejado sobre su rostro simulo de dolor alguno. Repetía a baja voz para si; aquellas cosas que ahora le parecían tontas, dichas en la misma inocencia en la cual miraba el espectáculo a la postre según él de un final cercano. Pero no. Todo seguía. Recordó el día en el que prometió colgarla de aquellos hilos grasientos y marrones.
Tenso miraba la rotura de sus pechos en la puerilidad de sus recatadas costumbres; desatados a un infierno de principios de moralidad. Vivía sin disfrutar el placer y del dominio de un cuerpo fantástico y endemoniado lo ataba a una absurda acción de practicarlo con un propósito lejano. Letrado al amor oculto. En el que solo sirve

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de continuidad a la especie.
Mientras un sábado en la mañana, tomaban el café en el jardinel; descubrió el declinar de su mirar impaciente sobre algo quizás demasiado ambiguo; jamas se detuvo a pensar al respecto y lo olvido con la misma prontitud con la cual lo traía de nuevo a la memoria. Fue quizás la mirada de su ojos quien le advirtió aquella culpabilidad que ahora descubría; pero él poco poder de imaginación lo dejo a la deriva de algo que se cocinaba muy lejos de su casa; las sospechas jamas le inquietaron. Eso llegó un tiempo después; pero aun así, quiso ignorarlo; por cosas que a menudo solían acontecer en el mundo flagrante. Aturdido de manera extraña nunca en verdad descubrió si sentía aquel cuerpo que vio languidecer en tantos años, cada vez mas pálido y rápido con esos detalles de adorno y si fue o no lo suficientemente hombrea sus necesidades.
Quizás el encuentro de dos malditos; lo dejo para recapacitar. Y lo merecíais no apartarte de aquella escena y reflexionar.
El que le haya desnudado ante sus ojos; en el patio, no era nada. Poco importaba ahora el nudismo; o tomar una precaución por demás no le traería ningún cambio.
Por qué habría de mirarlo como una vulgar osadía con la cual entretejió la vida su doble falsedad para una dama que se ha de desnudar por el delirio a diario ante su espejo; y ha de preverse ahora ante cualquier acto impuro. Encubrir?.
Porqué tendría que hacerlo.
Le sorprendió entonces a él la soledad con el estúpido transcurrir de los minutos y se descubrió muy fuerte para no llorar y se quedo mas bien en la edificación poco a poco de lo que seria su venganza desde esos segundos en adelante. No habrían posibilidades en su conciencia hecha. No se convertiría en objeto de una aflicción apresadora. Seguía soportando la destreza del gigante y SU amada.
Dentro de la casa andan desnudos; por qué no habría de hacerlo entre las rosas?. Y tomaba notas cerebrales. Soportaba ya sin la melancolía de verle caer de nuevo al suelo; igual que una pluma en el aire; sus cosas revolcadas en el semen y la existencia confundida por lo impío de un intruso.
Le aparecieron obras de largueza en su apreciación; a su inconsciente y presionarlo a otra determinación era difícil, pero él se dominaba y lo mantenía a la línea de cualquier sobresalto por la avalancha.
Calma no necesito. Ni buscaré alguna escapada mortificada para perdonar este desgraciado. !Bárbaro. Resbaló y quedo tendido en aquella misma exclamación. De repente reía como loco como si hubiera enloquecido. Lo frotaba todo con su músculo; fogoso en su eyaculación lechosa derrotada sobre el cuerpo de Estrella en saltos. Gritaba.. Uhs!. Se desnudo asombrado mas de prisa por la espectacularidad; sus ojos desmesurados buscaban impacientes un lugar para aferrarse al desenlace en el cual su placer había quedado encadenado y ya no pondría resistencia y se dejo llevar a cualquier tentación. El hombre es demasiado bueno. Sigue buscando su origen. Y lo mas normal es anormal y castiga a la ridiculez, sátira y rechazo a todos los que no son la finalidad de su ideal por él programado. Y el hombre es un ser humano, infinitamente confuso; que aun no sabe explicar sus propios enigmas. Lo feo de lo bonito. Y viceversa. Desencadenado en un lecho de pétalos provistas para colmar hasta la saciedad aquella imagen figurativa que secularmente construía a intervalos de segundo entre sus mente fuliginosa. Temblorosa giraban al rededor del "pepe" sus manos y surtía un efecto sagaz aquella perturbación caótica al masturbarse. Figurada cada vez que su impulso de humano le conducía a aquella imagen desolada de humo en su imaginación mientras veía el emerger incontenible de su leche que devanaba por todos los lados sobre su cuerpo y necesitaba de esa nube para respaldar la significancia de aquel hecho de movimiento voluntarioso. Recrear sus besos; sus caricias; sentir algo que no esta presente sino en la imaginación. Solo. !Reinaba.... Dijo. Soplo su pudor al carajo. Sudaba, lo hizo en ese secreto que cada cual sepultó. Y.?
Aplastado al placer al dolor ya marchito. Era débil, incapaz como todo ser humano de oponerse a la fatalidad que a esto conlleva. Como ser humano había caído así; como cualquier superhombre vulgar del que no se ha de esperar una derrota y va a la corte, pero era débil, aun después de su sagacidad lo es y lo seguirá siendo. No podía negarlo así mismo en la conjugación de su dos personalidades; una dispuesta a cada situación. La escena, arbitraria. Solo le abrigo una fatiga. Vencida así su irresistible voluntad de pasar por encima de quienes no están a su medida. Era la clara evidencia de una prueba del delito que no había cometido. Un odio le llego como fuego de hoguera. Un algo atribuible le llevo a merecerse la razón. Que no estaba para si. El que se los llevara a la boca no era nada. Dijo. Lo poco normal es la morbosidad con la cual cubre sus labios

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carnosos.
Demasiado tarde para desistir, padecer cualquier ultraje, ver en el repudio las mismas partes sobre las cuales puso tantas veces los suyos. El gigante lo hacia. Gimoteaba sin compasión sobre cualquier superficie. Como domando potros. BombaL.Su crema derramada también.
Ubicaba la necesidad de algún desprotegido, de alguien que buscara llevarse unos senos a la boca para saciar su inclinación. Pero que haga cuanto hizo; jamas estuvo en su apruebo. alucinaba ya en la conjetura lejana de una miserable desde tiempos remotos por los cuales había estado siendo victimario en la practica descarada y descarnada de amar.
Lamiendo los horizontes sin conquistar los mismos orgasmos que plácidamente le hacían gritar y moverse como gusano en lata caliente con fuerza felina otros y él solo para persistir en esa efímerasituación sin conseguir nada. Le vio abrirle, partirlo, herirle a ella corno castigada por un maco.
Masoquista. Ahora lo sabía; sus juegos de artificio, le fue fácil fingir y ganarse todos los aplausos.
Tampoco el que le haya lanzado los calzones a la rama de un manzano, o tal ves al techo, no habría de ser otra cosa por la cual tendría que lamentarse. Se botan cuando viejos.
Estrella tenía demasiados. Con su vicio irremediable él tampoco le castigaba el desdén con el cual lo había roto todo. Los lirios; los crisantemos..
El lo registro en el anuario y resistió en su orgullo. Al deseo de los demás subyugados.
Le recuerda clamando; pedir la posesión sobre su pecho; que le cubra con sus brazos.
La mujer salió apresurada.
Lo considero una huida afanosa en SU defensa quizá ya rendida. Volaba envuelta en un velo blanco con esa brisa que pega mas fresca, era un ángel que volaba. Y él en su escondite como lerdo inmóvil.
Se apresuro a vestirse e ir en su auxilio perpetrar en su intervención. Cuando termino de subirse los pantalones; agarro de nuevo el catalejos y revelo el retornar de la misma mujer con la pava colorada en la mano. No es posible. Maldición. ! No eso no..
!Mi pava no.
Desesperado agito las manos por entre el pelo y escupió maldiciendo las cenizas lívidas que habían sobre sus sienes. El día de su santo se aproximaba y la había destinado al festín del entonces. No pudo evitar recordar el pequeño hombrecito que habita en él. Pensaba ahogarlo vivo en vino Francés; adobarlo, sacar su exquisitez con jugo de frutas y dejarlo en la parrilla hasta que estuviera dorado por el fuego.
Se indigno. ! Bueno. Se dijo al rato. El que haga lo que esta haciendo no interesa. Amarro losa a los cabrestos y se dispuso al regreso musitando su plegaria. La que siempre solía interpretar, cada vez que algo no funcionaba. Como si al igual; prefiriera el reír en vez de llorar.
Pero aquel control, no duro mucho tiempo y termino pateando troncos de palos seco, arremetió sobre la bestia un guascazo y esto le indico al animal que debía apresurarse, correr velozmente. Y el animal obedeció a pesar de que este seguía hincandole sus espuelas a no poder mas.
Se repondrá. Repuso.
Pero que maten a la pava! ... Jarilis. Dio de a patinadas al escudillazo, al escozor la bestia ya como en huida en el camino solo dejo su zumbido. No planeó que al llegara casa sería al anochecer y que las tinieblas poco harían por salvarlos.
La distancia no estaba medida, fue un engaño. Decidió entonces desmontar el animal.
La mujer presurosa; de momento retraída, le pareció escuchar un grito distante, como de un hueco muy profundo. De inmediato lo relaciono con el apetito desmedido del gigante que reposaba en el lecho. Después, después. Dijo.
La pava pendía del cuello entre saltos y mas saltos.
Secaba lento aquel sudor que sobre el rostro escurría; mientras su mente le dejaba ver caer gota a gota la sangre sobre la hierva.
La cabeza del ave rodó por el suelo de un certero tajo de navaja.
Disipo carcajadas burlonas.
Déjale escurrir la herida. Le grito en el alboroto que hacía al sonreír el gigante a Estrella. Prosiguió

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Para que el coño de tu marido se crea se la llevo el zorro; y !ese soy yo. Pobre; tan desgraciado!. No le digas nada. Déjalo que sufra con la incógnita. En el aire flotaban términos que perpleja a su enemigo inexistente. Hecha piltrafa su imagen. Dijo haberle dado algún día los recibimientos acostumbrados. Y sabodiba insolente el festín en el que él era su comediante vital. Coronado a su agasajo, le permitía liberar su astucia de cobarde. Tantas otras veces con las que ella se brindaba en ceremonia. El se revelaba bailando su fenomenal juego. Para actuar, no se necesitaban determinados repertorios; estabas allá, sin cosas preparadas en un episodio y por mas que le pulieras siempre ibas a devanar soledad y al final encasillado acudías constantemente a cualquier resolución.
Su corazón de latir alterado, le traslado en esa conjunción de valor y memoria por aquellos, los del entonces nostálgicos instantes. Incierto a la búsqueda por remediar todo. De momentos placenteros; de todo lo anticipado a esta aventura. Y por aquellos recuerdos se vio dispuesto a arriesgar su convenio. Hasta esa ilusión hecha del ser intachable.
El que no ha padecido derrota.
De que valdría darle la absolución. En ese amargo vivir determino sumar dos columnas de valores, con las cuales se liberaría de aquella carga de haberle condenado sin haberle provisto de un juicio honesto. Revertiría la sentencia. El mismo anotarla, sancionaría cada delito en la elasticidad de su voluntad. En las cuales agotaría un puntaje por cada uno de sus hechos. Buenos o malas, él daría su valor. Al finalizar aquella visita, un recorrido de diez años diseminados; se quedo para apartar y sumar la virará. Atemorizado por la especulación, se aterrorizo al sudor frío de su rostro al aplicar su deber de dictamen. Culpable o no, él tenía el veredicto y detenidamente le miro en silencio. Desconcertado; nada podría ser minúsculo. Giro entorno negativo varias veces la cabeza; le traqueaban los huesillos de la mano, pasaba transitoria en aquella deliberación la lengua en los costados, la vida en sus anotaciones. Aquel delito era demasiado enorme.
Imposible..! No estas ni en la proximidad de que lo reconsideré todo de alguna manera y encuentre para ti alguna salvación. No puedo otorgarte el perdón; por lo tanto has de merecer la muerte. Yo te condeno a la horca. Vas Cómo?. A la horca..!. Concluyo mostrando las apariencias de un lado; al inicia4- de nuevo la inspección de los antecedente. Quería estar seguro. En su grito de apelación a la primera oportunidad que tuvo creyó escucharle pedir clemencia. Lo ideo de mil maneras y otorgo unos números de masa las buenas posturas de índole moral.La ranas cercana interpretación que de ellas suscitara el bien y el mal sin haberle depellejado él mismo viva, cualquier detalle acumulado racionalmente al delito de faltarle al honor a un hombre. Pidió testigos. Dos o tres, pocas bocas malas llegaron a su pensamiento. Solicito el juramento reglamentario. Mano sobre Biblia, la otra al corazón. Y juráis. Si. Juro.
De ordinario amigos cercanos y que por aquella relación, sabría como opinarían maquinalmente al preguntarles por su esposa y darles en claridad cada Lino de los detalles por los cuales se le estaba condenando. A cada uno les vio inclinar en gesto de tristeza y negativo a favor de Estrella. Estas perdida.!
Gracias a la jerarquía de rectitud que ejercían. Pedían que se le ahorcase. No.. Escucho gritar nuevamente y sostuvo su imagen rígida, inquebrantable.
Pocas malas; que no fueran necesariamente excesivas. Nadie salió a su favor.
Estrella perdió nuevamente. Entonces se imagino sus ojos mirando fijamente tormo desgañitarse diciéndole asesino, asesino.! Fue la primera vez que sintió lastima. Le vio nuevamente, pero ya como víbora revolcarse dispuesta a clavar sus dientes e inyectarle su veneno en L4 víspera de SU despedida. Es culpable. Repitió él con valentía ante ese cúmulo de personas que había allí congregado. Y ella solo le miraba fijamente a los ojos y él creyó haberse convertido en lagartija y escupió.
No había otra alternativa. Lo siento. Pronuncio limpiándose la baba. Con voz alta. Después de haber sumado, restado; pensándolo paso a paso, aplazarlo. Dijo: Respetable audiencia. Habéis visto mi santidad. Y ya veis, como por sus carnes; ella siempre se apodera de la condena. Consideraba necesario olvidar todo lo que en mi ausencia había acontecido y quedarme a respirar con el tipo de vida que desde ahora en adelante me correspondía adoptar. Pero no. La justicia debe cumplirse a tal. Y ella merece ser ejemplo de la cólera de la ley.

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En mi consistía el esclarecimiento de las sospechas y olvidar aquel testimonio. Dejarla absuelta; era la perdida misma de conocimiento alguno que lo verificase como tal pero vos veis que todos lo murmuran y yo poco puedo manejar mi orgullo mancillado; con qué cara he de estar en publico?. Cómo voy a salir..? Podría admitir dejarlas ocultas en la repugnancia del que se aísla de todo lo que le produce dolor sin decir nada. Condenarme ya en ese trabajo activo; laborioso. Ver salir lentamente de su pensamiento lo patético; hacerme preso de un delirio sumergirme en la consumación rebelde de su propia voluntad y que me lleve al calvario; pero soy hombre porque algo me impulsa a finalizar de otra manera. No. Entonces ella. Siempre llevaría acabo su fúnebre tarea.
En lo tumultuoso, refulgía de odio inusitado de saciar la vida y condenarla a la virtud suprema de una agónica muerte lenta. Sus gemidos serán gritos desgarradores de su adentro y todo quedara luego en la misma calma, en las que se separan las carnes malditas y el alma pura en las llamas purificadoras.
Solo restaran sus cenizas. Pensó seguido de alteraciones. En la idea de convertir en amigo su enemigo y convivir con este e invitarlo muy a mentido a suculentas cenas; explorar su gallardía de cerca e ir pinchando en la franquicia de su rostro. Aprovecharse de su espectacular fuga de personalidad. Manipularle el secreto. Llevarlo hasta el fondo de lo que se ha sentido hasta cavarlo a salvo sin que pueda nisiquiera imaginarselo y herirle, burlarse mas que él mismo sobre su enemigo.
Hasta que las frase vagas le hagan no soportar y estalle a la situación sin vergüenza. No. El simulará, negará ser la víctima. Y solo nie quedaré para suministrarle ese castigo continuo y él usara su desfachatez para venir a casa en mi nombre y las puertas siempre estarán abiertas para él porque nie cree su amigo. No.
Dejarles ni por un segundo hasta llevarlos a su doble interior; que sepa que no ignoro su aspecto en común. El mas usado a cada conveniencia; a cada particularidad. Que por algún algo permanece oculto.
Pronto caerán en su inquietud mal disimulada; sin privilegios les tendré en mis manos. Y es aquí donde la voz clama la razón.
Lógica cruel, sumisa y abnegada. Sin que haya de quedar aniquilado por el remordimiento. Tienes vida doble. Le gritaré.
Para bien o mal se preguntaba sí hubo de ser así siempre. Tantos años a su lado; compartiéndola.
Cómo averiguarlo?. Su peculiar instinto. Implacable ahora, en su siniestra analogía; le consideraba aferrima dueña de una traición prolongada; para acumular los motivos; las razones que suscitaron este tipo de ofensa. Presente ante el lecho; los dos quedaron de una sola pieza.
Anodino detalle.
El cobrará el valor que le merece y sé aducís en este crimen.
" AMIRI BARAKA "
Que nefasta suele ser la existencia silenciada bajo cualquier opresión. Inicua por el infortunio de una enorme desdicha; arropado, sin poderlo comprender. Por su intensión aniquilarte; demostramos nuestro temor en su poder adyacente.
Se aferraba con dolor al amor mancillado. Tomo un trozo de palo y les propino sendos azotes.
No tardo en descubrir la misma sangre que de ellos se derramaría por los alrededores mas rojas que el granate. Decidió luego trasladarlos al retrete que era espacioso y al igual tenía una cama ligera donde arrepentirse. Negro azabache.
Estrella quejumbrosa en la hogazon a la que se llevo con gritos sordos solo se cobijo a su tinieblas vendada de las voces, con el mirar desorbitado en sus interrogantes.
En cambio Vertedero, se quedo para narrar y reclamar uno a L1110 los segundos de sus espionaje con tal exactitud, que era como si hubiese estado presente frente a ellos a milímetros de distancia como una nube de agua que floto sobre sus cabezas paso a paso sin que nadie le echara de menos; y de cuántos ojos al igual que los suyos habrían de estar presenciándolos.
Desprendido de la materia, pudor ruborizado y mezquino, flaqueza atribuible para quien ama de cualquier forma.
La dignidad siguió por el suelo de una casa.
abriose ávidamente la camisa y deslizo el puñal sobre su pecho, hizo agujero en su vientre de súbito con el arma punzante en sus entrañas sin virtud. Clavo su mirar pálida y siniestra; corno queriéndoles torturar con su mismo dolor; como diciéndoles esto es por ustedes. Corno deseoso de acortar el aliento a Estrella.

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Temible prefirió ignorarlo aunque él le obligara a que le mirase, que pasara derecho en la misma dirección que ella tomo de regreso a la inconsciencia. A tener que verle vivo y verle muerto.
Tendido a sus pies; les propino un ultimo golpe de nombramiento a su injuria, avanzó.
Dicto la magnitud que contra él se hubiera hecho. En mayor proporción reclamaba la poca similitud que pudiera existir entre lo que ellos padecerían a lo que él estaba sufriendo. Es nada.
Crispado en la zozobra de un final. Ellos desesperadamente recibían de buena gana ese castigo.
El gigante reacciono cuando considero la exageración en la agresión que estaba recibiendo que hasta entonces lo ameritaba solamente por el costo que tanto Vertedera le reclamaba, la pava.
Si en verdad estaba destinada al propósito que divulgaba con llanto. El día de su santo no era algo por lo cual habría de ignorarse y el gigante no quería retirarse debiendo nada.
Vertedero solo quería cobrar su venganza; lavarlo todo castigándolos en la muerte. Pero no en ese instante en que de verdad la culpa se apodera de todo. El mas parecía haberse destinado a su autocrimen. Ardorosa tarea; estridente sonaban los golpes sobre cualquier cosa. Sin precipitarse para obligarlos al padecimiento; parecía cada vez perder mas la noción y poco importaba ya fijar el lugar en el cual acertaría el próximo golpe.
No sea vergajo, vellaco y miserable.!
Yo sé que para usted la sangre lava la vergüenza; que lava su turbación, que le devuelve su dignidad. Le dijo el mastodonte. Pero si va a matarnos.. Hágalo y no se extienda en lo que son sus aspiraciones. No nos obligue a escuchar mas la misma historia.
Entonces el Mastodonte le saco a relucir su escasez de hombría invitándolo a la contienda de hombre a hombre.
Vertedero mostró un revolver.
Haga uso usted de su ilusión; le dijo: que yo haré de esto la verdad. Enseñándole los puños de sus manos. Dejo de lado el garrote y el arma; se aseguro de que todo quedaría al alcance de su mano tan pronto como lo precisara. De un solo zarpazo en caso de que por suma fuerza prescindiera de esto. Entonces se abalanzo el uno sobre el cuerpo desnudo del otro; y con sus aromas vehementes, alcanzaron a rodar cuesta a cuesta en la pendiente de odio que les arrastro.
La contienda no duro mucho; pronto aquellas perforaciones que Vertedero abriera en su vientre sangraron con mas vigor y se vio como batirse entre varios enemigos. Entre él y algo que le reclama y el gigante. La fatalidad me empujo. Dijo.
Irrumpió vacilante con sus palabras en voz susurrante como si se alejara hacia algún espacio en común. Un viso enorme marcaba una veta sobre su frente. Y todo le giro en nubarrones.
El gigante aprovecho ese desconcierto y termino por sumar un rudo y contundente golpe al rostro del infortunado retador postrandolo al piso casi arrodillado. Le pego dos o tres patadas mas en la quijada; dejando a Vertedero fuera de combate. Por unos segundos no supo de él, de sus promesas hechas y de toda la gente que parecía mirarle allí sonriéndose; gritándole cobarde, malos, hazles derramar de sus boca agua en sangre y espuma de salivientes con sus huesos, vengad; desaste, abatelos. Tienes nuestro apoyo.
Agitado; sin sales para la sicope; hizo un esfuerzo sobre humano al recuperarse. El solo escuchaba ese conteo de rin. Pero todo fue en segundos y el gigante emprendió la huida.
Y él enmudecía congregado en su imaginación le decía: solo se fue un poco a paleado. Le dijeron: búscalo que corrió por entre el matorral.
Vertedero en la torpeza; ardoroso; fiagraba con sus manos un paisaje borroso; tambaleante su visión le enseñaba un sendero intangible y brumoso en el cual le habían dejado los contactos; los objetos se le movían de un lugar a otro, entonces sujeto el arma en el aire y se aseguro de haberle cogido bien. Salió abriendo fuego tras el bribón; y esas risas de esa gente le infectaron. El ruido de las detonaciones solo despertó gallos e hizo caer gallinas cacareantes de las ramas de un árbol revoloteándose al suelo.
Solo escucho el trepidar inesperado de las ramas secas que hacen ese ruido al no caminar con sigilo sobre ellas y de algún bicho infortunado que ha de emprender por temor la huida.
Un estallido pavoroso fue lo que le hizo pensar que alguien se había sumergido en las aguas; como el chasquido de un reptil que naufraga en ellas de susto.
Le dijeron has fallado. Lo dejaste escapar.
Respondió. No, aun tengo el consuelo, con el cual pienso no fallaren ni¡ venganza. No preciso ahora de tiempo para cerciorarme de haber hecho impacto en ni¡ enemigo.
De regreso de aquella infructífera persecución; Estrella se preparaba a emprender a punto su huida. !Ah eso

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si que no, usted no se me va, usted se queda.
Le desgarro unos chiros procurados con los que había logrado cubrir el cuerpo aun con besos, flores y casualidades en la salvedad de su derrota. Ahora menos que nunca surtieron efecto sus suplicas, su confusión y llanto fue el resultado que jamás llegó a esa perdida de fe. En la misma revelación aplastante de ver como su sangre aun surtía por su herida, es tu culpa le grito.
Si el gigante ha conseguido huir; tu terminaras de recibir la totalidad de lo que era para los dos.
Cuando la tuvo desnuda, le lanzo sobre la cama. Quería saciar aquel dolor insufrible; conseguir apagar la humillación.
Descubrió una cálida fragancia en sus labios y aun su cuerpo maltrecho expedía una aroma agradable. Le despertó una pasión convulsivo, a la que le llevo de besos y ruegos a su oído. Que no eran mas que vociferancias.
Sus pechos pequeños y erguidos como pico de montañas. El habría de lograr en ella iguales gemidos, los mismos movimientos.
Quería ver el mismo fruncir de su vientre. No quería sentir sus brazos rodearlo, entonces se aseguro de tenerles lejos de él.
Mezclaba el asco con el temor aparente de encontrarse nuevamente preso de sus caricias; no quería nada que al igual hubiesen pertenecido al gigante; o que de pronto su insensatez rozara la pronunciación de un nombre equivoco y él debiera de soportar su pronunciamiento. O que simulara conquistarle de nuevo y él como imbécil quedara por siempre amarrado de sus garras.
Le sujeto a los extremos cada una de sus extremidades; se aseguro de derramar agua sobre ella y con igual ímpetu de valentía, le llevó a la pureza de toalla y jabón. Se arrodillo en su ángulo piramidal he hizole el amor. Le obligó a sostener entre sus labios; una rosa y sus espinas. Le prohibió mirarle, le prohibió besarle y él le beso y escupió de su boca; le prohibió rozar su pecho con el suyo y él los tomo con sus manos, le prohibió que le amara y le hizo el amor.
Recordó que le escucho gemir como si la pasión que en ese instante le atara, no le fuera suficiente para saciar aquella sed. Le ordeno gemir. 1 Gime maldita perra.
Grita tu arrebato de amor; tu aire sin fronteras; tu maldita putería; tu arrechera. Cuando veía tu ojos descubría una ramera tras de ti.
Insaciable, con un arco para pelotones.
En su triste despedida, Estrella solo dejó mucho tiempo después; una luz de atisbo. Ya había dejado de ser amenazadora en su mensaje de desprecio de un momento a otro y su mirar se perdió sin dirección alguna porque sabía que era su cuerpo; unas leves carnes pero lo que llevaba bajo esta piel era algo que jamas le pertenecería.
Le golpeó sin compasión hasta conseguir solo dos lágrimas largas; las cuales absorbió dichoso en la agudeza de su lengua que baboseaba sobre sus párpados. Pero ella fue valiente y siguió sin demostrar dolor. Nunca antes le había escuchado emitir aquellos quejidos que a él ahora eran dedicados, solo en la noche en que le sorprendió y era a tal su ardor, que por un instante allí frente a la escena creyó que había sido intoxicada, que todo fluía como por el efecto de un bebedizo.
Para que soportara la misma secuencia; el levantarse y volverle a penetrar violento.
Envueltos en un solo sudor y de sangre; ella galopaba sobre el vientre ajeno, y véanlo irse hacia otros finales jamas antes vistos sin perder nunca el contacto de su cuerpo; en la vuelta espectacular siempre quedaba abajo. El compugía. Quería reafirmarse en su condición sabía que cualquier respuesta; no era mas, que la vulgar manía de liberarse de él. Sacarlo fuera mientras simulaba sus orgasmos, en su derroche compulsivo en el que sentía sus uñas entrar sobre su espalda atravesandole. Ahora sabia que no había sucedido por amor, que fueron heridas de saña.
Poseída por el demonio. Lo agrego al efecto malvado del que le condeno a las difíciles practicas de su cuerpo; a tal padecimiento no se atrevió a mirara sus espectadores que seguianle en silencio.
Ya no hubieron mas gemidos, mas bien eran quejidos confundidos entre el dolor y el placer, entre la sangre y el agua expelida que le había agotado.
Estrella ya no tuvo resistencia; y su cuerpo quedo a la deriva desmadejado; al fardo de la inercia, incapaz de manifestar un gesto distinto.
Sabia que no volvería a gemir, pero tampoco podría dejarla marcharse sin antes haberle valido lo que siempre pensó. Se volvió para mirar sus expectantes y ellos le dirigieron la vista hacia las brasas, hacia la hoguera encendida. Entonces con prisa urgente por interpretarlo sujeto un trozo de leño prendido y fue quemando una

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a una cada parte con la cual Estrella se satisfacía. Con la cual le había visto imbuida de pecado. Hasta no restar un solo sitio de su cuerpo donde hubiera alguna huella de salvedad.
Ella solo exhalo una ultima voz sofocada en el instante en que Vertedero introdujo el tronco humeante en la vagina.
En las retorciones y desmayo sudorosos, perdió la razón. Por sus fuerzas ya gastadas él solo lanzo una socarrona carcajada.
Se quedo al contemple de la carne desnuda; maltrecha y amoratada, con un soplo de vida al hilo del lecho. Le canto la misma melodía del ocaso. Desato las vendas de su herida. Lloro de soberbia. Y por casualidad creyó que en uno de esos instantes de amargura, ella le hubiera pedido agua. Dadle de beber. Dijeron todos. Entonces, le tomo en sus brazos y le condujo por entre el bosquecillo; por el mismo camino de la huida, hasta el riachuelo; tirole sobre la balsa de caza; impulso la pequeña embarcación de madera en las aguas, para dejarla que le arrastrasen y pudiera tomarse toda el agua de su antojo concedido.
Quedo el jardinel, las cenizas de la chimenea; lo que devoro el fuego, la yerba magra, plumas y sangre que forman un copo de olvido en el lodo que quedo del invierno que paso.
Vertedero se perdió en la penumbra de aquella noche, en el correr desolado. Y se dice que desde entonces anda sangrando por sus heridas como peregrino.
No fue un ser de mala ley, a pesar de su cara chupada con sus pómulos de fuego.
Resuelto por la casualidad. Dictadores.
Altruista. Visionario.
" ]AMES BALDWIM
NACIÓN PARA TOCARSE MUTUAMENTE.
Detenidos con la mirada en el tiempo, en el vacío, allá contemplando a lo lejos; rara estirpe, tetralogía, monstruosa; aséptico. Mefítico. Con su enorme sonrisa, marca profunda y vaga de una consternación en su adentro; al parecer; alguna vez sus ojos se cerraron para musitar la tonada, la melodía en la cual refleja la inocencia. Éxtasis lejano; allá, más con su apariencia que con su amor; en la lontananza, allá; lejos de la sierra que atraviesa en las dimensiones la mente sin fronteras. Tridimensional transciende a través de la mas altas cumbres. Pero muy lejos aun para la percepción tangible de nuestras manos. Tocando su pífapo de hueso, se vistió de goliardo; el fin le esta prodigando su aspaviento. Son iguales, sienten y padecen como todos los seres humanos. Somos distintos en su excepción mental.
Les permitiré discernir. Bajo la misma luz débil de candil que se inicia en las noches. Mientras los vagabundos deambulan; los demás caminan en la sociedad por pescar algo en la introspección.
Somos exonerados de todo, quizás de cuanto no tenemos, somos rudos, brutales y bastardos. Inmerecibles. A la margen de las guerras, enredados en sus redes, en la arena blanca, en la tierra estéril, de sus trampas, a los prados marchitos, de los cuerpos que van sedientos a ella, a la escasez de percepción de vuestras manos, al vacío efímero; a su brazo cálido y fuerte; al nudo asfixiante por su condena. Al pasión pobre y carente de afecto que padecéis.
Qué ha de importar si amas o no.
1 Mientras estéis con vida, no vayas al cementerio.
Pero te lanzan al frontispicio; perseguidos por los fantasmas.
Los cerdos, los caballos y los perros, impresionan, todo, es como si vivieses aun en ellos, sin conceptos; sin conciencia de dolor hablan de sus malas costumbres, de sus canalladas; de fieles sabuesos, a enemigos inaplazables. Y quienes son para evidenciar su causa?.
La especie no sufre degeneramiento alguno. Pero seguimos fiematicamente con la bandera de un atrevimiento estúpido; llena de sagacidad en su creación. Mentes brillantes mientras los muertos y los vivos nos mezclamos. Pronto a lo superficial.
Se advertiría de saber si alguna alimaña ha de tomar represalias, podría descifrar si se arrojará sobre ti. Pero era

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importante aprender con prontitud a no temerlos, a defenderos de lobos de garras cercenantes.
Pero añorareis sus beneficios. Reiríais junto a él al no poder sobrenadar a su inmundicia. Déjales parabién; decorosos saborear insaciable el triunfo. Purificarlos en su agónica manía. Tendiéndole los pies; lavándole las manos; llevándolos al mando, dejándoles que te gobiernen, dejándoles que se empinen sobre $k tu pecho. Que se paren en tu cabeza..
El sabrá si llueve hoy o no. Pero el otro jamas sabrá de tu tormenta.
EN SILENCIO.
Será la lluvia eterna y hermosa de lo que nunca antes habría de acontecer; quedados a la larga asechanza. Finalmente se ve arrastrada en una de sus tantas cobardías.
Te dejara contemplar la elaboración M universo a su manera y no volveréis a ser vistos y llamados como a torpes y absurdos. Toda oscura, sin un solo ser que pretenda contra aquella armonía. Y, no dirás nada a pesar del atavío.
Se sonríe. Entonces podremos decir que a diario habláis a los espíritus; pues sus ojos guardan en si, la expresión y sospecha de la metamorfosis. De que mentías a diario. No debéis esperar para comprobarlo.
Le ve tirado por sus orejas de burro, prisionero en cuatro paredes; sostener tensamente con las uñas de ave de rapiña un caramelo de café, el cual no puede llevarse a la boca por lo diminuta de esta, después se ve con sus peludas manos cortar de un solo tajo aquel dulce, depositarlo luego en la canal de una roca en la que el sol podrá minimizarlo; convertirlo en néctar liquido que se deslizara deleitando en su garganta; esperar paciente hasta poder verlo y absorberlo en hilo fino, llevarle hasta su organismo de plata. Se queda dormido, las hormigas y moscas le han robado.
Plenipotenciarios..
A veces piensa que puede hacerlo mejor que todos y sus errores no existen para mi; pues solo se percata de los nuestros. Aun así, he aprendido a respetarlo. Pero habéis de sentiros amputados por todo lo que acontezca en tu atmósfera.
Perdido en cuatro paredes, tras un solo paso libidinoso.
HISTRIÓN.
169, se perdió en el transpirar de su cuerpo, agotado, a borbotones por diminutos grifos sin contención. Su pelo fundido por el fuego, en las manos blancas por la falta de paciencia, absuelto en el color y dolor puro; transparente por el frió, asfixiado por las brasas, a cuestas con su ilusa realidad, a cualquier parte, a cualquier destino. A una persecución obsesionada por los santos; redimido en la oscuridad de una noche por su Dios; aunque de día le derrumben las batallas. Con su afección; a la tortura, por su antítesis imperdonable. Defendido ardientemente por las manos de quienes queremos arrancarlo.
NUESTRA NECESIDAD DE VIDA. USA TU ILUSIÓN PARA AGUANTAR.
La verdad que aparece agobiante de sueños verdes, nebulosas después sobre los vientos, sosegados, lentos en un soplo repentino, a las noches que cobijan de sobresalto; despiertan, que espantan heladamente a cuerpos tendidos, entregados a cualquier desventura es el frío palpitante de la inconformidad de cada noche que te corroe el espacio de la calle sin vida. La verdad absoluta se esfuma figurado. Se cubre de formas humanas, de tontas formas humanas; te toma en tu ausencia sin respeto algo que no le llega al efecto del corazón del que no percibe nada mas que lo preciso; nada mas distinto que lo que siente. Lejos, sin todo.
Aunque recaigas en su protección. Espera el castigo severo del momento de amor y disparate. Ahora se dirá de alguna dilación aberrante. Y renacerá la doctrina de la niebla. Renuncia a tu vida oculta de vivir sin ella; condenado al maldito martirio de padecer sin que pueda recuperarlo del mal que le aflige sin que nada te

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remedie de esa tu agonía.
Y queda el remordimiento de si ello no hubiese acontecido; tal vez a la potencia de un destino fugaz que no te da nada por lo ilusorio y desconocerle a tal en su espera de día a día, de noche a noche como si fuera un espectáculo de magia en el que te podrían dar a volar una paloma o regalarte una corbata. Eventualmente desvividos a la rutina. Desventurado. Habréis de esperar por algún hecho realidad. Porqué te sumerge en el vino del que no as de beber; porqué te incita en ese algo en lo que no puede ayudarte. Porqué inventa los sueños y la amarga desolación de no tenerlos.? Todo cuanto acontece a tu alrededor es mancha; es vulgar e indigno. No mereces tanto sobrellevar. Pero por qué lo tienes a tus puerta?.
Y el amor se te hace venganza. Y al final de que sirve.?
Lo esperabas mas sincero y sin embargo; aquí esta poniéndote contra la pared. Dejándote de nuevo con su baho de dolor.
Dejo caer sobre la mesita de noche pesadamente ya vencida la cabeza. Debía de afrontar una prueba mas.
lMalaya momento, se dijo después. Tan solo ahora me despierto en lo diseminado; en la espesura de una cima. A la imposibilidad de poder mirar por sobre ese muro las huellas vibrantes que han quedado sobre el piso los que rompieron esa condición de clase.
A todo el polen que jamas germina. Disperso en el ambiente envenenado por una escoria que nos niega vivir, padecidos a un milagro en el paraíso flagelante.
A quien suscita todos los obstáculos. Demente; y la maldad de ellos siempre tras nuestro encuentro. Y yo me elimino sino sonrío, sino celebro en su atracción la misma próvida, la misma pócima de cada día; en esa dosis repetitiva de su proceder con la cual estamos dotados de una medicina que no nos recupera jamas y debo beberla a cada hora, a cada momento padecer a nada. Y solo yo debo superar el caos; cruzar este impedimento. Y la paranoia; es esa la ley que me queda si me olvida; si recuerdo la evidencia funesta y dejo que gire por ni¡ como mi sangre. Tu mismo te encierras.
En el mismo orden de las Uredíneas. Un porvenir mas sombrío que espantoso. Tu mismo te condenas. Eres parásito.
Ayer escucho la canción. Sintiose estremecer, supuso habría de ser un pollo medio muerto al ser sumergido en el agua hirviente, la sensación misma al recibir la tortura de una descarga eléctrica en los genitales. En la procacidad de sus acciones, a los arraigados prejuicios. Depurador.
Penosa usanza que les cobija. Puesto que proceden de la nada; en el lodo de la nada quedará. Fardo de dolor, su puritanismo lo distorsiona. Mas allá del placer. Nuestra humillación sucesiva; testificada en su grandeza. Nos queda el consuelo eterno a los desgraciados. A quienes ojos de resplandor furtivos nos iluminan y os tenéis a ese ángel de alguna forma. Un algo ha de quedarles por remordimiento.
Posta de yugo has nacido mas humillado qLI-, bello, °'/ con la carne para el yugo; con el yugo para el cuello. Hace como la herramienta al trabajo destinado. De una tierra descontenta.

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FM su instrumento y vos aplaudisteis su tenacidad. Dejó de vivir en ti un día de repente. Su vulgar contemplación. Pero ella; finalmente siempre atrapa a los mas imbéciles. Y son ellos precisamente; quienes cometen la transgresión. Al llevarle a ese pedestal desde donde te manda a sacrificar sin contemplación. Es solamente un hecho.
Era justo sentir frustraciones, dispuestas como veleros a flote; como sombras deambulantes. El se va en ese vaivén de mareas con el temor de caer al mar profundo; aferrados a cualquier verdad predicable. Que poco os falta para ser tragados por el gran remolino. Como un simple papel de porquerías vais diciendo lo que ellos quieren tu digas; viviendo de la forma que ellos te dicen que vivas, amando como ellos quieren que ames; pero que no les odies por odiarte, que les idólati-C, que te rías con ellos de sus burla a ti hecha. Solo quiere que te alimentes con ellos. Porque no perteneces a los clubes, dice que te apartas; porque no eres lo que eres a su amaño se ríen de ti y lo hacen sin darse cuenta de que lo hacen de ellos. De su necia casualidad de burlarse. A esa serie de desgracias batientes, dibujadas en la irrealidad de los infalibles consuetudinarios. En esa ciénaga de mierda y delirios, perturbados; destruidos.
La imaginación descendía sin la existencia, sin apelación de lazo mínimo para que lo lejano cobrara movilidad en la oscuridad de las desgracias con la cual todo a de llegar a su termino; quedados para pagar deudas de antepasados.
En su mente solo habita el caos. Ese alud de tierra tapándolo. En realidad a lo absurdo de los inconsecuente de conducta te suma tu desgracia de no tener poder para gobernar las pasiones que han despertado a ese atardecer de tus monótonos días.
Se dirá que miente.
Ha muerto marzo y los pliegues de la revolución pasaron a la vieja bodega de cuerpos; han dejado libre el dictamente que nos diseminó por todas partes a la búsqueda misericordiosa de su piedad, de su buena labor de su corazón de gusano. " No esta "
No es febril. Sujeto a los míos y les dio de beber de su pócima para que ellos se atacasen y se mataran como negros, porque él ignoro la antigüedad la cual te hace digno de la tierra. Porque le dejo al ataque postrero y repentino de su sentimiento marginal.
Locas criaturas dejan sus axiomas.
Urbi et orbi. " LAS LACRAS "
Fuera de los lazos de la juventud ardiente y rebosante de ideas nuevas. Sí nos pudiéramos liberar del agónico Emperador; decrépito; que aun pretende prevalecer en la amargura de su descarnado corazón. Inextinguible. La vida sería otra. Indudablemente.!
Te deja al dolor y partes con lágrimas, en ese lloro amargo de tu incertidumbre. Tanto linaje para pudrirse luego bajo la escoria de su incipiente vida y se dirá.... El Nombre y su poder inconsecuente. Con su mente clásica. !..Es bueno. Quizás demasiado bueno como para que un negro le tilde de sanguinario. Y ya ves hacia donde os encaminamos todos.
no se puede hablar de lo$ que no se padece ) Se habla de los que se tiene.
51 ... QUE PUEDO DECIR;
51 YA SE HA DICHO TODO ACERCA DE NOSOTROS
PARA ESCARMENTARNOS EN LO QUE SE DICE DE ELLOS.
Tomo un resto de papel que revoloteaba entre la paja del bosque, le desdoblo con notoria paciencia, para extraer de él toda la sapiencia. Era lo incipiente y lo poco sustancioso en su disipado contenido; reconoció de instante que fue un trozo del periódico cultural de esta nación con la clara intensión de desilusionarlo. En vislumbrantes letras grandes con rojo intenso se enmarcaban los títulos de una." Bien venida." MÁNDELA. Con prisa urgente esbozo una imagen que desbordaba los limites acordonados del recuerdo nostálgico. Sin descubrirlo a la margen de la profundidad, desenterrar para adornar el encabezamiento de las arrugadas páginas.

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Hizo poca elocuencia a su voz y letras; tratando de ocultar sus pensamientos. Dejaron al descubierto sus acciones aun a luz del oscuro huso. Una injusta redacción ante la veleidad del azar. Entonces la justicia sufre sus transformaciones internas y nada deja de ser la vulgar practica especulativa y sensacionalista con la cual se adjudica un derecho excluyente a la simbología de la conveniencia de una comercialización netamente burgués; para decir lo que la burguesía quiere se diga, para que se hagan publicas su reuniones, sus bodas, sus muertes dignas; sus hambres silenciadas, su maldita propaganda; sus purgantes. Para no herirles en su estreñimiento, que no se diga lo que se ha de decir y su verdad es la mas vulgar de todas las falsedades; y jamas pasa por adusto, poco versátil e inefectiva su política, pues sigue ilustrándose de maravillas con rostros blancos la cultura, como las iglesias de sus ediles, con el portal dorado a dignatario nombre.
Poco suelen decir los negros cuando sus imágenes no venden nada; porque su rostro aparece ensombrecido por la desdicha. Pero se adjudican la facultad; la libertad infranqueable de hacer publica la demanda de retirarlos. Y quienes son.?. Mientras aquí no se habla de racismo disimulado por su anacronismo?. Dilatado, perverso, agazapado, mojigatos que suelen decir muy poco y te pintan porque el color la suciedad que lo portan a diario y nadie lo pinta sino cuando están extinto. Eres mas blanco que la leche y te pintan con tizones de hoguera en la que ardes porque no eres digno y tu te apartas. Mientras te pudres en medio de partidos políticos.
Que poco importa que nos comprendan. Si persistimos en ser fieles a nuestra determinación y no vendernos a su sofisma de exterminación aunque se pierda de hambre al no querer hablar igual que ellos. Utilizar sus mismo vocablos. Se sabrá que estaremos para soportar la indigencia por nuestro empecinado deseo de mantener unos principios vivos aquí en este interior. Resistidos a cualquier necesidad de vida distinta a la que verdaderamente nos nace. O es por todos o por ninguno. Ya veis que poco importa si soy o no acaudalado. Si de nada sirve si desconozco millones que a diario expiran sin un pan. De que sirve tener tanto si otros no tienen nada. Yo no condeno el final de la vida. Tu si, porque desde que nace; ya le vendes productos para su organismo que ha de ser de coca. Ya le matas poco antes de nacer y lo atribuyes a falsos seismos. Solo porque se los vendes. Ante una posición subordinado, el Dios de las tinieblas nos pateará en el trasero. Cada vez que lo menciones y tengas que quedarte a su odio de hambre. A su competencia desleal. Porque tus méritos no son demasiado. Poco son las maraña y los muros infranqueables dispuestos para ti a cada paso. Mera patraña. El te niega. Dos y tres veces. Te lo explica denodadamente. Tropezados con el mundo hostil en su hollín. Descarado en su perfección y el temor contundente de un enemigo poderoso que no aplaza un solo segundo su ataque. Y luego lo niega, se justifica porque le fuiste simplemente imposible de derribar. De todas las veces que te dejo por el suelo se exime. Y debes levantarte para comenzar de prisa una vez mas sin que te ganen los años esa prisa que por demás aprendiste a edificarte. Y vas sin rostro limpio no para ocultar tu derrota, sino su vergüenza por él creada para ti gratuitamente. Porque él es hoy mas hombre que tu y te viola como a mujeres. Te necesita como a perros para cuidar los alrededores. Te usa como alimento, como constructor de fortunas y te da a cambio un cementerio lejano, sin flores mas que las que yo llevo a tu tumba. MARTIN LUTHER KING. Simple encogimiento por cada circunstancia; una resolución a cada situación. El me mata si hablo demasiado; me condena sino le hablo; porque he aprendido la indiferencia necesaria para tratarlo a igual, a la par he aprendido a detestarlo. No como comunista que habla de gringos y vive adulando los gringos y come de la mano de gringos y habla mal de los gringos y deja nos roben los gringos y se desvive por los gringos.
En letras mas pequeñas; el mensaje de paz para el mundo, ¡LiSticii. Libertad se encontraba mas rezagada, oculta con el límite de esa margen. Atrás de los de cuello rojo.
Sobrarían las palabras de piedad que restan a esto la importancia y no se jacten de una burda hipocresía porque se me ha contado la verdad. En tres formas; la manera expansiona de adaptarlo todo al amaño social. A la capacidad creadora de unos; frente a la imposibilidad dotada de otros. A la mano de la cual no se desprenderá nada. Degradante pero fuerte; que pueda ser susceptible a un corazón escondido, melancólico. Pero para vos soy un apesadumbrado y lo reconozco porque desde niño no he vivido un solo instante sin tu maltrato y lo que hay en mi es la fiel muestra de lo que hiciste conmigo pequeño hombrecito. En esa prisión en la cual creí estar a salvo de las cosas y descubro con que allí se cultiva la tortura y se cocina la mas cruda de las evidencias de la injusticia. Aflictivo desde entonces. Sin ser feliz. Pero hay necesidad de ser severo con vuestro yo. No llegar a lo funesto y albergar algo distinto si mañana pecaran igual y debes preguntarte de qué vale tu propósito si pones tu grano de arena y ellos lo arrastran con su tempestad.
Ocultismo tétrico, se dicta el orden. Razonamiento eclesiástico ha de mantener a unos al poder de otros.

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Al puritanismo falaz, exagerado. Y todo lo lleven a una suave parábola de la vida. Represión.
Sociedad de desperdicios, frutificada. Ploca pletórica, queda el hermetismo tenaz con el cual ocultan todo. finalmente se canso de buscar, para deducir. Ella se disfraza, cada vez que habla de lo que no padece. Mienten.
Son muchos los campos, las personas lo que pretenden abarcar con temas de expectación, un bocado a la orden para quienes amar es conformarse con lo justo que a cada cual conviene, una cama y mi mujer y mis hijos con los que he de darte esclavos. Para quienes la razón de aspirar se hizo a la exclusividad de un ficticio elitista y no pertenezco a esa clase que busca ansiosamente el conocimiento y no aspiro sino que expiro.
Una culturización dogmática; rara; que debía dejarlos a la superioridad. Tienes la mente muy confusa.
Dando en su efecto. Era impreciso comprenderlo, como pueden decir con tanto desmedro palabras sin que la piel se les inflame. No hubo nada allí, pero flotabas en ese calor reverberante de tu ilusión perdida, de tu memoria de olvido porque te conozco en ese tu otro afán.
Que pudo haber agregado algún antídoto, y alcanzarte el alivio a tu enferi-nedad crónica que nos gana la guerra, un virus que juega al exterminio. Venganza constante.
Erradicaría su desequilibrio; al despotismo. Mataría de una vez por todas, el flagelo del universo.
Los reaccionarios que pasan con sagacidad en los medios bursátiles de cualquier normalidad. Justo para quienes se consideran desprendidos de la mano divina. Para quienes los demás brotaron, quizás de la planta del pie del Dios inspirado que nos regalaron para consuelo.
Pero te dais por bien acaecido; puesto que es allí precisamente donde se sostiene el cuerpo. Y no se cómo y porqué condenas. No entiendo, sino preguntas jamas las razones sino que te fijas en los hechos y castigas. Con tu yugo.
Frases meramente encontradas de accidental modo, todas retraídas en temas y tomas ya carcomidos. Recae a su propio crimen, a sus hechos. Sin soluciones.
No era una simple procacidad de costumbres cuanto contenía. Por primera y en ejemplo; vez la reflexión osada alcanzando su propósito. Salió a la luz de aquel uso sin frente del que se ha de propiciar algo pero requieres de una fuerza descomunal y encantada para maravillarles a la misma seducción. Hermosas letras. Pero seguíamos al padecimiento del mundo mezquino y esperábamos cada vez mas en la misma paciencia enardecida; rutinarios. Los invencibles hombre de ultranza que suscitan el abuso irónico del silencio. Nisiquiera era de él de quien se hablaba en el sucio papel que mantenía en el encabezamiento su nombre y que sostenía aquel en sus limpias manos.
Una falacia atractiva. Sofisma de una contienda en la cual juegan con nuestras primeros requerimientos. Quedados para adoptar todo de cualquier forma. Ha de mantener hasta el final el mismo interés que se despertó al abrir el telón a un espectáculo meritorio de nuestras sublimadas vidas; y aun mantenemos el mismo interés por descubrir cual será el final en el cual se cambie el absurdo repertorio, a tanto dramatismo de amor derramado por caudales. Y aún esperamos porque todo cambie. Y sigues aplaudiendo a esta escena de carne y de sangre.
En la siguientes hojas había reseñas de la revolución Polaca, encubados al invierno, las gotas de lágrimas caían congeladas al suelo; terminando por tapar los huecos fortuitos en cada pisada sobre la nieve. El verano es todo cuanto puede resarcirles, mas tortuoso quizás, bajo la acariciadora brisa que pega en las tardes; sus rostros de neblina dejaban como copo de algodón las lozanas pieles, rojas por la semblanza de un pueblo fértil; probabilidad de que el mundo habrá de estar con ellos. Quién estará con mi pueblo en la cicatrización del desierto?. Sin conquistar lastima conciliadora.
Gesto vano que al día siguiente se habrá olvidado.
Finalmente se encontraba ya en el ultimo lugar del diario al cual se le había destinado por su orden de importancia, por si alguien consigue colonizar un final fatigado y abrumado por tantos problemas dispersos; por si alguien quiere seguir a la dramática situación del negro. Como si fuera un ente. No entienden.. No hay nada interesante que os mantenga habidos por seguir en esa marcha. Qué sucede después de descubrir todo cuanto acontece a los blancos?. En su misma ley de exterminio. De prevalecer por sobre todas las cosas en esa religión y su Jfbs. ! Si era él.
Allí esta ante el marco, por su presencia; sé que en sus labios hay algo no manifiesto. Su escalofriante deterioro. Celda de crueldad a la cual se soporto.
Liberado del yugo, del que puede enviarle allí en sus oprobios. Desgarrar cualquier entraña. De velo eterno, como velando a los muertos inexistentes. Llamada Inocencia. Se vacío en su magnitud sobre él cualquier

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cantidad de versos y de aberraciones.
Alguien manipula el sistema.
Descubro su razón; el derecho de poder desatar cualquier desgracia. Truenos.
Los negros son tan poca cosa, que siempre quieren arrancarle el pan de la boca a los demás. Qué significo al mundo y que pudo haber sido?. Esta situación insolicitada.
Te has convertido en algo mas que el hombre de nuestra propia inspiración. Habrá una estrella iluminando con su aurora la luz de la esperanza y camino de nuevas generaciones.
Que hagan ellos con su poder lo que les de la gana. Pero que no te pinten con el color con el cual se enmascara la muerte. Somos al Universo. No a un color. Porque negarles su razónala existencia.? Porqué ha de ser todo eternamente amarillo; acaso no existe lo verde sobre lo azul o el arco iris de color sobre la negra tormenta.?
Bolívar, conformo ejércitos y libero de la dominación del mártir a una sociedad que ahora se venera y se confabula en contra de esa conquista y hace de su prejuicio el látigo constante para quienes procuramos una nación valedera y digna en nuestro descomunal trabajo. De ese esfuerzo conjunto de batallas y de sus mares de sangre. Pasan con su desdén de deterioro y de recuerdo ellos sobre nosotros.
Nuestro propio pasado mirado con una indiferencia entorpecedora.
Siguen sin importancia la fecha en la cual nos presentamos al destino. Aun así. JOHN LENNON, haya conquistado mas corazones y de repente su voz haya gritado mas causas. Su imagen ha de ser memoria del pasado, ya que en nuestro presente tendrán que ir de la mano los dos, en los hechos históricos del mundo.
!BIEN..
Hartos, cansados de que siglo tras siglo se siga peleando por las mismas causas, por las mismas situaciones en desapruebo. Atados a la cadena excluyente.
Ha pasado tanto tiempo y aun los hijos nuevos del universo, no podrán olvidar las caras duras; cicatrices de los rostros hanchidos por el rudo hierro fundido en nuestras espaldas. Semblantes afligidos por la barbarie. Incidíais en recordarle su tormento. Pero te parecía que es terco, necio en su condición.
Revuelves a diario el puñal en su herida abierta.
Una soberbia fue todo aquello.
Las semillas que se plantan alimentadas con odio, germinan como víboras.
Si hemos crecido en ese lodo, al desvaloré, al menosprecio de sus detalles. Por su mínima intensión de causar daño; todo lo que lograran; será la reafirmación en los mismos sentimientos de indiferencia. Rebeldía, odio y orgullo. Lo habrán cultivado con cada una de sus frases hirientes. Pero le han cimentado en cada sed implacable de todos los tiempos.
Es tu derecho humano de nacer sin ser señalado. Sin ser maldito; para que no te niegue la fama.
No podrá constituirse en condición de vida adaptada a cada clase del ser. En los próximos decenios. ! Algo tiene que cambiar... Las cristalinas gotas cayeron rociando el blanquecino cabello.
Debéis impedir entonces el que ellas caigan deliberadamente.? Ser muy fuerte e imperturbable sobre las sienes?. Afuera aun es cálido la brisa, comprendemos que pronto lloverá de nuevo sobre nuestras existencia; en este verano que no cesa. Un abuso cualquiera. Cuídate en el lugar en el que estéis en el mundo.
Amaría tirar todas las cosas que no son gratas al universo.
Que tampoco significado suele tener un tipo de vida con la podredumbre que te han atado al cuello. Un número mas, un número de menos. Es cifras lo que significas. Es todo.
De algún modo; se estableció y comienza atemorizado por quedarse para siempre. Y por ahí vas todos a la misma senda espinosa y descalzos.
Tratando de cruzar el río para saludarlo de mano. Y debes regresar a tu orilla. Pero atravesar dos veces ese caudaloso río. Diseminó tus fuerzas y se es difícil adivinar si alcances uno de sus extremos.
Doblegado. Así esa gota constante de lluvia; termina abriendo un orificio enorme en tu corazón y vence esto que es una esfinge de sal. Capitulado. Secularmente. Fueron bárbaros; los son. Ellos siguen. Se han burlado tanto de ti que te han contagiado con sus risas. Ellos

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siguen. Y tu sigues huyendo de sus burlas.
Sobrevives. Tienes que ser fuerte!.
El no puede justificar nada de ti; porque no vive en tu pellejo.
Sino que eres víctima de su sistema. Rápida, brutal, accidentada, desenfrenada occidentalización de tu cultura. ! Pero no excite ni¡ imaginación. No fue munífica. Te quedo intrincado. A los colaterales. Rancio por su extraña fantasía que es insufrible su misterio insoluble. No 113Y superstición. Pero te deja una atmósfera peculiar; un vapor misterioso y pernicioso; pesado, inactivo, apenas diserilible. Te deja un aspecto de austera; profunda e irremediable melancolía se cernía y lo invadía todo. De nada valen las suplicas de tu corazón pues jamas le escuchara.
Pero le sigues a donde vaya. Es tu problema no salir de aquel oscuro pasadizo por el que te conduce, tan intrincado.tan furtivo; tan mezquino. Que te queda al gótico vestíbulo abovedado.
y t,
E.A.POE
Aceptemos entonces el que no ha dejado de ser un mundo repugnante, el tener que habitarlo; es el colmo de la sobriedad, con la cual se ha de soportar de incondicional forma la inconsciencia de padecer al proceder de los mas insignificantes tormentos de su incidencia.
Como en sus estanques se dibuja la ebriedad de su atisbo insufrible. Que no mitiga nada. Te deja severas y desoladas imágenes. Terrible. Que pueril experimento. Aquella deficiencia atribuida a personas y siempre reflexionando acerca de las posibles influencias; que de unos pudo haber ejercido en otros a lo largo de los siglos. Esa imperfección de sucesión colateral del patrimonio junto con el nombre; era lo que hasta ahora les había identificado hasta el punto de fundirlos la posesión con el rancio y ambiguo castigo. Tumultantes; insatisfecha conclusiones. Que ninguno de los pormenores les fuese suficiente para modificarla particularidad de esta escena que nos roba la vida a cada segundo. Porqué estamos tan a tu alcance y nos dejas todo fuera de nuestras manos?. Nos modificas a tal que podemos producir en miles esa impresión dolorosa para que obre de acuerdo a esta idea; hasta que vaya a ese tétrico estanque y se ahogue dentro de él. Con sus extremecimientos trémulo. Siniestro no te cansas no te vences. Después eres amordazado, inhabilitado en un cuarto oscuro. Porque la luz suele ser propiedad de quienes se les de la gana restarla. Aunque el sol brille para todos. Del fondo oscuro; brotara su fango y entonces gritiras admitiendo de que no hay nada por hacer; de que no hay nada por cambiar en el mundo y su conciencia de valor moral te dio tanto amor; que ahora puede abolirte de una ves para siempre. Suplirte la razón y darte un cielo mas negro que el fango en el que te invita a bailar su carnaval. Duerme sobre su propaganda. Esclavízate a su opinión.
De que lo habéis aceptado todo sin decir una sola palabra. Que están tus manos atadas y son muy pocas para derribar un sistema. Para qué. Implantar otro?.
Y así; se ha de soportar; designado como al incapaz e insociable. Frustrado en lo mas sensible de sus aspiraciones; en la tenacidad por manos que bendicen las ofensas. Y te dan de hostias por este pecado inculme e invaloro. Ser negros.
Apoteósico suceso nos deja atravesados. Déspotas cuil escuálida mujer, el equilibrio vuelve a retirarse degenerado; sinuoso ante aquel hermoso panorama que ]la¡] pintado a su espectro.
Les hiciste creer que alternativamente son vivaces y flojos. Que ya no tenían espíritus vitales - que se habían quedado vacíos. Que ya solo les quedaba una ahuecada pronunciación en sus palabras. Así fue como me habló de que éramos objeto de su visita; de su vivo deseo de verme. Y te llevo a donde quisiste te llevara como un instrumento de cuerda. Confusos miramos las iglesias como una gran obra. Pero no es mas que un árbol desmesurado, enorme con millones de raíces por las cuales absorbe nutrientes, soluciones de plata y oro.
Intangible en su magnificencia e inalcanzable. Purificado y accedor de irrealidades; sus hijos postrados al perdón de sus acciones. Los pobres justificando su razón de ser. Y al igual todos aspiraréis a la salvación de vuestras almas. Por qué. Sois proletariado todos vosotros. Frente a barracas de hierro. Un muro de cemento, a tus ojos por lo impenetrable de su bondad. Y te vas al terrado de tu piso, y aprovechas para mirar al cielo en la búsqueda de aquel reino.

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De las estrellas que no ves.
No debes mezclarte, son muchas las cosas que te lo evitaran. Cuando estas vivido para morir a las desgracias ajenas.
O te adhieres sin importar que las cosas son simples y haces de tu vida, una basura; mera coincidencia del destino. Por esta vez fortuita y te quedas hasta que ella llegue a su final. Porque nadie pide ser blanco, nadie pide ser negro. Pero él es él y quién se lo impide.? Reaccionar.?
Y han pasado muchos siglos en su indiferencia. Pero estamos hincados a su voluntad y a esa reivindicación que jamas llegará a menos que se la arranquemos de la lengua.
Hazte a un arte, usa Una trama; y goza tu propio antifaz para danzar con lobos sedientos.
Siglos antes de que tengan intensión de concederte el perdón.
Que prediquen entonces, todos amáis los cuentos fantásticos;
que nos condena a la miseria de reinos. Para quemar energías en la construcción de consumidores; de princesas encantadas, nosotros sus sapos. Para regalarlos al autoritarismo. Hagamos niños a su servicio, regalemosle ujieres. Aumentemos el problema, haz que se expandan.
Intentemos soportar al universo turbulento.
Exageradamente cubiertos de patraña. De alguna manera buscaran justificar el poder. Intimidación por su dolor diligente; ante un criminal, ha sido convertido en inmune; sin sensibilidad para sentir rechazo al cual se expone en cualquier micra propenso.
Por vuestra inmunidad. El es un virus que anida en un parásito.
CONSEGUí LA NOCHE PARA MI
El pequeño incensario permanecía desde agosto emanando cada noche su aroma humorosa de incienso, vituperio inaudito. Por la euforia; inundando aquel cuarto de lívido color que es el amanecer preciso por el cual hemos nacido abril y yo. La mira cada vez que puede, ella continua escalando posiciones en su afamada vida del teatro de las tablas. Ballet; en el Bulkevar. El periódico estuvo llegando hasta cuando para las líneas de vuelos comerciales este lugar les representaba algún valor. Ahora tendrá que aprender a soportar la omisión involuntaria; amnesia a la cual le ha comprometido, su vida misma lo ha exigido.
También lo somos por evasiva de los accidentes. Oh no señor Presidente?. O es mera situación del destino..
!Pura retórica. Creyó haberse visto en el lugar por el cual paso entre la densa selva, ocultándose en el valle de su única evidencia. Entre las montañas quedo algo de la serranía mas hermosa del universo después de que las flores de papel se hubieron roto. Esas sensitivas miradas precisaban una pasión atractiva; de inadvertida forma sujeta a ojos color miel que resplandecían. Fue el devaneo mas grande; mantener inconmovible, inconvulso el mirar. Nació con ello la conmoción enorme de querer arrojarse por completo a 1.1110S flácidos brazos en el poder subyugado de la fantasía porque hoy le ama mas que ayer. /'Corrían aquelarres en alianza con el mal, su belleza andrógina en el roce de nuestra propia soledad. Si te vas, a donde he de ir yo?.
Si me llevas, a donde he de dejar mis cosas?. La muerte es una traición divina; llega casi nunca esperada. De lo contrario le esperaríamos resueltos para combatir con ella; aunque es una bonita solución cuando todo aquí cansa. De imprevisto. Permanece abigarrada con tus objetos, sobre tu pecho escrito, la inteligencia no se extirpa.
Los metales cubren la falsedad del valor del que no lo tiene.
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Te adornas para no andar vació, pero en la inconsciencia estas desnuda; adentro no hay igual cantidad de adornos. Si tu interior fuera igual de hermoso a tu exterior.
Sin decisión de por demás, no hubo continuidad en todo esto, pudo haberlo asegurado cuando sujeto absurdas amenazas.
El agua hirviente rebulle, se evapora en pensamientos y se resiste a permanecer entre sus puños recubiertos por la tierra.
Se evaporo, es ahora simplemente un equivoco.
Las palabras se alejan en contenidos difíciles y perturbadores espacios, dando de magistral manera golpe de secuestro.
Imperceptible.
OASIS...
Si violeta regresara de un mundo al cual ella pertenece, a este, seguiría sintiendo la misma desazón y vergüenza. Como hasta el entonces el día de su fuga.
El agua no se negó jamas a las gargantas de los guerreros, ellos pelearon su libertad. Alejando así la esclavitud; pero la rosa guarda sus espinas para todo aquel que intente bruscamente desprenderla de su tallo.
BOB MARLEY.
Suavemente dormido aun, se resistirá a dejarse llevar cuando en verdad no es mas que un mandato, ordenes irritadas.
Las páginas sueltas del libro se consumen al fuego purificado, libres por la ira, las manos sucias han empañado sus contornos; ellas regresan a la cara que se oculta delorable de tristeza.
Guerra en ni¡, grito impaciente; desgarrador, apiádate señor de la tinieblas. No permitas que sus sueños se esfumen como el humo de los cigarrillos. Permíteles un futuro a esos hombres que han hecho el mundo distinto. Dales un trabajo digno de su orgullo. Déjales su melancolía; pero no les ahogues en esta. Dales aire libre a estos negros.
Que van....
Como fantasmas eufónicos. Una conspiración es la pieza sutil de los invasores. Les vio cruzar por el marco de la puerta de prisa y penetrar en la casa solariega; la crueldad. La locura, la tragedia, la opresión, venían tras su llegada. Su misma función, incinerar sin conciencia la mentalidad de los negros. Le vi una vez y aquella figura se quedo con su tono eterno en mi memoria.
Nunca olvide el ruido que producen sus zapatos al caminar. Sabia de El mucho antes de que me lo advirtieras o le adivinara.
AZUL...
Luchado en el irracional olvido. Se pasa el tiempo justificando mentiras, matanzas. Son colectivos en lo exitoso de su acción destructora. LA GUERRA. POR QUE LA GUERRA, - DE QUE VALE LA GUERRA.
Juan manuel Roca. De entre los inevitables tiempos de violencia que evocan los penosos recuerdos despertó él, que se llamara Rogelio. Después de haber permanecido dormido por varios siglos en el vaivén nauseabundo de su hamaca, tomo la pastura necesaria, palmoteo dos o tres veces produciendo aquel sonido de sesgo contra las paredes

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muertas. Entre el marco humedecido de la puerta apareció la abultada figura de Nubla, quieres café o leche?. Lo inquirió. Lo mismo de la ultima vez, o ya se le olvido?.
Ah!, no ha de ser que cuando te llevo café, decides cambiar de capricho y ha de suceder con la leche, y a poco no hago nada para estar complaciente en tus mas inmediatos placeres.
No era necesaria tanta retahíla, agrego de jocosa manera el hombre. Tráeme una mezcla de ambos. Con azúcar?. Volvió a demandar la mujer y tácitamente se entretejió con su anterior frase.
Aquella mezcla vaporosa formo olas pequeñas flotantes en el circundante, el hombre quedaba desparpajado nuevamente, impregnado del insumo de yerbas, brevario que la mujer le había preparado.
El pueblo se llamó Río cruz. Era necesario que aquellos infelices retomaran vida en aquel mundo que los rescata del pasado y los dejaba tirados indignamente en el presente. En la cosquillosa voz que termina pausadamente en un masticar aligerado de hojas. Producía al golpear los labios; un sonido diáfano; libre la fisura del mentón, se mostraba como una hendidura lejana por lo oscuro del agujero; impenetrable a cualquier cantidad de luz para iluminar la estancia, cada vez su rostro dibujaba una mueca enorme y retraída en la brillantes de su imagen. De frente ancha y prominente; de nariz fina y de ventanas abiertas; los labios delgados y dejaban también esos débiles fulgores de luz que se habrían como cristales y su tez cadavérica siempre presente- licuescentes sobre toda comparación. Su lívida palidez.
Fue en las costas de aquel río, donde ocurrieron los insucesos, convirtiendo con ellos a Gallinazos en un pueblo de angustiada avocación. Gumercindo y su mujer de nombre Sagrario de los Rosarios y perpetuos tormentos; vivían poseídos del querer y necesidad, evasores de la rutinaridad de costumbres y el mundo fácil con el cual se les identifica y duramente deducen en la mitad de su existencia el valor del cansancio y no separan la duda de la tristeza y mezclan la desgracia con el enojo y la sátira con el comercial y la religión con el Dr Llanos. Llenos de pobreza por la cual siempre andan descalzos. Se les podía designar por pulcros andrajosos de no asear en la noche los trajes que en el día cabrían sus pellejos. En sus haberes notarialmente registrados. Embolsados. Constituidos estaban, seis hijos que iban en continua s44cesión, además unos cuantos metros de tierra que conformaban sus riquezas externas, insistiendo como nota aparte; que los propietarios las llaman de su absoluta reserva y tenencia..
Volvía a comenzar la voz de Rogelio, su chasquido con un grueso trago de mezcla.
Tierras, así!, como estas. Señalaba con su delgado brazo extendido un dedo a una estepa del bosque cubierta por las hojarascas. No mas sembradas con las cosas del vivir diario, yuca, plátano , cualquier otra mata. Se le marcaron entonces las arrugas viejas y otras hubieron nacido en ese mismo instante, ahondanado por la pena en su ya reseco rostro de si joven por fuera; envejecido por dentro. La voz que sonaba como graznido, bajaba al sorbo suave de la taza y la saliva contenida refrescaba el paladar al hacer inflamación con ella. Gumercindo trabajaba en las fincas limpiando las plataneras, proseguía luego. Esa era su rutina, la vida a la cual estamos comprometidos, igual e indiferente a las demás trabajando; conformados con nuestro destino. )amas.. Meramente por cosas de la violencia, de partidos, de la avaricia de unos que nunca encuentran lleno en la búsqueda desesperada del poder, de todo cuanto esto les proporciona. Pintar colores y gobernar por colores la sábana que les cobija es la codicia, la sed de beber mas y mas siempre. Con el tiempo acrecentada como una llaga incurable que va tomando forma indestructible a su paso. Se corto la voz, la mujer le mando una de aquellas miradas que traspasan nítidamente los limites de la ternura en soberbia y reproche. Le dijo luego, no vengas a decir que ahora vas a llorar como siempre. Rogelio le miro con igual sentimiento, ojos firmes. No hombre!, como vas a creer tu eso, si las únicas y ultimas las tengo reservadas para la vieja.
Detuvo la mujer su inirar en lo mas alto de aquel lugar oscuro en el cual la luz penetra por góticas. Mezclado de polvo y cenizas, aquel techo siempre estaba para fraguar los suspiros de quien allí los lanzara. Resistiendo a dejarles escapar en lo que restase del tiempo en angustiosa sospecha se queda detenido por alguna sombra. Vengan todos.! De momento grito en el solar la mujer.
Cuando tres o cuatro estuvieron, les dijo. Escuchen, el viejo quiere hablarles de nuevo. En voz menos fuerte les replico la atención que debían de prestarle y por sobre todo que no se sonrieran a menos que él les invitara. El va a narrar sus cosas, volvió a levantar el tono.
El había perdido el sombrero que le cubría la cabeza y dejo destapado el resto de unos cabellos escasos y marchitos. Se creía que el culpable había llegado a su cerebro arrancándole cada glándula de unos seres que inundaron a la tierra provenientes de otras latitudes su cráneo.
De otras dimensiones, acostumbrados a ver siempre las mismas crisis dosificada en facciones. Porque dejaron su huella.

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Papel. Sonriente o triste, canto su música, de cerca y de lejos, vive a pesar de lo duro del camino por el cual tuvo que anda¡-. Ahora han cedido pero no del todo, falta igualdad al desempeño. Atentando contra la vida de estos seres que de no haberse defendido, no existirían ninguno de nosotros. Que en nada les han ofendido, no quedarías para mirarles a los ojos. Asesinos. Elegante eludir tantos siglos de miseria. Rubios.
Permanecer inquietantes, llenos de zozobra, interrogados, atrapados por el mutismo, al accidente temerosos de encontrarse con su farsa predicable de una labor inconclusa. ..!Vaya forma de sospechar cual perdidos estamos. Habría de llevarles un sorbo amargo. Historias de blancos para que aprendieran los negros.
La muerte no descansa, ella sigue cobrando su tributo. Rogelio estaba ya impregnado de descaro; se acostumbro a la mirada piadosa de su mujer, al mismo sentimiento; al que ella se refugiase garbosa luego4 desconcertada junto al calor del fogón, atizando chamizos, remordía los labios como si las palabras estuvieran siendo lanzadas al fuego, como si le estuviera lastimando alguna vieja herida, en aquel estado metía palos verdes a la llama; quería provocar humo enceguecedor que consiguiera que los hombres se fueran con sus cosas lo bastante lejos a donde ella no escucharas sus murmullos. No era su culpa el que las tierras colindaran con las de aquel señor. Sonaban turbadas esas palabras en cualquier parte. La mujer se detenía a mirarles desde el rincón oscuro, las manos retiraban el sudor de su rostro, se quedaba ocupando el espacio del marco de la puerta para sepultar la claridad que por allí entraba; con el rostro enmudecido, maldiciendo por dentro el que con ello estuviera perdiendo el cariño que su marido habría de profesarle. Cuándo acabara todo esto.? Murmuraba y volvía adentro. Mucho menos La Sagrario se haya negado rotundamente al Gumercindo a que acepte ser despojado de lo poco que tenían. El se cansara algún día, le consolaba la mujer pacientemente frotandole la barbilla. Con marcada serenidad, aquellas palabras no conseguían penetrar mas allá del lugar destinado a la preocupación en la que el hombre no tiene mas de 10 problemas y vive toda su vida en función de ellos. Para fraguar la desalentadora razón de una sombra que les cubría, una culpabilidad que llevan a cuestas; conocía de sus propósitos, algo le estaba merodeando, sin precisión, pronto el monstruo tomaría la forma.
Como adivinarlo en su tamaño colosal. Los negros no tienen alma.
Es igual, no es importante lavar el pecado sino existe. Es su negligencia, conducta desconsiderada la que agota la paciencia. No hay alma tal para salvar. La tierra es la celda a donde seres de otras galaxias llegan a purgar sus delitos; después mueren al terminar su condena; es por ello que jamas regresan los que van muriendo.
Que desilusión; vivir soportados a cualquier acontecimiento, por querer salvar un alma. Pero han de salvarlo ellos?. No sé de la reencarnación, pero si ella dejara de ser una mentira, creo es meterse a una nueva carne sin conocimiento de alguna anterior.
Tu presente no puede ser cosas de vidas viejas por las cuales ellos dicen tu la perfeccionas cada día. Entonces yo me pregunto por los que son malos en esa concepción que de la maldad tengo qué purifican. Por que habría de serlo?.
Las frases seguían girando en su cabeza anudada.
Con las manos sostenidas en el cinto se reafirmaba4 de estar apoyada en el suelo y no flotante como todos los que ella veía escuchar a su marido. Así misma cual capaz es de enfrentarse al verdugo de no hacerlo Gumersindo. Aunque dudara a veces de la pierna que debería de ir por delante del cuerpo para infundir
respeto, lo ensayaba en la salvedad de su c,Milidad Debía acertar con tino en su pretensión porahuyentar a los ángeles; y dar constancia de todo lo impulcro y hermoso.
El que el mas deplorable de los crímenes amenazara por terminar aterrorizandoles, era demasiado poco.
Con la plena seguridad de que podría reducirlos a moléculas a cuanta plaga contagiosa intentara extenderse o inesperadamente se cruzara en su camino. Repudiables figuras, sin dejar de existir los doblegados, rendidos de cuerpo y alma a sus servicios, rudos criminales van al acompañamiento y a la ejecución. De !a misma mierda procedentes de la ruina y de casas de cartón a justicieros inaplazables, vendidos para eliminar después de ser eliminados por quien les paga para cancelar existencias.
Ingenioso en conseguir súbditos endeudados. Su reverencia le permitía ir dejando cadáveres al camino; no había
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elección, simplemente se asesinaba.
El presenciaba luego la ceremonia de despedida; a los días daba monedas doradas a su nombre. Merecía atributo por liderar en la tierra sobre los desgraciados. Agonizantes, míseros. Nadie ignora a Ester. Tras las reformas llego el fortalecimiento al buró. Que pocos perceptivos. Enfrentados a la ofensiva hostil contra. Desquiciados sin razón.. Sin cuartel de historia, un ardí semejante, sin trama para una vida aparente. Despertar para regresar a la sincrética; provenientes todos de la perdida repentina del conocimiento debido al cese inesperado del corazón por su resolución de golpe instantánea. Mientras a fuera suena el plomen. Hizo su enigmático gesto que comprendía su osada patraña; convencionales movimientos a su codicia de casta. Caímos en las despiadadas garras del amor a cuenta gotas al que estáis profesados. Su nombre. La conflagración hecha contra todo, al vencimiento de la verdad enfrentados, sin clase. Pagando un alto costo al derecho de respirar. Pero ni aun así. Habréis de caer rendido a sus pies ni pedir clemencia; porque aunque lo hagas siempre atravesaran tu cuerpo con la lanza. Siempre te matan aunque digas una verdad sin mentira o aunque confieses algo que ellos quieren tu admitas. No te apoyaréis sobre sus leyes; con ellas aumentaran la llama a tu ultima voz de aliento. Lanzado a la pocilga; esa fracción de lucha tan poco valedera.Odiara el que no le reverencies, le veneras y moriréis siendo extraño en la misma incapacidad de su compresión. Tras la traición de una mueca absurda, bruta que ha de significar una sonrisa. Por que odiarte a ti mismo cada vez que ellos te coloquen como a un estropajo. Alguien a quien no se le ha delegado nada; si cada vez dirán que padeces de complejo sino te ríes de su basura y no soportas el tic tac de su martillo. Por sus comparaciones. raciones. A tu cabeza en yunque. No busquéis compasión, no tenéis porque pediros. Ellos te lo dan gratuito. Pero ya veis. Sois vos quien estas llenos de racismo, de prejuicios bajos. Y el mundo continua en su juego ardiente y de finalidad propuesta y confusa. Doble; como espada de corsario, hiere por sus dos filos. El frió palpable os dañara vuestro aspecto, y las manos atadas no les darán lugar al asombro, habrá espacio para cuestionarle todo y también para callar lo demás. Se dicta; se debe razonar a cabalidad como la sociedad lo ha enseñado. No habrá motivo valedero para justificar tu causa.
Porque repruebas el derecho único a percibir la existencia de una felicidad inlocuaz. Porque él se concede el poder soberano de negarnos el universo.
Necesitados de calor para curar la mas significativa apreciación a nuestro frió matutino.
Permitieronce descifrar algunos rasgos de carácter que han dejado traslucir reflejos cotejados; causas extrañas a las cuales adjudicaran tu comportamiento. Y los muertos. Se olvidan que te han embebido al veneno que a diario derraman en tu ruta de regreso, sobre el camino que llevas en la búsqueda de tu futuro. Eres inmundo. Demasiado asqueroso. Chocoano. Solo garras al taciturno se dibujan sobre sus labios. Allí frente al sillón habréis de estar eliminado. Eres deshonesto, desleal al hablar de tu país y vives en él, como sino os pertenecierais así mismo. Usados como trampolines; te dan un derecho y él mismo lo arrebata. Pero aun así habréis de ofrecer tu vida por salvaguardar la propiedad de unos cuantos. Volveréis a los campos y allí moriréis por una situación irresuelta; por la cadena al cuello divina del Dios de la tierra. Ahora digo.. El creador jamas se asemejo en tales apariencias varoniles. Huellas y falsedades de la presencia perfecta de dignificante pulcritud. Locos al fijar un rostro a la humanidad que dijera por siglos. Cristo y los ángeles son todos blancos; entonces este es un reino de blancos. En su atractivo. Con el pasado sepultado a la fatalidad de la genialidad de su utilidad tiránico. Eximidos, nada condescendiente. Espectrales acepciones los cubre; para volver a denlostrarnoslo con ojos de mar. Cada una de sus máscaras gesticuladas al viento de su bufa valentona. Una lascivia implícito a lo sumiso de su seducción; morirán. A pesar de esfumar su semblante tras las rocas, harán la configuración de nuestra fingida batalla; se pudrirán en el mismo régimen de polvo con el cual cubren tu rostros. Porque eso es. El Universo es cenizas. Y, los muertos no vuelven jamás. Ellos no quieren. Viven en su mundo. No se acuerdan de ti. Para nada.

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Esos techos vacíos terminaban por recobrar penumbras, soledad y silencio de velorio, de luces a cada esquina de su cuerpo tendido sin aliento de cuatro que te cargan por mas pesado que seas. De voces que clamaban su desquite. Rosendo meditabundo a cada paso que daba con marcha en el tiempo, al lomo de un caballo. Poseía méritos, metido y sacado al mismo tiempo como de esa olla reverberante y puesto a secar y vuelto a meter, designio de mano barata que le impulsaba; que le empujaba hasta llevarlo a ese tipo de conducta. A ese trabajo de animal cooperativo. Defensor de linderos, no soñaba como antes dos veces las mismas cosas, la imagen perdida le dejaba el desconsuelo. Había un derecho de vivir sin que se detuviese a rumiarlo. Los días de su capricho. La virginidad ya paso. Simplemente lo tomo e hizo de ello sus requeridos placeres.
Con la intangibilidad de los dioses, su reverencia provenía de la misma mediocridad de sus insuperables de los mundos bajos y fútiles. Gumersindo se había atravesado en aquel camino de su marcha de regreso, delito por el cual la sentencia iría mas allá de la misma muerte, sitiada ya para cualquier momento. Que él también decidiría el instante de atacar, que estuviese preparado le contaron los chismosos. Te llegará pordiosero cuando menos lo esperes, si él nunca espero nada entonces esta ves se poseyó de ese milagro de aguardar. Tus hijos, barrerían el patio; alimentaran la hoguera que te calcine. Sabia que la leña verde se consume lenta. Que los palos humedecidos, no arden jamas. Porque son existencia cósmica. Desde ese entonces, Gumersindo fue otro; siempre fue mirado distinto. Supo que el humo verde es fatídico agonizante que predice, que avanza en las desgracias que se a vecina sobre si. No le va a permitir existir compartiendo nada. Llegaban mensajes de asechanza en manos de cualquier hombrea caballo que en las tardes se acercaba a tirarle papeletas; acertijos de su suerte, allí adivinados. Léelo; puede que hoy te cambie la suerte. No. Espera. No te apresures. El no sabe leer.
Pero espera, la vida pronto cambiara y de seguro mañana habrá un nuevo día. Léelo. Anda, hazlo de una buena vez. Aprende a conocer las letras con las cuales se escribe Morirás como rata. Cuando Bolívar vivía. Es un recuerdo grato de los sueños de la infancia. Dijo. Siempre hay acertijos. Con esa mirada lúgubre. Se apropiaran de las únicas riquezas para compartirlas con los Yanquis. Lo sabía; pero prefirió morir. El hombre sucumbe a la avaricia y al pecado. Su motivo le nació a la resistencia por la cual Gumersindo había sido condenado.
No era Bolívar. El solo podía dejar de soñar como pito a pesar de que para muchos su vida rara hubiese terminado, en un silbido suave. Ese mismo que lleva el viento por entre las palmas. No consideraba a los sueños de preferencial extracto. Lo podía hacer. De propiedad absoluta de. La muerte lo es ... Un sueño eterno sueño que todos tenemos. Un día cualquiera se produjo la desgracia, El señor Rosendo le espero en el mismo trecho al que se había acostumbrado Gumersindo cada vez que se ponía de vuelta con su bestia.
Pendejo. Le grito. Este camino no es para muchos, usted es para que ande entre la mierda, por los bajos pantanosos; entre la basura. Va usted a ver. Le respondió Gumersindo. Ha de perdonar tal ofensa mi señor. Este ignorante no comete mas que atrevimientos, los que a usted hacen enfadar mucho. Que le rasca la cabeza; se sacude el culo; que se mete el dedo. Pero desde cuándo al caminar se le ato cadenas?. Se le tiraron cercas?. Se le puso nombre?. Y desde cuándo usted, se creyó amo del planeta. Pequeño hombrecito. Cuando no eres mediocre. Tu grandeza es la única esperanza que nos resta a todos. Eres grande cuando desempeñas a gusto tu tarea. Cuando trabajas con alegría la madera, cuando construyes, cuando pintas y embelleces tus espacios, cuando trabajas en la tierra, cuando contemplas el cielo con inquietud y te complaces en la existencia de los animales simples. Se que eres una criatura capaz, solida con cualidades de maquina de trabajo, un animal.
Seguidos a los insultos dignos de palafranes.
Ya veréis de lo que haré de vos. Puesto que no estaréis vivo para consagrar la noche buena, ni para ofrecerte al Dios que me socorre. No vas a soportarlo. Te lo recordaran si es que te queda nombre.
Te pelo las patas y vas a correr como alimaña al monte sin pellejo, te salo; te hecho a la heridas ácidos; te quemo; te nieto entre la unas agujas, te las arranco, borro esa sonrisa de tu ca?; te muelo los dientes. Tengo tanto que hacerte!. A tu mujer; primero la veréis de fiesta; al peón que se resista a cabalgarla, te acompaña.

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Hasta que la llenen. Le traigo un pelotón. Hizo eco el estruendo de un disparo. ! Ah no te asustas. Acaso la mierda retoña. Desde cuando los puercos no se espantan?. Ya lo veréis como galopan sobre la potra vieja, en su cuero seco, como la jinetean los potrancos. Ya veréis 1 Será carnea los samuros. Si es que se la comen a la vieja. Usted sabe que no es hombre el que hace mucha bulla ni el que con un arma espanta. Hay que probar. Gumersindo en un aire. Mera brisa azuzado por valentía; intimidado por el ángel de antifaz; quiso echarse como remolino estrepitoso sobre el bulto que le disparaba. Se pasmo. El verdugo desenfundo un arma de dos carones su látigo de tres nudos a cada punta.
(PUNTA DE ESPADA).
inténtalo miserable; y dame el goce de quemaros como a cocodrilos que están dando chapaleteos en el agua; desplumados como gavilán, enjaulados sin dientes como a perro rabioso. Para achicharrar el orgullo de tu rebeldía, para veros doblegados hasta que os pidáis perdón. Clemencia. Aplastarte como cucaracha. Defenderos como serpiente herida que yo estaré presto a coartar su letal veneno. Cortándote la cabeza. Le hinco con el mandador a las costillas. Comprendido a la derrota, reinició la marcha reducido a la nada con su rostro bajo; sintiose como si aquella punta fueran las que perforarían las venas de sus hijos, como si el agujero fuera presagio de una herida. Se cobijo a la ruana de su añoranza. No faltaron bríos. Le dijo su corazón; sintió la sangre aceleraba. Su instinto le dijo. El o Tu. O tu o ellos. Que alternativa le daba la vida?. O tu; o él. Rezongon Rosendo dejaba en su garganta el mismo chasquido de un infortunio relatado, de un final, saboriando una desgracia que se aproximaba cada vez mas a ellos. Cómo te atreves a darles la espalda
Ya no importó lo que sucediera a su atrás; presentía que no dependería ya del orden que guardaran sus costillas, que ya no dependía de él el erguimiento de sus pequeños hijos. Seguía al galope suave por los matales y ya a lo lejos se escuchaba el raudal del río; en la necesidad de irse abandonándolo. Detono ensordecedor en su cercanía una descarga de dinamita que le desplomo del caballo. Su conciencia le recrimino por su salvedad. Imbécil!. No te caigas. Muéstrale tu pecho de varón que eres.
Aquel instinto salvaje le cubría entonces, como liebre se deslizo a prisa para ponerse a salvo; salto entre los montes como pantera, seguían las detonaciones. Y su conciencia y su instinto, peleaban. Al final, su moral fue quien decidió. Asegúrate de bendecirte.! Gumersindo se descubrió al suelo sin heridas sangrientas, sin miedo, con valor, determinado a cualquier acontecimiento. Enfrentado a muchas otros combates; esta ves no huiría. A pesar de su deseo a permanecer alejado de ellas. Estas siempre le llamaban. Ya veis como la desgracia os persigue. Esta le tomaba nuevamente como a su rehén y lo conducía al crimen. La guerra y la paz; explosiónala cual estáis tolerado si pretendes otra cosa. Le hervía la sangre. Los sonidos fluían inexorables en los tiempos y entre sus venas la presión de una furia enardecida le lleno de empuje. Tenía cólera del mas letal. Algo sospechaba de todo esto, solo una sustancia distinta a la sangre corría, ya no era la sal de su llanto que siempre solían saber solo a eso. Esta vez le corría el liquido del rencor por todo su cuerpo. Ya había vomitado el liquido del miedo.
El estaba armado de coraje. Esta vez no utilizaría las señales que siempre albergo en busca de protección, descubriéndoos luego a la realidad de un fracaso; que estaba solo para enfrentarlo. Se paciente le dijo el corazón en su sentimientos, perdona a quien a diario te ofende y déjate quitar la vida por él que después vendrá su castigo; el reino es de los humildes. No lo retuvo mas en ese aire y acometió. Jamas había hecho grandes cosas. Oculto entre la montaña, nadie mas podría adivinarlo, habían sido él uno para el otro. Desde allí agredió a la agresión. Blandiendo también su lanza, dirigida a su cabeza.Si no podían hacerlos entender, por lo menos debían confundirlos. Dales en el cerebro. Difícultalos. Destrúyelos. Certeramente sus disparos parecían haber hecho efecto. No podía dirigir corazones de azúcar, si le disparan Flechas en llamas. Vio desplomar el cuerpo de su enemigo, masa que al contacto con el suelo, hizole temblar en su peso, caído desde lo alto, desparpajado como una calabaza enorme que se desprenden podrida desde un terrado y cae en pedazos. Quejidos le revolcaron sobre la tierra y pronto aquellos lamentos fueron desapareciendo poco a poco hasta perderse en ese liquido verdoso que emanaba por sus heridas. En desafiantes alaridos; recordó los gritos sordos en su dolor agónico una vez mas

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en la memoria, un poco después de partir a su presidio final.
Al principio la muerte es imperceptible, por su egoísmo mezcla de irracional. - ATALAYA.- TE
Álgidos la soledad el dolor y la naturaleza. Búsqueda en aquellos vestigio de una fe perdida. Por la angustia de proceder. Logro por fin sus efectos fulminantes en el adversario. SOMALIA. Mera retórica, egregios ancestros. BAIDOA. Anonadado por una indefinibles sensación de amargura, su excoriación abierta y lacerante. Escindida por dolorosos desdoblamientos. ientos. Lanza su desesperada, interminable y escalofriante alarido. Te amo tanto. Que es poco lo que puedo darte. Con escabrosas palabras se despedía, en la promesa de volver.
Prolífica proeza. El monte no sucumbió a su gravamen; solo se estremeció un poco el paisaje bajo los pies de Gumersindo. El pobre hombre quedo aturdido, daba ya por terminado algo que nisiquiera podía llamarse un pugilato. Un atropello a la decencia y rubor de ser pobre causa por la cual tuvo que defenderse. Se acerco al que estimaba víctima. Lo desnudo allí con la boca abierta y colmilluda. El plomado señor con fachada de chupa sangre; tenía aun mas tenebroso su rostro al palidecer. Todo a su alrededor se torno en el frío electrizante de los cementerios y sus lapida. Se veía verde, azul por su piel, moradas las venas. Entonces le escupió a la cara en su ultima fuerza de venganza. Se volvió azul y luego languideció a un color tan insignificante que no podría ser ni amarillo ni ocre; próximo al púrpura al reyes; similar a la sangre de los animales muertos con muchos días de putrefacción. Allí dentro de su boca deposito tanta saliva como la que el caído había arrojado en cochinas ofensas a la Sagrario y sus hijos. La pobre Rita que culpa tenía. Si era tan pequeñita; que apenas podía mover sus brazos y él ya le maldecía y ya le destinaba para sus perversidades; para sus infamias. ínfimas.
Como alma que arrastra el diablo, con igual ímpetu para paliar los inconvenientes; se había lanzado a una aventura a fin de establecerse por su cuenta. 131113S supo de dónde se forjo una energía terrible y salvaje; con el fin de superar ese obstáculo. Inmediatamente despojado de la tristeza y de las ansias; esta ves el miedo no intervino. Prisa al jineteo la yegua se enrumbo a dar aviso del suceso a la Fontanosa. Una pelea limpia decía su interior ya indestructible, ya hermético porque el cuerpo de tanto soportar ya no siente; se encueriza. Una riña limpia dijo bajito. No podía ser juzgada. Solo se defendió antes de que le tomara por sorpresa. Esa duda enorme se le crecía adentro como agua podrida que toma forma, como olor nauseabundo que va recorriendo cada parte de su ser, y se extiende mas rápido que el agua derramada del mar al llegar las mareas sobre si. Porque aunque él no lo lamentara su interior seguía siendo incrédulo y le dejaba esa vaga introspección. De sí piensan igual. De qué si el muerto hubiera sido otro. Lo arrojarían por los peñasco. Le aplaudirían. Ese declive no le correspondía por su tiranía. Ante ese instrumento tan poderoso. Quizá pudo haber sido una imprudencia haberle matado. No sabes dónde refugiarte ahora que mas que nunca temes por tu vida. Como si estuvieras exiliado; lejos de la corte suprema. Pero te ha endurecido tu suerte extraordinaria de penalidades. Ahora vas a la gloria del coraje privado de afecto. La verdad no era tan extensa para abarcar aquellos campos, ese tipo de pillaje no tiene penitencia. Siguen limpios. Porque allí no envenenan a los pájaros, ni los tiran descuartizados. Sin plumas. Porque el agua limpia es nueva. Manejar aquellos dos aspectos en medio de su estado; no le condono una cara de bien. Le hizo ruborar; tomar aquel color de su aposento; crispado. Por donde la luz entraba con una tristeza de tazas y de tardes enredadas en enormes juncos que caían de los sauces del camino semejantes a brazos diabólicos. Violéis perderse en esas carcajadas con sus amenazas y ese recuerdo le seguía detonando ya no a sus oídos; ese recuerdo iba ya apoderándose de su alilia. Que a duras penas se deja ver en las primeras horas de su aparición porque presiente que perderá su vestido. Y seguían en ese circulo de tiempos.
Lo había creído todo hasta el entonces, pensaba en el aprieto de comenzar de nuevo. Quizá no tenga tiempo para volver al rancho, si deciden cobrarselo de paso. Si deciden cancelarle tina deuda. Quería huir, no era necesario hacerlo, él sabía que en algún lugar se le había hablado de la mágica concepción del hombre; la ley. Ya no tenía aliento para hacerlo. Adonde fuera siempre les encontraría en ese mismo lazo de unión. Se quedo para enfrentar y soportar su castigo. Con ese aire. Así dos fuerzas desproporcionadas se abrirían, a lo que de allí en adelante se suscitase. Con

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brutalidad o sin esta. Porque él será aniquilado a su regreso e incluso los colores rojos de sus ropas y sus adornos serán borrados. Porque su suerte es trernenda y reservada. Un Buey destinado al buitre. Regreso con mas hombres por el bulto de materia que había dejado dispuesto sobre la yerba en el lugar. A lo largo del camino le hacían jolgorios, vociferaban y, a él se le hacia bomba la camisa en esa charlas regaladas. No era por lo de su pecho hinchado. Era esa misma gallardía de congoja acompañado de una estúpida prontitud de paz exterior. Que por dentro no es mas que un infierno. ídolo de papel alabado; ya el gran héroe del carnaval bailaba. Pobre infeliz, dijo un alguien. !El mendrugo no sabe lo que se ha buscado; lo que le espera. A bien Lo afirmaron muchos sin que el lo sospechara en ese chasquidos de la vos o ese descuelgue sin por demás. Luego las miradas llenas de aspavientos, con esa indecible angustia que os alberga, insolubles seguían despiertas en la búsqueda de verificar la verdad constantemente. De repente languidecieron y dejó Gumersindo traslucir aquel sentimiento pálido de su asombro. Ha de quedar dormido para no despertar.
Lo trágico de la vida. Seguían. No es posible. Esta vez sin usar la onda ha derribado al gigante, lo ha reducido. Le ha matado. Cómo descubrió su vulnerabilidad?.
Hablaban los jinetes. El solo escuchaba esa voz sorda merodeando, con esos ecos secos furuñando, esas palabras vacías taladrando, que a él poco le decían. A veces de esperanza, otras de intriga, las habían de traición; veía en la sombra el peso, los cañones apuntando a sus espaldas, ellos pisaban ese polvo que rozaba su designio. Y cabalgaban sobre ella y la veía evaporarse hecha ceniza y él no sabía, se confundía, y habían palabras que no entendía, era otra lengua. El escuchaba voces. El no comprendía.
Allí aseguraba haberlo dejado.
Donde?. Sobre la yerba. Respondió con la voz pesada y entrecortada. El cuerpo ya no esta; firulaban los ojos los rostros y esas márgenes trazadas en su frente brillaban por los borbotones de sudor. Se ha ido. ! No le mataste bien.? No habían trozos de palos desquebrajados por el estorbo desplomado, no estaba el cadáver helado, amarillo, verde, azul. No estaba al que miro cambiar de tonos.
Las plantas se veían erguidas mecerse frescas con el verde de platino y ese soplo del campo. A la ligera no es a la ligera, es un verde mas que verde. Un pánico se anido en él. Agarrotado perdió el pellejo hasta haber querido nacer y olvidarlo todo. Sus ojos, pobre de ellos; ya no orbitaron en la esfera. Se detuvieron sin fondo, sin nada; sin control. Se quedo solo. Le llamaron mentiroso. La yegua pusole de regreso al rancho. Se lo habrá llevado Mandinga.. No te preocupes. Dijo: la mujer en su consuelo prodigado. Tum- tuco. Se escucho la puerta. Imposible de comprender, se dijo un hombre.
Con una herida en la cabeza muchos hay que no vuelven a verse. Debíais de habersela arrancado.! Que desaparezcan, sí, la muerte engaña, se confabula, le rescata, les pone a salvo. No has debido dejar solo al cadáver, cerrarle los ojos a la cara. Debías haber dejado abierto. Así el demonio no llega; no quiere muertos con los ojo de par en par.
Pero... Volverá. No ha dejo pisadas. Se fue volando. Se lo llevo la madre que le parió. El demonio?.
Pero y el caballo?. Es testigo. Vimos la bola de fuego elevarse sobre su cabeza. Al huir?. No. Una nave lejana le recogió. Va a reírse de los fieles. Tu avanzaste hasta los limites del bosque?. Te dio un chance y lo desperdiciaste.
Lo veréis deambular como alma en pena y después esfumarse entre la bruma apenas divisible castigándote con sus pasos arrastras. Escucharas las cadenas noche a noche golpear las almas. No podrá descansar; y siempre vendrá a pedirte agua para beber. Porqué no cortaste su cabeza.? No sabes que se soporta mas un fantasma sin cabeza que con ella?. Oiréis las hojarascas; álgido huracanado con su mensaje de terror. Pobre de ti. Volverá y sabréis que su trato no es el mismo, que no sois merecidos como a cristianos y tenéis que encontrarlo para enterrarlo; nunca se abandonan los muertos. Y mas allá?. Tu levedad. Qué os corresponderá después?. La idea del eterno retorno es misterio; se aproxima. O te quedas para volver igual. Pero su rastro?. Esas ramas marchitas, trozos de yerba que él piso. Y sus pasos? Pudo seguir su rastro.? Adónde conducían.? A ningún lugar. No había nada.

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Lo habrán devorado las aves, no había aquel olor fétido, no habían trozos de tripas, no habían animales de rapiña disputándose un cadáver; revoloteando en el espacio. No figuraban alevosos vendiéndote cajas, seguía tan azul y despejado en la misma sirribología de un día de alegría adversa.
El no cayo de espaldas; entonces nadie le rompió el trasero.
Le restaron solo las noches, el sudor a fiebre que le cubrió, el olor; los ruidos extendíendose. La muerte estaba cerca. Tirado a la rama de un árbol; alucinaba ya por el espectro. La que sería su masacre. Jadeaba para no herirle, los sueños pronosticados de lado y se iba ahogado en la ultima fe salvadora de aquella cruel y desesperante amenaza. No le dijeron nada.
Curiosas desproporciones de su imaginación despertaron en las noches los aguaceros sonoros sobre las latas golpeadas bruscamente por la lluvia. Apedreadas, los truenos marcaban el paso y regreso de autómatas torpes. Bambaleándose sonámbulos por la brisa que penetraba aulladora; helada golpeaba por todos los orificio hecho en las paredes de cartón. Soñaba alteradamente, le atacaban ratas que inundaban el rancho, infectado todo por sus mordiscos. En aquella hipnosis transcurrió su único afán. Su desilusión le sorprendió abrazado al vértigo de la noche y esas lluvias caía allí con su cristo dentro.
La noche se recuerda porque desde temprano se acerco el temporal, sacudiendo los enormes árboles; amenazando por arrastrar a los caminantes. Sacudían sus ramas al remolino los guaduales, el agua presurosa anegaba los campos. En el pico de algún cerro aullaban lobos que nunca existieron a lo largo de todo un pasado cuando las nubes se cierran copiosamente por encima de esos terrados y terrenos lóbregos; al final de esas sombras de la tarde. Invadió con su insufrible manto de tristeza los sueños. No había mitigación a esa pena. Solo le restaba lo desolado y terrible de sus mudas paredes ante esas ventanas que se veían como ojos cantaban gallos en el Castaño enredados por juncos. Estaban preso en su insomnio o en la realidad alucinante de aquel tiempo y sus severas imágenes?. Sin ánimo por el desvarío de su embriaguez. Era un helor. Un gigante toco a la puerta. El le vio tal cual; como si le diese la mano, volvió a escuchar aquel sonido taladrador del toc - toc. Se manifestó como invocado por si mismo, dos sogas le vio tiradas a la afuera; un carruaje atado a caballos ojos de fuego, hinchaban 1.111 ruido enloquecedor de sus cirripanitas, y sus oídos no podía mas que escuchar lento la despedida antes de morir a la perturbación. Una voz hueca seguía sepulcral y un gentío le invitaba en silencio sólo con el movimiento de sus manos; ven. No me invitas a entrar?. He vuelto por ti. Ven conmigo a la fiesta, hay un banquete preparado a tu nombre. Toda esa gente que esta allá afuera que ama; te respeta y quiere abrazarte. Para ti. Ven.. Es lo poco que puedo hacer por ti. Un festín.
Una noche de espanto. Los fantasma no vendrán a la ceremonia hecha a tu nombre. No me dejes con el pastel y la comida!.
Y, has invitado a alguien más.? Le pregunto Gumersindo. No para nada. Son solo tus amigos y unos cuantos criados. Pero la fiesta es tuya; a nombre de tu despedida y no se disfruta si es entre muchos. ! Me imagino es lo que tu piensas, verdad.? Te comprendo amigo..
La luna por supuesto. Le respondió. Santa no quiso aparecer en el cielo para iluminar la oscuridad. Se oculto bajo las alas de su sombrero; otros dijeron. Detrás de unas nubes negras, extensas, emblemáticas. Sin estrellas todos recuerdan aquella noche blandiendo sus almas.
Entonces le saco de la choza como a espantapájaros, despertado de un sueño que esta vez le permitía verle hecho realidad. Entonces nunca estuvo dormido?. Le azotaron?. También fue atado a los carruajes romanos que él le describió.
Pero no tenía fuerza para doblegar a mástiles de acero?. Eran dos leones de fauces abiertas.
Gumersindo estuvo desgraciado quizás mas que nunca a la ferocidad de su penitencia inquebrantable, que poca decisión le dio. Le dejó llorar en silencio como hasta la madrugada. Debió haber llegado bañado de vino.
Les sonrío finalmente para hacerle creer que se divertía mucho; que estaba muy contento. Lastima que morimos tristes. Un gesto falsificado. Y después que?. Así fue como le hablo detobjeto de su visita. Y se sorprendió mucho al verlo completamente esclavizado por una especie de anómala de terror. " Me moriré. He de morirme de esta deplorable locura. No pude huir del peligro. La noche siguió en su desmedro, él ensogado a la disposición; en el mismo lugar momificado. Rellena de muerte toda la vida al sol de su ebriedad tendido. Adentro de su canción hay un vestido azul.

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Los que murieron de azul están cantando; hay un cabello blanco; hay un corazón tatuado, lacerado por los ecos de los latidos de su corazón muerto. Y a pesar de la niebla verde de sus ojos, su voz corroída en la distancia que se abre entre la sed y la mano que busca el vaso. El canta.
ALE]ANDRA PIZARNIK.
El sol de la mañana despertó apresurado, con intensidad le golpeo también. Despiadado le miró ligado a los potros arrieros de la Fontanosa; se entristeció al clamor despavorido por lo que le arrastro hasta los peñascos rocosos sin que él pudiera intervenir. Sin que pudiera ayudarle. Le estrello en la rapidez y le reconcilió en trozos el cráneo. Su cerebro se esparció en la dimensión de sus pecados e imaginaciones. Trizas ocupaban la franja basta de los almendros, la huella imborrable de la sangre se trago con el polvo opaco como su vida en la tierra. Sobre su piel nacían huevos de moscas blancas como el marfil, negras moscas como el azabache en su almíbar. Como huevos de cíclope.
Le fue menos humillante entonces, despertar a la soberbia tajante y dificultosa del tribunal trivial. Por un grito de perdón que jamas se hoyo salir de sus abarrotados labios. Solo heridas brotaron de aquel rostro cegado al silencio. Pero aun allí en su misma agonía mantenía su mueca ilusoria y alucinada. Y sus amigos aplaudían el festejo romano - desgarrado en ese ruedo por fieras voraces - con diez puertas pintadas por las cuales pudo haber escapado y no huyó. Quiso luchar sin mas opción hasta el final por alcanzar las orejas del búfalo que le aplastaba.
Y menos mal, siempre habían flores para decorarlo todo. Lanzados los pétalos al viento caían como lluvia glacial. Se divisaba un paisaje sereno. Sí, era monótono el trepidar, el ruido de las hojas secas al caminar sobre ellas. El caudal de los ríos. El ¡liar al fondo, las olas golpeando sus rocas. Su cordón de luces. Navegar en él. Sí. El se ha marchado para no volver.
Siempre habían flores para decorar la miseria. Siempre había voces para hablar, siempre nacían seres humanos para gobernar, siempre habían hombres grandes donados a la causa del silencio.
Entorpecido por el odio seguía en su descarga; la vida entre sus manos fue hecha residuo. Pide perdón bastardo, ponte de rodillas maricón si quieres vivir para contarlo.
Mofaba. Y entre sus planos no quedó mas que el leve roce de su despedida. De su calor cotidiano. Qué mas te dio.
Tratando solo de olvidar; cada vez se nos hace mas difícil la verdad. Conserva la ilusión de este silencio interior. De una vida que no tiene calina. Separada de una historia de los dos.

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Bofeteado.
Rebelde con su humillación sangriento; para golpearlo al rostro una vez mas. El movimiento indeleble de su cabeza pudo ser una clara muestra a su renuncia. Pero él no entendió. Pide piedad. Le dijo. Piedad que no estaba en condición de darle. Su boca había sido amordazada. Pero él le dio rienda suelta a su imaginación; y considero permitido, el poder hablar sin las voces, sin las planos, sin los ojos, rígida la cabeza; y le obligaba a hablar. A que le pidiera perdón. A latigazos sus espaldas, sus brazos extendidos; anulados en sus extremos recibían la paliza. Ya destruido siguió al atardecer de las tormentas colgado de la rama de un alanlo. Decapitado como a héroe. Pero con él se marco la soberanía infranqueable de su ley. Digno intangible con el poder de un Dios. Distinguía ya al atardecer las líneas del ocaso. El gobierna con espuelas. Sagrario dijo las palabras. Después se le permitió tomar el cuerpo y tirarle a la tierra lejana. A otro planeta de donde le devolverán chupado. Como desecho químico. Dicen. Un buen día le llegaron la separación. Con el paso de los días se hizo efectiva la derrota; la echada de la tierra. Fue sacada de la luna. Años que siguieron; los tuvo que caminar en la luna hecha cráter; sin atmósfera, sin gravedad, vivió flotante. Contoles también que la mujer anduvo con sus pequeños en los parajes de aquel marre, que le encontró una vez cerca al sol con el espinazo torcido en aquel mismo fango que se forma cada

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vez que llueve en la tierra. Cuando los limites suelen ser aquella luz que miras distante. Además le encontraron una tarde roja de algún verano en el occidente; miga de paja en sus cabellos; que mordía tierra encendida con devoción y devorada por su boca. Difunta con tres de sus hijos a su lado; aferrados a la sustancia salvadora de su cuerpo. Cuentan que ya no tenían vientre. Sino una bolsa desechable. Porque ellos jamas pensaron en su miserableza. Jamas le dio su libertad. Le dejo soledad y el arrepentimiento. Degüelloles además, que ya por la exaltación; pudieron haber segregado algún almizcle sobre su espuma marina. De que tal vez, murieron de pena moral al no conseguir navegar en aquella lava. Al no poder alcanzar aquel halo dorado que vieron brillar en otras cabezas. A su maldita, terca ansiedad de merecer un no sé qué dijo. Que no vendrá. Van a los hoyos. Desde entonces jamas se supo nada. Rodaron por algún abismo sin final.
Dejaréis de hablar de todos aquellos que os rodean. Llegaron aquí cobrando vida un día como habrías de llegar vosotros después. La misma historia en otros tiempos. Un pasado servido en copas nuevas. De seguro para termina¡- enamorados de todo cuanto haya a nuestro alrededor. Del amor mismo, imposible y colérico, de la pasión que es solo dueña de unos pocos que dicen poseerla; olvidados a la turgencia que embarga al mundo y sus manos. En un lecho cálido habréis de hacerlo de cualquier manera; avivados por la llama ardiente. Sin pasividad a la lucha eterna de un placer apabullado por la neguedad que sucumbe al puritanismo de las bestias errantes que también lo del-I-Lien en el camino. Mientras aplaudes en tu ultima condición; los demás aun afuera sufren porque ellos se creen seres perfectos aun si los demás no logran superar aquel daño hecho en su cerebro, sino son como todos los hombres, sino son como todos los animales. Si son como las noches o un bosque de finas tunas. Lejos de la prosperidad cerca de lo sombrío. A la postre de su indulgencia. Junto a su luz;y calor de una chimenea. Deleite de una conquista suprahumana. Genocidio por ti y una agonía ridícula se queda cada noche porque el mismo pensamiento vuelve a tomarnos por sorpresa, y así se pasa el tiempo, creyendo que quizás será hoy o tal vez será mañana. Y así se pasa el tiempo. Buen viaje al gelido y nefasto mundo del racismo o discriminación total existente. Rechazo espontaneo y socialmente justificado, es el surgir inconsciente pero visible estado basado en la creencia de la superioridad del hombre blanco hacia las demás tipologías de culturas. Razas y generaciones, etnias que se han originado a través de los siglos -Y aun conservan aquel lugar desplazado aquel ¡respeto por ellos profesados, con nobleza que nació y se practico desde los tiempos mas remotos. 1999 años en los calendarios que os rigen. Que piadoso sentimiento de sociedad, entonces os embarga, recibid de ellos solo rechazo y burla.
Porque la esclavitud del ser humano es a la sociedad su empresa mas antigua con la cual se ha de congratular de un poderío que al final de la era humana, quizás no se sepa hacia donde se ha marchado. Porque quizás jamas tuvo otro principio. Unos con el rigor del sometimiento de otros.
NADINE GORDIMER.
Leandro es un tipo pequeño con corte de bigote español, se quedo con la conquista, su degarrotipo y sus costumbres aun a pesar de que ignore la mayoría de todo cuanto sucede en su mundo y que al parecer para él la vida es nada. Rehuye en su interior por afrentarla, MJS que al vacío, la angustia de luchar para después largarse sin decir una sola palabra. Para que nada de lo tuyo importe y te marchas a ras de tierra. Cuando nos damos cuenta de nada. Vividos de la pasividad de una turbación, atañidos por condiciones a un porte vulgar de la maldita apariencia sin la cual os habréis de descubriros sin valor y debéis de lustrar aquel majestuoso aspecto para verte por demás semejante a qué?. Y debas imitar siempre ser eso. Y la intimidación parvular de sus lenguas os condenan sin ningún temor a derrumbar la dignidad. Es cruel después de ello, volver a encontrarla y recogerla hecha trizas. Allí cercenando con SUS lenguas en sevicia atacan sin cuartel su víctima y pueden pintarte tramo a tramo. Pueden decir con deliberada cualidad cuál, quién y como eres sin promediar palabra o virtud, sin intercambiar ideas sin cruzar una sola palabra; ya te masacran. Trabajar por lo que puedan darte a cambio de esto. Sus costumbres como el habla misma en su dominio. Con las barbiches de pelo desordenadas de sus patillas a las que podría considerar en su propia idoneidad o en el mayor de los casos, su máximo atractivo. Su ego no podría ir mas allá, ni estar de menos adaptado a ese

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lugar cada vez que sepulta la mirada bajo la ancha ala del sombrero y su penumbra no deja ver el languidecer de sus ojos chambimbes. No es muy gordo, lo que se podría decir oso por lo de su contextura de peluche y lana, es apenis un pez que nada sobre el fango y la vanidad sorpresivamente sin amarlos. Los humanos le enrolan. Le urgían con su mirar en cada gesto que pueda recrear la murmuración a su maniobra, atinados con esa intriga a la común verdad de que sois como trije al sastre, exacto, y envidioso en cada medida. Generalizados sin cuartel. A cada puntada, sin error, destinado a los hechos repentinos; si se quiere aceptar que veinte y seis anos no es nada, que por aquellas cosas de la vida posee un semblante de uno de treinta y cinco. Todo un tiempo del cual no ha sido dueño, que parece haberlos vivido en jornadas dobles, que el cansancio esta terminando por arrugarle la sonrisa, los años le chupan y sus bolsas van por dentro. El cabello se le cae. Entonces para cuando en verdad tenga esos anos, no será mas que un mal trecho y jadeante viejo calvo con años jóvenes por dentro. Sin pelo. El proviene de las duras penas y de batallas de ayer y de la revolución de antes; y de los problemas del presente, y de ese futuro que le llega cada mañana como café caliente en el presente en aras de lavar las tripas que se fueron vacías en la noche que paso. En las que eran denominado por lo renegrido; morado por causas ocultas, bipartidista por conveniencia. Que aun a pesar de todo el silencio corre en la misma cópula opaca silueta con la cual cubre el sol su halo con su espalda; y él con su dedo aprendió a significarse en un derecho de botar por colores y bajo aquella niebla seguirá creciendo el vientre; el universo. Y él nacerá. No hablo para negros burgueses. Solo para pequeños hombrecitos. Tu eres demasiado grande y no mediocre. Además esta hecho para cumplir a cabalidad un mandato y su destino esta señalado sobre un destierro. Esculpido sobre piedras. Musculoso por si algún día decide retocar y cambiar al espejo aquella absurda confidencia de que ha sido un hecho a cleros impresiones, sin adoptar un narcicismo vulgar; ganar los anos que tiene envolatados en rastras; en aras de un prototipo idealizado a la conveniente y al momento creativo del que te dicta como has de ser, del que te dice como has de proceder en reflejos; en segundos; como ágiles felinos, conducirte para escapar; seleccionar tus amigos y aun mas; hemos perdido aquella fuerza vital de gritar y decir, porque él juega con nuestras primeras necesidades y convierte en imposible el pan de tu mañana. Para no dejar imponernos nada. Ya de viejos inmersos en los recuerdos.. Que será, después de nuestra resistencia por apartarlos de esta generación que crece aun sin abrir sus pétalos. Sin que se formen. Como entupidos; a esa edad tenemos esperanzas; siempre para emprender nuevos rumbos con un paso tembloroso, vacilante. Pero hoy se dirá que no es importante estar joven para hacerlo, que en cualquier momento podremos comenzar y esperar, es todo lo que importa; es todo lo que cuenta. Dejar que la vida transcurra Te enamorarás de un bastardo que solo te dirá mentiras. Se marcharan como el agua filtrada entre los dedos. Ahora que cualquiera lo ve. Dice. Ah.L Es un tipo rancio. Ya los cuervos le habrán sacado los ojos. El que se tomo su tiempo para añejarse; como parlanchín sin haber hecho nada completamente. No se cocina en dos aguas. Aun es una cruda realidad. Tiene de si, una sonrisa contagiarte lo demás creo que no es de él. Se perdió el interés del entonces. Loco que es el mutismo eterno al cual se te ha sometido por mero castigo dignado a su purificación. Sin razón ha de carecer a un altar y a sus devotos.
DESPUÉS..
Entonces se encarnan en la vida de unos protagonistas capases de desenlazar sus propias raíces. Del lado y de la creación de la tragedia.
MARGARITE DURAS.
" GACETA "
Han abierto la puerta que conduce a un pasado interior y terrible. Han recorrido el camino que aleja del mundo y conduce a L111 helado infierno. Donde los seres están mudos y solo la luz puede nombrar# Hemos tenido muy en común el concepto con respecto a la designación y trato de la raza humana y el valor que esta merece dada la condición que le caracteriza.

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La intervención no dejo ]]las que la dignidad y costumbre de la gloria de los antepasados que no se desvanecerán.
Tenéis derecho a defenderos en cada raíz y huella y liberarlos del polvo que ensombrezca vuestras mañanas. Perseguidos con saña por el color de la muerte.
No fue tu culpa, jamas ha sido la nuestra. Tu eres un absurdo, tal vez nada sea tan verdadero como tu contraataque; tu tradicionalismo. No pides, no esperas el resultado de lo que hoy sois, de lo que han hecho de ti...
A su consecuencia se desvanecerán como una tonta y sutil espuma de jabón que esta flotante sobre el agua. Con tu portento en la transparencia que le contiene, por qué
hemos de ir nosotros a ti?.
Si te reclamas y te opones eres rebelde, si te desliga, eres desquiciado y anormal, si lo haces eres maniático, eres un inepto, si lanzas tu queja o gritas demasiado, perturbas, si piensas diferente, eres extraño, imbécil quizás un raro y lo averiguaran todo de tu vida, por algún trRirna; tu primera experiencia, condenado a tu primer dolor. Si ignoras a los demás en igual cantidad de dosis, te crees mucho, sufres de un delirio; sino tienes nada no te buscan. Látigo del menosprecio, si te resistes a sus caprichos, eres inadaptado e intolerable. Indolente si haces cosas que ellos por supuesto jamas harían, has perdido toda idiosincrasia, identidad, cultura, no hay ademanes en ti. Solo escucharles.
algo exclusivo de quienes lo imponen todo.
Entonces te apartas; ignoras al mundo porque ya no estas para él y no te atreves a mancharte, porque ya te han cobijado con el abrigo del miedo.
El pobre no tiene nada. Embuidos de prejuicio agazapado por todo su cuerpo. OCULTOS...
Tanto reaccionario por ahí suelto;. Disfrazados. Los negros son ahora los racistas. Se dirá cada vez que golpees con el mismo martillo a sus cabezas.
Y esa muestra de rendición no era mas que el gesto vano del cual es a veces necesario taparse para protegerse en su sistema de cacería. Llénalos de palabras, diles lo que quieran oír, que les amas, dales lo que quieran que les des, adulalos, ponlos en un pedestal bien alto, cuídalos primero a ellos antes que a ti y los tendrás rendidos a tus pies. Te convertirás en su amigo servil. Acepta sus conceptos de racismo. Y podrás vivir feliz como sabueso. No repudies nada. Y en sumo salta los muros para divisar aquellas puertas hechas delante y tras de ti. Es un animal que alimentaras hasta el fin. Un lugar hecho de piedra y silencio- Peligro y misterio- Un laberinto eterno.
Para hacerles creer guardamos esa carencia de energía; la dosis de obediencia en la lucha continua a la cual debemos estar apostados para poder seguir respirando. Limpiar sus pisos; eres diligente y cooperativo como las abejas, las hormigas. No olvides su terrado. Que aun mas, les seguimos idolatrando en su sentimiento indolente.
Es de gesto venerarles, soportarlo en todas sus connotaciones, en sus brotes de histeria con el que te gritan. Y tu te quedas con el pecado de siempre. Debes acechar con tu cuerpo tras su sombra; para que aproveches la migajas que te lanzaran. Queda la escoria viva en el espacio merodeando en el mundo un problema, aman la servidumbre, la promulgan y la practican. Quien se opone a ello, ha de merecer castigo, para que pueda existir en la sociedad ese espacio de luz entre la oscuridad eterna de un túnel que a dejado a la nueva humanidad en su propia desconfianza. Febril por resoluciones destructoras de unos pocos. Allá están las clases vencidas en su batalla de locura; sin cordura en las que unos son humanos y otros no y entre clases y animales, las contiendas de dagas no se derogan. Ahora y siempre. Mi AMO. MI SEÑOR. Artista de bromas huecas. Tan solo le han remodelado las antiguas maquinas de tortura. Los escenarios; podría decirse, hoy contamos con un espacio mayor, participa mas gente del espectáculo del azote. Ya no se ocultan como antes; son mas insolentes, andan vagando por allá como sonámbulos y la gente se roza fácilmente con ellos, indistintos. Simples a la critica de su roll en la constructiva, si alguien se sobre actúa en su papel de esclavo libre y con derechos humanos a él adaptados, le tan exento, arbitrario y le castigaran. Porque es un negro desgraciado a muchas cosas; de absoluta propiedad de blancos. Que no debe olvidar por si alguna vez la vida le divisa otro panorama.
Descubrí que era un tipo calmado que ardía como leño seco en la hoguera profunda; en medio de la altivez y la perfidia que se cubre con una máscara de ángel. Aprendió con el paso del tiempo a manejarla. Revestido de

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lacre. Era dorado su nombre.
Que él lo haga esta bien. Lo anormal es que estos seres también lo padezcan por contagio.
No puedo mirarle como un guerrero ataviado, pero no menos valiente que los demás, tiene coraje de acero, valor, orgullo como para dejarse llevar por la tormenta y el río de piedras, la primer marea que sube con su oleada de mierda. No puede ceder en el embaucamiento y caer en la celada al foso de las serpientes.
El dice. Yo pienso que los hombres, deben matarse hombrea hombre, no una manada contra una presa. Pero tu piensas?. Se cazan como a fieras.
La diferencia no hará nada porque no maten a traición, si son salvajes, hay que serio también. La muerte cabalgando.
Pero a que viene todo esto?.
Debes defenderte si te atacan no puedes dejar que lo consuman en un hecho elaborado, otorgado por demás a una circunstancia fortuita, a la casualidad del destino ellos se liberan fácilmente. Quien queda en la encrucijada sois todos vosotros.
No comprende si alcanzará la desconocida meta de nuestras vidas la propuesta de nuestra realidad. Pero si ellos provocan el exterminio. No darle carta blanca; ver como nos sepultó en medio de sus hipótesis. No estáis al hecho de una quimera en la tierra por simple evolución privilegiada. Desde un punto de partida hasta tu estado; también hubo un inicio, un desarrollo invulnerable, que nos dejos a la valedera razón de la existencia. Pero le echan tierra a tu pasado, a tu origen.
Delito de quien quiso aducir la muerte con la propuesta de un pecado carnal. Constituir la disputa por raza y color de piel, a los hombres de un grado de lógica mayor digno a astros. Porque nada es imposible. Y se descubre que el hombre ha de vencerlo todo.
Tanta verdulería.
Pero cuánto cuesta aceptarse.
SOLO..
Yo no te busque, pero inadvertidamente te esperaba, a solas conmigo mismo. Compartamos entonces en la soledad de un cuarto nuestra intimidad de momento. Amarnos de valor para cruzar la senda de piedras. Sin flaqueza. Sin celada. Mañana se dirá la autenticidad
oculta. Entonces no tendrá apelación. Pero quién sabe de cuánto tiempo se requiera para que pueda entender. De que los hombres somos iguales. Aquí o allá será igual. Estaréis para sobrellevar la misma dolencia. Huraño.
Fue solo porque de repente un ser mas alto, de voz ronca, penetro en el espacio, habría de suponerse al efecto que causa el tabaco revuelto; convirtiéndola en pausada, aligerada la respiración; la saliva seca, veía como se sometía a la hogazón del querer hablar urgente ante aquella gigantesca penumbra como en imaginaciones la voz. Siendo un empecinado en tener que pasar eternamente una inhumana prueba. Le enfrento la mirada mas ruda, en el afán de vencer aquel misterio. Y atrapar la diligencia meritoria que le permitiese quedarse aquí mañana y refugiar con ello su alma. Como si eso tuviese alguna conveniencia. Aprendió a experimentar y a propiciar dolor y va por cualquier parte derramando bendiciones. Porque el espectro penetro en el cuarto y le apúntalo a la misma fealdad de una pared y le obligo a callar su oposición a las cosas dichas en su oído. O te sometes o... Arrumo leños a tu hoguera. Le dijo que no volvería a fastidiarle, y a cambio, debería vender su fe y confiar siempre en sus palabras. No bastaba su energía portentosa. Pero que debía mantener los marullos de pasto sobre los hombros, y despejar el camino que contribuirá luego a la reconstrucción del teatro vegetal en donde habrán de hacerse las siguientes escenas; la de los próximos siglos. Su titulo en pancarta, brillaba como lucesitas rojas y amarillas destellando a sus ojos. Absorto veía la nubes de humo que se encogía y dilataba como un nubarrón de algodón por los aires elevada y corría en ese sueño martirizado. Y sentía su fe y esta volvía y le abandonaba. Con su mínimo lazo de socialización, se convirtió en antisocial. La brocha sacudida bruscamente, ha dejado derramado sobre la tela, numerosos circulitos. Una gran herida; se apesadumbro en la consumación del crimen, no tardará en pedir indulto y matara de nuevo mas tarde.

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Llego tardíamente de lo acostumbrado a las costas de Buenos Aires, en aves grises. Le asesinaron en ofuscación dormido en épocas de primavera. Lo dijo con la intención de asombrara todos, lo menciono la tarde de vuelta a casa porque comenzaba el invierno.
Eso es cobardía, replico en esa necedad, se !o repitió para él. Los demás le escucharon sin cautivarse. Es ser miserable, debe castigarsele de igual modo. Sin conquistar atención, seguía con sus amonestación. Se mantuvo en la conversa hasta dimitir sin lograr fascinación.
Sin que nadie interviniera; infligió después.
Pero sin convertirse en héroe. Habían finalizado lamentablemente a los hombres y se fueron taciturnos cada uno a lo suyo. Otros opinan que ejecutar, linchar, torturar hasta la muerte a un hombre que permanece dormido no es nada. Ejecutarlo da igual mientras alguno este en desventaja. No marca gran diferencia.
El que se provoque en otra situación no deja de ser mas que el paso reglamentario a otra existencia. Era mejor donarle el placer de no padecer para siempre. Que llenarlo de inquietudes, de omnimosas cavilaciones antes de partir. Penosa además si aquel individuo ha de estar enraizado al mundo, agonizara arrastrándose por mediar un deceso inevitable, ocupara los dedos de la mano forzosamente para rasgar el ultimo tramo de tierra. Que serán pocos los dedos de su mano para tapar los orificios por los cuales el filo de la muerte ha penetrado.
Basta poco tiempo.
Vanidad y orgullo, no existen, ahora lo veréis como a un rey despojado de su corona y del manto. Si tu alma intenta penetrar de nuevo al cuerpo, le será imposible lograrlo. Porque ya no hay vida.
FEBRERO..
Llegaron después las aves migratorias de verano, tuvimos un largo tiempo que después de placentero se convirtió en enfermizo, tal cual como todas las cosas que exceden de mas. Conocimos las garzas rojas y azules, pardas y de todos los colores. Seguíamos cada uno con nuestro diario impreso sobre las huellas rotas de las manos y cada amanecer se convirtió en un pesar muy hondo por estar aquí y en las noches todos se perdían convertidos en murciélagos y se iban a visitar las enormes redadas de ganado dispersas en el campo.
El cielo seguía allí cada vez en 1-1113 fase diferente y debías mirarlo para soportar al saber que no estas solo; aunque no sientas SU presencia y te preguntes incesante por lo que te ha de deparar el destino. - EL coyuntural nexo al descubrir que al final no sirvió de nada...
Descubrimos un revolver asesino sobre la mesa, tras la puerta; tan pronto le dimos la espalda, se disparó. Tomó movimiento a puñales, lacero ti-¡pis y órganos con su régimen tan complejo que pierde todo interés y los aniquila en serie. Su producción siempre da al reemplazo.
Alguien fusiona sensibilidad a las maquinas. Y de qué valen la de quienes ya le tienen.?
Amor irracional del hombre. El podrá apalear al prototipo 111-1111,1110.
Abril.
Creo que sin conocer aquella colección era la mejor, compuesta por las mariposas que inmóviles seguían, entre cucarachas y socarrones de agua. En otro extremo, los sapos, murciélagos y diminutas patas de abichuchos, renacuajos que son la colección de reptiles, mamíferos de los cuales se desprecia la cara. Colgados de alfileres su patas en aquella mente liosa. Después de haberles sometido a la cámara de cianuro; les extraía súbitamente la pieza que le importaba. Lo demás se iba al cementerio mas hermoso. Al complemento del que no todos poseían feudo a discrepancia de otros. Y eran desgraciados por posesionarse de algo eternamente inconfundible.
Solo veía su colección. Habían concluido después de haber dejado cruzar por la mente las lívidas ventanas y sus ojos. Le fue importante terminar sin descubrir cuál seria el final justo. Se invento una nueva y grande maquina de suplicio. Regreso a su hamaca a divagar y divulgar inventos en el patio que olía a estiércol de humanos. GALEANO.

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A la que correspondería un día, he insatisfecho tendrá que aceptarla como tantas otras cosas a las que jamas se ha opuesto. Y clavó muchas puntillas a la puerta y anudo un candado de metal enorme a ella y....
PABLO NERUDA.
Había partido a su viaje sin retorno. Y llegaba la brisa salada del mar. Y lo vi y comimos juntos y hablamos. Hablamos de las cosas que no se podían decir; de lo que no debíamos hablar y nos miramos sin censurar una sola de esas cosas. Y él se sonrío porque le pinte el mundo en un dolor, uAlor indecible porque el papel se quedo níveo. Y se sonrío y no volví a verle. Y se acuerda de la puerta llena de puntillas; y cerro por fuera con candado porque no quería que ese dolor que yo pinte entrara por la puerta a su casa como incógnito en su país donde habitaban los rumores de fuertes olores.
Al amanecer se encontraba con una discusión de algo por lo cual no podía hacer absolutamente nada. Y se aproximo como embobado, ebrio de cualquier artificio. Y. GAGO.
Ya no es mi amigo. Ya no pude entenderlo en su ultima redada y, yo deje de escribirle y, él tampoco respondió porque se había ido a vivir a Cuba y, allí me dijeron que estaba en México y, ya no le encontré mas; nunca le vi de cerca. Jarnis respondió cartas; solo colecciono sus textos.
Hilarlo, como decían llamarle, estaba sorpresivamente fallecido desde el exacto segundo en el que se le palpó el aliento con el vidrio, solo le imprimió una tenuidad mas insólita que el fantasma4 de guerra que deambula por los llanos. Aunque quisieran colocarle una a una cada pieza nueva en su lugar; fresca y restituida, limpiar trozos de dinamita, calzarle, sacar restos de vidrio y arrojarlos a la basura. Ya no funcionaría como lo había visto antes que antecedieran al incidente. Ya no canliniría. Ya no sería el mismo al cual vio sonreír bajo su ultima orden. Solo la carta que jamás abrió. Se quedó cerrada porque supuso no encontrar allí repuesta.
Hasta la misma Valentina podría dar testimonio de todo esto.
En el mundo de las hojas sueltas, le faltaría el soplo mágico, que fue inhalado por la nariz. Hacerle gastar sus epopeyas. Estas anécdotas parchadas del cuerpo. Pero es entonces la que nos abandona. O se opone a estar en él maltrecho; y le da a morir. Ella debería estar dentro, esperar que el costurero lo renionte, que le calce y le vitalice de nuevo. Ella se evapora. Amistad. Concupiscible cuando mas le necesita. Siempre vienen cada vez que de ti pueden absorber la espuma y dejarte inerte, un liquido a tu cerebro. Verificar cada espacio; cada rincón hasta que el cirujano lo sacuda todo. Arroje trozos de metales, sacuda el polvo del veneno. Inundarlo de leche; de sangre reciente a tus venas y que el guardián venga y cambie la languidez de un astro que se pierde por el orificio oscuro de sus ojos brillantes que pierden luz cada vez que se mueren de vida y se sofoca nuestra figura. Un nuevo eiliblema. Ellos mismos te dicen clara y abiertamente que eres una criatura del universo. ínfima o no. Y no es que padezcas paranoia. Inepto para asumir responsabilidades. Para que te impongan sin alternativas. Que así has de permanecer. Con sus principios prevalecientes según la condición y el momento. Pero tu les nombras tu nuevo salvador y le gritas viva!. No te prometen dignidad. Pero te obligan a darle respecto. A querer y servir a la patria. A amarlos. No tienen nisiquiera la capacidad de reconocer a un hombre verdaderamente grande. Quieren que todo lo suyo sea único. Tienen estreñimiento mental, no quieren oír, ni saber nada. Solo me tomas como una amenaza. Es por eso que tratas de inventarme un crimen político. Yo te conozco pequeño hombrecito. Y sigues matando en nombre del orden y de la ley y del origen; pero cobardemente por la espalda. Eres incapaz. Te digo que mi firme convicción no pertenece a guerrilla. Es al derecho. De ni¡ frente. Racismo, xenofobia, nazismo y antisemitismo. No se porqué siguen con su doctrina; condenando a pueblos enteros al exterminio Persecución y condena a cualquier nacionalidad. Tenemos que seguir soportando esta

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amenaza al genero humano. Su idea genocida. POR QUE SE MUERE LA GENTE?.. PABLO.
En el mismo verano que se había extendido desde comienzos de la
navidad hasta finales de marzo, Nativa cumplió 135 años. sigue tan lozana y jovial como siempre. Dijeron que lo había sido, como si nada hubiera pasado bajo las décadas de sus arrugadas manos y de las tantas cicatrices que lleva por dentro. Las que levanta ceremoniosamente despidiendo cada día del cual nos congratula con su presencia. Un libro de bayonetas abiertas. Recuerda con nostalgia y alegría que fue parte de la primera generación que podía correr por los campos verdes al igual que los demás niños. Había nacido libre para dar alas a sus hijos. Sin huella de ruindad, sin hierros tallados a las espaldas. Sin nombres mas distintos. Sin códigos. Hablaba del entonces los pocos años en los cuales había muerto Bolívar. Del amor unánime de un pueblo que creyó en él y del que ahora no se le alabe como Santo; si fueron muchos sus milagros. Rescatados en cuerpo y alma de un algo expansivo en unas tinieblas absolutas. Coi-no previstos de una piel acuosa, unos cuantos inspiraron aquel olor letal. Y a tientas quedaron al desamparo. Y les veían delgados sobre aquel filo.
Que no fue en el entonces menos absurdo que los de su desaparición diarias del presente.
Trabajas para comer y comprar sus porquerías. No puedes alegar que eres un beneficiado del sistema. Si nadie te garantiza una vida útil y tranquila. Si nadie te garantiza protección.
Recuerda con súbita claridad los sucesos de su infancia, los cuales narra con emblemática precisión. Al tanto continua repitiendo su inagotable admiración a todos aquellos cercanos al extinto Libertador, por quien profesa un gran respeto y sincera admiración. Se ve humedecer lentamente sus ojos de cristal cada vez que ella nos habla.
Puesto que su padre siempre estuvo a su lado como joven apremiante del ejército libertario; a quien Bolívar solía confesar lo que llamó verdadera ofensa. La traición, la ambición de quienes dt-qrk~ viven aferrados a ella. Sabía que todo sucedería, y aun así seguía estrechando sus manos al enemigo esclarecido ante aquel que nos
traicionarci.
Es lo poco que una mujer puede sentir por tan magnánimo hombre en sus palabras de ovación a él hechas. Dice. Tampoco le entristeció saber que nació '7110s después, le importo comprender de que con ella pudo haber dado paso a un colonialismo banal distinto, pero se sintió deshonesta, si aquellos caballeros pudieron usarlas y aun así odiar sus frutos. No le avergüenza puesto que nada sucedió en absoluta voluntad, doblegadas a la burla y fuerza. Su vientre no podría anidar tal monstruosidad de desprecio.
Aun puede mirar la noble nitidez de sus antepasados. Que no se borra ante el abatimiento del temporal.
La humanidad decristo quedaba pues revestida por la simple divinidad creada por el hombre en la tierra. Una gruesa capa del calvario estrechamente arraigados a la mentira de su verbo. Creada a situaciones adversas. El bien y el mal. Dos polos opuestos para padecer y obedecer. Los pájaros enviados por la gracia divina bombardean los ejércitos de los mismos desdichados. Solo quedan sobre sus cuerpo pústulas infalible de sus tórrido hierro. Y ellos ejecutan niños. Violan niños. Se manipula la ingenuidad; se hace de esto un escrito de ignorancia. Y todos recrean un Dios para explicar la verdad y la razón final de las cosas en las que a menudo4 cae el mundo. Sin respuesta al origen de su ser. De nuestra identidad. Y el porqué sin respuesta de lo que hoy y siempre sucede con el hombre. El pecado no fue calcinar cuerpos a la purificación en su nombre. Ejecutar y desplazar a los indignos de una religión exclusivista. Lo pagano no era cerrar la casa de Dios a los apóstoles negros. Pero si redimir en ellos su consagración y obligarlos a que le amen; y esculpir torres enormes con su sangre y labor. Crearlos a esa conciencia de pecado y de demencia. Porque fue la iglesia quien le condeno primero. LLENARLO DE PRINCIPIOS. Para qué. Tomar de sus principios. De temor a la vida. Te dio un Dios que se refleja en ellos* Para que le vieras constantemente. Amo los diestros de daga. Abrazarlos a uw cruz, oprimirlos por la fe cristiana. Obligarlos al inextinguible padecer,

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DE LA SOGA QUE DÍA A DÍA LLEVAN P-JADA A SUS CUELLOS. Pero él es negro y debe vivir con su propio enemigo; su propia ffi¿U MIWI~TOTÁL
Le duele saber lo que piensas.
Su propia progenie al realismo intrépido de la condena por la cual las demás especies han de estar doblegadas a ellos. La cruz reivindica los pecados del hombre. Y él se arrodilla cuando viejo.
Escenifico cada acto en su idolatría de roscos concebidos. Perfección del universo al cual habéis de estar postrado al color valido, pálido. Final inhumano de las cosas sin vida. Una Figura sin visión.
Solo ellos podrán perdonarte. Y su absolución es borrarlo para siempre hasta la muerte. Ya cuando le faltan las fuerzas para continuar alterando la vida. Va a la iglesia y se arrodilla para lavar sus manos.
"Porque yo digo: el problema de los negros en Colombia no se resume a mas que simple retórica y la evasiva sublime de quienes padecemos de la discriminación. Aplicada en la verbalidad de cada uno. Que no deja de ser mas que un puñado de cobardes incapaces de unirse solidariamente y combatir un sistema que en nada nos favoreces."
" De que vale el odio interior si no vomitas su causa o justificas el bullir incontrolable de tu sangre".
Si te emborrachas solo para olvidar ese momento. Y debes vivir en ese estado para no enfrentar la realidad de esa flecha de fuego que atinan en ti.
Los tambores rotos.
Sacrilegios.
Rituales atribuibles a la adoración del demonio .
al refugio. Los séquitos; obeliscos estilizados. Ojos azules como el mar. Bárbaros.
Por el panorama desolado que se divisa.
Habrá una generación que por supuesto ha de llevar los puños ocupados cargando el mas vital de sus órganos. Para que cuando se aprenda a darle lo imposible a todo, nadie los abandone por enfrentar a una guerra de la cual no se gana nada.
Y, para qué nació la guerra?. "Solo para exponerse a sol sin vida."
Un derecho inalienable.
Que biéin.
MOHAMED AL¡.
Al negarte a pelear en una batalla que por supuesto no es la tuya, defender una nación que al contrario te discrimina y debes ser patriota por ella, si dentro no vales nada.
Aunque te tilden de sádico y salvaje, gracias por tu arrogancia. Mientras no hayan constituidos nuestros derechos como tales.
Somos nacionales para poner el pecho a los intereses ajenos. Para defender al país del terrorismo; de la guerrilla, de la desestabilización social; de la criminalidad, de su violencia encarnada. Enorgulleceréis de méritos que jamas han sido vuestros.
Todo es blanco en este país. Todo es mentiras. Todos están solapados. A todo te dicen No.
Pero entonces ellos supondrán acertadamente que denunciar a un asesino es salvarlo cada vez que se le pueda dar la misma dosis de su jarabe, suministrarlo a su veneno. Si su ley apesta. Es indiferente; demasiado ajena para nosotros. Quiénes vienen al calvario?. Quiénes purgan las penas y sus delitos. Dime Quién sino los pobres hombres que llevan por designio la rasura de la cobardía y ese acento de miseria por nombre. Enclavados. Dime Quién menos que él es mas asesino?. No es importante que oculte su identidad. Con su reclamación, incógnitos por persuadir. Da la cara al sol.
Una escultura que se iluminara con la luz de la vela, a los ojos de la gente.
Para llenarlos de bendiciones se han hecho las criptas.
Te habrán tomado por abolengo, le han dejado por sus caderas de manteca.Sin tribulaciones, quedo en simple desorden de la masa que llevo a impedir la identificación de los autores del crimen propiamente dicha.

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Por su ambición protagonice.
De ilustres. Esa rápida ocidentalización.
Terminó él con un sublime gesto, culmino con un elevado suspiro en mezcla de airadas expectativas al mismo cielo de ayer que le reclama calma sin fin; que le dice que espere que solamente bastaran tres mil millones mas de aguante si es que no mas; para que ellos reinen. Al bien accedor de todo cuanto hay en la tierra. Que sonó como un hueco profundo y silencioso, al que de repente se le ha lanzado una piedra, desde un lugar cualquiera al interior. Escupió de nuevo la sustancia laboriosa del agua mala y humo.
La mujer miró.
Volvió para apretar en su desesperado ademán el rostro en las sucias manos; extrajo el amargo sabor de las latas viejas y secas de la tarde que moría. Corría ya sobre las palmeras la brisa urgente del día. Cuando Cristo apareció en el camino y le dio de beber. Después le dijo. Continua con tu labor meritoria. Levemente dijo. No sé porqué se me ocurrió darle lengua sino la necesita..!?
Lívido quedo despejado a la mirada, las cruentas franjas de barro hechas en su semblante se tornaron en oscuras emanaciones de sustancias de extraña fragancia. Y ella hizo su postura.
El carcamal.
Rogelio carecía de esa capacidad de reconocer el espectáculo en el cual éramos sus mas representativos admiradores.
Pedazos de sueño.
Con la mirada nos inducía, solo los fuertes sobreviven. Dijo fascinado después. Se formó la indocilidad en la algarabía.
Días viejos. Leandro les comprendió y esa entonación se dejo escuchar bajo la voz de su gañote. Así como una flauta roída por donde ya no es aire lo que sale; solo baba. A la saciedad llegaríamos cualquier día de pretender reconstruirlo todo. Acumularemos el único consuelo por el cual fuimos divulgados como tormenta en el universo cargado de granizo, que es la simple sospecha por la cual la fantasía es algo mas que una leve historia, en la que puedes concebir tus batallas y hacer de ella tus derrotas y pocas veces confesar tus desengaños.
Un final se acerco lleno de perversos personajes, truculentos, patéticas desventuras por las cuales se conservan los amores de María.
Descubría el ave misteriosa y sus huevesillos. Daba miedo aquella concha lisa y melosa.
A la espera de aquel milagro por su caricia. Los días iban y volvían en su lento caminar y él espera..
Que contradictorio suelen ser a veces los accidentes repentinos que le han entorpecido. Sin evidenciar.
Revoloteaban grandes aves en el espacio rayando la lejanía. Tras los terrenos baldíos se divisan los cerros aunque acurrucadas una sobre otra no presionan. La clase dominante nos deja un hueso entre la lengua y los dientes. Sin el don de la palabra. Todo queda distorsionado en el ruido que hace sucumbir de terror. Por demás forjado. Con su panorama desolado como a pesar de todo. Donde nace una libertad secreta. Expoliados desde el origen. Nacidos durante ese tiempo de transición; del hablar sordo, del origen con las gargantas quebradas para cantar. Con sus enfermedades sofocantes. Vosotros con ese honor tan pobre de usted. Como sobre un hielo rugiendo ermitaño, una hierba de saladar enfermizo.. RTZ."
Pasaba el verano de Marzo. Ella sería entonces el símbolo de facultad recuperada, así recorrido por ardores su paisaje. La primavera es un palacio de hielo y de guijarros. Conceptualistas sin la enumeración de hechos. De amargos recuerdos. Cofrades.
No ser testigo de una Ipica, no es garantía para no poder hablar de ella. Seguían aun tan punzantes en lo que han sido y dejo de ser vuestras vidas. Que cada vez les interesaba menos el despertar.

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Siempre distanciados por el ocaso. Aun inspirados a la modorra de los buenos años insepultos. Cuáles. Liquidados esperan pacientes la realidad de un vago sueño que desde niño habéis estado albergando. Se tejió a tu primera experiencia. Te has quedado con la contrición. Atormentado por esa crueldad primera. Al estilete damasquinado, débil.
La gran diáspora de puritanos inundaba el ambiente, dejando huellas en toda vuestra piel. Advenedizas hacían fisuras en los labios, tras de si el n*tici-si—no. Y llegó el valor para cultivarlos a ese prejuicio de veneración a la humanidad en una sociedad que penetra caótica y desordenada. Húmedo resplandor transfigurado a la margen del mundo prosaico y rutinario.
-- JUDITH KRANT "
Humillados los conflictivos. Finalmente ventura en los patéticos rasgos. Cercenantes sonidos penetraron destrozando un corazón en pedazos.
Grito su nombre dilatado al viento, ella volvió tras de si. Te recuerdo a alguien?. Un sonido disipado del Saxo.. Mínimo. Dijo Si.
Tuvisteis una pesadilla. Siempre..
Ha dejado usted caer este papel, creo le pertenece. No es así. Podría; solo que desde que cayo al suelo ha dejado de serio. Le corroe algo verdad?. Le gusta el Rhythm del contemporáneo Blues?.
Si, es la esencia de nuestro pasado. Es tuyo. Sí. Lo sé lo tienes todo si les escuchas, mas que ansias, un deseo apasionado nos arropa porque todo acabe. Es demasiado fantástico que personas hayan podido crear algo tan hermoso con esa bruma encegueciendoles. Cómo podían inspirarse a tal que nada les impidió dejar estos sonidos para que le recordaran siempre. Para que supiéramos que están allí con lo único de sus vidas. La música que no pudieron arrebatarles pero que ahora le imitan a tal que no les dará vergüenza asegurar que le han mejorado. Como si esta esencia hubiera sido sucesiva de entre ellos. Fue de otra generación, tu estas forjando el tuyo propio. No podría.? Siempre huyes a la menor oportunidad.
Procedemos de patrañas,.
Significativamente han tenido toda la hermosura y le han elaborado para vosotros. Pago con esto su cuota de silencio.
Que podría serio?. No sé; los tontos lo ignoran con frecuencia. Es todo lo que nos queda.
Lo han dado de si. Su música.
Es una tromba revestida por el establecimiento de nuevas generaciones a la cual los tradicionalistas se oponen a que liquiden sus viejas manías.
De golpe se hará diferente. Pero le golpeara de nuevo. Le ira igual... No.
Ella es el trabajo. Lo intentarás.. Lo supongo, es algo que podría ser.
En aquel castillo descubrió cierto atractivo. Un ambiente palpable y fresco. El dulce romanticismo que buscaba. Puedes decirme que fue de:
" BOB MARLEY "
Por entre supinas van las plumas de su sombrero.
Continúo examinandole y lentamente le ve perderse en aquel paso moderado que le condujo al inagotable lugar. Tras de si desapareció la sutil sonrisa de sus labios. Se refugio al emblema y el viso alegre de su cuerpo se quedo en el vino.
Allí a la puerta de la universidad dio su adiós con la mano.

113
Nuestro sentido trágico son las siluetas de los gigantes esbozadas en legiones de añoranzas. Por qué le conocí?.
Llovía tempestuoso tras el cristal de la sofocante plaza. Le inundaba el deseo de correr bajo la lluvia, en esa brisa ondulante mientras lava la seducción enorme de los sauces. Estaban rígidos, y sus hojas caían con el ciclón. Rasgaban el aire hasta estrellarse con la tierra.
Y siempre habían flores. Siempre el paisaje perforaba al cielo, siempre había violencia. Siempre alguien taladraba algún sueño lejano y volvía a llover y. Vivimos con los hechos, estallando en caos. Raspados y pulverizados de sentidos. Discernidos los pensamientos.
Los milagros, y sus accidentadas coincidencia por las cual se paga un alto precio en su simple pregonar.
El caminante de los caminos, ojos claros, pelo verde, barba morena, tez blanca. Quizás siete años después se cumpla aquel fenómeno para que sus retorcidas piezas vuelvan a ser lo que fueron un día.
Simplemente que al que mataron no era nada distinto a un bribón, uno de esos tipos buenos para nada, un macho arrebatado. Se emborrachaba y desafiaba a pelear a cualquiera, con macheteo con tipo de arma; menos las de largo alcance.
Entonces era un bellaco. !No. No era mas que una gallina que cacareaba queriendo ser gallo. Perro que ladra espanta pero no muerde!. Asentía en aquel masticar silencioso. Deglutía sus notas, en el follaje seco. Por su devaneo.
Nadie tiene alternativa. Lucharé.
Tal vez descubramos un silencio de doble propósito. De día se siente.
De noche se va. Dicharachero para muchos. Asunto privado. Simbolismo dualista y unívoco. La mas patética de las insensateces indecibles.
Ahora estaréis enganchado a cualquier aberración.
Por qué habréis de cambiar; sois lo que de ti quisieron que fuera. No hay cavidad alguna ni en su cabeza ni en su corazón. Todos con una cruz por cargar.
Es triste saber que la vida humana ha sido diferenciada por su pigmento. Eso es vida...
....Si alguien decidiera cambiar de opinión.
Lo único que le aguardaría; sería el apoyo de la minoría oprimida.
Y el rechazo de quienes tienen el poder.
A donde iras?. No sé el mundo es grande allá afuera.
He considerado a esta sociedad en este siglo, como la mas perversa y única culpable.
A la iglesia por ser la posición de la mentira en su selectividad dogn tica con la cual recrea el pensamiento de quienes aun reconsideran la existencia de una fuerza mayor que la de su propia voluntad. Aceptando la realidad de si se paran bajo la lluvia se mojan.
No a una imagen hecha hombre.
Con su talento de irracional y bastardo. Reclamándose para si lot facultad de ordenar y distribuir en reinos y monarcas. Hábiles constituyen li legión dominante.
En un día de esos en que ningún hombre reacciona por el estrado.
Sentencia adversa, se levantaría de la cama a pelear. Alabados aquellos que se pueden considerar con el ultimo dote de talento y de genialidad para exaltar y sucumbir a las pasiones bajo esta. Y penitenciar la duda. Como condenar al amor.
Todos disimulan su doble en uso.
Pero castos; indican, condenan con desfachatez y persiguen sin cuartel a sus victimados y les llevan a ese calor atrapados.
El tipo fue estratega del aparato militar obsequiando sus años. Aprendió con el paso del tiempo que quedas luego como pollos sin sus plurrias.
Que durante esos trasnochos conoció bastante de la vaina. Excreta que a diario se come con las manos. Que peleo como gallo contra la pugna; contribuyo a la seguridad que son los intereses de la patria de algunos. En ese lugar inmoderado descubrió colores y no fueron precisamente sus favoritos. ]amas se vio en lista. Nadie escribió su nombre.

114
Desenmascaro muy tarde la ilegalidad. Desde entonces jamas forzaría otra puerta de entrada. A tablazos; bañado hasta la cresta para borrar.
Ya no hablaba por si solo, se le memorizo en fichas un nuevo lenguaje que populizo en el barrio. Practicaba la perdida de los caminos y solo rendía honores. Aprendió los duros esfuerzos de correr para otros. En lejanas veredas de la fluctúa imaginación. Habrían de conspirar como gavilanes.
Sabia de los indios con esa vida apestosa que llevan. Como los destruyen. Les dicen amarlos mientras les quitan la tierra.
Es un colérico crónico.
Lo dijo. Tenía pataletas y fiebres muy altas hasta bien entrada la noche y deliraba porque hablaba de su hada blanca; y decía ver un ángel venir y después le dolía insoportablemente la cabeza y gritaba hasta hacernos salir a todos porque decía que éramos impuros para que su ángel llegara a él. Además porque consideraba que no éramos mas que los emisarios de las tormentas. Y solía suceder así. Irremediablemente llovía en vendaval.
Pobres indios sin sus cosas.
Ese otro aire de empuje lo guardaba para los miserables, para los de mentes brillantes.
Y entonces se atemorizan, horrorizados de tanta perversión, víctimas cínicas. Ven ese transcurrir de cosas como por sobre los ríos de sangre.
Insignificante. Sin que se convierta en el complejo de los incapaces y condenen a otros a la desdicha sensata de sus leguas de reptiles. Por su derecho equivocado del sistema que te dicta. Que te dice que cumplas y te condena al hambre y a la indiferencia.
Y erróneamente perfiles los asesinatos entre la antipática realidad y un algo que ha de impulsarte hacia cualquier prisión.
La pelea podría ser de cualquier forma, planteo el arrecho, en tanto que gesticulaba los brazos en amenazantes ademanes. Golpeaba sus puños, le desafió, se despojó de la camisa.
El abanico de papeles se rompió en millones de pedazos, en cada uno de los cuales iba la consigna que comprendía tres sentencias a los violadores de un comportamiento. lento. Yo no sé qué ni cuál. Pero ya tenían su amenaza gratuita. Arrastrados por lo clásico y magistral. Vergonzoso. Daban de hachazos, machete y granadas. Se veían morir. Descubráis a los disidentes.
Porque los idealistas son eso: desmejoradores que saben que algo esta mal, pero que no pueden vivir prescindiendo de lo que esta bien y se enrolan aunque dos heridas duelan mas que una. Obvio. Porque el hombre que agacha demasiado su rostro le llegará el día en que ya no se levante mas. Y pululan las calles a esa lujuria su fenomenal pobreza. Nunca duerme su felicidad neurótica. Rompe lirios que son la fantasía de un ritual fálico. " Viola sus hijos. "
Aturdidos van por las calles en la fanfarria.
.Estoicisi-no es vuestro corazón el que esta roto a vuestra espalda.
Proviene de los inolvidables días. De las circunstancias inconfundibles que te ensogan perpetuamente al tronco de un árbol por el cuello.
Dejadme entonces estar a tu lado. Aun no paso la anquilosis.
Pero has de saber que sois antagónico y vulgar. Pero no ha de ser a golpes. Intervino un diminuto hombre que se hacia denominar Deuxecluenswio, por eso de evitar a toda costa la constante comparación. Ese parecido cuestionable con la nada. Así era él, así deberían de ser; iguales pira pelear los hombres; así fueron. Pero no. Dijo: eso no sucede; los que son machos, no aventajar por maricas y cobardes.
Pero y, si él otro es mas fuerte y ágil?. No hay búfalo que no se muera, ni león que no se doméstica. Replico sarcástico. Pero se ve malo. Todos tienen el aire de i—nutibilidad. Al menos ha de tratar de doblegarle, no cree usted eso.? Positivo.. Y, sino: tu destino y suerte. Trata por lo menos de defenderte. Seguro lo arrastrará cualquier chubasco. Que no se deje nubiar por la túnica de la noche. Es por eso que acertáis a lo mismo. Pero de cual parte esta usted?. Debería irme por uno de los dos. Me quedaré del lado del que gane.

115

Que peleen de buena gana; ya están bergajitos como para dejarse joder el coño.!
No es corrida de toros, o jaripeo, o algo parecido. Quién gana?. Quien se va al suelo pierde. Son dos casto machos.!
Sería dejarlos que se dieran de golpes, y luego ponerlos de amigos. En riñas no hay regla que se respete. Cada cual gestiona conservar su pellejo. La ventaja va sobre la desventaja. La minoría pierde. Solo les queda distinguiir a lo lejos los aplastados por el alud de tierra.
El pueblo allá en su silencio, con sus calles desoladas, dobladas a la par y polvorientas en sus esquinas. Con ese aspecto de las cosas que tienen movimiento. Como si estuvieran muertas con los ojos bien abiertos; y que por dentro están vacías y fugaces. Es alimentar u]] amnesia de vida.
Leandro dijo luego. El ex-soldado le contesto que no peleaba como lo tenían aquí acostumbrado, él tenía sus razonamientos. ientos. Que tenía ausencia de valor para dar función gratis. Mientras otros se divierten al tanto un par de pendejos se rompen la jeta. Los jodidos se estropean el cuero a cuchilladas y los demás solo ven las chispas de sangre. Que la cosa con él se hacia calladamente, sin tanto aspaviento, sin tanta bulla. Que eso de los mucho discursos para no decir nada era cosa de señoras.
Que él pelea con astucia, sin tanta vaina, sin que en cosas personales se vea inmiscuida parentela extraña. Sin fanfarronear.
Todo un vecindario fisgones se grabo todo cuanto aquí se había dicho, otros vociferaron en su apoyo. Los demás se marcharon con su desacuerdo al carajo. Otros con su burla a los bares.
El ofendido no esta solo, le gritaron una multitud incontable en la plaza; entonces vio surgir un centenar de allegados dispuestos a lo que fuera. Por eso no fue nuevo lo de la advertencia de las pandillas. KU -KUS - KLAN. Lo de la muerte anunciada. Todos la conocían la versión en que la víctima es en ultimas el menos interesado. Una muerte dicha, enfrentada con coraje; se ponía el pecho a quien la enviaba. Que tuviera cuidado balbuceaban con machete al aire. El solo les dijo que se protegiera porque cuando menos lo esperen, les llegaría como las serpientes por entre los chamizos despacio. Como en el camoruco, a la canta de los gallos los enamorados se esperan y les voy a dar su gran sorpresa. Con un revolver o sin él, con su puñal. Atisbo.
Nadie desconocía la fulminante amenaza. Pero impacientes especulaban.
En aquel estado cual vulnerables sois al encuentro con el monte y las panteras, con el que las pirañas no tardan en dar su fiesta. Las podridas. Las piratas. Que se prepare ese butifarro a estar armado con su santo; que le vaya resandito, porque se va a Santa Rosa o al charco. Porque el coño tu madre te puede joder y bien jodido. Para estar mas resentido. Entonces de todo lo que se había hablado, no era nada mas ni nada menos, que de un duelo de alcurnia. Por una mujer que después no va a querer il que quede.
La alcuza permaneció en los días llegados bajo el cuerpo de una de las víctimas de las cuales se destilaría aceite de lubricar coyunturas, removedor de sedimento de cobre y de plata.
Siempre es verano cuando se aproxima la muerte con su peste. Encuban su lepra. Llega con intachable reputación vestida de traje negro, pegado a su silueta. Jinetea un caballo carbón, lleva desparramada la melena ceniza. Les sepultó con cosas buenas y gratas. Lirios que esparce sobre su féretro.
Contó lo mejor de sí para echarle de menos desde aquel momento. La muerte hermosa y sus ojos grises por los cuales cantan los infalibles.
Su maquiabelica y desdentada boca, su sonrisa traslucía la mueca fúnebre de su terror.
La muerte no quiere diálogos previos que evidencien las citas innecesarias, le encoleriza la expectativa inoportuna de un difunto resistido a largarse; a la falta de nuevos y jóvenes clientes.
No es sorpresiva, no es traicionera; a cada cual le da su aviso. La muerte no descansa. Una dura labor. Tiene agencias, hace recorrido de representaciones fijas y personificadas. Elabora meticulosos listados gratuitos y atiende pliego de peticiones; diligencia estatutos. Con frecuencia tiene promociones alagadoras. Esta muy democratizada sin propaganda. De los mas caros, de los mas baratos; de los mas sucios, hasta los mas hinchados. La muerte es la misma. Dicen que con los cuerpos ella es la que atiza el sol; los que se van son el carbón que arde. Sigue de nación en nación sin perder rastro. No tiene medidas y por bonitos; pobres o feos; siempre les pudre. La iglesia la elige por sus méritos. Mucho antes te dan un hueco para llenarte de gusanos.Se asegura de que no vayan por ahí haciéndole chismes de la efectividad de la muerte. Difamandola o

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definiéndola de tal manera que puedan hacerle perder credibilidad.
No verifican marcas, no existe origen.
Nativa dice. Que en el estado de somnolencia, no debemos abrir los ojos y el alma a la oscuridad para no ver su fauces. Que su deshuesada es mas ágil como tentáculo en todas las direcciones.
Que siempre termina enamorándonos o de lo contrario te asfixia.
Si es hombre, se pone calzones, si es mujer, se queda al desnudo, o se deja de espalda, por si acaso no acierta. Que si no poseyéramos en el preciso instinte la habilidad para controlar los gestos; recaerías en el mas fulgurante y desalentador de vuestro constante vicio. Para hacerlo, de cualquier manera siempre os atrapará.
La alcuza le quedo pequeña, el tipo le hizo mas orificios de los esperados. El aceite se derramo como petróleo deliberadamente por el suelo de algunos. Por entre los huecos de la hamaca, goteaban lentos los mismos globos M plasma. Ningún tiro fue mortal./ Le dejo apenas palpitando uno entre las sienes, otro se incrusto en los pulmones y corrieron todas las arteria hasta llegar al filón; hizo huecos insignificantes. Unío de iris tantos proyectil se le metió en la pierna; por si el jodido se escabullía.
Pero ningún tiro fue mortal, ninguno de ellas tuvo indicio certero de haberle rozado el alma. De abandonarlo temblandole la desosada.
Subido allá en el estandarte al cual se entrego en placentero letargo. Su otro ego escapo como si a él jamas le hubiera interesado que le habitase.
Nada ocurrió en el solar; las gallinas terminaron su alimento, el gallo canto al amanecer. Revoloteo hasta que cayó al suelo donde espero paciente a cada una de sus gallinas.
Rodrigo volvió a la escuela, Melquicidez siguió haciendo ladrillos con el lodo y emborrachandose ahora con una pena adicional.
Hubieron geranios nuevos en el patio, por la mañana la lluvia volvió a golpear sobre las latas viejas; despuntó el sol apático al atardecer y paso a ser como si aquel hombrea este mundo no hubiese significado nada. Y se paso en los laureles de la gloria por nada. En particular nada se había detenido, solo se había terminado para él y ya por el tiempo nadie le recordaba. Unas cuantas lágrimas vinieron de más a los ojos por el espasmo. Acostumbrado ya a la vida nómada que le corresponde a los caminantes del camino, se vio transformar en el sofoco de una prisa en medio de los campos verdes. La caña dulce, el agua fresca de los ríos, entre el relincho de los potros, a la desdicha del amanecer con los párpados empotrados y cansados.
Se enamoro de las piedras del camino que tanto ando. Se olvido de todo aquello que le amenazó una vez con enamorar su conmoción. Un corazón pequeño resistido al destierro.
Fue quizás entonces aquel estatuto; una realidad misma que choca con la diferencia que son abismos desproporcionados en esa ilegalidad del derecho de los hombres a la igualdad. Porque quiso ser bueno a preferir ser un detestable ser malo.
La democracia.
El motivo por el cual un día decidió volver, siempre indiferente, solo con su interior que no se atrevió a evitar por nada lo que allá se estaba reclamando.
Se encontraba ya en la población de Coronel de San Luis. Por aquellos días los martes solían verse convertidos en revolucionarias plazas de mercado, de gente que llega con cargas sobre sus hombros, mulas de sed. Olía a flores y mezcla de perros con bao pegadizo. Con sus papeles que son acertijos sobre los andenes. Doblaban las esquinas las putas. Las comadronas como cada vez sobre los flacuchos de sus días a garrotazo. De sus huesos pegados a la piel; anémicos y diminutos. Andando por entre la comida. Primeros por los pies. Luego conspiran contra la cabeza, después si piensas no importa, te callan. Levanta las manos para rendirte finalmente.
La carne no importa, la comes, la debes, la pagas, es cara, la pagas. El agua no importa, la comes, la bebes, la pagas. Un martes; feliz martes. Siempre viene la Colometa. Pobre la Colometa. Lujuria de los sábados, semejanza de los pueblos del norte. Como aquí, de alguna manera se las arreglan para esparcir pétalos en el camino.
Frío y gritos a lo largo de la trocha que deja vidas en las noches heladas. Atestaba la humanidad. Agotadas por
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un anuncio, la cocina humeante le reconforta. Pobre la Colometa. Le reparas ni¡¡ veces mas y lentamente le conduces a su paso final al mezclarle el combustible.
Obstinados vais al cruce de la línea que divide las fronteras blancas y larga que limitan a extremos dos mundos. Solo mientras el asfalto se extiende mudo e insensible. Tenso, duro y caliente. La pista sobre la cual correrás.
Los forasteros agolpados a las mesas donde mozas sirven el trago que transporta. Dualidad.
T otro ser. El mostró escondido sale a flote; tu ira solo se calma en la sed. Dos identidades confabuladas. Tu
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Música!. Gritan. Aparecen ellas para seducir, llevar al extasís. Generosas a sus movimientos cadenciosos al embriagamiento, a labios dulces. Bolas corren por mesas empapeladas de terciopelo verde. El reducto dirigiéndose al recóndito de los barrios bajos. Atrás están los Alemanes, con su aire, no quieren ser seres extraños, pero echan de menos a Heatler. Detestan a los Judíos; vienen a Latinoamérica a reivindicarse; pero en su tierra son otro lió. Y viven en esa condición aplastante de lo que hubiese sido si Heatler les hubiera logrado la Alemania anhelada. De si su ambicíon fue lo que hizo que las demás potencias reaccionaran. Pero habrá reparo a este daño. Tu campo de concentración.
Lo aman. Lo sienten especial. Disputa de Turcos. Que nazis.! Maravilla de sus muñecos articulados. Sus torpes ojos han quedado inundados de sospechas. Los españoles. Sus bares de cerveza entre el paso apresurado de los mercaderes que extienden sus ardid y cruzan sus techos de campañas. Errantes y traficantes. Siempre habían muchas tiendas en el desierto, muchos colores para tapar el opio. Muchas fiestas. Siempre se les veía regresar con las manos vacías por las impresiones. Campesinos de sombreros y techo de paja. Mucho polvo. Siempre habían flores. Decía La Colometa. En un relato que se muestra cual fantasiosa realidad. Quizás mentira. Suspicaz astucia de quien intacto lo puede. Demasiado pronto.
Coronel de San Luis. Parte imprescindible a de pertenecer a la verdad por la cual se callan las manos, se cierran las miradas, bajo el ala rota del rostro. Pauperrina condición editados a machetazos por un régimen cada vez mas débil. Verosímil. Mas castrante. Ese tapónala fluidez de tu boca. El regreso de entre esas cosas, confundidos los sentidos por el día en el cual dijo las palabras que tanto suplicio provocaron a sus recuerdos y por lo cual les condujo a la búsqueda de la justicia.
Así su mundo se empina hasta disiparse por entre los montes, los amargos momentos.
El corazón hierve loco la sangre por las venas. El eco de su nombre retumbo su símbolo. Tu tormento. Nadie mas que tu los has tenido. Tus padecimientos; nadie puede intensionar lo contrario sobre ellos. Los has escuchado. Has visto su llanto agrio de mujer pedir venganza. Tómala es tuya. Hazla a tus manos.
Tira su saliva al suelo, refriega su nombre con ella maldecido, con tu coraje él jamas se escapará de tus manos vivo. Rosendo de la Santa María de la Púrisima Trinidad de Cortez y Caicedo. Quien además contaba entre sus haberes; los deberes de la propiedad y la voluntad de quienes insistían llamarla mía. Suyos los extensos dID—rionios borAído largas costas que son las márgenes de ríos. A las muertes helénicas; tierras consignadas en cedillas reales. Hoy maldecida en todos sus alrededores; fueron cerco sus costados. Franja de caza humana. Asedio permanente de colonizadores. Objeto de perversos. Ambicionada por quienes buscan un techo. El martirio de unos; fue delito para otros en sus instinto valederos para llevara cabo sus romería. Las masacres. Alevosía y burla. Las aves de rapiña merodeando un cadáver. Un delito común. La cúspide le despertó. Quedaban dispuestos una veintena de sirvientes, tres docenas de perros machos y cincuenta y seis gatos. Las palmas enredadas con jubilo sobre los caminos, taladrando al cielo un paisaje lejano en la estepa. En lo alto enmudecen el aliento a los juncos Africanos en su efectividad. La polvareda soplada por entre las ramas de los viejos sauces. Ya se iba la paciencia convertida en calma eterna. Llegaba el olor del cedro,

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los tulipanes floridos. El antiguo sistema aun no eliminado que son registros aun vigentes.
Era estéril como el revolver mismo que empuña por delicia contra cualquier mísero, que suele despertar al estallido de la pólvora hecha al costal de huesos y de carne con movimientos que carga.
Con un valor a tan bajo precio que podría considerarse su patrón o artesanía deambulante del encuentro con sigo mismo. Innecesarias las existencias si no se convertían a fuerza de dolor en una constante multiplicación de resistencia que la dejaran eternamente productiva y merecible. Pero al contrario cada vez se hacían mas imitables su deplorables alambre sucio y sus huellas registradas sobre las bolsas de papel.
Se acerco minuciosamente el joven en la mañana atraído por la curiosidad que despiertan los bares sonoros, en ese festín y bulla de los payasos callejeros.A la glorificación serenamente los pregoneros. Afuera quedaban como piezas de metal a alto costo los grabados de colores brillantes y extraños para festejar el día de los muerto. Como disipados a un abismo de calaveras. Era la primera vez que él se arrimaba por aquel pueblo y esa bulla de pinturas alebrestadas con que se le daba movimiento y gracia; rompieron las cuadrillas le dejo una leve sospecha de no pertenecer a este lugar. Le guiabais por aquellas calles olvidado de su palabra que era vida de terror; pues a sus labios agregaron una sonrisa. Siempre dando saltos, lanzaban manzanas al aire y se embelesaba la gente. Por un momento olvido la vieja rivalidad, una desafío pendiente.
Monolito tenía en su interior figuras que alucinaban. Estaba en la esquina de una calle como algo que se ha cruzado en el camino de un laberinto y deja por sus rincones un algo. Ese lugar le atrajo como por un tubo hasta penetrar en él.
Descubriste el rninotRiro resguardado en un rincón oscuro a la imagen oculta de su luz tenue. Caminaba paciente en esa nube de gas, y se consumía y se reemplazaba una cada vez mas.
El Ecuatoriano que llegó de entre las emigraciones, tomo por sorpresas las convulsiones y absorbió el comercio. Los Chilenos pululantes se agolpaban mareados con su chachara inteligible y perdidos. En una misma cochambre; huidos a las preguntas absurdas. Pinochet.
Fugaces e instantáneas miradas en la que los sensacionalistas les quitan tiempo. Y siempre al estallido fotográfico. Como incrédulos de la credibilidad, soterrados por un mismo anacronismo. Su anhelo; regresar. Las truculencias entre tragos.
Tronaban fichas sobre la mesa. Revolvía su tabaco, el humo
oscureció el lugar. Llevaba un manto.
El gordo le quedo de lado, la fumarola se le iba por detrás y le formaba una figura torcida. Temeroso pregunto dando la cuestión de su presencia. Sonó agudo el ruido que dio a sus dientes. Rechinantes. Descargo con clara fuerza el peso acero de su golpe a la mesa, la tela verde se arrugo por lo contundente y sobre ella se tendió la mano del criminal. Las venas brotadas, giro entre cortos movimientos la pipa y el bigote de gato y puntiagudo. Los párpado bajo el vidrio declinaron a la mitad del tabique; su esponjosa nariz de bisonte quedó bajo las cejas esparcidas de color gris. Un gran búho, así horripilante y misterioso. Con ello se le crisparon los pelos y los magullo entre los gruesos y escarpados labios. El Ecuatoriano de poco sobresalto, ante aquel de rasgos leves le espeluzno el juego. Le miró por todo los costados con sus gafas caídas; un poco enérgico se quedo sin pestañear y sin decir palabra. Volvió a la encrucijada de su juego. Cogío desde el suelo la botella y bebió un trago apresurado y grueso. Lo paso impaciente, vocifero escupiendo casi a las patas del extraño, deslizo una ficha. !Vaya, vaya; el que se fue ha vuelto. Rosendo no lo tomo en cuenta.
Qué mas quieres?. Le pregunto tosco el Ecuatoriano. Aparte de lo que traes en mente. Vomitalo ligeritico; anda concluye. So-lo busco tra-bajo. Contesto.
Uno mas. Agrego. Entonces intervino Rosendo despojandose del sombrero. Quedó el cráneo despoblado que tenía por habitantes a unos lunares diseminados como tinta derramada. Las orejas iluminadas como por carbones encendidos. Con una cadena de arrugas, una majada de plumas azules y mojadas.
La fisura de su frente contenía la huella de un fallido proyectil. Mírame bien y abre los ojos, no suceda que vayas en busca de algo y cometas una torpeza. Que llegues a una confusión tonta. Ah!. Y resultes cobrándote con quien no debas; me conoces, no es así?. No creo señor. Respondió nervioso el muchacho.
Aún en los tiempos mas tiránicos en el que el primer movimiento no haya sido de simpatía, se descubrió frente a una catastofre de considerable magnitud. A su ofrenda.

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Se vio asesinado por una guerra. Por su disturbio sangriento y parejo como si hubiera nacido para tener su pecho batallando. Avanzo vacilante hasta el tribunil con su rostro martirizado por la presión de unos guardianes y el golpe de martillo que controlaba el dictamenen; su autodefensa. Y. Este se las ingenio para decirle que debía estar en silencio. Como si luchara en ineficaz golpe contra el brazo mortal que le ahogaba. Callaba. Lo estoy reconozco. Pensó. Sin nada y en las garras de su determinante. Cerro sus dedos al silencio de un vengador. Un mutismo apenado que le llegaba hasta los lugares mas recónditos. Acaso a una alucinación.? Martirizado entonces por una intolerable aflicción. Sin fuerzas para oponerse a esa infamia. Sin valor para no desfallecer.
Borraba ya de los ojos esa faz de miseria moral que os arrastra. Nunca antes había estado en este pueblo, solo busco trabajo. Gangoso el Ecuatoriano en sus intervenciones irónicas. Dijo. A de ser un ladronzuelo de esos. Nada de eso señor. Cállate!. Le ordeno furioso. No consultamos tu opinión.
Dale lo que el muchacho busca, pueda que lo necesites; llévalo; yo te lo fío. Se ve apenas a punto para lo del trabajito.!
Consideras que un debilucho como este pueda servir para algo?. Lo creo, no es mas que le mires de pie a cabeza, parece un fideo sin salsa. Mientras la broma se alimentaba, todo transcurría sin sentido. Era la vida; cada instante parece no valer mucho y al despertar de nuevo sentimos la penalidad de no haberlo tomado ayer cuando estaba en nuestras cercanías y se convirtió en la mas penitente tolerancia. Sin que él se sienta acosado por el remordimiento, inexorable condena a la muerte escoltada; llena de terror; aniquilados a lo abismal bajo la desfachatez que os disimula. Que os habéis construido a tu irreprochable virtud. Vuestra pobre y vulgar reputación, tan indefensa, allí a la tan absoluta y suprema. Hasta entonces solo ínfimos a la desesperación de su virtud. Agónico que aun trepa para derrumbara los titanes y se desaparece sin rumbo anidando otros consuelos. Sin que nadie diga nada. Midió su arranque y así en sueños lánguidos, incipiente quizás; saltó a la contienda a tientas de un fuego a otro fuego; de un abismo a otro.
SI MANANA ESTOY VIVO.
Retalia. Como si estuviera previsto de algún estojisilio. Franqueo una hoguera ardiente. No tenía ya miedo de lo que aconteciese. cogió el valor en sus brazos. Sin que flotara ya en e! limite donde se confunde la razón y la locura, e4 descoricierto que sin ser aun tinieblas, es una bruma que precede al despertar. Sin que le lleve a uriXfallecirniento lento y odios*
Mató usted a ni¡ padre, me quito usted el amor, la libertad y la paz con su fortuna.
Quién es.?. Acaso un fantasma de desgracia que usted alimenta y da vigor para que sobreviva en su castigo aplastante. Un alguien salido de una tumba para hacer sufrir dotado de una máscara y en su luz brillante. Le ha proporcionado oro para que vosotros no le reconocieseis?. Un diluvio de brasas es usted porque somos las cenizas. Que se sabe que ha sobrepasado los limites de cualquier abuso. Creo usted un látigo blanco y le ha dado usted al culto de los incultos. Cómo pudo llegar a tanto su cordura. Cómo puede vestirse de moral; de ética para la mentira. Como puede hablarme del pecado y sus principio?. cómo puede usted reprocharme por lo que hago?.
Frente a ellos, con su levedad de ser. Simple estropajo, marcado en sus orígenes de elemental compostura y existencia de grandes rumiantes. Deferentes. Espero su derrotero a los gendarmes. En el cálido resplandor de su amor. Ocasionalmente le aguijonean algunos dedos en la espalda y, siente atravesar su corazón. Sabes mi nombre?. Me gusta que la gente lo mencioné y procure no olvidarlo nunca. Sí. Lo comprendió en el ademán en el que el ser le previo para hacer captar el mensaje. Entonces vamos repítelo, despacio, bien pronunciado. Había iniciado con ello el deletreo mas extensos que sus labios hubieran contenido por la memoria alguna vez. En la prueba vulgar de su valor a de subyugarse poco antes de rendir al enemigo su tributo. Lo dijo.
Aliare a tu enemigo sino puedes vencerle.

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Descansa un momento; le mando la mujer. Vas y le llevas de comer a los marranos. Le obedeció en ese mismo instante en el que por algún imprevisto, se atrevió a descifrar aquella intensión. No digo que te retires de tus maravillas; solo quiero que reposes tus piernas, pues has estado sentado todo el tiempo. Es preciso que respires y dale tiempo y aire a tu voz, deja fundamentar la lengua a los muchachos; de lo contrario ya no podrás continuar hablándoles y; dime quién va a entender el jugueteo de tus manos?.
La contempló chillona. Como mal intencionada contra su reputación.
Ante él, un centenar contemplaban a un ídolo dando de comer de cera a los cerdos.
Intrínsecos rostros, definían vagamente la intensión. Allí con su prueba de intagibilidad dueña. Una flor que empieza a perder sus pétalos.
Se condujo tosco sin reproche hasta alcanzar la puerta pequeña; las piernas adormecidas apenas le dejaron reducir a la mitad el cuerpo y al pasara través de ella al interior del cúbiculo sin importarle otras reglas; le choco. Como al umbral acostumbrado; en esa magia en la cual atraviesas cuerpos y siempre al mismo paso le partes.
Sonámbulo por los marcos saco el alimento que consumen los cerdos. -Aguamasa‑
Malaya sea!. Se dijo. Nunca se le olvida. Y tengo que oler esta pudrición.
Los animales le descubrieron en su chillido tormentoso, hambrientos le siguieron en su corrido para luego hundir su hocico en la labaza. Amotinados y amenazantes, le dejaron la advertencia. Sí. Pensaban devorarlo de no echar a correr.
La mujer husmeaba perpleja por entre la hendija. En esa risa que no es de maldad, pero que da alegría de conseguir que todo funcione de voz lo que se espera. Tras ella la fumarola le disolvía su figura grisácea; y quedaba adherida a la pared de la cocina.
Grito. Vengan a comer papas!.
Con diminuta muestra de agrado que simulo en su rostro, les revolcó y agrego sustancia adormecedoras. Se preparo luego a retomar la retaguardia a la espera de que su hechizo surtiera efecto. Nada paso. Regresaron luego al mismo interés por escucharle y terminar ya no con el estómago vacío aquella historia. Desanimada ante aquellos corazones perplejos, determino mitigar una piquiña aplazada en las voluminosas nalgas y se fue allá junto a los demás.
UIN M-OMBRE TRABAJADO-~. ri TjrMºn
Si consideras que puede servir, déjalo que obre en cuanto ha dispuesto el chico.
Ya te lo dije, el muchacho sirve, úsalo. Repujó como lanzando un graznido, un gruñido de aire apretado en las abarrotadas laderas de los cachetes, sumidos a la amplia nariz; daba la semblanza de un globo sobre el cual todo ha sido dispuesto de mala manera.
Los ojos saltones, como de ranas gigantes, su único gesto de admirable, si cada vez que algo le espantaba, en su misma extrañeza, ellos se volvían bolas enorme y rojas frente al cristal al que se miraba de reojo en la búsqueda de alguna apariencia ecuánime, fugaz y angelical. En él. Las tienes, mírale a los ojos, su huella. Nunca me engaño, son vidriosas en su desafió. Resabios, los tienen todos. Dijo el Ecuatoriano. Tonto!. Tu solo cumple con lo tuyo. Son iguales. Que diplomacia para abjurar en su favor. Toca andarse apretadizo con esta gente, como domando bestia de cerrera. Ahí se corta las mocedades. Sabemos que no ha venido por nada mas distinto que el deseo de cobrarse algo. Ja-jai. Ríe a grandes voces para figurar un triunfo en él inexistente. Escupió el tabaco y le retorció con fuerza en aquella losita opaca sobre el mantel verde. El Ecuatoriano le re rano en su apoyo. Estiré para ayudarte. Ya veremos. Y golpeo un puño con otro. No estas solo hermano. Dejo que pasara el humo de un aire viciado. Las mesitas en la sala formaban caprichosas formas, un camino de regreso difícil por el cual dudosamente podría transitar sin chocarse con una de ellas por la forma tal allí dispuestas. Fue la condición. Después se levanto y diviso al fondo el chico y le siguió con su mirar que no le dejó mas que la sensación de un aposento de imágenes flotantes y, como vacilante por aquella inspiración; retrocedió y se postro para enfrentar aquel contra el cual lucharía; un espectro que le acosa y le da por vencido.Te daremos lo que buscas, pero tendrás que encontrar la luz de la caverna para salir de las fauces del lobo en

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el que te has metido. Te vas por aquel pasillo oscuro. Al llegar al final, arrancaré la venda de tus ojos, entonces volverás para estar a mi servicio, porque yo soy el que brillará del otro extremo. Si rozas con los muros o los obstáculos al tratar de salir; lo habrás perdido. Sabremos entonces de lo imbécil, de lo poco listo que eres, además no obtendréis nada, te largas lejos, al mismo infierno del que volviste. Pero sin que dejes de amerizar mis ventajas a ti dadas. Oportunidad de cobrarte lo que a ti te debes.
La algarabía hacia ya su eco en la reverberancia trágica.
Entorpecido siguió maquinalmente caminando. Escucho a lo lejos su voz sorda. Su canto triste, se desplazo hacia el encuentro de aquella puerta que le llevaría a las terribles peripecias. Aquellas voces que gritaban por aquí, por aquíL Por acá. Por allá.
Que vengan ahora a decirme que el drama no existe adaptado a la realidad. Se dijo la mujer en el interior de su cinismo.
Prefería acabar así, petrificada ante aquella revelación, por aquella confesión. Sintió el encuentro de sus dientes troncarse con violencia, su lengua de fiera devorada por la saliva. Que sabe lo que es perecimiento pero no quiere abandonar el episodio.
El tragó lo que allí se daba. Fue el payaso de aquel tiempo.
NO HAY NADA POR PROBAR EN MI A LOS DEMÁS..
Entroncar.
Viole caminar por aquel laberinto. Tu lo aceptas, tu ganas; obtienes el trabajo, pierdes para no volver a ser visto mas por estos lares, lo entiendes?. Sí. Solo lo dijo. Lejos de sentirlo como un reto de batalla que debía llevar a cabo, acepto y debía llegar al final como en todos los acontecimientos que por designio extraño se coligaron a su destino. Ganar le dejaba al derecho a poder cobrar algo que se traía hacia muchos años. Quizás le delataron los ojos. Ese mirar agónico en el que no se puede esconder ninguna verdad. Pero se censura todo sentimiento y se juega con aquella alternativa. Ya no había ninguna alegría. Aun continuábamos impregnados por la tristeza. Que cotidianidad. Afuera continuabase el pregonar numérico que sonaba como un canto sin mayores esfuerzos de entonación. Seco, débil en el interior delirante de su cantador hambriento. Le llegaba aquella modulación maquinal de sus sentidos; casi indefinibles, la voz confusa del pregonero, revuelta por la misma algarabía allí formada y unas con otras le enloquecían. Descifrandole el camino por el cual debía conducirse.
Aquel interprete de Humeros; fue quien le enseño por vez primera. Le repitió el nombre que le hirió y al igual le encadeno al rostro electrizante de su enemigo. A quien pertenecía desde tiempos remotos, mucho antes que la promulgación errónea de su suerte o infortunio.
Le dijo. Son los dueños del pueblo, a ellos solamente puedes pedirles trabajo. Por lo demás pierdes tu tiempo en cualquier otra suplica. Le explico de sus jornada de pregonero. Para poder gritar números debía brillar los cristales en las mañana, limpiar los pisos en la tarde, entregarse a la voluntad abominable de sus momentos y lustrar sus calzados y llevarle las ganancias. Su mirar inclinado le dejo un intervalo a la misma podredumbre en la que navegaban. De haberlos levantado alguna vez, no habría sobrevivido a la figura horripilante que con el calor solía formarse. Miedo profano. Le hizo retirarse y apostarse uno metros mas distante a la raíz de un palo para no escuchar de cerca y disimular esa pena de lejos. Mordía de rabia, quería que callaran. Se sentía triste. Ahora los fantasmas de quienes se reíary hablaba se habían metido en su único rincón haciéndole bufonadas.
Era preferible deleitar a los gusanos hasta dejarlo en lo duro de los huesos, verlos muertos en la propiedad de los hombres herrumbres. Nirvana. Lo dejaré que se cobre lo suyo, tendrá que alcanzarlo si lo pretende.
Aun se escucha el trepidar que producen las olas del mar al chocarse con los arrecife. Quizás tan a la ligera; desenfrenados por las mismas locas e inexistentes ansias, incipiente entonces. Al menos con las cuales podréis conquistar quizá el éxito. En el espacio los títeres jugueteaba en la misma vacilación de sus brazos; largos y extendidos, era 1,1 luna.

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Estábamos al galanteo por sujetarla.
Nuestra venganza se hace a veces esperar demasiado. Pero dicen que desciende del cielo mas completa. Sombría piedad. Estremecido. Rumor melancólico de las olas, meditación profunda, ley estúpida.
Sencillo dilema de la vida.
Un amigo que no es amigo.

A.DUMAS
CONFIAR Y ESPERAR. PENDIENTE.
Girando alrededor de las probabilidades en la inmensidad del mercantilismo. o. Del trafico hermético DE LAS INFLUENCIAS e inusitado de los aparentes. Hoy un hecho causal del destino.
Continuaba circundando; simulaba posarse en las manos del loco pretendiente. Como era paranoico. Sufrió. Como era esquizofrenico. Lloro cándidamente.
Se dibujo en aquel lago putrefacto de entre su envergadura. Provino del fondo exquisito. Se fue como la luz viajando hacia las estrellas, se agitan los palmichos Africanos traídos por
- LORD FAVELIR -.
Ligados a los rieles del camino que conducen a 0koay. Paraje solitario en el itinerario de cualquier pretendiente. Como tímpanos sobre sus rostros las escarcha de la niebla se solidifican. Despavorida; que vil se es entonces; soportados en la irrealidad. Permanecían tensos por millones de vías en su interminable viaje. Sin rumbo alguno; sin regreso. Parecía ya estar destinado a la catástrofe. Sin precisar a donde ir en su interior se divisaba e¡ infierno que les espera. Y él solo se cobijo el rostro por el sofoco de las llamas que de repente le encandelillan.
Quizás cada vez mas cerca de aquel paraje despoblado, del mismo ocaso, cada vez mas cerca; mas aprisa a millones de grados por su transparencia. Ellos tan ensimismados por la verdad que aparece, ellos sutiles en su desdeñarte realidad; a su intensión haz consumido en SU brebaje la verbalidad. A bebido su descanso en góticas de hiel en su veneno cotidiano. Te ha sonreído, entre tu mano la suya. Tu complejo fue culpable de no poder amarlo; de. no hacerle aquella entrega irrogada. De la estrategia del amorprofano. De aquel silencio sepulcral, de aquella tonta calumnia a cuesta tuya. De entre la suya, se destroza. Cillas, vuelves y descubres que aun sigues respirando por mas que él se oponga. Nunca antes habías formulado nada con palabras, tus mímicas eran vagas expresiones de tu intrínseca manera de gritar. Qué mas puede hacer, si debes conformarte con tan poco.? Guardabas una postura extraña. Sientes que cada vez te acechan, no comprendes cómo se puede comentar y sonreír a la cara de tu enemigo a la vez. No lo aciertas. No es un delirio tuyo, pero sientes a poca distancia la hipocresía reinando en cada una de sus frases. No hay nadie que se interese por ti. Quieres amar; a tu soledad condenado. Ya no creerás; estaréis resistidos al amor que clamas. Negado por tus principios. Algo habrán de querer arrebatarte siempre. Eres tan poco. ! Y solo quieres poder vivir. Que sabes que no mereces nada y nada haréis por conseguirlo porque el tiempo te ha tragado en pócimas de segundos la fuerza. Ya no sabes que buscabas?. Temes a quienes inventaron a HEATLER. A los asesinos, temes a la guerra. Había un hombre con flechas y su arco, ataviado con el rabo al aire. Con ojos de cualquier cosa, menos de ser. Simbolizado por su salvajismo, su rostro a la expresión indecible. Endemoniado a la barbarie concretizado. Por lo irracional; silencio por la indignidad de un animal a cuestas. Le ha llevado a pudrirse en el mismo fango, aquel en el cual sinuosa la luna se ha dibujado, partes inreconstituibles; ha hecho de tu cuerpo un montón de excremento. Permanecían flotantes con la brisa impregnada de tu piel. Perfume absurdo, estúpida que aun penetra en los sentidos y, abres la puerta de tu casa y le invitas a seguir. La desgracia te hace presa fácil y su propaganda de ruina te enreda. Y sois víctimas. Sabes que es pero no debes decirlo. Ignorarlo o dejarle allí entre tu y esa levedad de una pasión entorpecida que es la plenitud de cualquier incidente que paso como la luz ridícula para quienes jamas amanece.

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Y te odia por esa condición y ese flagelo que cree tu padeces.
La playa iluminada le habrá de dejar a salvo. Los corales estarán tapizando el camino de regreso. Para cancelar aquellos caprichos.
Lo impávido ha tomado la dirección de unos pasos allí fundados. Y se perdió en el mar y, nadie mas supo de ella.
Quedo ante la disociación de las ideas que poseía, cruel crimen, ante el cúmulo de triángulos que se cruzan. Inmóviles. Impedidos de girar a voluntad vuestra cabeza al ritmo galáctico en el cual navega una inmensa esfera con sus estrellas. Enorme teorema con un instante, allí en ese estanque arriba. Y ese tic- tac de su corazón. Pero había un silencio tan hondo, que sin ser la ansiedad, tampoco era un sueño. Escuchar el lamento de millones de estos pechos. Se hubiera creído a la cápsula de cristal vacía.
No hables, no blasfemias desgraciado!.
El crimen procede de ti. De tu condena que te guía al infierno.
De tu herencia.
Todos humildes. Débiles ante aquella maravilla de Anicímides. Creyentes. Ahora mas coligados al parvulario de la muerte deseada que no llega si se quiere. Una sed infatigable rompe; hace comisuras del dolor. Sois cobarde.
No. Solo destruidos a la moralidad del que no tiene un yo.
No deberíais de mirar al vació. Hacen huecos demasiados profundos. Y caes en alucinaciones tormentosas. junto a aquella peña.
Sois acaso cobardes y lanzaros solo en sueños?. Inundados de un terror irremediable. Sí- Vez!. Solo en hipnosis. Suele suceder.
Si, allá; no muy lejos.
Las aguas turbias, queda el niudadal. Briznas de paja han caído sobre sus labios, insípidos; temeroso las ha digerido mezcladas con el ultimo trozo de la reclamación final.
Los papeles de Rocío, denuncia y protesta por su delirio de ayer. Volver, para qué volver.? Si, nunca debió mirarle a los ojos. Tonto has entorpecido al embrujo maldito. Demasiado vulgar.
Frente a la mirada de soberbia. Sí. Es lamentable evocar a la misma insustituible llama que calcina al infortunio de estar siempre atrás de las barras de la indiferencia. Dormido se le acerco de nuevo el gigante como cualquier intruso que puede andar a su adrede en tu pocilga, tú en tu imperceptible ausencia; trayendo y llevando consigo mismo prosaica las miradas. Sin articular palabras, solo en el rincón de tu zozobra, te comprometió con la clq1eZMb - imagen. Olvidado de 7 y de 9; de las fiestas con sus amigos. Se olvido de nosotros, tras los laureles se oculto después en el mismo vuelo angelical. Para qué habéis descendido?. Dijo el hombre para los errantes.
Magna ante lo increíble de tus actos. Ahora estáis demasiado cerca, arrastrándolo todo consigo. Los malditos insomnios; la onírica verdad de los héroes de papel. Se precipito entonces furiosa, los huracanes asociada; zumbaban los torbellinos de polvo. A su marcha quedaban los cables destellantes; ráfagas de metralla que caían sobre los seres ligados a rieles de tren, desmembrabados. Dibujase en su sonrisa falaz; mástil figura en su cristal, en la templanza impugnable de la adversidad de los hombres carbónicos. Cerro los vidrios, de Un perfil poco perfecto. Tuvieron entonces apenas conocimiento para saber de aquel deceso, para querer escapar de aquella gloria en vez de soportar aun con vida. Era pues ya demasiado tarde, la luna había arremetido enardecida contra ellos; rompió su orgullo en la pronunciación de frases hirientes, les dejo paralizados. La brea salía de la boca de dragones, se vertía como lodo; se veían bestias enormes bajar de los buques por las colinas y con su cola abrían huecos en la tierra como perforándolo por donde emanaba los ríos de roca derretida. Todo quedaba en la gelides espectral de esa inconsciencia; entonces preciso de la perdida voluntaria de la virtud y de la razón para no marcharse consciente. De ese conocimiento con el cual se negó a creer en su propia frustración, se negó a admitir su propia desgracia y se silencio por si mismo. De renunciar, habría de quedar a la deriva de su conquista, sumisos por la falta de perseverancia, convencimiento claro de su cualidad que le hicieron admitir que no era la mula que esperaban. Era ya demasiado tarde, la descarga chispeo no muy lejos, siendo víctimas del bastón enceguecedor. " Se negó a mi realidad." Sino vive en mi.
Frente a la omnipotencia de aquellos seres. Dejaron salir sus cosas altisonantes en la protesta tardía cuando ya
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el agua sobrepasa el cuello. Se vio demasiado prematuro en aquella mañana.
Martina seguía explorando la rigidez con su cántico de plañideras. Feroces cocodrilos esperaban sus cuerpos. Otra descarga atrapo unos animales idénticos de dos patas, el solo hecho fue suficiente para enviarlos al hacinamiento. Y él solamente les examino con esa mirada de conmiseración. Encíclica.
Los demás creyeron en esa posibilidad de tener un poco de movilidad en sus piernas cuando era ya innecesario utilizar aquel articulo de arrastre. Depositados en el foso, un tumulto de tierra hizo de ellos caminos de cemento conduciéndolos al cementerio bajo la lluvia persistente. Su vida desvanecida con la niebla. Ya no había miedo por aquellas tropas de improperios y por las trampas o tramas, ni por aquella aura de dominio que poseía. Le considero como mensajero de la concupiscencia y la perversión. Excitados con su rostro color de humo. Y supo al fin; que era a la voluntad de un verdugo todo su yugo. Que nada había sido dispuesto por un Dios; que quizá le dio con la fe al otro lado del rostro para satisfacción del que nada compartiría, y que como padre le perdono uno y muchos pecados; que le dispuso a él en adversidad para poner y romper a prueba los astros. Cósmicos. Como ratas a cuida de gatos; creyendo que los demás abandonarían sus viejos resabios. Sus antiguas manías.
Como si los pájaros dejasen de poner sus huevos sobre sus nidos tejidos. Como si los próximos perros ya no ladrasen o que repentinamente los peces viviesen sobre la tierra. Lograr que él cambie...(? ) Invisible la evaporación de los cuerpos en llamas y al baile de machete. De leños verdes. Se dejo echar tierra. Tanta como jamas nadie se lo imagino. Había perdido el control de su dominio. Y se dejo persuadir. Porque el negro es; alguien que se deja persuadir muy fácilmente. Si le dicen que se calle; no vuelve a hablar por siglos y vive de la evidencia que de ellos hacen los mestizos y aplaude pero no a los suyos. Y reclama algo que no toma; porque siempre espera que ellos lo reconsideren. El sudor es el afán que le arrancaban las marchas. Ha recibido rayos de plata en su cercanía hasta hacerle perder el conocimiento. Considero hasta el entonces, haber ignorado todo cuanto había sido de él en ese maldito paraíso adonde llegas con anhelos para saber luego de que fueron como castigo. Para pagar por quién..? Despertó suspendido a los brazos de siete, sin fuerzas, arqueado, después del ultimo choque de las tropas que él había recibido y se había propuesto proveerles de lo suficiente para defenderse. Que había instruido. Bajo los rieles hay maderos, dijo. Sosténte tu. En aquel instante de búsqueda desesperada por mantenerte con aire; respira si puedes. Les llego una nueva descarga fulminante a los intransigentes a los protestantes que quedan. Creía haberlo perdido todo. Pero si no tuvo nada; qué había de perder.?
En aquel entonces a su alrededor brillo completamente y el fuego había cesado. Había amanecido. Descendió una nave muy grande sobre aquella desgracia, en aquel desastre.
Ya termino el fuego..! Se escucharon algunos gritos mas.
Creo hay cuerpos bajo el alud de tierra.
Hay alguien con vida?. Unos cuantos.. Abajo. Si, aquí los cuerpos. Alirio. Con su voz triste, de 1-111 mirar acongojado. Ignoro el longitudinal desmedro hacia el mismo hecho y creyó simular aquel paso y no se movió, solo sintió el desprender de alguien mas y caminaba enfrente; estaba culpable por su reacción. Alguien pregunto a su espaldas por él. Si. Aquí, en el mismo lugar en el cual me dejaste. Perdió la voz y su encuentro se hizo una mera casualidad. Sí aquí esta. Que maravilloso.! Puedo descubrirte. Sabes si ya todo paso?. Cómo te han dejado?. No es nada para lo que pudo haber realmente sucedido. Cómo puedes decirlo. Acaso piensas qué lo ignoro. Podrían haber hecho mucho mas. Pero de repente todo ceso. Consideras entonces que has pagado ya tu deuda con este prisión?. No. Se cobraran la porción restante en los que hoy son niños. Además es una deudas sin saldo. Si. Ya no llueven azucenas. Y los demás?. Escuchó sus voces. No lo son. No los confundas. Por favor no termines por ignorarlo a sus quejidos, no los abandones a su desequilibrio. No son notas de estupor por las cuales habrías de adquirir aquel semblante de asombro?. Son gotas de lluvia, no de sangre. Entonces caímos?. No veis la oscuridad que hay en todas partes?. En tu mismo cinismo alrededor, en el nuestro. No pasa entonces.? Con rotos no pasa nadie, mucho menos partidos. No importa, evitaréis ser arrojado al basurero. Lo dude. Compruebas que son ciertas sus amenazas.? Siempre hay un precio para callar una voz. Te lo dije. Allí está a quien buscamos. Sin condición. Se hizo una interminable señal en el pecho, había ignominia al descubriros a ellos también cuando sus uñas tiraron de aquellas carnes y sus filtros no fueron precisamente tejidos ligados.

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Con rostros indelebles recogieron todo lo que quedo a los rieles pegado.
Sobre el pecho se ilumino una descripción en placa de bronce.
Mira.! Son nombres..
De verdad lo son!?...
No.. Alguien ha hecho un tatuaje a fuerzas sobre tu origen. Olvídalo. Ven por los cuerpos sin forma. Llévalos al confín cósmico sin tiempo en el túnel a otra dimensión sin huella estética.
Ilustración de
DELMOND VaN ZEIk.
Sois descendientes de Egipcio3 Pero habréis visto aquel limbo construido con tal de lastimar tu origen. Yo no comprendo. Ha dicho. Te sumergiste demasiado en sus cosas y te olvidaste de las tuyas propias. Le respondió luego.
El rayo cayo demasiado cerca; pero no ha cancelado a todos. Por que no quede como ustedes. En cambio yo..Mira.
Despejó restos de piel que quedo adhería a los intestinos. Lo qué el tiempo no pudo corroer.
Como he quedado. Había dicho otro. Solo resortes; sin piernas, mi voluntad, mi dignidad mancillada.
Lo comprendo; siempre fui cuanto de mi procuraron. Un títere, muñeco de trapo. Con el interior demolido, papel erróneo.
Replica por la suerte fortuita a la que había llegado.
Aserrín!.. Solo eso soy.
Descubrió todo gelatinosoly vació a bolsas amarrados esqueletos. Otros perforados creían sentirse intactos a pesar de que su sangre lentamente se devanaba en el que ya no era ese ser que un día fue. Aquel que ya no tenía cuerpo ni pellejo. Solo huecos.
Sus botas militares, enseño el vientre con la cavidad repleta de dinamita, su cabeza tiraba de la mecha en llama, sus brazos elos rieles incrustados; sus ojos detonadores palpitantes ya no podrían cerrarse y su corazón seguía con su buco- bum-. Y de lejos el tic- tac. 169 indignado se apresuro a abrazarlo.
Escucho una voz alirniante. Detente, lo arruinarías. No indago nada. Entonces déjalo a ese impulso incontenible tuyo. Solo lloró y su mente regreso a la Colometa. Jamas volvimos a saber nada de ella. Y habían muchas palomas en el terrado. No vuelvas a intentarlo. Crees que podría corresponderte de la misma manera?. A tal sentimiento. Ignoras a caso la desazón de un sentir que no puede ser correspondido; un vulgar afecto.
Mi frialdad para rodear dos rieles a través de ti?. No lo hagas mas difícil. No aumentes a tanto aquel amor. Aparecieron luego esas gotas salubres con las cuales fue aprendiendo la necesidad de fraguar el menester de sobrevivir suplicante. La kriptonita se ha desaparecido. Intentabalo mientras giraba su mirar sobre la bruma del lago. Trataré entonces de mantener alguna querencia digna de ti. Ui~,qtjiiiiera. Apaciguado. No ganaras de mi entonces, ningún atractivo de indiferencia. En efecto; solo él escuchaba el trepida Empuño el vidrio, lo deslizo como cristal encantado ante su imagen y allí se reflejo sobre aquella lamina el rostro. Se que estas viva Rocío; Tomas el músico. Y sus nombres resplandecían Bruno Aldana, Aniceto Cuevas, Toribio y Juana María Arcos.
GUADALUPE SALCEDO. Todos como espantapájaros. Reducidos. Debéis avanzar con ellos a cualquier parte donde puedan hacerlos merecibles de la sociedad. Tienes que quitarles la cerradura y dejar que el cirujano les intervenga, hacerles abrir las puertas de su armadura, quitarles las aldabas.

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Había una luz palpitante y esperanzadora en el horizonte. Algunos decidirán vivir de hilos tirados. Temidos, al reproche apegados a él. 0 cruzas el laberinto hasta encontrar la luz que hay al final o te quedas en esta oscuridad para siempre.
Hay temor por aquella nueva asquerosidad.
Los demás irán a contra del sometimiento.
Diferentes.
Alirio, sin fuerzas. Te ayudaré.
Aparecieron tras de aquel crepúsculo, bajo el primer pueblo de casas chiquiticas y opulentas.
Ojalá fuera cierto. Dijo Mario machacando un cordón dorado entre sus dientes; cuando el mundo se de cuenta de su ausencia, te buscaran por todas partes.
Primero en el reguero de desperdicios, después entre las cenizas y después... Esperaréis alguna prodigiosa expugnación al menor contacto con ese mundo ya nada nuevo y si por el contrario mas lleno de misterio. Pero no debes esforzarte.
El gigante le aparto la mano. Dejo de hablarle y de predecirlo a su futuro.
Cruzaremos el rió en la canoa de Nicolás. Dejemos ya ese terror siniestro y marcherrionos.
Mientras la dente duerme, sin que se den cuenta, les cargaré a cada uno de ustedes, no quiero perderlos.
- Aa
Nicolás no ha puesto resistencia. El aun guarda esa claridad.
Después de sacara flote sus diferencias, por aquello de que no se debe pelear para ser un hombre, resistir los abusos; dice que esta de nuestro lado; teme ser prisionero por rencillas callejeras; de que siempre guarda su mejilla para una nueva bofetada. Seguro por los azotes, dice que prefiere ayudar de lejos, que no quiere verse involucrado, él y los suyos están bien; no quiere problemas. Ni aun ante esa luz, se atrevió a aceptar sus desfavores; los partidos. Dijo que no era su culpa el que allí se confabulara la coacción con el ente; que ciertos misterios han de quedar tal cual. Cruzaron los parajes desolados de la noche, andes y selvas encrespadas, montañas austeras. Después de la erubescencia, han empezado el descenso precipitado entre los hielos.
Una noche, poco fue el sol de día siguiente para emancipar los ambientes. En ese digerir de cadáveres. Que es el amor?. De momento pregunto Arturo en su deletreo pausado. Respondió Ana con una voz ranas débil -que aquella brisa que empujaba la embarcación. Es una gota de agua que desciende del cielo un día de verano, es el caminar del lado de una mano que se ama. Elixir de vida dado a cuenta gotas.
La ilusión rasgaba las entrañas por alcanzar esa otra orilla. Para los cuerpos perforados.
Proseguía en su martirio a la marcha, avanzo con los aliados en la oscuridad y la sombra, el rió en su serenidad les conducía con sus olas solariegas. Se batía de brisa y agua, de quejidos y de figuras tambaleantes en la madera de una barca.
Le hacia de rústica almohada una roca. Nunca fueron lo que solían haber sido. La vida. Pobre vida. Retorciéndose, quebrantandose a la voz y latidos del bum- bum- de su corazón.
Supuso que esta vez, no iría al rincón de locos irredimibles, incapaces al conflicto inaplazable. Déjanos morir!.
Porqué habrías de sacrificarte a la paciencia de llevarnos de un lado a otro.
Si no hago nada por dejarlos en ni¡, que puedo conservar entonces?. Mañana..
Su voz quedó detenida en el pensamiento. Giraban entorno las parábolas del ocaso. Le sucumbieron, sacudió la cabeza. Sonaron tornillos a las tuercas golpeaban en el piso anegado de una embarcación. Se han perdido. Allá, mira ese esplendor. Veía ese algo titilante acercarse cada vez mas como bola candente. La vez?. Si, ahora le riliro. Respondió. Chispeante como una estrella. Locos del agua a donde vais?. Cualquier rumbo es igual. No hay significado alguno, cualquier sitio en especial, cuando no hay destino. Si..

A lo lejos.
Calla. Sabes que te debilita el murmurar. Hay multitud, oigo voces.
Tapame, por favor.
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Presurosos entre la chatarra. Finge realmente tu muerte.
De ti no se burlaran. Callados. No cerréis los ojos. Aun no lo olvido.
Te tomaran por lata torcida. Simula entonces.
Nadie va a reírse. Del abolengo. Querrán tocaros. No te preocupes. Lo harán?.
Lo pueden todo, lo toman todo. Soportarlo. Evitarlo, despertaría su desenfreno; te arruinarían. No te resistas a sus deseos y caprichos. Se empañaría una imagen. De qué imagen hablas?.
Nunca la hubo. ]amas un sínibolo.
Militares!. Militares?. No entenderán.
Una clase diferente; de color extraño; la fuerza es su orgullo. A la orilla, apuntan sus fusiles. Ellos matan?. Callen, dispararan sin piedad. Puedo ver que llevan allí?.
Carne negra.
Dirá basura?!.
Lata; señor.
Y la guarnición recibió su orden. Si por el contrario... Podría verificar su interior. Ah!. Ya veis solo latas vacías. Lo dijo después de que comprobó al tacto con su oído. Inmediatamente enciéndalos al fuego antes de que dejen escapar alguna sustancia letal de su adentro. 0
Señor, son seres humanos. No escucho el latir de su corazón y sus orlganos no están donde supuestamente permanecen.
Como dijo?. Se atreve usted a llamar seres humanos a algo así.
Escuche..Toc - Toc; vacíos.
Podrán considerarlo sí así lo quieren, pero de que les vales, si jamas se aceptaran como tal; por lo menos nosotros no los adi—nitinios. Además cualquier escena sublima¡; no es razón a un delirio de su parte creciente. Gimió Rocío ante aquella vil y despiadada pisada, sentían el hurgoneante chuzo de su sable herirle, clavarle en el hombro, en el pecho, en su vientre, en la sienes.
Quien gimoteo?.
Ordeno entonces lanzarles al fondo del mar dulce; a sus anchas. Asegúrense. Jijo de que nadie quede con la cabeza flotante. (> í
Fue mejor para todos no decir nada,que jamas reclamara, tampoco lo quiso después.Dijo. Solo murió desde aquel tiempo y su silencio se extendió en mutismo por todos los rincones y vio la finalización de un sol que aparece ahogarse cada tarde después que le ve amanecer y es como si se le hubiese restado la luz de esos nuevos días. Porque el vive en la oscuridad de su condena.
Frente al estrado, frente a la plebe ávida en su protesta.
A la persecución social.
Cuando el vacilar en su costumbre, le señalo eternamente y todo intento por escapar se convirtió en frustración y compromiso de reglas, y le puso como extrafalario. Le dejo su sed incontenible de castigo. Para llamarles resentidos.
A LATA CONTINUA MIRIAM MAKEBA... WELELA.
Cuando llueve deprime un poco; sentimos tristeza, la lluvia hace que todo nuestro pasado se humedezca y quedemos a la deriva, bajo alguna rara catástrofe.
A veces solíamos sentir el viento helado del amanecer de marzo, nos refugiábamos en las sábanas blancas y perfumadas de nuestro aliento y vida, pero restaba poca necesidad despertar sin codicia al combate que os emplaza a diario, sin que la mueca de desconcierto a tanta humanidad con su desequilibrio se haga presente. Sin que la gente abra sus los ojos. Comprende como he de volver cada tarde de verano, con o sin ellas; las alas mustias bajo el brazo.

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Para quienes las personas no eran mas que meras formas vagas y espectrales; al menos así, los pétalos idénticos de una rosa, esparcían su aroma. Aprobados a la condición de tener que verse bajo su permisible ley. Una pugna constante. Permanecer juntos nos previene del desafió. Ya mutilado por siempre y, es que en verdad el mal de ellos es tampoco a tu dolor que sois vos quien os estáis provocando al odio y estáis para ver pasar a la discriminación vacilante y campante en su liosa patraña de perpetrar contra ti cualquier batalla; cualquier ataque. Y debes de ser silenciado para no ser tildado; por lo de tu laberinto. Y la discriminación no existe. Pero es una enfermedad de la cual todos saben de su existencia; de su dosis de control; pero que es preferible que en su lección queme lentamente y que entre vosotros os matéis a diarios en los guetos.
Osada indiferencia para todos sus convensionalismos, sucios subterfugios. Ocultar su fascismo.
No debéis negaros ante vuestro proceso y movimiento evolutivo. Para que la duda que se suscite no se convierta en una especie de escepticismo maniobrado.
Aparentemente la imagen lo sobrepondra todo.
Ludico, recubierto de hollín.
Vestigio.
Y le llaman el hombre de color...
Ante el cuerpo pesado de un edil, da la sensación de que la sangre fluye con alguna dificultad. No como ráfagas de metrallas. Sino como ríos chispeantes.
Que estúpida es la guerra.
Mas estúpido tener que comprenderla. Saber que es una mano la que lanza leños secos a la hoguera. Y que esa misma mano sangra otras manos. POR VEZ PRIMERA.
El hombre de las semillitas se acerco cautelosamente con un temor palpable entre los labios, con el presentimiento a flor de los ojos, con todo y su temor a cuestas había tomado la determinación4 con sus brazos tembloroso, danzantes al baile de una solución precisa que le tomo tiempo para definir y llegar a tal. Supuesto lo advertía a La negativa de llevar a di,-estos movimientos tal mezcolanza de agua vaporosa y tintura, triturar de hojas, filtrada ya emanaba aroma envuelta por las fragancias de albahaca fresca. En el fondo se formaban las partículas de una capa gruesa de hojas magulladas; maceradas en partes, y comenzaba de nuevo; liquidadas, había penetrado en ella de magistral forma hasta hacerle perder su color en la pócima mágica que Dios les proveyó para guerrear con el Diablo.
Aquel hombre se había inclinado cauteloso, con la sapiencia de un animal como efecto de un extraño sortilegio, a él inspirado por un científico de argón. Felino, logro el meticuloso empeño de gestar las semillas que lograrán despertar su engolosinada atención. Pétalos medicinales, orquídeas panteras, árboles enanos, cipreses gigantes, tulipanes enemigos y robustos, cauchos y sus raíces aéreas para anudar empaquetadura de hojas secas. Todos y cada uno en frascos diferentes, en fila una mesa extendida de madera cepillada. Así, muy bien analizados, iba depositandoles polen. Cualquiera podría preguntar por aquello. Y él sin fijar la mirada, con la voz soñolienta, respondía. Busco colores!.
Colores!... Exclamaba cualquier asombrado. Esta usted seguro de lo que esta haciendo?. Serenamente proseguía con la precisión exacta de su ultima expresión. Se concentro en prontitud desmedida; se enrizó en el desenlace de la causa por la cual quería los colores. Hace falta un color al arco iris. Estará allí un día. Se dijo. Diose cuenta de la desviación de su cuidado y preciso ignorar la existencia y giro sobre su cuerpo y se perdió COMO por un pasaje secreto. Regreso como en ese mismo tiempo detenido y dijo a la paredes. Por arte de magia. Los Atlantidas. Sabe que escaparon?. Pues bien son seres que viven en el triángulo del diablo. Allí se refugiaron al darse cuenta de que su isla se hundiría, se fueron al norte con los secretos; donde no hubiera demasiado frío ni calor. Tampoco los mares bajos, así que están cerca. Y revolvía en la palangana la mezcla que se vio de encrudecer a madurar y cambiar de tonalidades.
Y emprendió el destaje de un cerro de hojas que trajo consigo;
como un agregado; preciso que en cada una de estas sus formulas se esparcirían con sumo cuidado.

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Sí sucede, todo habrá tomado un camino diferente.
Mire, cuando comience a perderse esa nube de polvo y de luz, habré calculado el tiempo en el cual no puedo restar el jugo de limón a la mezcla de cada uno de estos frascos, comprenderá entonces, que si mi atención se ve perturbada, jamas conoceré el resultado de mi labor. Será el momento en el cual nacen los colores. Y, es precisamente aquel instante en el cual me intereso.
Otro día difícilmente tendrá la misma semblanza y aunque se dibuje el mismo firmamento con su panorama monótono; no descubriría nada. Lo que aparenta que cada día sea único y en él se sucedan cosas que no se sucederán de nuevo.
No puedo dejar que el polen se envejezca, muere cada vez que el ambiente lejano de su lecho lo carcome. No retendrá todo el jugo que quiero hacerle absorber.
Le miró por debajo de la retícula, contemplo al ensimismado frente a él y prosiguió en aquella labor meticulosa de una cosa con otra y agitada después. Aquí hay agua. Dijole mostrándole aquella tinaja de barro que permanecía en un costado del cuarto casi invisible, sudindo.
Pero no toda es la misma, mas ácida, menos ácida. Arrugo el ceño haciendo un gesto nada apreciable.
Lo termino todo mientras se alejaba para regresar trayendo tazas de la infusión que le habían visto destilar. Lo sorbieron en un solo trago todo. Se vio correspondido en su ofrecimiento y desenmascaro entonces la necesidad de continuar a la búsqueda de respuesta a su sospecha e inquietud en aquel día brui—noso de su dispensario y se bebió aquel liquido pardo. Hace algún tiempo trabaje en la disecacion de las aves. Rebullían las palabras en sus labios balbucientes en el jugueteo de la lengua.
Y, logre plumajes esbeltos, espléndidos. Se transformo en ese instante de alegre en un sensible consternado. Yo admiraba las aves y veía con horror como tiraban sus partes, sin importar. Entonces me dije, eso es lo que me interesa, y así lo he hecho. Sostuvo entre sus manos por un momento el resto de una planta que murió junto a unos pétalos. Y los ojos ajenos se nublaron e inundaron . Se desordeno en la mirada y le vio caer por el bao mortal con el cual le infecto. Yo hice cosas malas, ahora me arrepiento; pise sus intestinos, al verlos rodar por el suelo. Y hablaba. Llevo a su boca doblegados matujos y continuaba al paso de la masticación con las palabras apresuradas. Era sorprendente que todavía pudiera importarle tanto retorcerse en su interior tan profundamente. Y, cómo te sientes después de haber bebido su pócima?. No pensaba en la cantidad de sangre que por sus partes corría. !Y, dije que tenía que saberlo. Quisiera sic::¡-las fuera, pero sin tener que separar nada, he idee un aparato que así me lo permitiese, hasta que todo funcione sin que precise de un cuerpo que lo contenga. Empezaré por purificar pequeñas cosas.
Mire!. Dijo luego. Mostrando una gallina petrificada. Podría ser como una cavidad en el pájaro por donde uno pueda tomar lo que necesita sin que esto sufra algún desperfecto; desprender un algo de algo sin que necesariamente tenga que suceder ese algo de desgracia. Termino por deletrear cada uno de los fragmentos del cuerpo humano que él conocía sin mencionar esencialmente sus piernas. Después, poder cerrar por fuera. Es que esto es precisamente porque no puedo quedarme conforme a mirar solamente las aves volar sin entender cómo lo hacen. Uno tiene que descubrirlo; si son o no todas iguales. Entiende?. Ha visto usted la luz alguna vez cerca de sus ojos?. ! Pues bien; le diré. Se imagina la cantidad de luz que hay en sus ojos?.
Haré todo con tal de que no desaparezca, no dejaré que apague aquel brillo. Mire!. Con las culebras es diferente, fieras, pero la mayor parte del tiempo, son ellas las que huyen. Eso sí. Su veneno es mortal cuando lo aplican, pero siempre; de alguna manera habrán de sucumbir por mis suertes. Comprenderá porque todo veneno por mortal que sea, tiene su diezmar, hay un fin para todo mal. Entonces para qué huir, después de este antídoto, nadie volverá a temer. Vera que son cómodos enemigos que se temen y morirán aun desafiados a su causa de no dejarse vencer uno al otro metidos en ese lodo. Son de las cosas mas raras y escasas de las cuales he disecado, les atrape con leche de cabra hervida con la dormidera del camino. Solía gesticular cada una de sus frases y sus brazos formaban un enorme cardón orquestal cada vez que subían para alcanzar un frasco y luego bajaban en el estruendo estridente del que no quedaba mas que una mirada de asombro por aquella agilidad con 'a cual aplicaba ritmo a cada una de sus notas. Una nota baja de la sinfonía en la que todos quedaban expectantes para volver a despertar en el aspaviento de

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una nota alta.
Mostró con lucido placer todo lo que consideraba de su introspeccion.
! Claro. Continuo: Cada serpiente tiene su especie, pero mi propósito es encontrar el mecanismo con el cual pueda neutralizar su efecto protector; hasta lograr surtirles efecto contrario.
O sea un poco de su propia medicina. No es fácil beber una sustancia insólita.
Yo hoy sé que lo que realmente quiero es poder disecar las grandes ratas.
En verdad las que se mueven con agilidad, para las cuales no hay gatos hábiles.
Los gatos no me han dado problema. Se hizo una señal y su brazo seguía la margen de su frente sudorosa mientras sus ojos recorrían las víctimas que estaban con la cara impaciente.
He de reflexionar su mala suerte al matarlos.
Me poseyó con tanta virtud que siempre siento placer de matar.
Con los peces no he tenido igual triunfo, solo conservo las espinas
Las moscas pasan involucrables dejando sus huevos; los ve uno sanos por fuera mientras se pudren por dentro. Hasta de regular tamaño consiguen engañarnos.
Había ya cruzado el atardecer del invierno y la noche penetro con infiltraciones por los orificios menudos de la pared y el viento golpeo a los caracoles colgantes, con su sonido de mar la fragancia pragmática se había esparcido ya.
Solo sentidos discernidos a esencias de trozos de yerba y agua confinada entre cristales habían hecho de los cuerpo arenas del desierto, colmillos de vampiros prolongados en su arrebato insaciable. Para qué nací entonces?. Pregunto ya el viejo en tono débil y triste Ellos no tuvieron que hacer mucho esfuerzo para merecer la muerte.
Profetizo su creación, perplejidad hechos.
En el silencio misterioso exhalo el espasmo. Su aire minado de ajo no le hizo ya indiferente.
Brusca e impaciente el hombre resumía las gotas de saliva en los labios. El lo había ingerido todo de buena forma, inerme se quedo al contemple de unas ramas y permaneció junto al balanceo suave de su amaca ha escuchar el croar de los sapos, como la pieza víctima de una colección mas. Porque quiso experimentar con ellos sus formulas truculentas.
Lo triste de la vida, es el momento en el que tienen que comprender que el Racismo debe morir, pero no tienen el valor suficiente para matarlo. Sino se mata ahora que se debe, no es preferible a resignarnos a que la discriminación nos mate. M.X.
Su genialidad no tiene alcance. D
Con la importancia se merece el respeto. Vil rey, con la cabeza llena de miedo,
de poder y de vergüenza. Usted no es honesto, lleno de avaricia. Marginalidad.
Que vil es usted.
Cuántos de nosotros podrán ser
dignos a tu conciencia.
A tu gobierno de ausencia.

Se dirá.
Sin embargo, no corre con la misma fortuna, cuando a manera de disgresion aborda el tema relativo. Confieso. Hemos perdido la serenidad, o ha sido la pauta que necesitan para continuar la manipulación. No ha sido distinto, solo nuevas tácticas que hace que una locura desproporcionada nos cubra y seamos absurdos e incontenibles; cedidos ya por la zozobra. Llevados ya al ataque de los imbéciles que han de perpetrar en una conducta estúpida porque nace ese momento real de la liberación del hombre. Tengo el alma demasiado altiva para ensayar cualquier forma de adulación. Mi orgullo no sabe corromper al lector con la lisonja. Así va ni¡ libro, soberbio y solo, hacia el lugar del combate. No temo ese país del odio. He recorrido ya esas llanuras ilimitadas, inclementes, donde la luz borrosa de un

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sol de envidia, se extiende sobre la planicie constélado de extrañas flores trágicas y hostiles.
CREO.
Los tumultos de gente me enardecen, es como la conflagración hecha contra vosotros mismo. No tenéis serenidad, no poséis la impugnación a esto, soy una priori de la fábula de la creación y se queda como simple edicto emplazatorio en los periódicos matutinos del Domingo. Pero vuestro derecho, os repito, es inalienable y estaréis por él frente a vos y a la lucha disponible.
No seguiréis castigando al letargo del tiempo a los hombres.
en tu ruda manía de hacer el amor en el que confabula tu instinto con ese placer inexistente. Porque solo te embarga la codicia..
Sorprendente ternura oculta, afable sendero que se empina.
Esta raza, despreciada por los tontos, descarnada por los malvados, esclavizada por los potentes, sumida por los inconscientes.
Tiene vida, pasado del mas puro, tiene esencia y esta limpia y pura.
Tiene vida.
SORTILEGIO.
Semejaba aquellos pequeños pueblos del norte.
Como aquí, allí de alguna manera se las arreglan para esparcir pétalos en el camino. Dejados a la incertidumbre de la aprobación. Quedó a la parálisis total de tus miembros. Hasta su voz se cuarteo.
Comprometidos en cosas utópicas, irrealizables; negados a cosas factibles. Frente a los que no perciben el odio dejado a la intemperie de alguna noche de persecución. No puede detenerse a mirar mas allá de su propia epidermis. Con todo lo que bulle incesante en el fondo de nuestro pensamiento, tirado en tarros de basura. Imponente. Sus tripas de dos forros. Resisto su castigo pecuniario al que me inflige. Descubro una voluntad inmutable, ya retraída, ahogada en su soberbia. Al grito impaciente, de una pronta. Frió a lo largo de la trocha, vidas que mueren en las noches, en los tiempos helados. La humanidad atestando a un anuncio. Despertó una vez mas con las mismas miserableza; agotados, el motor amenaza con extinguirse en el fuego impugnable en el cual ardía, y ya no se moverá con aquella deliberada prontitud, a sus pies han prendido guijarros.
JOSÉ ASUNCIÓN SILVA. "NOCTURNO"
Pero le reconforta. Y ya veis. Como es inevitable el dejar de hablar y hablar. Y era una y fue una. Y soy yo. Y estas tu.
Una y mil veces y aquella ansiedad de mi pobre vida en simplicidad. Andando a trancazos por doquier. Sin un sentimiento que de él se conduela y esta solo. En aquella lastimosa aflicción, en aquel silencio triste. Y el mundo sigue. Épico, esplendoroso. Lo veo exótico en esta sordidez. Vivificante a pesar de sus cosas mordaces. Y su sensual figura. Es hoy una protesta antisegregacionista. Pletórica. Cómo equilibrar estos vacíos, ese ostracismo tenaz. Como amordazar esta conciencia. Al subterfugio de un sortilegio. Y. DIONNE WARWICK
BARBRA STREISAND
JOSEMINE BAKER.
Están, han vuelto para vivir. Lentamente le conduces a su paso final. Y le dejas para que el gigante en su maniobra estatal, le pegue a la mejilla. Siembra de hombres la tierra; de niños que vienen en esa salvedad de gloria para ser delito y cargar con

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la inmundicia de esos sus verdaderos años de inocencia. Si es dolorosa, ir por las calles en la búsqueda de techo. Así como se masturba los arroja a las despobladas y rígidas avenidas a pedir para seguir existiendo a un mandato. Llenando de cenizas los caminos, grandes autopistas solariegas y mortales de ruido.
Empecinados en cruzar una línea blanca, se van y larga que se extiende en la delimitación de dos extremos; pero viven de ellos. Nadie lo precisa, todos lo hablan a tal manera que lo callan, a quién importa que se sepa. Dos mundos. Ridícula alternativa. Diferencias. Xenofobia. Riquezas- pobre por doquier. Humillados y vencidos. Sublime hipocresía de su verdad. Y deja que el asfalto siga igual, cuil mudo e insensible como siempre ha sido, tenso, duro y caliente de día; frío en las noches. Los forasteros se agolpan allí junto a las mesas a donde las mozas que sirven trago que transporta, en la sensualidad de una escuálida figura de trapo. Dualidades. Descubren tu otro ser, el mostró escondido de tu convergencia. El complejo sale a flote, tu ira se calma en la sed insaciable de un instante. Muestras dos identidades se confabulan en una sola y quien no las tiene?. !Música. Para fingir. Llegan las mujeres de farra, conquistando instinto, hasta alcanzar el éxtasis de la, pasiones. Y él se marcha después agotado bien complacido; después de haberle gestado. Con un profundo dolor de derrota; de haberío conseguido, de haberse segregado a un hecho que para ella; ya no significo nada. Y te buscan. Sonidos melodiosos. Dulces exhortaciones. Entre los movimientos que se generan contenciosos al leve embriagamiento de los vinos dulces. Las mesas de juego, la perdición con bolas corriendo por empapeladas mesas de terciopelo verde. El reducto dirigiéndose a lo recóndito de los barrios bajos. A la barbarie. Y al. Cadalso. Atrás quedaba el exuberante comercio Alemán; disputado con los Turcos. Con las maravillas a las cuales no estaban acostumbrados los ignorantes. Torpes, sus ojos han quedado inundados de sospechas. Y escapan incólumes. Los españoles nos engañaron. Quedan sus bares de cerveza, sus recuerdos; el olor a humo de María y su apellido Catalán. Revuelto con la transacción apresurada de los judíos. Siempre hay nuevas tiendas ¡limites, siempre habían muchos colores, habían muchas fiestas, siempre iiiinietizados; regresabas con la índole de ilusiones, con las manos vacías. Siempre había mucha sonrisa en los libios del pueblo; siempre sus manos staban extendidas al

amor.
Campesinos con sombreros y techo de paja. Al fin cae en el escepticismo.

En un relato de fecundidad que se muestra cual fantasiosa realidad, quizás mentira, suspicaz astucia de quien todo lo puede. Todo allí había comenzado demasiado temprano.
Coronel de San Luis, parte imprescindible a de pertenecer a la explícita y absurda realidad por la cual se ocultan bajo las manos las miradas. Causa de tribulación de quien les contemplaba. Se niegan a aceptar su sombra de hiedra. Conquista a la cual sucumbes.
Que todo no ha terminado, pero tampoco ha de suceder nada si no se ha de pelear contra ellos por alcanzarlo. Sin quitarnos el puñado de arena de los ojos. Se le dice. Que no haga mas incipiente e inicuo, esta vida falaz a la que nos habéis condenado.
Los extranjeros ya vivieron los áEos dorados. No hubo mínima instigación a la moderada vida de lujos que llevan. Y nadie dice de si la merecen o no.
Con su paupérrimo rostro de inocencia; de inofensivo animal de cacerías. Hoy musitados a un sistema que de igualdad no funciona para los propios. Cada vez mas débil, amargo.
Siempre lo fue. Insulso. Ante aquel flagelo inexorable que se extiende. Manifiesto de gestos falsos. Sin embargo se ve inverosímil. Mata y tortura a sus víctimas y redime su culpabilidad de desgracia, con la misma impunidad, con lo cual se continué en su estricto e infranqueable condición, en su insoportable levedad. Le llevan al purgatorio. Transcriben la lengua de los indios. Les dan falsa identidad. Se les roban el Uranio.
Emerge en las noches, en la niebla envolvente de aves de metal. Que atraco. Cuanto abuso. El esta entre estas cosas, mirando a¡ resplandor, atiscultindo alguna forma distinta de vida.
Permanecieron confundidos los sentidos en el día en el cual pronuncio las palabras que con tanta urgencia mantenía entre los cepos, lo llevaron al escudriñamiento de la justicia. Pero esta no se paga amenos que se pueda hacer tanto daño como el que se te ha causado. Pero es simple carne y por la carne se paga. Enloquecido sin razón; condenado a sus delitos de conducta. A la moralidad. Atrora además. – 1

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El campo solía mantener aquella aroma húmeda, el sol despuntaba entre los bosques, y el alba terciopelo el césped. La niebla pronto se empinaba por entre los montes. Y el día era de un calor y brisa exorbitante. El corazón hervía indignado, loca sangre por las venas, el eco retumbo, vienen en ciegas imágenes; poca sensibilidad para la naturalización y lujuria. Tus tormentos, nadie mas que tu los has tenido. Llanto amargo de mujer, pide justicia, tómala entonces, es tuya, hazla valer. Saliva a la tierra.
Sepultó con el pie su nombre maldecido. Con tu dolor, el jamas saldrá vivo.
Franquear sus limites necios; cortar sus deslizamientos siniestros y acabar de una vez por todas con su sonrisas' fugitiva. Así aparezcas al fondo de un cielo tormentosos, coi-no si se viniera encima. Y de repente condenado por un delito de apariencia mayor al daño que se te ha causado.
Y su yugo. Inmolación. Como no callar ante la evidencia.
A su orden lógico. Aguardados a la misteriosas tinieblas de la muerte. Condenados a los espantos de su asechanza. De sus hechos flagrantes. Pasa a la circunspección de su poder.
Los seres deambulan haciendo cada uno tantas cosas como fueran posibles únicamente por continuar aquí, sin lo preciso para asegurar que mañana volverás a abrir los ojos.
A una muerte súbita que nos arrastra al único túnel de salida, a la fuga alternativa de solución. Que nos arropa. Insensato verdugo a escasos metros.
Movidos por su conmiseración. Y, no estarás libre.
Poseía nombre largo, cubría la totalidad de márgenes inmensas. Para que no hubiese otro con menor linaje que el suyo.
Rezando de la Santa María de la Purísima Trinidad de Cortez y Cacatúa.
Tenía entre sus innumerables haberes, la propiedad, voluntad de vidas ajena.
Extensas tierras bordando largas costas y ríos.
Maldita en sus contornos.
Descarga de los asedio; objeto de miserables. Rodeada de hambrunas y sedientos. La excusa para matar la tentación del tigre come carne. EFEMERIDES. ALIPIO.
FUSILANIME.
La cúspide despertó su instinto. Gracias, ha llegado la continuidad de un antiguo suceso. Una estrella roja que brota de la imaginación. Quedaba en el espacio una veintena de sirvientes, tres docenas de perros machos y cincuenta y seis gatos. Las palmas enredadas con jubilo a las veredas, despertaba un paisaje lejano en el campo. Crimen en lo alto de los árboles silenciaban el aliento; el polvo de las sendas soplaba por entre las hojas de los viejos sauces, el sol rojizo se escudriñaba en las tardes y se iba en la paciencia perfilado a la calina. Los potros cansados de cabalgar, escapan al refugio de la mata de monte. Su vida estéril coi-no el revoiver mismo que empuña por delicia contra cualquier incesto, que suele despertar el estallido de pólvora que mata. Se acerco minuciosamente el joven en la mañana, atraído por la curiosidad que de súbito despiertan los bares sonoros, afuera quedaban los grabados extraños de colores brillantes. Ganas para salir de la sevicia, vas a cadenas; a una misteriosa audacia. Arlequín de colores; su zozobra le ha generado valentía. Lo entiendo, !acepto. Lo afirmo aun sorprendido por la transformación repentina de su entorno confuso. Podría haber quedado petrificado en la misma calcinación de su mirar con los ojos de fuego. Se quedo en su propósito invariable; frente a una cosa de orden inferior, atribuyo por su decisión bien determinada, de no retroceder por nada y llevarse consigo la victoria. Soltó tina atroz burla. Gruño transgresor. Lo ignoro, la sangre no Huyo como entonces, lo sintió como un reto que debía llevar a cabo.
Castrado miro el fondo largamente. Los dedos percutían sobre la barriga de madera, la misma diligencia de su desaprobación, le llevo a unos nervios desorientados. Pudo haber sido distinto, era preciso guardar la calma como costumbre, si estaba frente a un asesino, debía borrar la mas mínima alianza con el miedo cercano y fingir aquel valor. En lo provenzal, jadeo consternado; borrar de SU semblante todo cuanto pueda trasmitirse a un desconcierto inoportuno. No era preciso retozar la desgracia por el cuello y zamarrearle como a trapo.

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Del cadáver atado al tronco de madera, estrellado sobre las rocas; ya no quedaba nada. Solo recuerdos vagos. Afuera seguía aquel contagió de números con su eco lejano en el agónico transcurrir del tiempo. NIRVANA. NIHIL OBSTAT. NIDOROSO... Pronto, hay una venganza póstuma esperando. Un asombro inaudito le lleno el manto de jubilo, irresistible cómplice de sus crírnenes. Devaneo, llevados hasta la obsesión de la inconsciencia, descubrió en sus angustias; la incapacidad de sus ideas de llegar a rozar el cuerpo de las esperanzas y su corazón permaneció partido durante muchos días mas y aquella angustia le acompaño hasta el día de su muerte. Sin embargo ahora no corremos con la misma fortuna cuando a manera de disgresion se aborda el tema del racismo, de la paz relativa y de la igualdad supuesta en la cual vivimos. Pero los tumultos de gente a alguien le enardecían?. Coi-no una conflagración hecha contra ni¡ mismo. Contra mi sociedad, mi cultura, de mi ir y venir; hasta amenazaren convertirlos a todos en débiles paranoicos. Pero esto jamas pretendió ser el significado de una sola noche, esperando significar la eternidad, se convirtió en un simple motivo. No somos incongruentes. O negros bullosos. Seres humanos y perfectos. Apoteósico final propuesto. Cambio inoportuno, solución interna y repentina; se transfiere en el poder que siempre les confiere. Somos parte esencial del presente, somos mundo y universo, de alguna forma no estamos solos. Hoy pido la pugna a la frivolidad y calculo simétrico y negligente; con el cual delimitan las conciencias, con la cual limitan el entendimiento, con el cual nos conducen a la mas atroz de las desazones, hoy pido la pugna al racismo disimulado4 que se vive. Y a la necesidad de adoptar un carácter muy lejano a nuestros deseos verdaderos, por nuestra condición quedados a la mera defensiva; ante la fuerza atroz que amenaza por desaparecer algo muy nuestro y se convierta en una mas de sus simples y estúpidas bromas. Hoy Mayo 5, el alma; si así se puede denominar al sentimiento que llega hasta exasperar y nos pone a la contienda de lo incomprendible. Subyugados por aquella fuerza extraña, en la búsqueda de una justificación innecesaria; cuando la normalidad es todo lo que cuenta. Antes de que pueda quedar a la defensa final, el brazo armado ha asestado con furia una puñalada en su costado. Sangrando le ha cobijado en las sombras de la noche; su castigo produjo un vértigo de dolor en los acudientes, destrozando la voz moribunda ante el silencio de lo inmoral. Llegados demasiado tarde para poder verle morir y pretender salvarte. Ha permanecido encerrada, acepto hacer del cuerpo su cárcel pero su libertad la obtiene ella misma, puesto que ignoro su destino, cada vez que simulo dormir y descubro que no esta en mi. A veces maneja instinto diferentes, que me niego a descubrir; le siento marcharse, queda vació; sentirle regresar después atemorizada, en un ahogo que despierta en sobresaltos. Descubro que es infiel y solo aprovecha ese estado y otros para abandonarme, resistidos al cansancio, ha terminado por vencernos. Sospecho de que me trae malos mensajes y siempre viaja a lugares inconocibles, solo rostros rabicundos le rodean siempre. Pero jamas logra entregar los mensajes que se le confían que quisiera ella trasmitiera y lograra conquistar el alma que anhelo, siempre vuelve sin respuesta alguno, ahora sospecho de que ha sido silenciada en el mismo aspecto de su inexpresable muestra de existencia. Le han engañado. L e han secuestrado. 4 Siempre pensando en las inaccesibles almas, de quienes las tienen mas presas. En el silencio de los sueños sus rostros no tienen forma y aun suelen ser mas agresivos cuando tu alma intenta conquistarlos. La ostentosa figura de Laura ha dejado de existir para ni¡, después del atisbo permanente con la acción infructuosa a la cual le había sometido. Desdicha de los dos. Asintió la atrocidad. VIOLANZIO PAT. Formo su propio cuatro, innata consolación, sin ultranza ha suscitado mis pasiones. No podría precisar hoy la fecha del infortunio aquel, en cualquier año el verano en cala se hizo extenso y fatigoso; pero todo se mantenía tin, exorbitante que terminaba conquistando lo menos atrayente de nuestras intensiones, a diferencia del río por el cual corría una brisa trémola y fogosa. Sombría piedad; descubrió descender del cielo, un algo retardado; que llego mas completo, adivinaba instintivamente ente la puerta por la cual habría de finarle el socorro, después de haber estado a la espera de una oportunidad que se hizo esperar y que llego con el mismo tiempo del deceso. Allí sentado, le volvió a ver aparecer entre la brisa y las hojas sueltas que caían con la tarde. Buscados a la ironía de la fuerza para vivir; postrera misericordia; sin saber aun si lanzar

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o no un grito desgarrador o quedar a la contienda sucesiva del rastro desfigurado que seguimos amando en
aquel vació interior. Y- LG Lk, Ci k:- U 1 ry)A' i '-t
ANÓNIMOS.
Es algo perverso, como si fuera fatídico; sentir primero un deseo ahogado, consumirlo después en la practica mas desleal del ser humano, de si con ellos cancela su energía y vuelve a quedar con un sexto y mil preguntas. Frente al cuerpo una sola respuesta; sintiendo que es tarde, te empecinas y decides recomenzare de nuevo; pretendiendo olvidarlo en el mismo transcurso de aquel momento, vuelves al refugio, después al volver el Mekn4u, rostro, esta la insignificancia de una soledad tortuosa y de la nada, para comenzara construir un castillo. Y, quedar tan Habido de fuerzas y de voluntad que quisiéramos no haberla gastado nunca, pero nos encontramos tan solos en esos instantes criminales en que asesinamos la existencia; la vida que redimíamos siempre en la única salida. Con cualquier cosa absurda. Sintiéndose luego frente a ese espejo de vergüenza, deprime. Una pena que Q»

muchos días después pretende hacer sentir la culpabilidad de un horrendo crimen. Si las noticias lo publican y tu lo llevaste a cabo, tan enorme, que en las manos han quedado millones de ellos sin vida. Tan asqueroso CL y miserable se es entonces que nada tiene la importancia precisa para reanimarse en la voluntad que necesitamos, tan petífero, lanzo su aullido convulsionado; cada vez mas miserables, cada vez que se es culpable de que mueran muchos de ellos en una sola practica. Ser ruin ante su imponente figura, a los ojos de quienes puedan sospechar una doble identidad en uso.
De quien bebe lo dulce de la mano que sirve lo amargo en silencio, sin que se inmute para nada. Todos vividos para la doble identidad y dejar la mas conveniente en el uso rutinario que se requiere.
Los demás podrán entonces aborrecer todo cuanto posean, nos detendremos solo de momento a recordar cual miserables somos, que algo termino siendo monótono y frustrante, pero que esa sed aun no se agota y pedirá ser apagada en cualquier instante cuando menos lo precises. No un enemigo descubierto por la casualidad. ante la soledad. Que maravilla aumenta cada vez mas esa pasión loca y efímera, cuando en nuestra mente fueron tantos otros deseos los que pidieron ser hechos realidad. '- 1 - ~ - , ' 1 j ~) ; - -_ 1 11 ~ 1 -
" Nada es mas hermosoque el caminar en las arenas del mar, escuchar sus olas, su rugir e ir penetrando interminablemente en él; hasta llegar a su fin; hasta perder el miedo. " :':> 1 1 10-\te n r G-
Al despertar frió y lúgubre, la cúspide despertó su instinto. Nuestra estrella surgida de la imaginación se mostró cual pálido, ella siempre tan frívola y calculadora.
" Como si lo dijera ahora, no termino de decirlo. Ella no probara ¡lada, sin que haya desatino El que se fragua con intensidad absoluta.
Frenético muriendo en un espiado de la espada después, por su propósito invariable; lógica costumbre a la condena de morir; aun antes de partir, sigue viendo sus débiles oscilaciones a la lejanía. Incomprensible, por que ha de suceder, incitar a cometer aquel mismo acto una y otra vez mas, cada instante que se abre un preámbulo a nuestra razón de ver agonizante nuestra existencia. Anhelantes de poseer el poder de volverlo todo atrás hasta el limite en el cual inequívocamente se perfiló la misma melodía. Haberlo evitado seria la indescifrable respuesta del ocaso; comprender que es demasiado tarde para emprender la retirada, que nos encontramos en un túnel en el cual 110S acostumbramos al asedio de su mano asesina, en el momento menos esperado encontraremos la salida, la puerta de entrada a la luz de la vida. Una bandera enarbolada que flamea con la libertad, con la cual solía volar un día de abril, se ha convertido en una larga salvedad. Parte substantiva de una patria que lo ha transformado en enorme. Porque su aberración me resto el derecho a ser feliz.
Tal cosa, nos presiona, llega a nosotros haciéndoos sentir como simples sin control y torpes. Verla aparecer de pie toda vestida de seda, hasta que todo lo de ella se pierde en borbotones; que apagan la totalidad de una loca fuerza con la cual nos debatimos por no dejarnos arrastrar, finalmente lo consigue, igual que siempre. La insensatez, una agonía de obsesión pasiva; coi-no tonto fusilanime. Ruda ante su salvaje manera de amar, sorprendente ternura, nos enseña el afable sendero empinado. Tu rostro ha quedado solo, sepultado entre la gente, entre la atrocidad, entre las sucias manos. Porque en las noches volubles, volvemos a encontrarnos cansados, igual que ayer, tan indistinto al hoy, que nadie espera por lo que ha de llegar mañana, destrozados sin contención, vacíos, ha vuelto a ganarnos la falsedad del tiempo, tan llenos de nada, carcomidos por dentro, pero seguimos igual de sometidos congo hasta hoy, tan igual de vividos a la consumación de un ultimo instante de placer. La luz ha despertado lenta y delicada, sin contrición a los ruidos hermosos, alimentan el cántico mientras buscas recordar el sueño por el cual te inspiras en la búsqueda absoluta de cambiarlo todo, llas se arruinan innecesariamente, ente, sin razón alguna ellas se arruinan, tus manos contemplan la destrucción que te calcina, conIr

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ellas a la prisa misma que se escapa y el mundo esta demasiado distante para percatarse de tu existencia. En una fuerza mayor; al contrario te empuja cada vez mas, al borde del abismo; escapa, grita fuerte salvación. Mi
(alma no me es fiel. Queriendo poder escapar. " !Pronto. Huye de entre las manos de los opresores Recapacitamos en la vaguedad de la inconsciencia, encumbramos tan altas las ideas en los pensamientos, que descubrimos a nuestro enemigo mas aferramos sonriéndonos; que luego son intangibles e irreales en la sima de la nostalgia. Que hoy descubres sonreír a cualquiera que le de la gana hacerlo y no por eso os complace si no percibe la razón por la cual tu también luchas incontenible en el mundo. Por reír también. No limitado a tu solo triunfo, cuando hay tantos mas negados a la oportunidad de vivir con dignidad. Se ha perdido la alternativa de identidad dada la sugestión a la cual nos vemos expuestos, a la cual el ser humano esta amordazado. Pero su carácter se va inundando de un mal llamado comportamiento que no tiene mas que su propia idealizador. Pero es la irónica solución del que nada lo comprende; y lo deja para su mera incapacidad; Rin mas si destaparlo, le precisa decadente a la ley del prejuicio de una leyenda y del infierno.
Quedados para ignorar y vivir sin ocuparnos de nada. Cuando no es mas que la perdida de su propia identidad si se niega a pedir la justicia que el mismo mereciera. La naturalidad de acción, tan solo porque son meras normas a las cuales se ha visto adherido de singular forma inobjetable. Convertido en uno de ellos, aunque difícilmente se resistan a considerarlo de tal manera; un temerario y sublimado hombre que se vence ante su voz estruendosa, que considera tenerlos a todos en sus manos y ha de rendírsele atributos. Huyendo de todo cuanto pueda comprometerlo con la verdad, desviado en la reafirmación de la justicia; quedados al pago del poder divino. Temidos a la rebeldía, rendidos a su voluntad. Entonces descubrir que allí están sus hijos de siempre, con los que puede descargar toda su furia su marginación y represión, ya que entre él y yo no existirá jamas ningún vínculo, menos ha de tratar de refugiarte. Le será infructuosa conseguir aquella transformación y no deje a la explicación, la razón por la cual suscita la contienda. Lejano de su pulcritud, lejano de los absorbedores absolutos, chupadores de conciencia, inspiradores de doctrinas que después te darán la ubicación en términos de precisión a tal que ya obtienes tu propia categoría.
Entonces esa igualdad no es mas que un puñado de sueños, depositados en la bolsa del espacio. Otros piden la valorización a sus cosas y esfuerzos, nosotros solo nos conformaremos a ser sepultados entre la mierda. Los carentes buscan la justificación, otros los cuelgan al impedimento para poder merecer el lugar al cual se verán situados dentro de un status social ya delineado. Simples y vulgares seres, visto con la insurrección y el mandamiento de la piedad.
Duro soportar el inagotable sentimiento que corresponde a la pobreza. Inmóviles a la dignidad de serio. Una justificación precisa a la situación que os corresponde vivir de inquebrantable manera. Su garantía es poca, atados por añadidura, a los golpes bajos de sus hazañas. Incautas, los sueños dejan al borde del abismo y de aquel estado real distinto de existir. Llamado la locura. Al mas emocional y estable de los seres. Pero seguimos agrillados a ella. Siendo tan fea e insatisfecha la forma de desaparecer sin que nunca esto se haya dado. La creamos y le damos vida en aquel poder tan nuestro de transformarlo todo. Pero no de vencer a los segregacionistas. Y no es delito delirar. Si para esto se creo la Ironía. O la lúdica.
Golpista que se marchan denodadamente. Deja un escalofrío perpetuo, pero ferviente y mediocre. De repente he perdido a mis lideres; aquellos héroes de la infancia; aquellos a los que coleccione. Aquellos a los que hoy veo viejos y ricos. Se han burlado. Vuelve para atraparlos en el lapso disidente del rostro de la calamidad. Inesperados y aturdidos a su llegada infame que nos obsesiona imprevisible. Nació el Jazz. Fastuoso.
" Acostumbrados a convertirlo todo en un hecho atribuible. Y ansiosamente esperamos porque alguien venga a la resurrección de nuestros infortunios " Entonces. La verdad no existe tan distanciada a la mentira. Sin un temor aparente.
Por primera vez desatados de nuestros prejuicios, juntos a una mesa redonda vestida de mantel blanco. Una noche para pedir un deseo. Absortos ante una tan corta despedida; que difícilmente se extendió la huesuda mano para girar en aquel adiós. No me gusta el olor de los muertos. Para decir que se respira todo el vapor que exhalaban al volver de la calle, con la hipocresía de tener que tragar menos alimento, soportar la farsa a escondidas. Idolatrar las cosas materiales sin las cuales el estar en la tierra seria mas molesto aun. Sostenidos por- una figura pueril y deteriorado. El rabicundo cree que podrá perdurar hasta que haya muerto el otoño Y, no sé porqué aun esta ahí parado como un imbécil al que le puede llover sobre su cabeza, y así mojado no

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se moverá para cambiarse de trapos. Y yo no sé cuántas lluvias de invierno han pasado y en cuántas mas me he mojado. Yo no sé. Yo no sé cuántas veces he tirado estos trapos y vestido otros. Y yo sé de la veces en las que quisieron cambiar la identidad por un traje nuevo y era el mismo negro.
Nuestra labia no ha sido lo suficientemente convincente para evitar continuar siendo robados, sepultados en la maraña, en la espesura de los bosques, con el aire trémulo y primaveral con el cual ha de conciliar sus ilusiones y esperanzas. Semejanza de un prel4dio, una utopía de la vida.
Hablaría de ellos toda una vida en el mas completo estado de lúcidez, me ausentarla del pasado por dos noches o mas, quizás toda una eternidad. Y Descubro que mi corazón no esta en ninguna parte; siempre ha estado
conmigo.
En el momento en el cual, hayan desaparecido, los derechos privilegiados.
Y, la revolución Francesa?. Los derechos del hombre?. De qué hombre?.
Los crímenes lúgubres, las rosas francas permanecen en un largo tiempo a la espera. Los sitios secos, allí llega el frío de la noche, saltan los presentimientos, se cruza un bongo, entre las poesías de
ALFREDO VANIN ROMERO.
Para quedar en el desierto. De momento por el ancho y extenso río, envuelto entre las fuertes brisas; arrastrando con su estrofa lo duro de la tarde, que será el cimiento y el enderezar de los niños del mañana. Se desato la tormenta al anochecer, se adentro en un sopor inesperado que inundo de calor el energúmeno cuerpo del recién llegado, los vientos batían con su vaivén las palmas que jugueteaban libres en la danza, todo a fuera emitía sonidos misteriosos; los ojos quedaron grabados en el sobresalto del interior, la corriente les cobijo flexible. Las miradas permanecieron pasmadas ante aquella presencia del emisario. Absortos en el drama, los rostros mudos, no se resistieron en permanecer por mucho tiempo en su retracción y empeño por darle la bienvenida y se apresuraron a recibirlo. Quedo la incertidumbre de quienes se negaban a aceptar lo que estaba aconteciendo, el presente habría de refulgir en el horizonte. Quedados en la vaguedad de una inquietud. Con alegóricos murmullos4 todos festejaron su regreso. Atribuían impacientes el suceso, a la recompensa, puesto que con él había llegado por fin la salvación. Todo era evidente, ante ellos se encontraba a pesar de una larga transformación, 169, un enorme jolgorio le componía haciendo sospechar que de alguna manera su inesperada llegada les brindaba un poco de felicidad. Alucinados recordaban las imágenes que de infancia permanecían contenidas en sus cerebros inéditos. Teodora 12, componía un verso, todos callaron para dejar escuchar aquella sentida declamasion en nostálgica voz. Alejados de la severa expresión indisoluble. Dijo. Algún día se paro ante lo duro para suplicar le dejaran sola. Alguna vez lo quiso mas y mas pero se le hizo demasiado extraño para llamarle amor. Fuera a donde fuera nunca le miraría para abrazarle. Y siempre se i—n4ere.
Diluida en el panorama de este letargo, nuestra madre festejaba saber con claridad que perteneció a una época de la cual no teníamos la mas mínima noción de lo bueno o malo de ella. Lejos de la rudez embarazosa que han sembrado, que ha muchos hubo de hacer desistir. Vio unos hijos nacer en medio de ese sueño que forjo. Que como esclava marcada, tuvo derecho a parir. No precisaba en el tiempo su primer preñez, pero su vientre continuaba a pesar de todo siendo el regazo de sus hijos. Se entristecía de saber que el tiempo de niños había pasado, que pudo sentirse desdichada de habernos traído al mundo, pero al vernos sonreír juntos, cuánta desdicha la hubiera embargado de haberlo evitado. Fue lo mejor, poblar con sus hijos las huellas del universo pintada con su sangre. Madre te amamos y esperamos que un día vuelvas del lugar al cual te fuiste. Sin decir nada. Sin siquiera despedirte, como lo hacen los afortunados. A quienes Dios les da un segundo.
Hoy te damos el derecho a tu ausencia. Todos allí consternados, ante sus rostros intrínsecos, precisaron la reacción que deberían seguir, llorar o reír era el único camino disponible, seguido al ademán de unos sentimientos. Se quedo al avance pausado entre los demás; quienes le sujetaban cariñosamente por los antebrazos a la vieja Teodora. Paulatino. Dormitado a veces, parecía despertar asombrado ante su breve consuelo. La cual difícilmente podía edificar en sus pasos. Olvidados del armazón hecho de olvido y de miedo perpetrados en sus vidas c9sa insignificantes. Teodora. Le dijo Macias; es bueno que sepas que el niño ha vuelto, esta cerca de ti. Donde?. Sus manos

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temblorosas trataron de liberarse presurosas y ubicarlo. Entonces fijo ansiosa sus ojos ya apagados sobre el lugar en el cual estaba. El se hizo a su alcance. Ella recorrió con las manos el rostro sacudido; recubierto de barba espesa. Cuanto has cambiado hijo mió. Lejano parecía llegar el rumor de las aguas del río, todos allí a la meditación profunda. Sencillo dilema de la vida, girando en el circulo vicioso de las probabilidades.
Había incertidumbre en la inmensidad del amor. Convergiendo las miradas hacia él, apenas pudo decir pequeñas palabras.
Aquellos ojos carentes de expresión dejaron escapar aquella lágrima espesa, pudo descubrir con el tacto de sus manos cual diferente estaba. Qué te han hecho?. Como si hubiera sido ayer el día en el cual te vi llegar al mundo, abrazame. Le pidió. Siempre estuve esperando este momento. Porqué has tardado tanto?. Teodora 12, le rodeo con los brazos ya flácidos. 169 llevo con cariño la nevada cabeza para reposarla en el pecho. Envueltos entre la fragancia de la naturaleza verde esmeralda, sintió el olor de la humanidad en su calor extraño embalado. Ante la palpitación y el tacto de la piel cercana. Había sangre en las venas. Todo había comenzado por evocar el tiempo que había pasado. Muchos años desde entonces. El agua fue la esencia de nuestra existencia. Y allí murieron bajo el fuego que se inicio una noche. Nadie quiso escapar de aquel cuarto al que todos se encerraron y las llamas rodantes, les devoraron incesantes sin que se hubiera escuchado algún quejido.
La noche paso sobre la felpa, a la reconstrucción, se abrieron unos labios prudentes, por la ley estúpida del destino. Todo cuanto había comenzado con la misma fantasía.
No fue preciso hablar del final de Virginia.
Tomasa lo descubrió con los caracoles y calló para todos su regreso. Cerro con ello aquella puerta que nos conducía al pasado desolado y el castigo de un Dios cansado en estas páginas corroídas por el viento del olvido. Lo supimos todo, la luna entristeció esa noche, todos con los rostros clavados a la tierra, le enterramos en aquel denuedo. Le hemos dado todo aquello a lo cual pertenecemos en honor a su vida; por habitar entre nosotros. Quedamos sin ella entregados a la justicia. A alguna loca coincidencia humana. Todos le honramos. Los caracoles aparecieron sobre las orillas; sabíamos de tu regreso.
Del porqué de nuestras vidas aquí?.
No ignoras nada. Cansados del presente egoísta, del futuro que nos roba la vida y de la inagotable fuerza de unos porque siempre seamos los mismo del entonces en un presente que se nos va día a día. Tu si puedes decir de ti muchas cosas, de tu renuncia, sin comprender que con ello has dejado merecida tu derrota, has abandonado con ello, la batalla de muchos. Debes volver y abrir el mismo portal y enfrentar su interior terrible. Debes abrir aquella puerta que conduce quizás a un paraje solitario; de pronto a la redención de aquel paraíso. Debes buscar esa puerta del laberinto y abrirla para todos.
A nuestro presente difícilmente lo han ubicado en el tiempo. Soportando el caer de la lluvia y saber que se aprovecho para hacer de nuevo su genialidad absoluta.
Vamos en busca del amor de una mujer en el lugar en el cual brilla la ilusión.
Ese hombre es mió, le escucho decir cualquier tarde a una mujer en un día cualquiera, él le miro descender traslucida en un cuadro de ocre, ahora sigue tan transpirente como el agua aquella en la cual solía sumergirse la Nivia.
Ella se despojaba de todo aquello que coi3il)leil-ieiitaba de ridícula forma su belleza nativa, en un repujó de inocencia, siendo la carencia al mismo deseo de exponer sin restrinción alguna su cuerpo al viento, deliberado al agua sin imposición; el poder político de sus contornos hermosos. Y el equivoco deseo volvía fulminante, sosegado ante la culminación del plan arrazador que borrara toda huella nítida de la imagen simple que siempre se formaba sobre aquellas olas fundadas por las brisas. Todos conformes. Lo depositaba en las peñas, que eran prendas ordinarias en lo que se refiere al corte preciso que le ciñera el talle, luego cautelosamente bajaba hasta alcanzar la orilla del río claro, el chocaba espumoso entre las rocas, sereno y acariciador mojaba sumergiendo cada centímetro de su cuerpo en el agua. Terminaba en la posesa ancha de los peces locos que le condenaron a ser su reina. Y eran verdes, azules, negros y amarillos.
Cada tarde permanece allí poco antes de que el sol descienda sobre las cordilleras formando un cordón azuloso sobre el occidente, delineaba entonces las siluetas de los gigantes azules, verdes cipreses en las tardes en las cuales el sol es rojo sencillo, la belleza es delicada, perceptible tan solo a los sentidos. En la penumbra de una noche hermosa así disparan, retumbar en el vació al igual los gritos de miseria. Así muere y nace la guerra, se evapora la gente, nadie se detiene en la contemplación, todos corremos, emitimos saltos contra el tiempo y solo IQ demás hasta entonces importa. Ha brincado sobre el presentimiento de un pecado inadmisible, vienen luego

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los benditos para justificar la vida. Su ironía.
Ante los ojos energúmenos de 19; se descubría la posibilidad con la cual le apreciaba, escondido tras los matorrales, sintiéndose injustificado para darse a la luz y quedar a la sombra densa de su postura, negado a contemplarlo de cerca. Diferencia enorme entre el sueño y el proyecto de una realidad nunca ejecutada. Ella ignoraba el pecado, la cruel sospecha de que todos lo cometemos inconscientes. Ella virgen y el pecado vivo. El delito de nacer de un acto de tanta magnitud. Tonto desenlace, y cruel sometimiento que nos deja al borde imaginario. Al lavado del cerebro. La sospecha ajena siempre creo esa tonta desilusión para tomarse así mismo. Deseaba poseerla como ultimo castigo al liderazgo del poder culminar en medio de la inflexible idea con la cual te crees diminuto. Querer hechizar al mundo, reír de aquellos que perdieron su primer contacto, su primera piel. Tan impuros y sedientos. Qué merecían entonces los demás?. Si su causa justa se había perdido y en él se albergaba una parodia ajena. Porque su odio no le mereció nada.
Se queda extendida, no virgen, solo mujer inocente al resplandor, tal cual como murió y despertó, después de abandonar las aguas. El corazón de 169 se enajeno y han sido todas suyas sus ansias, aquellos atributos, cuerpos lánguidos y febriles, ojos adentrados en si, los chorros de cabello que escurrían sobre la piel morena, descendían sobre los pechos arqueados. convertidos en simples y sutiles humanos, frágiles y por decenios melancólicos. Rendidos a tus pies.
Todo cuanto podía conseguir una mujer con su hermosura, su rostro ancho, labios gruesos que invitaban a ser besados, cejas pobladas ocultaban el secreto y solo misterio, de los ojos desnudos. Ahora ya no es la esclava marcada y puede engendrar en su vientre la semilla de un hombre. Transformando el tiempo. Buscas la composición precisa que le dará esa canción, esa poesía justa y merecedora. Cualquier cantidad de cosas que sonaran de alguna manera bonitas. Una lírica que dirá todo, absolutamente toda la verdad que merece. No pretender justificar nada con alegóricos argumentos. Alocadas dese n to nac lónes que compenetraría en ella sin razón y queriendo siempre agregar algo que no le pertenezca. Que bella es con esa inocencia anhelante de un mundo mas suspicaz. No una absurda astucia que de nada vale si se hunde en el mar un cuerpo pisoteado, apaga el amor. Y queda nuevamente señalada. Y mata el amor en su condición de unos hechos para otros.
Filomena cantó con la suerte de ser madre de aquellas hermosas niñas. Que un día se perdieron en la inmensidad del destino.
Todo aquí empezó a envejecer desde hace tiempos y aquel que pueda escapar ha de hacerlo.
Mercedes no poseía edad distinta que aquellos once años, reía y jugueteaba con Laura y sus muñecas de trapo que cosía mama Juliana, en sus ocho anos apenas deslumbraban en ellas los cuentos de antiguos reinos. Lorena crecía al paso lento de los días, y junto a los perros, Cantaba las mismas canciones de cuando entonces los hombres jóvenes, hoy viejos cantaban. Ellas al igual buscaiini i ¡Iposas amarillas. Llevaban un poco de alegría a aquellos corazones llenos de amargura y hastío.
Las únicas jóvenes ilesas de aquella descendencia que aun permitía inspirar alguna esperanza fugaz. Decrépitos y llenos de recuerdo que les convirtieron en su mas preciadas joyas. Nada parecía ya tan investido de tanta autoridad, como el deseo mismo de no regresar jamas al mundo que un día hubose abandonado a la condición de cada uno. Nada era entonces mas maravilloso que aquellos instantes. Nadie se asombro de cuanto habían envejecido uno tras otro; nadie se miro al rostro para descubrir aquella desalentadora huella que había marcado el destino sobre ellos; solo entonces se despertó una inspiración profunda, cuando en alguno de aquellos corazones se descubrió que se aproximaba la muerte un poco rutinaria y que de pronto por muchos años parecía haberles olvidado. Que ese presagio era entonces la llegada inesperada de 169. A este paso dijo. La muerte es sanguinaria, dictadora y déspota. Entonces se quedaron en aquel rescoldo del pasado y del presente que allí se había construido. Nadie hablaba del futuro; ya no era esa muestra existencial de la esperanza. Simplemente ya no existía. Ellos al igual, hibí4n sentido la impresión de SUS huesos traspasados y polvorientos; que flotaban en aquella atmósfera de sueños irreales de ilusas cosas estancadas y acaloradamente conducidas a su estado de descomposición perseverante. La muerte estaba pues investida de su lealtad parsimoniosa. Y callaron y nunca jamas hasta el día de sus muerte, se volvió a escuchar alguna voz de sus gargantas y se veían en ese mundo de insomnes que caminan con la mirada de largo ensombrecimiento. lento. Ya no había luz en sus ojos y ya no era tristeza lo que allí habitaba. Era la mas pérfida hecatombe de unos muertos en vida, que aun sin resistirse, seguían deambulantes con sus huesos a todas partes. Muchos años antes de que apareciera aquella desolada consternación; se vio disipar una mañana; las neblina sobre los rostros humedecidos y allí se descubrió el Bongo del tiempo y el aire que llevaba dando vueltas al pecado imaginado; y ya desde aquel entonces, no hubieron mis amaneceres azules, ni atardeceres rojos y todo

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parecía sumergirse en aquel precipicio. Y entonces comprendió; porque Dios les había impuesto tal castigo. Que su sentencia se cumpliera en aquel fango. Y ya nadie quiso una movilidad distinta que la articulación de sus brazos. Ya no había voluntad en sus palabras. De Dios el sometimiento; de Dios la barbarie. .- ~', 1 3, burbujeaba gotas aceitosas de agua del río, sus ojos se desmesuraban, loco enamorado bajaban a buscar estrellas en el fondo, sacaba algunas, las llevaba a su pecho para protegerlas, la brisa distinta no tardaba en pulverizarlas en el mismo sitio en el cual les depositaba, aun mas se aumentaba su pena si cada vez camino de regreso evitando por perder la mas fuerte de todas, se desintegraba inevitablemente al calor de su cuerpo, el que lograba invadirlos. Como sino fuera digno de merecer L111,1 sola estrella. Frustrado en sus mas baratas esperanzas, volvía para refugiarse, abandonado ante la deplorable condición. Accidentada coincidencia social; soportando lo inconcebible; lo inevitable. Sobraban motivos para condenarse. Así, resistió la persuasión de la verdad. Cuando en verdad aquella arremetida no existe. Clara y patente. Liberado de su situación de clase y de sus indeclinables arbitrariedades. Sabia que la vida regular seguiría subsistiendo acosada, hasta que finalmente termine por llevarlos a todos al suicidio. Un régimen de opresión que en materia de derechos no puede acceder a nada distinto; que a sus deseos de ambición y codicia. Porque no conoce otra condición.
Por sus raptos.
Embuidos en su ancestral orgullo, nos deja a !a mano negligente y egoísta. Que suele marcharse de la manera mas vulgar y descarada.
Entre tantos seres, mujeres y hombres; fatal.
Filomena pudo haberse convertido en una mujer con demasiada carga, se remediaba a diario para no descubrirse seca en el paso de los calurosos días que solían regresar en el verano absorbente, en las imprecisas horas no podía permitir ser desventajada, no podía consolarse con la entrega al demérito. Poseía aun movimientos ágiles, recorría con virtud muchos parajes.
169, le vio en ese estado de débil en el que el alma se apresura a ese deterioro interior y no somos mas que un manto salvaje por encubrir algo. Porque nada logra redimirse ante un tiempo asombroso de la espera dilatada y del engaño por su mala suerte. Le sobrevinieron como carga todo el tiempo. Siempre al ver los trazos que iban marcando cada final, este le evocaba un recuerdo indesprendible; de un algo de lo que no se puede desligar. En los paso lúgubres e inquebrantables, se dirige solitaria por entre el pasillo profundo y oscuro en el mismo abismamiento y desesperación, la luz que penetra en la noche, descubre una muda, ensombrecida figura que se desliza lentamente; le ve hundirse en la misma penumbra. Le ve ser sorprendida en una llamarada fugaz en el patio. Al entrar en aquel lívido aposento, !e sigue la perpetua calma del silencio eterno. Lentamente allí se ve ser tragada por esa luz que ilumina y solo pueden percibirse leves sollozos indecibles en un lamento consternado. Por entre la penumbra del pasillo le detuvo de regreso un día, difícilmente logro conmoverlo en aquel mutismo del cuerpo que ya no emite sino quejidos heridos. Triste impotencia, estar condenado a no ser sino la mueca del rostro que se abofetea. Triste celebridad. Empeñarse en ser la parodia de la gloria que quiere proscribirse.. Ella que había aparecido por aquel pórtico con su ímpetu de rebeldía por el suelo. Se le cobro de mas. Los retogrados y sus doctrinas sortilegio. Abominables. La admiración. Subterfugio. Su desgracia hecha de odio, de envidia, procedía de la maniobra de aquel gigante que le aplasto. Era pues dueña de esa raza melancólica, raza herida del universal desprecio. Le han perturbado en su sueño estúpido. Ella hablo mientras sus manos corrían circundantes, temblorosa un cordón de pepas negras, mirándolo fijamente sus labios murmuraban en susurro incomprensibles palabras. Inconexas seguía. Presurosa tomo el pelo para ocultar sus hombros, desilusionada por la herencia miserable que le había dado el destino a la mulata. Ambos se dirigieron al mismo lugar del cual había salido. Solo había aquel olor penetrante, que no era de tumba sepulcral, ni de su cuerpo vaporoso; era de hongos mohosos, que se adentran en el pellejo húmedo y salubre. Aquel su sitio de ruegos. Llovió pétalos de rosas sobre una cita para pedir por su regreso. Frente a aquella; donde se evocaba la huida de los pueblos hacia el norte. La estatua de rostro pálido amarilloso; fácilmente se podía sentir su misma frialdad, ese olor a yeso polvoriento; aquel que componía una imagen sin vida. Llena de frió. Y comprendió, que de aquel hombre valeroso que partió a la batalla de la vida, no queda mas sino un vencido triste, humillado, ungido al milagro de su desprecio implacable. A su peso. Y era tenebroso. Solo inspiraba aquel sadismo endemoniada'.

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Y luego; por su voluntad poderosa, su energía invencible; trataba de postergarse a aquella desgracia, y volvía haberse derribada. Decaían los lapsos como fundidos por el calor de aquella pasión enervante, comprometida en la malicia vil de aquella esperanza; en la búsqueda desesperada de cualquier cosa. Pero descubrió que aquella obra de destrucción; en ellos se había cumplido lenta y segura.
Para la inmutabilidad a la misma petrificación de su silencio que nos deja absortos.
20 años parecían haberse ido diciendo las mismas frase ininteligibles en aquel movimiento apaciguado de sus labios.
Un código Romano impreciso en el cual se os condeno. Un cristo de palo anclado a la pared, mientras seguía la carcoma a su espalda. La imagen?. Preguntó.
Llego aquí diez años después de nuestro asentamiento, con los misioneros. Se conciliaron en mensajes incomprensibles. Algo difícil de entender.
Unos pocos indios los condujeron por estos lugares en la búsqueda de Gualoas. Iban en su misión obligada de invadir haciendo aceptar una verdad impuesta. Que se extendería por toda la costa del Nabogan. Sonrío tristemente y con las manos retiro algunas gotas de agua que se deslizaban lentas por sus mejillas. Su asombro, se volvió musgo verdoso en mácula gigantona a nuestro encuentro. Con una existencia mínima de indios salvajes a los cuales tratarían de salvar sus almas. Estaban a pocos días para llegar a la gran boca del cañón al cual decían dirigirse con suma importancia. Allí donde se unen tres mares impetuosos a una sola corriente de agua que siguen rugiendo hasta alcanzar el mar. Hicieron un fuerte.
Hablaban de fundar a Capellán y extenderse en la evangelización por toda la frontera; hasta llegar a Kbarwos. Las palabras brotaban doblegadas a la fuerza resistente de la obra divina y distante. Allí a un suceso desconcertante, permanecía resignada a la persistencia de seguir clamando.
Con lo paradójico y fatal la enseñanza en la cual fueron sacados a empellones; arremetidos.
Dormían cuando sus secuaces estaban despiertos.
Tres de ellos hablaban como nosotros. Durante algún tiempo se quedaron descifrando el modo de alcanzar el cañón de troncos, el rugir furioso de los mares del monte, como si se debatieran a muerte. Solo se oían sus ruidos de batalla por todas partes. Entonces. Aprendió a no soñar, porque aquella idea del pensamiento le entenebrecían. Ya no dormía. Fingía hacerlo. Le vimos enlutable, engrandeciendo a ese desastre.
Convulsa, agitada, presa de espantosos dolores, se retorcía en el lecho; con ese dolor de corazón; lanzando gritos agudos. Después caía en la somnolencia y el mirasmo. Tenía momentos lucidos. Este ultimo esfuerzo de angustia la anonadó. Los ojos desmesuradamente abiertos, se clavaban en la estatua, implorando su perdón. Por qué. Con tal expresión de angustia que solamente a aquellos no les conmovió. Y él quedó allí hundido con aquel peso de la grande catástrofe que rompía sus vidas.
Tus nuevos ídolos. Allí blancos como una azucena.
Tienen mucho talento para comprender que su reputación no se componía de su mérito, sino de la envidia. Y se veía hecho el instrumento de todas las venganzas.
El momento de partir se alarga entre un modo aparente de preocupación. Habían escudriñado al monte con aparatos.
Así le cambiaron el cerebro al muchacho. Cavaron grandes huecos a la madre tierra.
La foto se descubría al volver la puerta, roída parecía ya diluida en el tiempo. El rostro de un chico, desde entonces ya 20 años. Es mi hijoL Exclamo. Se postro ante aquel altar. Su figura fue tragada por la sombra de su cuerpo. Un gesto diferente a todos los que por días pasados había ignorado tras la semblanza de un mástil, parecían haberle brotado en sentimientos adversos y ya no era fuerte. Entonces algo parecía envolverla, cerro los ojos y la pared termino recibiendo la cabeza celestial que ella había dejado caer. Entonces creyéndose estar apoyada al muro firme; su cuerpo voló por los aires. Exclamo. Si no me escucha, concedeme el poder acabar con este mundo de olvido y de amargura. VIRGEN NEGRA. Calladamente comprimiendo sus labios; empujo con presión ambas manos sobre el pecho y volvió la mirada

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triste sobre 169. Se contagio del jadeo y escapo de su garganta una exigencia profunda que se enmudeció en la misma prisa con la cual llevo las manos a su boca. No se haga mas daño Filomena. Le dijo. Y le trajo con sus manos al pecho.
Oh Dios no puedo comprenderlo. Tanto martirio innecesario al que nos habéis condenado. A qué envías a los hombres a la tierra.? A que se superen. Para qué.?
Cuántas pruebas mas habréis de recibir por este lujo de vida, cuántas mas se ha de pagar antes de que decidas arrancarnos las venas. La vida. Silenciado en el dolor, no pudieron mas que resignarse al triste torbellino de desgracia que existía en sus subsistencia. Un triste adiós demasiado extenso. Ante la abyección, le abrigo con la ultima luz de la bruma luminar en la que quedan la vigilia de los seres tristes.
La neblina de un día siguiente nos cubría, el bosque se desnudo después con el sol que se mostró vertiginoso e imponente; penetro para iluminar un camino de nuevas esperas. En la caída endeble de sus hombros dijo. Ahora ya lo sabe. Por unos días parecía resignarse al episodio de su vida, pretendiendo escapar en el mismo transcurso del tiempo de la fatalidad, en la efigie rígida que había condenado su desdicha.
" UNA TIERRA CON DUENDES "
Se perdió luego con los días siguientes su vista. Vino después con todas sus cosas de adentro de si, la agonía persistía en su empeño destructor.
Mi hijo fue arrastrado por esos hombres cuando apenas era un niño, con él de cerca sentía la protección de poder verme morir con la certeza de que echaran tierra sobre ni¡ tumba. He esperado por todo este tiempo. Hablo de aquella empaquetadura. No se si la bolsa, la virgen, sea todo cuanto he recibido en pago.
Filomena se detuvo en el mismo momento en el cual sus labios simularon el deseo de decir algo. Entonces solo le miro. A él lo necesito, ya soy vieja, y debe saber todo, quiero que regrese. En la misma melancolía de su voz, hablaba. Dejaba escurrir su llanto a cambio del grito ahogado que jamas permitió escapar.
169 solo pudo brindarles escasas frases de consuelo, pero qué podría decir él, que procedía de los mismos infortunios?. De la misma atrocidad.
Con una mirada ansiosa de poder disipar aquellas desventuras. Volverá como lo he hecho.
Rudeza de los cuerpos duros y mudos, congelados y hermecticamente cerrados obstinadamente. Con su pobre condición de ser.
Podría estar carcomida por la zozobra, su incertidumbre aumentaba mas aun.
Todo lo suyo era nuevo; distinto a lo que allí se había estado viviendo.
Existía un alfabeto para construir frases.
Apagado ante su mirada benévola, lo pensaba mientras sus pasos avanzaban en la serenidad inflexible de los cobardes. No podría concebir una indignación imperturbable, y aun mas, era necesario que guardasen calma, que se quedaran quietos por unos años mas con los cuales podrían descubrir la respuesta y el verdadero valor que se le podría dar a un suceso que hoy habría de terminar cuando menos lo esperabais. Para tomar el empuje suficientes y abrirse a duelo con el adversario.
Dígame una palabra que pueda llenarme de esperanza, que pueda ayudarme a borrar esta agonía y dolor de mi corazón. Si tu fe te sirve de algo, no la dejes, si es todo cuanto tienes en que apoyarte, sigue con ella, solo un día después sabrás si se atrevió a responderte, mientras tanto guarda esa esperanza.
Quedaba tras ellos las paredes de tablas húmedas, una sola puerta, dos orificios por los cuales pasaba una cadena llena de oxido sellando al futuro en un candado, las llaves volvían al calor de los senos. Un día cualquiera decidirá lanzarlas al fondo del mar y se hará necesaria la violencia para romper ese candado que sella y ata dos naves de una puerta y poder permitir que a ese cuarto oscuro, penetre un destello de luz que lo hará sucumbir por aquella magnitud. Y limpiar su polvo. Para salvaguardar la sapiencia. Desmedro arrojado como puñados de piedras sobre los cuerpos latofagos. En el atardecer de junio, Cincuenta y nueve; fumaba pensativo su pipa, mientras el humo se disipaba en el movimiento lento de la silla, había entre sus manos el bastón de guayabo. Comenzaba por hablar de muchas cosas, difícilmente su rostro declinante se ponía al descubierto, para alejarse en la encrucijada de los privilegios reservados, insurrectos, agotaron uno a uno todas sus fuerzas de voluntad; denodadamente todo le llego de

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manera inesperada. Liberado al fin; muchos siglos después de su condición de conciencia, fuera de su estado de inferioridad. Hablo. Abrió los registros y rincones de nuestro estropeado interior. Hojas sucias por la prisa de la vida urgente con la cual nos han marcado el destino. La plaza mayor aun nos muestra indignados al avance apresurado del destino.
Ciento sesenta y nueve, lo sabia. No podría rehuir desinteresado. Aun así con desdén contemplan el vacilar de las hojas al caer al suelo. Por primera vez se podría suponer desde entonces que todo había comenzado en un momento cualquiera a desinteresarse. Las densas nubes era todo cuanto enmarcaba el espacio, a su entorno una enorme aureola coronado por el sol como único ser supremo sobre la tierra, en fracción de tiempo la totalidad de ellas habían inundado de manera indistinta el firmamento que había dejado de ser de color digno. Va a llover!. Musito alegórico; algo de repente; lo hizo atractivo. Era confuso, en un momento cualquiera se detuvo para fabricar su propio final, su destrucción ya estaba hecha; pero no pasaría a engrosar el enorme arrume de latas viejas y de autos de desechos justificados, maquinas inadaptables, algo poco funcional; que al contrario contribuían mas en su deterioro. En la lejanía, un cuerpo estaba contenido en las pequeñas gotas que resbalaban sobre él. Empinado como un castillo de sal que se ahoga en cualquier parte, con un sol intensamente rojo.
Siempre llueve en los mejores momentos. Dijo. Siempre hay lluvia en los mas duros veranos, aunque las gotas frías no caigan sobre el suelo, siempre llueve; llueve aquí, allá, y mas allá siempre esta lloviendo. Recapacitó en su misma levedad y costumbre. Con su tono airado grito. Mentira?. Y les dirán, la verdad a los interminables, a los vencidos del amor a cuenta gotas, a esas almas asesinadas en ese mismo tósigo, de corazones sufridos, de espíritus dolientes, de heridos incurables. A los derrotados en las trágicas batallas. Y yo soy uno de esos heridos sin remedio; yo promulgo y hago publico aquel dolor. Aquella soledad y vacío al que se me ha castigado.
Unidas todas en un solo torrente, lo arrastran demasiado profundo. Se sintió pequeño, demasiado breve se diría en aquel dulce y amargo momento, su tristeza se había enmarcado en el rostro a pesar de su expresión severa ante las cosas rutinarias de siempre; rompía con dureza ese tiempo embarazoso, para poder mostrar una sonrisa. El hombre dijo cosas ciertas. Agrego a su garganta un trago grueso de la tintura. Ciento sesenta y nueve; quedo vacío, como hasta entonces. Es fresco, la brisa siempre es fresca. Fue lacónico. Sin espíritu altruista, aunque lo diese inseparable a un preludio existencial.
No pasara mucho rato antes de que la primera gota de agua caiga, sobre la noche que vendrá indiscutiblemente con ella y lo arropará en su denso manto de pétalos y de canuto.
Brisaba el bosque simulando un quejido de pasos agigantados que removía y cada vez se sentía mas cerca, susurraba por entre los árboles del monte y las ramas secas eran todo el cántico que acompasaban en el chirrido agudizado en el lamento de los lobos. Los alarnos majestuosos seguían erguidos, proseguía el paso brusco entre ellos. Nos presagiaba la desgracia. Hace tiempos el viento soplo igual; fue un rugido extenso. Las mujeres corrían por entre los campos levantándolo todo antes de que el temporal borrara lo poco de las cosechas esparcidas en el campo, los hombres apilaban leña para que no se la llevara la corriente turbulenta del río. Ya se había acostumbrado al paso del monstruo; chasqueaba entre el monte seco el holocausto y a lo lejos el río venia marcando su paso. Avasallador.
Puede hablarme?. Por que no habría de hacerlo.
De quien quiere usted que le hable?. La voz sonaba extraña, había una herida irritable a la menor lastimación; precisaba de lo justo para que ella pudiera fluir sin la explosión marcada por los frustrados envueltos en la desesperación, para que nada en él le indignara. Se diría que continuaba aun oprimida en los contornos de la boca y difícilmente sus palabras se mezclaban con la opción fingida. Sino concebía el que cada vez se nos restaran mas derechos y algo frutifero era la prueba irrefutable de aquella aberración. Era el odio una colosal conquista. El humo de la pipa dificultaba la visión de su rostro; las palabras salían gruesas. De Filomena; también de Lorenzo. DYZZY GILLESPI. HA MUERTO..
Por qué habría de hablar de ellos, de sus vidas?. Siempre usted lo ha callado todo, ha estado todo su tiempo en silencio; mirándolo absolutamente de lo que ocurre a su alrededor. Como si hubiese kw

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perdido la importancia de otros tiempos. Como si su sensibilidad fuera nada, sumergido en un transe terrible, como si algo en su interior le turbara y no puede liberarlo. Podría mirarlo como obstinado. Pero no, sé esta absorto en el drama del dolor, de aquella pasión del martirio. Pensando que siempre habrá algo a que temer, al olvido.
Se ha quedado preso en la red de su propio silencio, con esa misma alba gris y húmeda a la cual siempre nos obligan a despertar.
Como si sospechara una manera atroz en la cual ha de concluir todo esto. Hable usted por favor!. Diga lo bueno lo malo, todo cuanto aquí aconteció un día.
Usted, sabe del abuelo?.
Se sonrió el hombre. Qué puedo decir yo que a usted interese, que ya no se haya dicho antes.
Creyose estar atiborrado; o a la prontitud de una condena de algo. Execrar. Lo que siempre se ha guardado para usted.
Es miól.
Si, quizás ayudaría a dar claridad a un pasado ensombrecido, de todo cuanto hizo él. No hizo mas que servir, y murió sirviendo; pero jamas espero ninguna recompensa. ]amas pago ninguna libertad; había nacido con ella. Después de que ni¡ Virginia se marcho.
La Filo.
Dejo escapar pausado casi sin sonido su nombre, lento lo repitió otras tantas veces en los labios. Fue joven. Agrego. Por aquellos días, difícilmente la belleza de las cosas no pasaban a la ligera sin que nadie fijara por muchas veces sus ojos sobre ellas. En la forma piadosa que tomo su cuerpo. Dijo. No se cuantos pudieron haberla amado. 1 la quiso así.
Un poder raro nos llevo en la búsqueda desesperada de un paraje, en la frutificación de un destino, en el único deseo de embarazar nuestras mujeres. No hubo marido para tal, no habrían hijos y padres para aquellos chiquillos que serían nuestros, acercarlos a la oportunidad de amar, esos hijos que en los vientres de aquellas mujeres se engendraban. Pero tontos, fuimos contagiados con esa búsqueda de semejanza a nuestros rasgos y en secreto esperábamos liderar el amor de aquel fruto de tantos; esperando alcanzar algún gesto tan nuestro. En un tiempo hermosas, ahora tiene un poco de las cosas buenas de las mujeres, paciencia para lidiar a los hombres. Ciertas felicidad se ilumino en la inmensidad de sus ojos negros.
No mostraba huella alguna de recelo; al contrario todo parecía proporcionarle una mayúscula satisfacción que no podía dejar pasar inadvertida en el destello fulguroso de un rostro que se proporcionaba un triunfo. Retorno la brisa veraniega a pesar de la amenaza repentina del invierno acompañado con la brisa que los batía. Ladro el perro en la cercanía. Le mandaron callar y se refugio entre las tablas de la casa aislado. Golpeaba con piedrecitas cualquier lecho de pajas. El tronido repentino penetro iluminando el corredor y los balcones pequeños de los ranchos, misteriosa la luna, aparecían los espectros de la noche simulados en los árboles gigantescos de la selva virgen que nos protegía las matas colgadas dibujaban a los fantasmas de la noche. Le creó mi hijo. Ah! muchacho, ese hijo de la Filo, como ningún otro ha nacido, poseía todo cuanto se requería para que cualquiera se enorgulleciera de tenerlo cerca. Le sobrevenía luego la melancolía, después de haber dejado correr el orgullo con el cual se expresaba de 17. No esta entre nosotros, a gloria suya... Porque habría de serlo. Ágil en todo cuanto hacia. De mirar despierta, valiente. Vi su foto. Ese pedazo de papel jamas podrá decir nada de nadie, de todo. Es solo un semblante callado, muerto, nada de cuanto es él. La dejaron los gringos mentirosos. Pero él allí no es el significado en lo que se habrá convertido. El mejor pescador, sin semejanza en su destreza. Es un pez, siempre lo dije, un enorme pez dorado, nunca dejó de lanzar su red, la sacó llena de peces que nadan profundo. Nunca le conocimos desgana. Solo se le veía triste cada vez que el día comenzaba a desaparecer tras la noche tragado, como si también él se disolviera en el mismo tiempo. Le dejo hablar estremeciéndose en medio de su dolor abnegado; surgía un sentimiento de confianza ante aquel aspecto empecinado por conservar su aflicción. El pensar y recordarle, le daba aquella paz y felicidad efímera; de momento mezclada con algo que viaja.
Hubo de dar orgullo a todos cuantos dieron prueba de amor y quedaron a la trágica espera de un regreso.

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la noche estaba allí para refugiarse en ella, y descubrir que cada vez al despertar se era mas fuerte. Naces una vez mas al abrir de un nuevo día.
Entonces el hombre había perdido la dirección de su mirar al giro repentino que dio a su cabeza, como si algo en ese mismo instante y dirección hubieran despertado su atención; la candela chirriaba destellante, bolitas de fuego.
Entonces dijo. El demonio vive entre nosotros. Musito después, pronto se marchara; escupió a su espalda. Ha venido a buscarnos. Apretó con fuerza entre SUS manos el tabaco y le lanzo al vacío, levanto el bastón a la luna, la miro.
No se escucho nada. todo continuo en la muda expresión de siempre.
Nostálgico todo lo que le daba de mi, no preciso el tiempo. Todo fue un mar enorme de razones, causas por las cuales todos le habían merecido de la manera y motivo con el cual le estaba justificando en su causa. Añoranza con la cual parecía reclamar soportando en su interior una fuerza mayor que se resistía a alejarlo de un ultimo convencimiento por descubrir entre ellos algo que ya no podría ser un secreto. Le conoces entonces?. Si.
Prometeme que le recordaras con el amor que necesite.
122, 44, 85, ya murieron. Un día les conocerás también a ellos. Todo empezó en cierto instante a escapar preciso de entre sus labios. Si el final no existe.
El se ha apoderado de nuestras vidas.
Su pelo blanco se despojo del sombrero que le cubría, los bigotes le sombreaban los labios y refregaba con fuerza el sabor que le quedaba de alguna victoria. Esgrimía luego de entre sus bolsillos matojos de hojitas secas que llevaba a su boca para masticar. Idilea permanecía consumiéndose al fuego purificador. Pausado entre los dientes dijo. Es mi hijo. Lo repitió de nuevo y muchas veces mas hasta el día en que murió en aquella hoguera. Brazos gruesos sin rasgo alguno de maltrato, los que se encumbraban terminando en una espalda ancha y alta. De amplia sonrisa, la que no dejaría nada que decir de no ser por el sarro de los dientes.
Se rasca la cabeza y vuelve a dejarla en la sombra del sombrero. Una noche como esta. Prosigue. Fresca, prescindiendo de lo preciso; tiempo en el cual debería hablarle a la vida. Se liaron aquellos aquelarres. En la mente aun sonaban las aldabas, los hombres en la mutua conversación, mientras la noche transcurría lenta y apacible, el sendero descubierto, denso e iluminado por una enorme luna menguante.
Al norte están las petroleras, allí pudo empezar, preciso luego. Es inteligente, todo cuanto ha hecho ha sido bueno, le ira bien. 22, le enseño a leer, esta hecho para trabajar en lo rudo.
No se precisaba en la historia, la necesidad con la cual le condenarían al rutinario y obstinado suceso, del que seguir entre ellos le lanzarían inexorablemente al mundo de la mierda.
169, solo había comprendido que la soledad de alguna manera le había salvaguardado para un destino igual de incierto. Aun hay ausencia, aunque todos digan que lo demás esta bien.
Enseñado de un modo aparente. La nulidad ahora no tiene valor y no es razón de una justicia aplicable, si no hay ciencia ni metodología objetiva que la explique; sobre todo aun mas, cuando son otros quienes afirman lo contrario y necesariamente ente desconozcan el deber de ponerse del mismo lado de donde se suscita la batalla, cuando fácilmente podemos obligar a que los demás acepten nuestros raciocinio porque así decimos que son las cosas. Si estamos bien. Es natural que pensemos que todos están bien. Ahora es importante sentirlo todo en carne propia y situarnos en la década en la cual ha quedado una sociedad dejada de lado en el lazo eterno de la cosas difícilmente intercambiables, cubrirse del mismo manto de dolo y saber que es el asfixiarse en la putrefacción.
Algo no muy dentro continuaba ostigando cada instinto, cada pensamiento, viviendo de su propia humillación todo queda convertido en simples situaciones conflictuales de las cuales no se escapa fácilmente. Forman de alguna manera los deslindes de la propia desventura, una sutil sonrisa es todo cuanto queda en lo distendido de la hecatombe. No enseñar nuestra perplejidad, queda como un garbo en el suelo para perturbar a alguien. Su procacidad se ha convertido en nuestra estigma, partida de vagos, ufanos todos cuanto viven el mismo vicio con el cual no es mas que el sendero a la misma despiadada muerte didesútino egoísta. Solo para tu autoestima. Aunque sea de muchos afirmar que no es verdad. Siempre se echara verbo sobre la injusticia y unos intentaran tapar el sol con los dedos de sus manos a otros.
Cada vez que se descubría en sus rostros la soledad ranas lúgubre, en la cual aquel hombre se decidió un día hablar, con la esperanza de que aquellas palabras algunas cosas habrían de conquistar en un mundo que no es muy claro, finalmente todo estaría al descubierto y para nadie seria indistinta tina verdad; menos nadie seria contradictorio por simple conveniencia en la cual se ha de reflejar la voluntad de pensamiento cuando se nos

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Sonaba como eternamente heri-nosa; siempre lo hubo sido; la creación universal tomando su forma y penetro en melodía a nuestros oídos; en el limpio celeste de la tierra. Algo tan propio para escuchar; que no podían expresarse aquellas ansias allí vividas. El estaba allí.
Entonces comprendió que le hubiera gustado pensar que era cierto, pensó en los amigos que un día le dijeron que había llegado hasta su puerta, de haberlo sido estado realmente en la hora en la cual lo precisaron; todo entonces sería distinto. No hubiera necesitado esa última y estúpida escapatoria.
Se quedo con aquella alternativa. Se perdió de una mesa demasiado larga con manteles; adornados de vivos colores y rosas, muchas, pero muchas rosas:, tantas como jamas les hayas visto sobre un mantel pintadas, servilletas de tela, bordadas con el arco e hilos de oro, figuritas que solo Ana tejía en las almohadas; en la cual no descansa su cabeza. Si!, cubiertos brillantes, la bandeja de frutas y, por primera vez desde que llego a aquel lugar distante de sus sueños, un ambiente o la mas loca idea de ese rinconcito caluroso, entre bulla y preocupaciones, entre esperanza, y desdicha llamado hogar.
Liberados por primera vez de nuestros prejuicios, al rededor de una mesa redonda; cerca a una noche en la cual se puede pedir un deseo. Absortos ante una breve despedida. No me gusta el olor de los muertos. Dijo. Podría ser para sonreír, ver una mujer deambular incansable de un lugar a otro tratando de dejarlo todo en orden e inspirar en sus hijos aquel amor que siempre estuvo en su corazón, para hablar de muchas cosas, para de momento olvidar la turgencia del mundo en el cual vivimos. Las calles amplias con calor y fiesta, descubrir las miradas radiantes y liberados por fin del peso de una repentina desgracia.
Pero quedó como un tonto junto a todas las barrancas; junto al muro de cemento. Lejos de las cosas buenas de la vida.
De las que se van con el tiempo de su añoranza.
Sin embargo es un lugar demasiado hermoso para lo trágico de la vida de todos los hombres que una vez gozaron de la juventud de la que ahora solemos hacer gala y preocuparnos de las muchas cosas que no pueden pasar por simple suceso relevante. Que ingenuidad os mantiene a vuestro lado.
Simplemente la humanidad es demasiado buena para habitar en un conflicto. Pero con todas las tristezas y penurias, el Nilo, desborda sus aguas y luego se recoge inofensivo en su lecho triunfante.
Lerdo fenómeno circunda la tierra. Aun así, nos seguiremos esforzando, desgastando todas aquellas partesitas, los bordes necesarios para que con el paso de los aiiós nuestro cauce se haga muy fuerte.
Condicionados por una sociedad imperfecta.
Entonces una de las esplendorosas sonrisas bordearon los labio de Zafiro, se aprisiono esperanzadora el corazón y no pudo detenerse en el impulso de lan-,arse a los brazos y dejar dibujar en su semblante un destello esperanzador.
Los dragones lanzan fuego.
Estoicismo, presumida lejanía nos mostraba inhábiles, pero su sonido era contundente; apetitosas notas brotaban de los lirios libres. Nada es diferente. Todo es único. Exactos torpes y en milirnetros cortados. Proceder a su antojo; ser su capricho. Avasallador.
Lustrativa imagen que no es eterna pero se comercializan.
Hay un lugar para despertar a la realidad, diferenciada del ilusionismo y de la fantasía de una vida sensible, azarosa que llevamos por necesidad; por querer estar a flote; navegar contra su corriente que nos arrastra, que roba nuestras fuerzas, con un dictamen.
Témpanos de hielo. Quedar al enceguecimiento. Los hombre comenzaron a cambiar su ingenuidad a raíz de alucinaciones. Siendo la existencia tan pobre no les quedaba mas que la fantasía con la cual la fisión le resta credibilidad a la verdad.
Con la tiranía, le lleva a la oscuridad de un vacío absoluto, en un lazo de tiempo que para muchos es demasiado breve, pronto habrá de terminar todo. Pronto ha de acabar con su vida. Sus cabellos templados; se transformaron súbitamente en rayos con la magia de los años en copo de nieve. juventud dilatada sin tregua alguna, aparecieron las desalentadoras huellas del ocaso, mejillas que dejaron de ajarse, sin la piel de azote seca. Desaparecieron las cosas que el invierno había dejado, y era como si el humo de aquel verano; aun persistiera en su fuego. junto al fango también le había evaporado. Llego como cualquier cosa y se marcho con el mismo valor y mérito que mereció, no fue nadie. Inadvertido entonces aquel hombre para dejar su huella de desgracia sobre la tierra, una pisada que jamas fue profunda. De >el no mereció nada, le dejo ir como llego sin una muestra de aprecio.

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Nada lo podía precisar hasta el entonces. Se vio como un hombre con el pasado de un libro, páginas abundantes de su vida abierta como las venas de América; sangrientas.
Impublicas.
Parábolas de la noche entre la dictadura y la libertad, reducto verdadero del que hace parte el señor de la estrellas y las tinieblas en su púlpito. Vivo entre formas vagas y luminosas, progresivamente se alejaban mas de la realidad.
La cavidad esteticista, rellenaba los espacios de la agresión reaccionaria de mundos locos e imaginarios que se han reclamado todo para si.
Sociedad transgresora, no puede dejarnos como víctimas absolutas.
Detenía su mirar en la penumbra de la noche, llego agotado de la lucha, jadeante, casi en deceso, agotado ha pedido agua.
Has vuelto porque no has descubierto nada, porque a pesar de la lucha infame; te redimidas a su derrota, te temblaron las manos por sus palabras. Además.
Nadie puede estar por fuera de la tierra en mucho tiempo, nadie puede olvidar de un momento a otro con la misma insuficiencia de un acto ajeno y repetitivo.
Permanecía desmadejado en aquel resto de tronco, como si las palabras hubieran logrado descifrar el enorme enigma. Volverá entonces 17?. Así ha de serlo; él ha de volver después de que descubras, que estas al final como al comienzo.
El volverá, con él hemos nacido a la vida y frontera.
Finalizo por 'a catástrofe con una mueca en sus labios de una expresión indeciblemente confabulada con un deceso triunfal.
Habría razones para inspirar en él la misma desazón que se había despertado en todos ellos he encubaba entonces el grito enorme pronto a estallar contra la represión y el desplazamiento.
Tu te sientes sin derecho al ser, crees que solo ellos lo pueden. Tienes la mente llena de formas extrañas, de condiciones y de reglas de juego en el que no participas.
Se que como te duelen las partidas.
Se ilumino en una oleada de centella, quiso mantenerse como horrorizado apretando con fuerza el rostro y su sombra se dilataba tras de si devorada por la hoguera, la luna.
Muchas cosas del pasado que costaba la pena y el dolor de traerlas al presente.
En caza tras de su presa, fraguaba sus instinto salvajes cada vez de cualquier manera; un soplo de aliento violado le erguía.
" ~THORNE "
Ella se dejó atrapar bajo sus falsas garras.
Sonaron maldiciones sobre el nefasto crimen, sucumbió de nuevo a las lágrimas una vez mas en la huella de su rostro.
Se vio fatigado. Este cansancio no era efecto del momento, era algo que se había formado hacia anos en el. Con su cabeza atiborrada de cosas.
Un letargo eterno, como un castillo con su atalaya.
resguardado e infranqueable, divisando solo insucesos; descubrir que a nuestro alrededor no se había depositado nada y debías alentar con lo poco que correspondería para los nuestros. como si nunca ese deseo hubiese tenido la razón de ser y las ilusiones fueran de propiedad exclusiva de alguien. Reí y comprendí que esa sonrisa no podría ser eterna, si tantos mas eran acumulados en tortuosa situaciones; los sueños nunca fueron en el entonces, la hermosura4 con la cual se presentaron y no le hubo significado ni valor a nuestras vidas. Un simple paso entre las demás cosas, uno mas entre tanto sin nada que llegara a importar ante ti. Pobre impaciente.
Setenta y cinco anos peleando sobre la tierra y esa tierra nunca nos devolvió mas que el derecho de enriquecer con nuestras manos y sudor a otros, seguidos a la desazón del desprecio, con el cual se finge. Creí que al amanecer de un nuevo día, se marchaba uno duro, he intentaba emprender de nuevo en la espera de un momento que jamas llego, a la guarida de que el próximo seria distinto y encontraría lo que en verdad habíamos estado buscando con tantas ansias. Quedados a la margen intrasmutable. Un solo lecho por el cual se conducía nuestro torrente,, pero que al igual que el agua, nosotros en cambio parecíamos estar estancados hasta conseguir lentamente nuestra putrefación; sir tregua seguimos en la lucha, peleando con la misma esperanza

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que desaparecía una tarde y renace en la mañana siguiente, que nos vimos vendidos por un engaño de palabras, descubrir luego que no habría lugar para pretender volver; quedarnos allí sin pedir nada en todos los anos que me restaron después, entre la añoranza del pronto acercamiento de una partida final. Sintió una de esas rebeliones que conmueven los sentimientos mas fuertes. Le parecía que la sombra de esos sus años se alzaba para acusarle de su silencio. El desdén no perdona, porque no siente.
Un pecado; demasiado grande.
Fue tarde para comprender que a la vida no le debíamos nada, nisiquiera el derecho a poseer el aliento, puesto que era un algo ajeno. Fuimos vistos como las arenas que deja el río, las del desierto; tal cual el polvo que arrastra el viento convertidos en residuos de la humanidad. Solía equivocarse cada vez que estaban al punto de lograr hacerme entender que en verdad era eso, solo desecho. Veía como se consumía, demasiado rápido, demasiado útil entre los míos, para continuar como basura entre los miserables. La huella intachable de la perfecta pulcritud. Borro su dignidad y la puso sobre el suelo abrupto mancillada.
Salvenme..
Yo muero de su sangre, en su hiel de odio. En su salvedad. Ilumíname. No sé tu nombre. Solo comprende que soy desgraciado. Que ya no tengo mas que un corazón sin amor, sin honor. Traicionado en su médula. No hay manera de salir de SUS limites estrechos y hace de la vida un dolor; cuando SU profesión es la infamia. Matar es su deber, su virtud. Y te deja como un herido, con el escozor y la llaga. Y en la oscuridad agudiza nuestra angustia; pero resplandece su virtud e ilumina su mano asesina.
Enseño su escuálida sonrisa, que pronto le brindo consuelo, que necesito de una defraudada esperanza para abrir los ojos a la única alternativa que había sido dispuesta para el. Una sonrisa que brozo sin esfuerzo, sin simulacro alguno, fue real, con igual pretexto, igual de vacía, una mueca ridícula para simular un dolor y hacerle creer a quien; a cualquiera, que estaba lejos del daño provocado, que era feliz.
Que su tortura era demasiado poca. Del Universo al Universo. Extendieron su mano y puedo jurar que jamas creí en nada. CABO STEVEZ.
Los campos florecían a pesar de la guerra infame, a pesar de todo la naturaleza también mantenía su lucha y su semilla logro permanecer dormida el tiempo necesario en el cual, podría dar brote a sus nuevos hijos y la especie no se extingue por simple capricho. JUNIO RICO. Que coraje si se ama con pasión lo que llevamos adentro.
No importa si los demás se llenan. Una guerra distante e igual de miserable, confusa, convulsa; concupiscente. Lanzado su llama de competencia sin tregua. Un numero mayor que se reclama todos los derechos, cuando las cifras minoritarias aparentemente no significan sustancialmente nada real y debemos colocarnos en un nivel igualitario de derechos. Con tanto poder indistintamente dejado en 4manos inescrupulosas. El mismo papel rasgado que se lanza al pote. 1 Ese tono airado había tomado de nuevo forma en su rostro y se dejo mecer con la brusquedad que suelen los remolinos mover las cosas. En la mente las olas cubrieron el mayor espacio y en toda su proporción quedo borrado bajo el agua, con el sofocado gemido que prosiguió al desconcierto. Impaciente dejo repostado el cuerpo sobre su propio cuerpo, entonces quedo bajo el ala del sombrero ensombrecido, triste en esa melancolía ya irreparable. á rara - 1 ; -e y , t")
Al contorno de un rostro macro. Pasiva la mirada, elevo entre sus labios aquel mensaje que salía en el movimiento indeleble, una profana exclamación. Te limitan de la lucha y permaneces a la margen de una contienda que contra ti han desatado en la premeditación de todos sus actos insensatos. Pero tu no harás nada. En cambio; podréis ver como se agudizan tus tácticas y las vuelves contra tu propio pueblo. Y aprendes de ellos la verdad, del no sentir ya nada. Adquieres la magnitud del odio sin fronteras y poco importa ya hacia donde dispares tu arco oscurecido.
Después de cuarenta anos ha comprendido que no es necesario molestar con sus penas, que debería ahogarse entre ellas, como si el mismo las hubiera suscitado en su interior, si finalmente no viajara con ellas a ninguna parte, por qué no liberarlas y dejarlas al conocimiento del mundo?. Si fue ese mismo mundo quien las puso a su alcance indiscutiblemente.

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Que descubran que también posees sentimientos y que no eres indistinto, ante la exclusividad perpetrarte de la belleza de sus reinos. Que las arroje como tantos sombreros viejos.
Le fueron insuficiente los anos de servilismo, puesto que con los que dio no mereció el derecho a merecer nada de sus manos. Demasiado tarde para comprender que se ha empezado a morir, que se esta evaporando en la que es también nuestra tierra.
Ahora los cadáveres no se mezclan, y hasta para pudrirse hay clases y los gusanos quizás sean distinto y devoren el frío insufrible de otra. Pero habrán de terminar finalmente a cabalidad la misma función tajante, desvergonzada de devorar un cadáver hecho carroña. Ya hecho cenizas.
Expiro bajo la bruma.
Había sido desnudado por el río espumoso y el agua no era otra cosa que el agua.
Y él es él, yo soy; y jamas seremos distintos por su mero placer y voluntad abigarrados bajo la condición superior.
Pero debía cerrar los ojos para no verse vencido y ante el quedará la figura debatida de las misma tarde en la cual mueren los héroes que suelen surgir de la nada y se pierden en la inmensa bruma que dibujan los gigantes. Cuando disparan y sobre el papel teñido se escriben cosas asquerosas; horrendas. Pero es la vida mezquina del blanco. Amarillo.
Moviendo grandes masas, él alcanzo algo distinto que nos condujo a la misma causa y no dejó de ser la misma razón.
Pero le hacia mirar de alguna manera indiferente.
MAHAMED GANDHI.
Dolores relato su embriagamiento. Las olas continuaban presurosas en dirección contraria sobre el río, la canoa alcanzo el otro extremo, caminamos todos las islas que dejaba el río; colmada de vegetación verde.
La noche aquella en la cual se encontraron deambulando entre cantinas bebiendo, artos de todo. Ebrios, afuera la gente gritaba las mismas cosas de desatino mezcladas en ofensas y alcohol que les hace irascible. Llamados cobardes atentos a la cruenta búsqueda del derecho, la justicia y la mentira, entre las palabras que se predican, masacrados, paleados, apitonados en cualquier sitio donde no puedan estorbar, después nadie los removía por querer buscar algo bajo sus cuerpos de cal. Un solo montón que luego quedaba en el hueco sin nombre y su muerte era la significancia a su deteriorada existencia, y era su derecho; era su virtud; su única alternativa de fuga, de escape de entre sus dedos ponzoñosos; de entre su lengua de alfiler.
Y la muerte es un derecho, no algo llamado cobardía. Es un deber cuando se ha mancillado el honor, cuando se ha castigado con la conciencia el movimiento de los hombre. Y nada se predica, nada se practica o se promulga. El amor es un calvario silencioso. Arrastrando. Maldecido, manipulador y absurdo. Incendiados.
Ellos distantes, inseguros porque la mano limpiadora los borraba; los corría. Entonces algo demasiado malvado nacía en sus corazones calmados; y no podían mezclar ese amor con la venganza inmediata; pero pronto, todo se hizo necesario y ellos le llamaron racismo invertido, dolor cobrado tarde. Porque los negros se cansaron de llevarse la parte mas grande del pastel y comprendieron que debían de repartir aquel dolor inyectado también con su enemigo. Porque el dolor era indiferente para unos; solo unos podían padecerlos; y ellos se cansaron de aquel lodo, de aquel aire, de aquellas aguas podridas, de aquellas voces viles; de aquella orden condenarte y se fue lejos; muy lejos donde ya no pudiera verles; porque ese hombre que compara su poder con el de Dios, fue maldito, malsano y criminal. Y le dolió su invento. Le hirió en el alma y le arrastro en el suelo de su oscuridad, y convirtió su vida en el manto de la vergüenza. De lo que nada va, de lo que nada viene. Y cristo vive ya cansado, en su memoria. E inundo el universo coil,su peste, con su odio. Con su indiferencia y su necesidad fue la venganza hecha palos; hecha azotes. El estridente grito de'la noche se ahogaba por el viento, pero aun permanece perfecto en sus memorias. Piedad fue todo después del horror y del silencio. Cuando las voces callan.

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A, un solo llanto, un solo gemido, un largo y eterno dolor sin
derecho a ser expresado.
EDUARDO GALERNO.
LA VIDA PROFESIONAL.
A fines de 1987, Hector Abad Gómez denunció que la vida de un hombre no vale mas que ocho dólares. Cuando su artículo se publicó, en un diario de Medellín, ya él había sido asesinado. Hector Abad Gómez era el presidente de la comisión de los Derechos Humanos. En Colombia es raro morir de enfermedad. Cómo quiere el cadáver, su merced?.
El matador recibe la mitad a cuenta. Carga la pistola y se persigna. pide a Dios que lo ayude en su trabajo. Después, si no le falla la puntería, cobra la otra mitad. Y en la iglesia, de rodillas, agradece el favor divino.
Sin dignidad, recordados como los búfalos que un día llegaron a américa. Para lo rudo; destinados a la indiferencia con la cual nos mira el progreso. Insignificantes. Y ellos amañados con su oprobio. Te quedaste como sutiles víctimas de un irreal acto. Fantasmagorico. Misterioso, creativo y de suma deidad. Hecha a ellos de coraje, de valor resistible para seguir con vida.
Se aceptan los conflictos; pero difícilmente hemos de aprender a convivir con ellos y dejarlos a la deliberada tarea de prosperar como a plagas. Y convertir en festín, la ridícula voluntad de cuanto con ellos hicieron. Seres netamente universales. A la fiesta. Con unos acefalas negros. PANTOMIMA.
Ser inoficioso, sin importancia, quien pretende imponerse. Aspero, quien no ha aprendido a convivir con la farsa, con un enorme enigma psicológica; poseedor de un extraño comportamiento, es incapaz de borrar su pasado, siente envidia de los blancos. Si cada día os lo recuerdan. Las mismas manos que borraran a los judíos
JUDÍOS. PARANOICO.
Una cabeza dotada de tanta inteligencia, es por supuesto la que ha dejado al mundo al borde de la destrucción. Atados de inmortal la dice 14por el hecho ~: una sonrisa, que a postre no Y-C nada. UQ
Falsos. ~ Una moneda que rueda por el mundo con un valor aparente. De mano en mano. Incoherente e incapaces de amar. Un 9c
f oc(e s Uyl
No pertenecemos a este mundo.MPr~Ynn PO,-£pM La nave que ¡los trajo a este planeta sórdido y virulento volverá un día y nos regresara a cada uno de nosotros" Un al lugar al cual pertenecemos. Un astro enorme y radiante donde no existen los colores para marcar la dignidad 4u CLU del ser humano. Donde no hay colores para la insufrible necesidad de vivir la vida en paz. Donde no hayan colores que mancillen atormentada la esperanza. Donde no hayan colores que se confundan. Donde no existen clases.
Un planeta que ya no emerge del oscuro agujero. Mas bien se perderá en una oscuridad insufrible y, allí se habrá acabado todo. Y nadie ya recordará nada. Tan solo porque ya no existiremos.
Dolores se enveneno, antes que permitir seguir siendo eso. Nos quedamos solos. Luz de luna, apareció como el paraíso oculto, en el cual podríamos apagar nuestras penas. Sus puertas se abrieron a nuestra presencia. Sin fuerzas, destrozados, como polvos; roídos, sin que nada conquiste una idea diferente de lo que son en verdad. Ha de olvidar quien quiera hacerlo, e irse lejos para siempre, sin sus recuerdos. Pero cada vez que todo se repita de una generación a otra, te lo preguntarás, entonces sabrás lo que habrá de ser de tus hijos, si necesariamente no te consumes por afianzarlos a un futuro igual de egoísta. Si cada vez pones tu cuota de niños negros. Y les abandonas. Porque aprendiste de ellos; el ril,-Irtirio de botar el germen de la vida. De tirarles. De rechazarles, aprendiste de ellos, la vulgar condición de la pena. Te sientes menos; ya no vales nada. Y dejar que les lleven y les traiga. O pretendas mejorar la raza, a ti mismo. Porque ya no te valoras y confundes el amor con una necesidad inmediata de condonarle tu esfuerzo a una de la misma legión que te arrebato las letras. Ya sientes pena por tu vida. A demás ya eres Dr. Y el amores amor. Pero que no jueguen con tu instinto. Si para merecerlo; tienen que merecerte. Tienes que mereceros. Sino lo eres te desechan.
Ya no busques un patrón de humanidad perfecto, es inexplicable si su corazón se llena de sevicia. Ya no es sangre por sangre; son principios.

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Pero en verdad; que prevalezca el amor, si es esto lo que dicta tu corazón. Lo que aprendiste de la conciencia. Somos las plantas y los árboles al mundo, como los pájaros al cielo, las estrellas al firmamento, como los peces a los ríos y al amar, como las canciones a la voz, como el amor al corazón, como la piel al cuerpo, como el pasto a la tierra, como la paz, la libertad y el derecho de humano, a mis páginas dedicadas al animal.
Ante sus ojos nubes grises, para huir del contemple de los rostros vagabundos, aromas de desconsuelo, miseria. Descubrí el absurdo final, la explosión catastionica del universo en partículas.
169, se condujo luego por entre el oscuro pasadizo, humeante y envuelto en el vago olor de los muertos, preludio mezclado con el bao del mar, le envolvió alucinante. Poseído de fantasía percibía el conocimiento de no haber sido destinado para el mundo en el cual habitaba y despertó de aquel sueño profundo. Los sonidos frenéticos contenían mensajes ultraexterioriza dos mezclados pavorosamente a su ser; los cuerpos danzantes del amanecer, quedaban fulgurados en una noche que brozo cesárea. Mácula. Entonces un muro de misterio se abrió a la asechanza y le proveía del duro desencanto del fracaso. Había perdido en el mundo de Alicia el mirar; su camino de regreso, y se quedo en el Oriente lejano. Ya no medio. Muy lejano. Penetro en aquel cubo que eran las piezas frías por las cuales solía mirar correr sus anos paulatinamente. El candil aun iluminaba débil el contorno, la ausencia del aire amenazaba con fundir la llama y sus titilantes chispas doradas buscaban locamente la escapatoria, gigantes que se derretían al contacto con el suelo repujado de barro descompuesto. Y eran figuras de nubes sin formas, con rostros maquiavélicos y flotantes.
Sintió lentamente la superficie hundiéndose bajo sus pies.
La luna persistía en su intento coronada, después quedo sumergida en una cuna tendida de tablas, paja envuelta en sabanas blancas, trocitos espinosos que perforaban las espaldas, pero ante sus peso quedaban doblegadas y el hombre vencía la resistencia de sus músculos, de sus intentos absurdos; se convertía en escuálidas almohadas rellenas de plumas. Aun se escuchaba el trepidar que provoca el mar al chocar con las rocas. Continuo circundando y una vez que creyó tenerlo al alcance de sus manos, simulo querer verle posar sobre este y filgureo para cogerle sus dedos flácidos, flacos y muertos. Pensó. No cesa nunca la inexorable crueldad de tu reino. Oh destino..Que destino!.
Donde terminan las fronteras de tu abyección vergonzosa. Tus esclavos servidos a tu pedestal implacable; caminando sobre ese tapiz tirano, de almas y de sueños. Con su dominio. Y las cenizas lo llenaban todo. Les vio morir a todos en agonía brumosa. Y ese fulgor que paso a la ligera, les lanzaba desenfrenados por el mismo intento y levantaban los brazos a la visión maldita. Y allí en esa locura pavorosa, en esa llamada a su dolor, comprendió bien el horror de su suerte indignada, indiferente del dolor humano; como animal seguía silencioso con su ira castigando la tormenta de su interior y de ese exterior paciente, sereno, y le cancelo todas las luces. Y le mató a él a su descendencia. Y ya no quedaban mas que las vagas lejanías del pensamiento y penetro a la llanura monótona, con torpeza, donde solo se mira el desfile de los dioses, por la mirada asombrada de bueyes, como fantasmas; las sombras que traían a estos campos el dolor, y el cuerpo triste, incomprendido, doliente. Allí donde la muerte habría de tomarles con sus ojos llenos de lágrimas a la luz espectral de ese abatimiento tenaz de su corazón; le clavo la espada. Les clavo a la tierra, les atravesó de lado a lado, las costillas, como la cruz de palo de Dios, se penetró en el suelo; hasta lo mas intenso; hasta sus entrañas. Le dejo con su cabeza sudorosa y en las manos, para que se clavara las uñas hasta hacerse sangre, hasta que le hiciera estallar en la meditación maldita de su infamia. Debatiente por los espantos de aquella alucinación terrible, se hundió en la contemplación de aquella monstruosidad volando en un abismo de fuego, de sus alas abiertas como un ángel de castigo, mustias. Y ya no habían sueños de libertad, de gloria, de alegría. todo había sido mutilado. Ellos jamas sintieron vergüenza de tanta bajeza. Fue su don y se hicieron felices practicándolo. En el espacio la sombra jugueteaba en la vacilación de sus brazos por alcanzarle cual magna estrella, que parecía demasiado cerca; largos y extendidos. Era la luna, seguían al galanteo por sujetarlo. Se dibujo en ese lago de lodo putrefacto, discurría sin fondo, en la misma sinuosidad, en la cual sus cosas no tienen barrera de contención. Provino de entre su envergadura. Y ese mar de mal, fue rebosante. La exquisita condesa descendió de su coche tirado por unicornios blancos encadenados a perlas y collares de oro, se poso sobre aquel lodo en el intento por alcanzar un crisantemo, el cual había perdido, culpabilidad de la tromba; la brisa desenvuelta de la orquesta se lo había arrebatado de los labios. Un sofoco provoco la huida

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pavorosa de las bestias. Y los lacayos corrieron. Ella se hundió penosamente en la totalidad de su cuerpo magro. Nada se preciso entonces para poder conservarlo en vida. Sobre el lodo, quedo flotante un trozo de papel y su peluca. El aire había aparcado demasiado lejos su coche. Se evaporo como luz viajando hacia las estrellas. Se sacuden los palmichos Africanos traídos por; LORD FAVEUR, resuena en súbito contacto una melodía entonada por pájaros lejanos. Extraños huéspedes.
Todos viéndose sujetados luego a los fríos rieles de camino a Akoay. Paraje solitario en el itinerario de cualquier desenvuelto enamorado que en un día cualquiera decidiera emprender la huida hacia esos rincones. Sin escabrosidad ni menos precios, solo el murmullo de los ríos, esta a la orden de las cosas. Canto de hombres pasajeros que los navegan.
Coi-no tímpanos sobre sus rostros las escarcha de la niebla le solidifican, situados en el norte de la América del sur, habitando bajo miles de grados de frialdad, ante la injusticia despavorida, enmascarada. Que vil se es, cuando todo a nuestro contorno es una mentira enorme y la realidad se muestra de alguna manera oculta tras cualquier justificación diminuta y debamos convivir con nuestro aferrimo enemigo. Dispuestos a su voluntad, permanecían tensos por millones de kilómetros en su interminable viaje, sin rumbo alguno. Parecían tener un final cada vez mas allá, sin precisar adonde.
Quizás cada vez mas cerca y distantes del mismo paraje, del paraíso del mismo ocaso, mas aprisa, mas grados de transparencia; ellos están estupefactos ante la verdad que aparece, escabrosa realidad, gótica de veneno en nuestro brebaje cotidiano; te sonríe, te lanza su mano, entre la tuya se destroza. Callas, vuelves y descubres que aun estas vivo. Nunca antes Habías formulado nada con palabras, pero te acechan a cada instante, no, es un delirio tuyo, crees que te persiguen. No.. nadie se interesa por ti, si tienes algo, querrán arrebatarlo de tus manos, ! eres tampoco, para merecer nada, que no saben como combatirte, como hacerte daño.
Se presento un hombre con flechas, ataviado de plumas, con el rabo descubierto, con ojos de cualquier cosa, menos de ser, con ojos de barbarie, de salvajismo, con ojos de irracional, con garras de animal.
Una bota se detuvo en su cabeza, la fracciono y cual diminuta e incomparable por su peso, le llevo a perderse bajo el mismo mar de las reformas, cementerio de excrementos.
Permanecía flotante una brisa con su aire impregnado de cualquier fragancia estúpida que aun penetra en los sentidos, que sabes que es, pero debes ignorarlo. Después quedas a salvo en una playa iluminada, en la cual los corales tapizaban la senda por la cual habría de conducirse, para alivianar sus caprichos y direcciones. Con la impávidez de su rostro.
Se quedo ante la desociación única de las ideas que poseía, cruel crimen, muriendo en la clandestinidad de un acto, ante el cúmulo de pirámides que se cruzan, los muros con los cuales los cuerpos se estrellan. Quedaron atrás, imposibles de girar al paso la cabeza en el ritmo galactico en el cual navega una inmensa esfera y las estrellas.
Todos humildes, débiles para contemplar tanta maravilla, creyentes, ahora mas juntos que la misma miseria a la muerte, que el agua a la sed. No deberías sentir frió.
Estas cobarde. No él, no debió mirar al vació e inundarse del temor irremediable de caer a él. Caerá, se lo han dicho. Debió lanzarse sin detenimiento,sin pensarlo, debió caer herido al que le espera, al orificio que se les había destinado. Sin derecho a la luz que les despierte al razonamiento, a la contienda. Dejados ya en un interior que se ahogo en las protestas que jamas saldrán fuera de la cavidad que les esconde.
Porque el dice que no esta bien.
Y nadie lo siente mal. Nadie lo siente mas. Como aquel. El dirá lo contrario, pero deberá cobijarse bajo tu mismo manto, su tutela y descubrirá el futuro incierto de una misma sombra con la cual os ocultan. Si, allá, no muy lejos. Los fantasmales. Haya tantos como quieras. Las aguas turbias, queda el MUdadal. Briznas de paja hin caído a sus labios, insípidos, pero temeroso, termino por llevarlas a su intestino, mezcladas con el trozo de la ultima reclamación total. Que habría de hacer?. Qué debía conformarse. Le respondió su sombra. Has dejado en juego la única oportunidad de vida. De manera aparente. Los papeles de Rocío, Declaración y protesta de una Dama. Su sonrisa de ayer.
Si. No deberías mirar allá; es triste despertar a la verdad de los sueños. Su mirar soberbio, a la misma ironía del ayer.
Lo es, lo sabemos todos.
Tras el cristal de una ventana.

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Se acerco el gigante como un intruso en imperceptible ausencia, traía con sigo prosaica mirada. Sintió la boca seca, se impedido de articular palabra, se pasmo ante el asombro matutino.
Lo vio, una mujer robusta; le acompañaba de los brazos, había una fragancia que le comprometía con el pasado.
En la débil imagen se olvido de 7, de 9, sus amigos, de los Humeros con los cuales se les había marcado. De la fiesta y venta. Se olvido eternamente de todo, se olvido de vosotros.
Conflagración.
Tras las palmeras se oculto después.
La luna llena que se reflejaba insípido sobre las aguas que alguna vez fueron cristalinas, del azul profundo de un lago.
Para que habéis descendido. Dijole el hombre. Ante vagabundas miradas de quienes les contemplan cual magna.
Ahora demasiado cerca, los arrastras a todos. Los malditos sueños, y esperanzas. La onírica verdad de héroes de papel.
Se precipito furiosa, incontenible, impulsada por huracanes de ruido siniestro; sus fieles aliados. Los cables destellantes a su paso.
Luces electrizantes. Corno ráfagas caían sobre seres amarrados a rieles fríos y de la vía, vida del tren que conduce a la intemperie, encendidos los montes, fueron hoguera.
El ego se dibujo marchito con su mueca versátil y falaz.
Mástil su figura.
Resguardada en una cópula de un cristal. Desde allí se sonríe a la sobriedad impugnable de la desgracia de un perfil nada perfecto. De los hombres carbónicos.
Entonces apenas recobraron el aliento para saber de su deceso, para ansiar una vez mas escapar, y hacer publico un anuncio.
A la tardanza de algo que se debió suceder veinte siglos atrás. La luna se había hecho llamas.
Fueron inmóviles. La brea salió por volcanes agrestes. Bajo por colinas a los pueblos agrios. Y formo un frío y abismal Universo.
Quisieron perder el miedo y ya no había lugar para albergar la valentía. Quisieron combatir con esos espectros; cuando ya habían sido mutilados sus miembros; cuando ya había tajado su rostro.
Ya no había virtud; entonces presurosos se fueron vencidos a lejanos mundos liberados de la marginalidad absurda.
Aprovechando su don y hacer de su derrota insistente; un instante mas para recomenzar de nuevo. Alienados. Fue preferible el huir a seguir indescifrables a SU propio dolor, allí; pero tratado como a animales. ORTODOXO.
Incuriscritos. Sumisos. Y fueron visto rebeldes.
Ahorcados. Era ya demasiado tarde. La descarga chispeo no muy lejos, siendo víctimas de la luz que enceguece que se extendía. Martina.
Lejos continuaba su cántico mezclado a los aullido de lobos que esperaban sus cuerpos, de buitres que volaban en su aire; que sentían su olor a cadáveres. Para devorarlos, voraces e impiadosos. Para tomar sus ojos.
Otra descarga alcanzo los restos de unos músculos dispersos, el solo impacto fue suficiente para enviarlos al hacinamiento.
Los demás creyeron alguna vez, conservar un poco de movilidad en sus piernas, pero ya no servían, se habían rotulado y hecho solo orificio; ya no había sangre por sus venas. Y se dijo que era mierda y agua sal lo que llevaban dentro. Y escucho su voz maldita; escucho su grito de mando. Y el solo sentía su rebeldía. Y se marcho lejos. Muy lejos.
Para mirarlos en el vació, en un tumulto de tierra y moscas invisibles ante la evaporación inminente de los cuerpos negros, de carne rojas; sin piel; llorosa en la danza del machete. Secos y hechos a humo de los leños verdes.
Recibió rayos de plata que cayeron tan cerca hasta hacerle perder el sentido. Considero haber muerto y hasta entonces ignoro todo cuanto hubo de ser de él. Era un ser eternamente carbónico.
Despertó sujeto a los brazos de 7, sin fuerzas, apenas lograba respirar, recuperado del ultimo asombro e impacto hecho sobre su pecho, poco a poco comenzó de nuevo a respirar por si solo.
Todo estaba lacerado, pero quizás comprendió que de allí en adelante tenía ahora sin sus entraña. Servida en un vaso, comprendía que en vano había sido aquella necesidad e intento por arrancarle el corazón. Ya no temió

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a su guarida.
Bajo los rieles hay maderos. Le dijo. Sosténte tu hermano.
Solo basto aquel aferramiento a la búsqueda por guardar la vida, para que los demás quedaran fulminados por intransigentes en el acto.
Fueron muerto sin fuerzas; hacían muchos siglos que les habían matado, que lo que veían de ellos; no era mas que bolsas con huesos y sin aliento. Hacia muchos años que les habían matado; que les habían escurrido en esa cualidad del que discute; soy mejor porque soy así; porque vengo de aquí y voy hacía allá, soy mejor porque tu no tienes movimiento. E indudablemente; aquella sorpresiva verdad, era calcinante. Y tu no le podías decir que el movimiento; ellos te lo habían quitado; tu no podías decir nada, que no se convirtiera para aquellos artículos ridículos, en tu vulgar excusa, tu ya no podías decir nada. Pero sabias que ese tu movimiento ellos te lo habían quitado con cada una de sus actitudes. Soy mejor que tu porque soy de esta raza.
O de esta nacionalidad.
Fue en ese instante cuando a su alrededor todo brillo y de un extraño milagro, el fuego había cesado. Ya se acabo el fuego!?. Si también han cesado los disparos.
Se escucharon gritos.
Después quedo en el tétrico silencio en el que viven los muertos, en el frió descarnado del sepulcro. Allí en ese cementerio al que irremediablemente iréis. Pues en verdad, yo ya no me incluyo; porque desde entonces habito en él. Y, es frió, solitario y triste.
Alirio, aun vives?. Ellos aprendieron a balbucir allí en ese mundo de cadáveres. Sonó su voz hueca, mística como en esa transición y melancólica, atravesó la mirada lánguida y vacía, no era indiferente para ellos; y sus trozos de cuerpos era la totalidad de otros mundos longitudinales. Ya no hubo tregua.
Lo recordó; como si los extintos tuviesen esa noción del tiempo; y vivió el desmedro de aquel túnel que a sus ojos se había cerrado para él mismo. Sintió lágrimas, como si los mártires tuvieran el derecho a padecerlas, a descreditarse en aquella conciencia, de conocer aquel sufrimiento y sobre ellas se miro. Se sintió culpable. Como si de otra vida se hubiesen traído aquel peso maldito; quiso taparse el rostro y en el impulso supo que en esta vida que tenía; no poseía manos; entonces quiso huir de su agonía y tampoco pudo hacerlo. Entonces comprendió en aquel poder sobrenatural, que esta vez moriría una vez mis y que en esta vida ya no habría consuelo. Se quedo consumado. Y, es que uno no sabe de lo que fueron otras existencias, pero es como si lo percibiera al escuchar cada escena, cada drama; cada espectáculo tal cual como lo fue hace mucho tiempo y, es que el mundo es exactamente eso, una situación repetida en cada siglo. Los hijos mueren y nacen y cada nueva generación estrena un# pasado añejado; pero que se le es servido en sus francas copas nuevas. Y, es que ellos ya no pueden vivir sin el pasado; a ti te lo echan en la cara, te escupen. Pero tu no puedes decir nada; que para ellos no sean vanas disculpas...
Seguía allí en ese túnel oscuro violento y de barro.
Oyó un bufido que vino a su espalda pregunto por él. Voraz, como si todo el mundo se hubiese olvidado de todo el mundo; sintió que alguien aún le llamaba. Si aquí, aquí. Respondió. En el lugar en el que me dejaste.
Con su pensamiento. ME) Ñ `a \rT? ?- _
En el paso de aquellos días en los cuales, por desgracia de no tener contacto mayúsculo con el mundo que le rodeo; había perdido también toda noción de locución y parloteo y solo necesito hacerlo en su pensamiento. Pero le eclipso un ademán recóndito del pasado. Cuando se podía hablar con las manos.
Hizo que sus ojos se volvieran expresivos y no le quedó mas que el solo derecho de pedir con ellos. Entonces ya casi no les abría del temor de que brillaran en aquella misma oscuridad y alguno ambicioso fuera tras de ellos como si hubiese visto un diamante con luz de estrellas.
En la oscura constelación de marre.
Si aquí estoy dijo con los ojos. 011L que maravilloso. Creo que me ha entendido. Se respondió así mismo.
7 Puedo saber si ya todo paso?. Y seguían hablándose. Y como si se comunicaran con la mente; ya solo se veían máscaras alegres, máscaras triste, máscaras dolorosas; atormentadas o máscaras dormidas. O títeres colgantes. Que sucede con los demás?. Su maniobra.
Epígrafe.
Fuimos lanzados al abismo. Tu no tienes la culpa. Siempre hay un precio soportable para callar las voces. Allí están los nuestros.
Se hizo una interminable señal en el pecho porque alguien de repente apareció con una luz detrás. Una profunda sezgadura que al parecer era muy leve. Pero quien la había hecho sabía que esto le llevaría al

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acabamiento. Una colmillada.
Había horror y destrozos. Les recogieron y los que fueron de sobre los ríele indelebles, con articulaciones destruidas, hecho añicos. Se les puso alelíes y sobre cada uno empezó a iluminarse una descripción precisa. Y echaron mas y mas flores y, entonces brillaban más y más hasta que se acabo la luz y las flores. !Mira, son nuestros nombres.
No fueron hurdidos con hierros candentes sobre los pechos.
Son reales.
Si alguien repujó algo sobre tu origen; alguien pretendió borrarlo.
Los cuerpos sin forma, sin la huella estectica y lustrativa de, Delmond Van Zeik. Son nombres Africanos, descendientes de Egipcio.
c
Ese rayo cayo muy cerca de ni¡, pero no termino por desmembrarme. Repuso. Por qué no he quedado como ustedes?.
En cambio yo.
Despego tejido adheridos a los huesos que la lluvia acido había corroído.
Como he quedado. Solo resortes, sin piernas, sin voluntad. Siempre fui cuanto quisieron de mi. Un títere de trapo, un Adoquín de sus manos.
6, lloró su cuerpo de desecho. Aserrín, solo soy eso. Coyunturas anudadas a bolsas ardientes.
Escucharon un latido, y por las partes que restaban de aquella luz que apareció, se deslizaron góticas de agua, de agua dorada que habían caído de sus ojos. Y ese tic - tac , confundido con su corazón; fue el reloj qué lugar habían colocado y le siguió escuchando hasta el día en que se quedo en un sueno y creyendo despertar de el, se apresuro en un escape mas ligero y se metió en un sueño sin querer mas profundo y de allí no volvió. Notifico el sonido. Sus botas.
—Militares. Enseño en el vientre hecho dinamita, su cabeza pendía de pólvora, sus brazos, dos rieles incrustados, sus ojos detonadores. Ya no se cerraran jamas. Ya no podré ayudarlos.
Miren como he quedado. 169, indignado se apresuro a abrasarlo. En su intento, escucho la voz alarmante de su pensamiento. Detente. Quieres terminar por arruinarlo todo?.
Recapacito. La sospecha !o dejaba en el desconcierto. No vuelvas a intentarlo jamas. Te lo digo yo; quien soy el que siente. Crees que podría corresponder de igual manera?.
Ignoras mi falta de sentimientos. La incapacidad para rodear dos rieles en ti.
No lo conviertas en lo mas difícil, no lo hagas mas de lo que ha sido. Le suplico.
La dinamita húmeda era entonces todo lo que se olía. Que será de ni¡ sin calor?. Se pregunto al tratar de girar en torno la cabeza y lograr mirar a lo lejos.
Trataré entonces de mantener algún aspecto digno de ti. Le Respondió en aquel impulso reprimido. No ganaras de mi el mayor atractivo de indiferencia. Tu castigo a una fingida derrota.
Podrías desbaratarme, sino te cuidas de tales asañas. Murmuro ya adormecido.
Y, ni¡ tiempo y espacio; lo he condonado todo Y, ni¡ tiempo y espacio fue la huella del tiempo. En efecto, solo se oía el crepitar de los leños, el frió desencanto lo eclipso. Ellos cavaron un túnel camino a su libertada; y no hicieron mas que abrirle un orificio a la tierra que les llevo a la oscuridad mas intensa. Sin nada, pero con agallas, con SU perseverante ingenio. Solamente con sus dedos. Y se hicieron llagas que duraron mas de cinco siglos.
Ya no verán en él la lucha de los seres individuales.
Se le ha puesto en juego el estrato mas profundo de nuestro ser propiamente dicho. Tras de las fallebas. Pues únicamente este estrato es superior a todo destino externo. A las aldabas.
Con la imagen de su destino adverso.
TRIVIAL. FÁLICO.

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DESAZÓN. Exteriormente para ellos todo va bien. Pero uno tiene que comer.
Pero no. El esta agotado de la vida de la que parece no tener escapatoria.
Aparece aquí un hombre inquieto e indeciso.
Su primer impulso es avanzar, entonces tropieza con muros invisibles. Porque el hombre aun piensa que toda existencia; cualquier tipo de vida; es esencialmente exacto al terrestre. Pero un día alguien dijo que los marcianos eran invisibles y construyeron muchos atrapamoscas. Obstáculos por doquier.
Entonces los marcianos ya no volvieron a la tierra porque se dieron cuenta del ardí. Descubrieron la intensión de arremeter contra ellos de modo irreflexivo, tal cual como se hacia contra la primera flotilla de expediccionarios traídos por ellos a la tierra. Esperaban que ellos reaccionaran y no permitieran el que estos viajeros de otros tiempos siguieran golpeándose la cabeza contra aquel muro, que no le dejase mas apoyarse en cosas que no le brindasen sostén y que además solo le agregan riesgos. Y todo aquello que les permitió experimentar, se convirtió en un arma de doble filo.
Pero en consecuencia descubrió; que el negro se hacia indeciso y se retira hacia esa oscuridad a el dispuesta, quizás en la búsqueda de una luz mas radiante; pero igual a la distancia que hay de aquí hasta alcanzar Ganimides; entonces en ese viaje, todo es aventura; todo es sangre.
Habría de retirarlo todo con sumo cuidado necesario.
Unas lanzas lo apuntalaban en el que había sido el pecho. Alirio, apareció descrito. Arrumando su cabeza inmóvil; armado con ese caparazón hecho de miedo, pero convertido en hierro empuño el cristal, lo deslizo rasgado esperanzador, se reflejo luego. No lo soporto, fue destrozado por el desencanto. Se que estas viva Rocío. Continuo Tomas el músico. Todos como espantapájaros. Debo salvarlos, avanzar en la búsqueda de un lugar en el cual puedan rescatarlos y hacerlos merecedores de la dignifícación de una sociedad que les resta el vivir en paz. Ellos tienen nombres. Había un símbolo de luz de sueño a lo lejos. Me marcharé a ese reflejo llevándoles. No. Porque esperar a la transformación lenta. Ser descubiertos así. Otros irán. Que habrá de importar, pasaran igual de desapercibidos. Alirio, sin fuerzas. Te ayudaré. 7 Cercanos ya a la luz, en un pueblo de casas chiquiticas. No debes esforzarte. Seguía hablando 169. Cruzaremos el río en la canoa de Nicolás. Mientras la gente duerme, sin que se den cuenta. Podré cargarlos a todos, no quiero perderlos. Nicolás no puso resistencia._
Después de sacar a flote sus diferencia, dice estar de nuestro lado; pasivo. Teme ser descubierto, perder el empleode barrendero que le lleva en la misma prisión en la que puede quedar por rencillas absurdas. Por un derecho común, sobre todo cuando son muchos mas los que sufren
Ha dicho que prefiere no mezclarse,además dice que ya se ha hecho viejo; que ayudara de lejos, que no quiere problemas.
El, su familia están bien. No se jugara en unas cartas que le han de llevar a perder todo.
Ni aun a la luz de la vela, acepto sus disfavores. Los partidos le hirieron. Dijo que no era su culpa, que no hará nada porque todo sea distinto. Cruzaron los desolados parajes con los gigantes de la noche, Andes de Colombia, por las selvas encrespadas, montañas de austeridad. Después del errumbe. Comenzó el deceso lento entre las rocas y la clase no había diferencia. Una noche helada, poco fue el sol para emancipar los necios. Que es el amor?. De súbito pregunto arturo en su deletreo pausado porque sobre el pecho de Carmen habían aquellas letras. Respondió Ana. Es unagota de agua que desciende del cielo un día de verano, es poder caminar a la mano de quien se anhela. Es poder vivir sin conflictos, sin desproporciones de la voluntad humana; sin que nadie intente apropiarse de los seres humanos. Sin que nadie gobierne como mandando a perros. El frió rompía cualquier pellejo y su ruido de ultratumba hacia eco en los cuerpos huecos. Siguió con ellos, avanzo en la oscuridad de una noche, el río de olas les transportaba, se batía en su marea de brisa confundido, sus quejidos agonizantes, las figuras sobre la madera de una barca. Nunca fueron lo que solían haber sido. Retorciéndose consternados, quebrantados en voz y latidos. Les habían quitado mas de lo que se debía por aquel derecho de guardar esperanzas y sueños. Supuso, que esta vez, no serían conducidos a la clínica de los inconformes, de los locos irredimibles, de los incapaces de aceptar un conflicto inaplazable. De los socialmente frustrados que quieren a pagar su odio con

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quienes no deben. Allí les llevan; allí les tiran, allí les encierran, allí les torturan, allí los violan en sus pensamientos; allí les roban su dignidad de ser. Allí les llevan, allí les encierran, allí les martirizan. Es allí donde le matan. Es allí donde los psicólogos les llaman locos, inadaptados y es que nadie puede ir mas allá de donde se le es permitido; pero ellos te auscultan en la noche. Te vigilan; te indagan la sangre. Y es que ellos no entienden y, en cambio aumentan la necesidad de venganza. Poi-que nada hacen con justicia; todo lo aplican con sus mordaces reglas de conveniencia. Y todo el mundo se pregunta. Quién hace que a quién?. Y el dinero de papel puede con todo y, si no; te adicionan las balas; te las regalan, es mas barato que el soborno; se hace mas fácil el ensayar. Porque tienes la cabeza llena de puta mierda. No tienes sino hollín por atmósfera y quieren que respires, que sigas respirando aunque te hayan extraído; quién sabe que órgano; pero quieren que sigas si~1 preguntar nada, sin reclamar nada. FANFARRIA.
Dejarnos morir!. Por que has de sacrificarte a la paciencia de llevarnos de un lado a otro.
Sino hago nada por dejarlos en mi?. Que puedo conservar entonces?. Los gendarmes.
Qué de lo viejos espadachines. De aquel duelo de honor.
Su voz se congelo y se retuvo en el pensamiento. Giraban entorno las palabras flotantes. Y salvar la vida y salvar la vida.
Le sucumbieron las pasiones omnimosas, sacudió la cabeza y las expelió lejos y quedo preso de su propia consternación y dolor. Como si ya no pudiera vivir sin la porquería. Aparecían fantasmas que le oprimían y divisaba en la misma nebulosa como aquellos gigantes se acercaban lentamente hacia el lugar en el cual el estaba, a su lecho. Pretendiendo huir, pronto quedaba preso de la lúgubre inamovilidad en la pared atrapamoscas.
Sonaron mientras golpeaban algunas monedas en el piso de la embarcación. Se han perdido. Pronto su ruido se ahogo en aquel fondo rápido como en el mismo abismo e instante en que se había producido. A lo lejos se diviso una luciérnaga y un lagarto saltarín; los sapos croaban. Croack- Croack.
Algo fogoso se diviso en medio del crepuscular monte como una bola de fuego. La vez?. Si, ahora le miro. Esta titilarte como una estrella.
Locos del agua. Es nuestra ADA MADRINA.
Adonde vamos?. Hacia ella.
Déjala que se acerque ella a nosotros. No, no apresurado.
Es hermosa. Si así lo creo.
Cualquier rumbo es igual. No hay significado alguno, si a lo lejos todos creemos en las mismas cosas, casi pensamos milimetricamente igual.
Calla. Sabes, que te debilita el hablar.
Hay multitud.
Cuál magnitud?. r--(j
Son voces. Tapame!. Por favor cubreme.
Presurosos entre un montón prefirieron fingir realmente la muerte.
De ti no se burlaran. No hablen. No cierres los ojos. Entonces?.
Solo es algo que brilla.
Es cierto aun no lo olvido. Por un momento no supe que tenía ni¡ vida en las manos.
Se convencerán de que eres un muñeco de hierro. !Puras chatarras.
Nadie va a reírse. Yo mentiré por todos.
Querrán tocarnos. Lo liarán?. Además es el ada y ella te reconstituirá con un solo toque de su vara. Lo pueden todo. Trata de soportarlo. Evitarlo, despertaría sus ansias y terminarían arruinandote. Al descubrir que tienes vida. Te harán daño. Simula no tener voz ni aliento. Finge.
Hazles entender que no piensas ni reaccionas, sin alma. Diles algo que les haga sentir que eres una mera maquina; un estropajo servil.
Estoy destruido. No lo pienses hazlo entender de ellos y; te aseguro un éxito en la misión. Se empañará mi imagen.
Cual?. No vives de eso; importas tu y es a él a quien debes hacerle reír. No veis que el rey esta muy triste. Militares!. Militares?. No. no entienden. Son el mismo aparato. Son los gemelos de GAGO. Gesticulan y hacen toda clase de artificios COI] una sincronización perfecta. EXAEQUO. La fuerza no es eventual en ellos, es su escudo.

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Están a la orilla.
Dispararan sin piedad.
Puedo ver que llevan allí?. Carne negra!. Basura... Señor. Lata roída.
JOSÉ CARLOS MARIARTE. Dubitantes debutando debatientes en ese largo laberinto. Vos conocéis entonces aquel descubrimiento de este mundo, de este mudo silencio; de este acoso pestilente; de este vertiginoso cáncer, de esta prole subterráneo. Calcinados por el fango, por el juego; por dos aguas. Del encuentro con esos monstruos sin cabeza, verguilocos en el juicio sin paciencia. Equivoca soledad, absoluto silencio oscuro. El telón se alzo para una nueva función. Por demás y como siempre...
Objeto que de alguna manera se excluye, ante la imagen negativa de lo que fueron nuestros padres, dehiscientes, subhumanos, objetos de servidumbre, sin condición humana. !Exclamo. Furor. Vaya retórica la suya
Hijos de esclavos, sois esclavos y aunque os proclaméis libres; sois esclavos. Y serviles. La servidumbre es la condición el hecho único de tu vida. Es un destino no muy aparte, demasiadocerca. Es como recurso andante; vivificante de las clases bajas a las que vos y yo perteneceréis. Con el sobrevives como con ganas en ese recurso que te lleva a la canallada. Y no es deshonor el arrodillarse, trabajar hasta la ultima gota por una limosna de arcageles. Y es que es ser santo; hacer milagros por tiempo y, es que te sacan hasta la ultima gota. Allá andante cuando ya no queda opción. Tienes que ser un imbécil, o ser tu pero sin serio demasiado. Que no se te note. No se puede hacer nada, no se puede decir, no se puede ser.
ALIENACIÓN- OPRIMIDOS.Qué se hace con esa clase de mierda. Mas bien parecen un... No se qué. Es un ... ni para esta horrenda petulancia; imprudencia, existe leve nombre. Te dedico algo bien feo, algo sin escrito; algo que te hiera porque no conozco palabra distinta para herirte y si inventas algo bien feo; sabrás que eso lo invente yo primero. Rocíen mientras tanto formol; después dan paso a la formula letal. Cuál señor?. Deslenguamiento.
La que inventamos. Un poco de gasolina, unos cuantos fósforos y les dejas que ardan. Después lo que quede, si es que queda. Inventaremos cualquier cosa.
Mientras tanto.. Enciéndanles fuego antes de que puedan escapar como la vez pasada. Deslenguenlos. Antes de que puedan infectar con su peste hablante; parlanchines serenados. Antes de que nos contaminen con sus ambiciones y terminen colmando lo poco que nos queda con esa salvaje anomalía.
Son seres humanos que han sido transtornados por un destello enceguecedor de luz. Ellos dormían y de un sueño fugaz les despertó. Porque una vez creyeron tener de cerca y cual rayo, una luna centella en llamas, les ha carbonizado, ha sacado de ellos su componente principal y los ha dejado al hecho convincente de lo que piensa la humanidad.
Como dijo?. Se atreve a llamarlos de tal manera!. Así!. Podrán considerarlo para ustedes si así lo quieren. Pero. !Bah. No hay importancia. Será difícil el que logren una mirada piadosa de nuestros ojos que solo miran el dinero. Se escucho su bosarron ladrando y cancelo el ultimo negocio. No se aceptan como tal. Gimió Rocío ante aquel vil y despiadado vasayage, sentían el argumento lacerados de una implacable resolución sobre su cuesta, rudo de la resellad del tiempo. Quien gimió?.
Inquirió en medio de su desbordante autoritarismo; frente al cual ya nada quedaba en el asombro. Por su gobierno plenipotenciario. Y es que la libertad; es una farsa. El pueblo dice la verdad. Pero esa verdad es tergiversada por los pensadores. Y cuando no se poseen palabras; ya veis que tonto es el hablar. Porque los poetas ahora inventan palabras raras. Porque la poesía se aburgueso.-Porque los libros son palo rico. Pa' lo seco:,
Ha ordenado el que sean lanzados al mar con una roca anudada a sus cuellos. Nadie se aventajara en reclamar un derecho aparente a la posesión. Fue mejor para todos que callira, que no hablara mas, tampoco lo anhelo después, solo dejó el silencio y en

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aquel gesto digno dijo todo cuanto no pudieron decir quienes estaban frente al estrado; para si. frente a una tribuna ávida de respuestas. Aun persisten en la persecución social. A tal punto que para cualquiera no seria fácil escapar de las reglas de su raciocinio. Guardo para si, la incontenible sed de venganza.
QUIMERA.
Cuando llueve deprime un poco; hay tristeza, la lluvia hace humedecer el pasado y quedar a la deriva del pantano, bajo la voluntad de cualquiera, como un suelo que se
hincha y se queda saturado de aborto. Causticidad.
Algún tiempo solíamos sentir el helado amanecer de Marzo y, nos refugiábamos consternados en las sábanas blancas y perfumadas de nuestro aliento y vida, pero a la desesperanza le restaba la única oportunidad de volver a despertar sin una inquietud, sin dejar de dibujar en nuestro rostro mueca alguna para ocultar el desconcierto ante tanta humanidad con sus delirios. Para quienes las personas no eran mas que meras formas, vagas y espectrales, fantasmas siniestros con los cuales se podía vivir y la necesidad prestante a la adopción de su modo de conducta; de tal forma que pudiese adoptar la asistencial manera de las clases y aparecieses postrado ante cualquiera de ellas aparente. Pero aun así rendido en su interior o no; llegar. identificables a pesar de la absurda condición de vida, tener que verse sepultados bajo su única resolución aprobatoria de ser convertidos en indigno. No se podía hacer nada fuera del sentido común y de cuanto ya se hubiera establecido. Enmascarados, falsa realidad en la cual ocultaban su fetichismo.
Lo único que puedo considerar, es que el estar juntos, de alguna forma nos protegerá de un vago temor, un presentimiento inseparable. La cercana realidad a un promisorio cambio, que de lo contrario, ahondara un final incambiable.
Poseídos de la indiferencia para todos sus convensionalismos, sucios subterfugios, que es todo cuanto sus cerebros emanan. Ellos se ocultan tras de cualquier cosa, para ignorar ante los ojos de la verdad su fascismo, su aspecto lúdico y vulgar de terrestre único y perfecto. Por encima de lo que hoy es, nuestro, según lo dicho. Meros conceptos racistas.
No debemos de negarnos ante nuestro proceso y movimiento evolutivo, para que la duda que se suscite no se convierta en una especie de escepticismo ante sus rostros embadurnados. Aparentemente la imagen lo sobrepasa todo. Ludico, recubierto aun de hollín.
Cierto vestigio de incredibilidad y destrucción pavorosa, corre por las manos dueñas de quienes provocan el desastre; de sus rostros pálidos y amarillentos.
Sin que en verdad posean aquella nítida semblanza del color blanco. No entiendo porque lo encarna como escudo.
Ante el cuerpo pesado, la semblanza, la sombra de un edil, da la sensación de que la sangre fluye con alguna dificultad.
MALCON X.
—11 momento en el que tienen que comprender que lá~discriniinación'- debe morir, pero
Lo giste de la vidailés
no den" el valor suficiente para illatarlo. Sino se mata ahora que se debe, no es preferible a resignarnos a que la discrir in~i¿)n nos mate.
Su genialidad no tiene alcance..
No es cuestión de convertir al negro en único objeto digno de la represión y la desigualdad social en medio de una política selectiva y clasista, donde la discriminación esta a la orden del día. Es poder defender y conocer la enorme misa de seres humanos, razas y culturas que nos compromete en un momento dado en iguales condiciones de desventaja, frente a la desproporción política de un gobierno que cada vez se hace mas en desentendido.
Fatídico.
Vil rey, con la cabeza llena de miedo, de poder y vergüenza.
Usted no es honesto.
Lleno de avaricia.
161 PENDIENTE









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conclusiones racistas, cuando un mínimo de conocimiento sobre la evolución de las sociedades humanas y, en particular, sobre las precondiciones tecno económicas de toda revolución, les habría evitado caer en tales aberraciones. Por otra parte, el argumento o silencio que llega a afirmar que Africa ha permanecido inmóvil desde hace nnilenios, no es mas que un sofisma que refleja nuestra ignorancia actual sobre los cambios acaecidos en la historia Africana. Cambios autónomos.
Ase¡ tutu, Usman dan Fodio, Chalca, Harris, Samurai, etc.
Ya estamos hartos de la historia racista. Por otra parte no negamos la influencias recibidas por Africa, la formación del sentido artístico desde hace mas de medio siglo. Bajo la forma que sea. No Odmitimos ninguna influencia unilaterales erigidos en sistema, ni que se parta del capitalismo triunfante del siglo XIX. Europeo para hacer de toda la historia Africana un reflejo abrupto del universo. El hombre ha convertido en histórico todo aquello que ha tocado con su mano creadora. La piedra y el papel, y los tejidos y metales, la madera y lomas preciadas joyas. Es probable que nuestros primeros padres hayan vivido en Africa
El hombre debió surgir por primera vez en el corazón de Africa.
Naturalmente, no hay que confundir cultura y raza. Y el hecho de que las lenguas del oeste Africano están emparentados con el Egipcio antiguo no significa que las poblaciones que las hablan sean de la misma raza. Los negros Antillanos hablan Francés, Inglés o Español sin ser blancos.
Y nos asombra sobremanera oír plantear la siguiente cuestión. Si los Egipcio eran negros, como es posible que los demás negros hayan permanecido atrasados técnicamente en tanto que Egipto utilizaba el arado y la escritura o construía pirámides?. Nos hallamos aquí nuevamente ante la lamentable confusión entre raza y cultura. En efecto, como ya vimos, las causas del surgimiento de los Egipcios no es el color de su piel, sino las condiciones económicas, demográficos y sociología en las que una población abigarrada se hallo a lo largo del estrecho y rico valle del Hilo, que llegaría i convertirse así en el laboratorio humano de una nueva humanidad.
La enumeración de todas las analogías no tendría fin.
Hay disgresion en nuestra sociedad. Dificultad al tener que
aceptar lo que es para ello una absurda realidad.
tt
JOSEPH KI-ZERBO.
No es nada épico. Una vana osadía ante la cual he de evitar dramatizar exageradamente los episodios para no caer en la rutinaridad de siempre. Dinastía falaz frente a una analogía sorprendente. Con un carácter de impetuoso, osa postrarse ante el supremo. No puede negarlo. Aquí se muere la gente. La matan lentamente. Si se confunde con la arbitrariedad, también se confunde con el oscurantismo.
Esta vez mas atroz que las veces anteriores. Termino por calcinar toda la yerba lozana que había en los campos verdes, dejar desolado el horizonte, fue su obra siniestra. Aun con los nudos de la mano entrelazados, intentara cimentar una nueva esperanza, la cual, 'tal procacidad; sois de la nada, no tardara mucho en esfumarse. Con igual prontitud, quedan las lagunas a un estado, fieles a un prolongado sistema de tradición reaccionaria; sin una posibilidad de evolución. Ellas se rebozan. Exacta la persecución sangrienta a la cual hoy estas sometido ante su mezquina intensión. Anodinos detalles. Ante ella los cuerpos, los transeúntes, sin nada entre las manos, con un corazón lacerado por la impiedad del destino, ha sido eliminado en todos los aspectos. Lejos las vedeidades de una franca libertad.
Con su cuerpo enmarañado, al suelo por la sangre que se desliza, sin pretensiones puramente moralista; sin nada a la espera. Igual de desvastador, con espinas, un verano en la tierra, el castigo sobre nuestras espaldas. Víctima soy...
EARL BOD PAWEL.
Su muerte, acaso no pudo jamas conciliar su sensibilidad de hombre con la discriminación racial que le apabullaba?. Hasta en el amor suele arremeternos.
Continuamos furtivos, a la der¡va, a la contienda de una batalla sin tregua, que cada vez se vivifica de poder para atacar con su opresión.
Invisibles, condenados por el rostro enmascarado de.

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Luz di WHITE.
Forjando penosamente nuestro futuro, mientras quedamos suspendidos al filo del tiempo y de la muerte. Al final.. Frente a Hecate; tu rendirás tus cuentas.
Sensación atroz. Al limite de la locura; sin temor al miedo.
Condicionados. Dispuesto de forma tal cual la sociedad lo haya impuesto. MALCON X.
STOKELY CARMICHAEL
DELITOS DE MORAL.
Estúpida pornografía mestiza.
No pueden dar al negro su dignidad de raza, han dado al arrodillado el deseo de levantarse. Dueños de costumbres paganas. Poseedor de la imagen del perfecto parásito; el eternamente frustrado. Ahora se considera víctima del sistema y, lo único que espera es su redención como santo.
Su consuelo mudo nos envuelve.
Edima. Barcelona. The Black Power. Edit. S.A México. 1967. Que han de importar la plañideras, mientras los entresijos sociales y políticos se debaten. Frente al hollín aun disperso y asfixiante. Que por supuesto a ellos no les concierne.
Pero su aspecto dulce y fresco, le ha convertido en hombre de selva; para darle una sonrisa espléndida, así tenga por dentro partido el corazón por la indiferencia.
Caminando por las venas de un mundo que cada vez mas se llena de desgracia, que se perpetua en enseñarse diferente, un ocaso frente a su propia realidad. Como si aquella insaciable que nos envuelve pudiese conjugarse con el receptáculo de un castigo para el cual se ha de guardar una oración. Allí se presenta con una satisfacción lujuriosa; a los ojos de los agravantes.
El pestañeo ha despertado atrevidas pasiones desafiantes al instinto que nos envuelve.
Con el llegaría el final del reducto combatiente, al ghetto del microcosmos, a la razón del conflicto, del que los eruditos se hacen en fracción del tiempo, sus seguros merecedores. Ha de desatar un eslabón que lleve a la total homogeneidad, penetrar hasta el interior de una degradación social y allí vacunarle.
No es una sorpresa, de seguro se consideraran exentos a todas aquellas cosas que suelan relacionarse con la culpabilidad. Pero son ellos quienes lo llevan mas allá de los limites del prejuicio. Acosados por su poder; al que no podrán hallarle un luto, porque nadie quiere enterrarlo.
Neurálgico un ser, pide compasión y sus ojos desorbitados, parecen buscar denodadamente de insólita manera, el realizamiento a nuestro sueno matutino, igualdad oportuna.
Lejos de la inexistencia de nuestro poder económico; la razón primordial sin objeción ninguna. Es el negro. Contemplado como el portador de un virus inaccesible a las soluciones. El se acuerda constantemente del maltrato actuado, versado y figurado y se ha hecho prudente y desconfiado y se queda a la pros del eterno frustamiento; frente a la incapacidad con la cual se encuentra para reaccionar, y pretender alcanzar sus metas aun en aquella batalla selectiva de la vida. Con el muro de sus transformaciones estrellado en sus narices chatas. Marginacion de la cual todos negaran su participación, al encontrar tantos de los nuestros en sus cocinas. Para vivir complacidos de sus servicios. Se atemorizan de sus coterraneos que les desnyritany le hacen preso de todas las aseveraciones habidas y aun por inventar. Porque los blancos pueden ser maricas y hasta para eso se justifican. Y no es porque ello sea una disculpa; pero hasta en lo mas bajo creen tener la razón y nada de lo que hagan será visto anormal. No descartaran el mínimo de tiempo hasta lograr hacerle comprender cual es su lugar, su condición, procedencia ridiculizada, pero no será visto por su coherencia como individuo en capacidad de desempeño e integración. Y a cambio suelen apedrearle por un delito subconsciente. Tentador que en algún momento ha de salir a la luz del día. Convertido en un ser febril e impaciente. Exalta la sumisión. Arrodillado, acostumbrados a conocerles en aquella misma posición de siempre. Les alberga una infinita amargura. Si alguna vez alcanzan llegar mas allá de donde el sistema se lo ha propuesto

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Sometido a la hipocresía de los despiadados y descrim ¡nativos, quienes consideran que es en ultima, el negro quien se discrimina. Vive de sus charadas y les tendrás contento. -', rte. Uy
Ellos ocultos tras su imagen irreal, simularan aceptarnos; pero estamos tan embuidos'de sus mismas costumbres, que difícilmente se les puede creer cualquier cosa.
Cuantos ministros?.
Pero se dirá que no es verdad, que se esta demasiado confundido, metido en un tema demasiado repasado, que ha dejado de tener importancia. Pero se necesita ser negro para poder opinar lo contrario.
Pero la maquina del sistema es implacable. Y, vamos a la siguiente reprobación en la mayoría de los casos sin magnitud.
No será inoportuno el que una roca lanzada se estrelle contra nosotros mismos. Adheridos a la falsedad de una ocasión. Se venden, y por primera vez ha dejado de importarnos lo que a sociedades como la nuestra pueda afectarles. Que sentimos ya vergüenza.
Aprendimos del blanco a odiar el imperialismo y vivir de él. Odian la burocracia y son exactamente eso. Odian la marginacion y se convierten en frustradores.

Silenciosamente ente a los demás parecía importarles o no esa actitud prolífica. Con la semblanza de los rostros engomados, la voz enmudecida y conforme cada uno con su condición y lo que a buena voluntad se le haya dado. Temerosos, débiles y ocultos; han dejado de mantener los ojos al rostro, al cual debían mostrarse esperanzador. Porque todo se conjuga al pode divino. Y es que mi Dios en esas cosas no se mete. [-C, : _`....L

Como ilógica realidad. Habría de propinarle en su ultimo deseo, la muerte mas hermosa e ilustrativa que se pueda divisar en el panorama. Una despedida ostentosa, para quienes les gusta alardear de su poder. Allí en aquel lugar lejano, con su horizonte vago y patético, entre juncos y plantas. Crisantemos y pájaros.
Yo escribo para los que no pueden leerme, por los prohibidos. Los de abajo. Los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia. No saben leer, no tienen con qué. EDUARDO GALEANO.
Si los leones tuviesen historiadores?.
Y, si entre todos le damos una gran patada a esta gran burbuja gris?.
La humanidad se extingue. — 1^531 "0'1
En mención a los hombres sin identidad.
Había regresado para convertirlo en lo indescriptible, en el monumento horripilante para esculpir la figura de un hércules de papel. Un barco que se ha quedado a la deriva. Para que el tiempo termine revistiendole con el mismo acre, con el cual abran de verse carcomidos. De la estirpe la obsesión, la abnegación de ley maravillosa de la tierra.
Se había marchado y nada le liaría retomar el camino dejado, sus pasos se desvanecían en el avance, solía detenerse e imaginariamente frente al cristal, su cuerpo ceñía un traje en el laguidecimiento esqueletico y exquisito de un paño canesi, en lo incontenible de su aspecto mundano.
Tu matas la esperanza; porque he de esperar por tu compasión?.
Todo habría de terminar igual de trágico, había sido esa la condena, perverso para los hombres anacrónicos y decrépitos. Inhumano y consumidos bajo las llamas de su propia hoguera. Arengar recuerdos convertidos en cenizas esparcidas luego en el viento.
Dejo marcar el destello de una centella, resplandeció bajo los ojos atónitos que aun conserva con brillo fugaz, adquirió la clorosis bajo aquella sobran que provoca la zozobra cuando una luz nos aborda repentinamente y nos vemos encandelillados frente a ella. La que por primera vez en la lejanía precisaron, que algo ardía en el bosque. Bajo la ley maravillosa de la tierra, digno de nuestra estirpe, ha quedado oculta nuestra maravillosa herencia; porque el no testó.
Deposito una mañana su retosuda figura en la silla y quedo como un mamotreto de sábanas envueltas. Sonó el tintineo de una archa clara pero disipada, poseído en la ultima insuficiencia de su obra por el envenenamiento lento al que había sido sometido, hasta propinarle la hinchazón necesaria que hiciera presagiar

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un estallido tempestivo y estruendoso de eses.
Poco a poco, su torso tomo la forma insumergible de un corcho y mas bien un globo de colores, parecía elevarse, en la resistencia por descender al mismo aire que poso sobre el ademán andante que había construido para los demás. A los indignos e inhumanos.
Es de día. Dijo con su voz llueca, exhalada desde lo mas profundo de sus tripas. Tocio luego. Trae agua.
Se había asegurado con premeditado tiempo que sobre aquella mesita del diván en el cual en uno de sus compartimientos contenía el cofrecito. Pidió se le acercará aquel cubo recubierto de linaza y ordeno se extrajera de su interior la llaves, indico el cajón y enérgicamente su mirada se fijo en la corona de papel que había sido elaborada para él. No preciso de palabra alguna para dar a entender que era eso lo que deseaba y con delicada maestría se le acerco la bandeja de plata en la cual estaba el cetro y su corona. Era la joya que lucia el emperador en su mejor momento; cuando descansa y se mira al espejo. Y dijo que se le colocara sobre su cráneo con sumo cuidado al tanto de no ir a perder una de sus pinzas.
Camino al patíbulo, pidió fuese dejado con ella mirado frente al espejo y pidió rápidamente la elaboración de su propio degarreotipo. Ordeno se le entregara el existencial de su epistolario y con la pluma describió las ultimas atenciones a las cuales necesitaba verse asistido.
Pues eran de menester mantenerlas con quien guardo tan significante importancia. He de reencarnar pronto. Se aseguro.
Y ordeno que nada de lo mío sea cedido. Dijo.
Bajo ninguna ley o condición. Trazo su enorme huella sobre las letras y se aseguro de no apartarse de aquel documento y guardo su imagen postura. Se creyó merecedor de la ultima configuración y pidió adornamientos. A lo lejos pudo divisar a través de la cornisa un publico no nutrido y lo atribuyo a la falta de dimensión de la cabeza de esta. Con la luz opaca de los saltones, miro sus manos rosadas y tersas y se enjugo entre ellas algunas gotas del sudor que se deslizaba por su frente. Su propio espanto pareció substraerlo y regreso a mimificar la comprobación de aquellas gotas salubres en su rostro. La silla no registro ningún rechazo y en cambio se mostraba complaciente de meter en el despaturramiento el cuerpo aglobado. Destinada para los traseros curales, posquizas virreinales, no semejo ninguna muestra de tortura, aún con ediles romanos. (célibes).
Con empuñadura de oro y bastón papal con cetro de esmeraldas, intento apoyarse. Pero en vano, anulo después su loca intensión de si en aquel transcurso había triplicado su figura.
Hizo sonar impaciente la campanilla. Ante él la joven figura que por un momento le había abandonado tras el pasillo contiguo que descendía por una larga escalera antes de alcanzar los jardines hechos en el subterráneo, constituido por plantas sin clorofila, por plantas que no necesitaban luz, allí donde cantaban los marsupiales. Le miro completo, ataviado con sus mantos virreynales a la espera de la pronta ascensión.
Sus párpados sanguinolentos, simulaban la corriente sanguínea y coagulada de un adentro verdoso, con ese color intenso, apesadumbraba y penetraba un temor envuelto en la compasión de una mirada que no se desviaba y parecía estar inundados de lágrimas.
Sus pupilas brillaban, por los bellos de unas pestañas blanquecinos, y lentamentamente se fueron alargando; creciendo en todas las direcciones que como £r1n ya habían alcanzado las mejillas. Aparecieron escarchas de nieve sobre el rostro rosado y poco a poco fue alcanzando su congelación.
Espinas de pescado eran el decorado final en la transformación de sus unas y una a una se endian en la piel sin hacer brotar algún liquido. Un androide no era nada a su forma. Sobre el rostro opaco se diviso una placa cracteriana.
La mano ébano se estiro y deslizo sobre aquel rostro un algo que se mojaba espeso como la miel sobre su rostro. Eran lágrimas espesas.
Perlitas que alcanzaban el suelo, perforantes al suelo en el cual se estrellaban.
Los únicos sentidos que vivificaron desde aquel entonces el despojo humano, fueron sus ojos, ya moldeado en sus tres cuartas partes, su vida solo podría revelar su interior, en la mirada interna que animaría la estatua. El yeso poseía una penetración inaudita.
Demasiado tarde para conciliar los párpados dilatados y desenlazarte de la mímica de los paralíticos. En su ultima voz profusa, que escapo como un grito de su adentro dijo.
Vamos, hoy haz de acabar, dame la ultima gota de beber.
Hay! señor..
La sostuvo entre sus manos temblorosa, y la paso en un grueso buche, por la tubular garganta. Antes de quedar inmóvil, se atribuyo una sonrisa escarpada, para los ojos que habrían de verle después. Sus párpados quedarían por siempre abiertos por quinientos siglos mas.

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La espuma congelante apareció en los contornos de sus labios, y los orificios de la nariz fueron pequeños para la lava espumosa que salía de su intestino. Le formo una barba que fue creciendo en la efervescencia constante aunque él estuviese muerto; corito musgo de ciénagas; luego quedaba como una capa gelatinosa que al mínimo contacto con el mundo exterior se solidificada y dejaba un hondo olor ya putrefacto, de color terráqueo.
El cristo a su cuello cayo petrificado y al contacto de este con el suelo termino en pedazos como simple estrella de mar, desintegrado.
Un ser para velar en la oscuridad y el silencio reinante y nada le hará inmutar puesto que se ha convertido en piedra.
Con un pecado a cuestas.
Dedicado a DIANA SOFÍA BACKBORD
febrero 27 de 1993
Caririlagua, Llanos Orientales. Colombia.
Perflili.
Encarnación al despotismo. Contraste virtuoso. Condenados a la dilación de leves de cambio. Por su gesta.
MAkeDa - REINA Dé ETIOPÍA
Su descendencia con Salomón.
Uno de sus mercaderes, que volvía de vender oro rojo ébano y zafiros al rey Salomón para su templo en Jerusalén, que se hallaba en construcción, la maravillo de tal suerte con su narración sobre lo que había visto durante su viaje, que la reina decidió ir a ver por si misma el país de Salomón. Y se puso en marcha a la cabeza de una caravana de 797 camellos, mulas y asnos cargados de tesoros.
Tratada con refinamiento por salomón, determino abandonar el culto de los astros y adoptar el del Dios' úZ Israel.
Pero S.-,loinión, maravillado con la belleza de la princesa, se dijo. Quiera Dios darme descendencia por medio de ella. Así, pues; para las fiestas de despedida, hizo preparar platos condimentados con abundante vinagre y con especies, con el fin de que la reina tuviese sed, y la invito seguidamente a su palacio. Vencidas ciertas dudas y reservas, la reina acepto a condición de que no la obligase a nada. El rey pidió a su vez que la reina no tomase nada de lo que había en el palacio sin permiso de él. Se dispusieron dos lechos, uno en cada rincón de la alcoba real, y ambos soberanos se separaron. Pero pronto Makeda se despertó, presa de la sed, las especias del banquete habían hecho efecto. Ahora bien, Salomón había ordenado que fuera dispuesto en el centro de la estancia un recipiente con agua, que atrajo enseguida la atención de la princesa. Esta se deslizo fuera del lecho con precaución, pero en el momento en el cual se disponía a coger la jarra, una mano poderosa- la de salomón; que no dermía, la tomo del brazo. 1-las traicionado tu promesa, dijo a la reina. Pero, respondió ella; yo no creía que la promesa de no tomar nada se extendiese incluso al agua. No sabes? acaso, que en esta tierra nada es mas preciado que el agua?. Replico el rey. Derrotada por la "sabiduría" de Salomón. Makeda se entrego a él. Al volver a su país dio a luz a un hijo, que llamó Etiopía, que será consagrado rey por Salomón y que volverá, con un grupo de jóvenes notables a Etiopía, no sin antes haber hurtado hábilmente el arca de la santa alianza, con el fin de honrarla el-¡ Africa. Finalmente, la leyenda proporcionaba a los reyes Salomonicos una legitimidad divina, que convertía en sacrilegio todo atentado contra su poder. Así y todo, hay que reconocer que un grupo de población Judía bastante apreciable se infiltro en el norte. Estos Judíos que curiosamente, son negros, habitan en el Semien; al norte del Lago Tara: son los Falahu. Se dicen descendientes de los compañeros de Menelik.
Pag 129. Los siglos oscuros. "Historia del Africa negra"